martes, 1 de abril de 2025


domingo, 16 de marzo de 2025
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA POESÍA
El
escritor Víctor Montoya es uno de los invitados, en calidad de panelista, al
Coloquio Poético La Poesía en la Memoria
Histórica, en el marco de las 20º
Jornada por los Derechos Humanos y la Poesía, en conmemoración al Día Mundial
de la Poesía, que se celebra anualmente cada 21 de marzo desde el año 2000,
luego de haber sido proclamada por UNESCO en noviembre de 1999, con el
propósito de establecer una plataforma cultural para honrar a los poetas,
revivir las tradiciones orales de recitales de poesía, y promover la lectura,
escritura y enseñanza de una de las mejores manifestaciones artísticas del pensamiento
y la imaginación del ser humano.
La
organización de esta importante actividad está a cargo del Centro Albor Arte y Cultura que, desde hace 27 años de incansable trabajo
en la ciudad de El Alto, no ha dejado de desarrollar proyectos y programas artístico-culturales
destinados a los niños, jóvenes y población en general, con la perspectiva de
rescatar la cultura del país desde la memoria histórica, la lucha contra el
racismo, la defensa de los Derechos Humanos y la identidad cultural.
El acto se realizará este 20 de marzo, a Hrs. 19:00, en el Auditorio del Museo de Arte Antonio Paredes Candia de El Alto (Ciudad Satélite, plan 561, calle Núñez del Prado, a unos pasos del Teleférico Amarillo).
lunes, 18 de noviembre de 2024
EL
SIMPÁTICO MENSAJE DE UNA LECTORA
Cierto
día, una atenta lectora de mi obra, residente en Francia, me envió un mensaje a
mi correo electrónico, solicitándome la dirección del Grupo Editorial Kipus de
Cochabamba, para pedir mi libro Cuentos de la mina, cuyo contenido le
interesaba desde todo punto vista. Tiempo después, el libro llegó a sus manos en un sobre Manila,
con la dirección del remitente, los sellos del correo y las estampillas
correspondientes.
La
lectora no tardó en mandarme otro amable mensaje, agradeciéndome por haberle
facilitado la adquisición del libro; más todavía, tomó una fotografía del sobre
y de la portada del libro y me la envío en formato JPG., junto a un breve y
simpático mensaje, que transcribo a continuación:
Has llegado Víctor,
en forma de palabra,
y, seguro, has
llegado para quedarte,
seguro, no solo
en mí,
sino en todos
aquellos con los que
pueda
compartirte.
Suerte la mía.
Infinitamente
agradecida.
milamores&milcariños.
Isamil9
La lectora me sorprendió con este detalle que siempre es un júbilo para cualquier escritor que, más allá de las fronteras nacionales, cuenta con lectores/as que leen su obra con inusitado interés.
jueves, 17 de octubre de 2024
VÍCTOR MONTOYA EN LA I FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO,
ARTE Y CULTURA DE ORURO 2024
El
escritor Víctor Montoya participará como invitado en la I Feria Internacional del
Libro, Arte y Cultura de Oruro 2024, donde dictará
una conferencia en torno a La Narrativa Minera en Boliviana. El evento está organizado por la Gerencia del Campo
Ferial 3 de Julio FNI-UTO. En el lanzamiento público de esta importante
actividad cultural estuvieron presentes las autoridades Departamentales,
Municipales y de la Universidad Técnica de Oruro, junto a los representantes de
Educación y Cultura. La Feria se realizará del 24 al 27 de octubre en el Campo
Ferial 3 de Julio, con el encomiable propósito de fortalecer el hábito de
lectura entre los habitantes de la población orureña y, asimismo, con el
objetivo de contribuir a la difusión de la producción intelectual de los
escritores de los más diversos géneros literarios.
Apuntes sobre el
autor
Víctor Montoya (La Paz, 1958). Escritor, periodista cultural y pedagogo. Vivó desde su infancia en las poblaciones de Siglo XX y Llallagua, al norte de Potosí, donde compartió la lucha de los trabajadores mineros. Durante la dictadura militar de los años ´70, fue perseguido, torturado y encarcelado. Estando en la prisión escribió su libro de testimonio Huelga y represión. Fue exiliado a Suecia en 1977. Es autor de más de una veintena de obras entre novelas, cuentos, ensayos y crónicas. Dirigió las revistas literarias PuertAbierta y Contraluz en Estocolmo. Es miembro del PEN-Club Internacional, la Sociedad de Escritores Suecos y la Academia Boliviana de Literatura Infantil y Juvenil. Su obra está traducida a varios idiomas y tiene cuentos en antologías nacionales e internacionales. Está considerado como uno de los principales impulsores de la moderna literatura boliviana. Escribe en publicaciones de América Latina, Europa y Estados Unidos.
miércoles, 11 de septiembre de 2024
SEGUNDA
EDICIÓN DE CUENTOS DEL MÁS ALLÁ
El
Grupo Editorial Kipus acaba de lanzar la segunda edición de Cuentos del más allá, del escritor Víctor
Montoya. La obra, cuya primera edición fue publicada el año 2016, tuvo una
excelente acogida entre los lectores de la literatura de terror, debido a que
los cuentos de espanto y aparecidos tienen la fuerza de tocar las fibras más
sensibles de la condición humana.
La
lectura de los Cuentos del más allá, además de generar miedo y suspenso en el
lector, evoca a las viejas narraciones de la tradición oral, que surgieron en
el seno de nuestras culturas desde tiempos inmemoriales.
Esta
segunda edición, destinada a los jóvenes y adultos, es una nueva apuesta del
Grupo Editorial Kipus en tiempos en que las nuevas tecnologías de información y
comunicación han atrapado la atención de los lectores con libros digitales, que
abundan en las redes de Internet, en desmedro de las publicaciones en soporte
papel.
Los
editores, con esta segunda edición de Cuentos
del más allá, demuestran que todavía es posible motivar el hábito de la
lectura con libros impresos de manera tradicional, ya que una cosa es leer un
libro en la pantalla de la laptop y otra muy distinta la sensación y el placer
de tener un libro físico entre las manos.
El
escritor Víctor Montoya, que tiene varios libros publicados por la misma casa
editorial, mostró su satisfacción por esta nueva entrega de su obra, donde la
realidad y la ficción parecen el anverso y el reverso de una misma moneda, al
menos si se considera que los cuentos recrean el imaginario popular desde una
perspectiva literaria, pero conservando la esencia de las supersticiones de
quienes creen en la existencia de seres sobrenaturales y en espíritus que, una
vez llegados del más allá, deambulan en el reino de los vivos.
Los interesados en adquirir el libro, pueden llamar a los siguientes números de la Editorial Kipus: Telf.: 4731074 – Cel.: 79956722
viernes, 12 de abril de 2024
DOS RECONOCIMIENTOS PARA VÍCTOR MONTOYA EN ORURO
En el marco de la Feria del Libro Oruro Lee, Hacia el Bicentenario, que se realizó en el Salón Luis Ramiro Beltrán de la municipalidad
orureña, entre el 8 y 9 de abril del 2024, el escritor boliviano Víctor Montoya
fue merecedor de dos reconocimientos.
El primero de parte del Concejo del Gobierno Autónomo
Municipal. El reconocimiento dice al pie de la letra: A Víctor Montoya, escritor periodista y pedagogo, por su destacado e importante
aporte intelectual y literario a la sociedad. Siendo merecedor de este
reconocimiento, hacemos llegar felicitaciones y éxitos. Otorgado en la ciudad
de Oruro, a los ocho días del mes de abril del año dos mil veinticuatro.
El segundo fue entregado por la Asamblea Legislativa
Departamental. En la resolución se lee: La
comisión de educación, derechos humanos y política social de la Asamblea
Legislativa Departamental de Oruro, en mérito a sus facultades y atribuciones
establecidas por el ley, otorga el presente reconocimiento al escritor Víctor
Montoya, por su exitosa y destacada trayectoria en la literatura nacional;
aportando favorablemente en la redacción de libros y el fortalecimiento de la
lectura de nuestros habitantes, brindando de esta manera un alto nivel de
enseñanza a los lectores de nuestro departamento y de todo el territorio
boliviano. Asimismo, es menester enaltecer el compromiso de trabajo, esfuerzo y
dedicación de quienes son sembradores del saber y cosechadores de conocimientos
formando nuevas generaciones a través de sus enseñanzas mediante sus libros
elaborados. Oruro, abril, 2024.
Los reconocimiento fueron entregados en la Sala del Concejo
Municipal de Oruro y en el Salón Luis
Ramiro Beltrán, ante la presencia de autoridades ediles, escritores/as,
docentes de educación primaria/secundaria y público en general.
lunes, 1 de abril de 2024
CUENTOS
DEL MÁS ALLÁ
En
todas las épocas y culturas, al margen de las nuevas tecnologías de
comunicación, se han creado y recreado cuentos de espanto y aparecidos, ya que
forman parte de nuestra condición humana más primitiva, de nuestros instintos
de supervivencia y de nuestro inevitable temor a lo desconocido. Los humanos,
perdidos en medio de la naturaleza salvaje, sostenía Federico Engels, han sido
capaces de formularse preguntas sobre el porqué de las cosas materiales e
inmateriales, aunque no siempre hallaron respuestas racionales y científicas. Así que, desde
la más remota antigüedad, se han dedicado a desentrañar los misterios que
esconden los fenómenos físicos y paranormales. Es ahí donde entroncan mis Cuentos
del más allá, que no son otra cosa que narraciones vinculadas a las
creencias ancestrales de nuestras culturas y al sincretismo religioso que se
generó en nuestro continente tras la circunnavegación de Cristóbal Colón.
Los
bolivianos, desde la niñez, hemos crecido escuchando cuentos de espanto y
aparecidos en boca de nuestros padres y abuelos. Son narraciones que no pasan
de moda; por el contrario, se reinventan y se actualizan sin cesar. De ahí que
los Cuentos del más allá, al menos
para los aficionados al género de terror, siguen siendo tan actuales como en el
pasado. No es casual que los internautas modernos, que manejan con destreza las
diversas aplicaciones del celular, Facebook, Twitter, YouTube, TikTok o
WhatsApp, hagan circular por las redes una infinidad de cuentos que los
transportan a otras dimensiones, donde es posible disfrutar de las aventuras y
desventuras de los personajes fantásticos y extraterrenales creados tanto por
los autores como por el poder de la imaginación popular, que no conocen
barreras temporales ni espaciales.
La
mayoría de los cuentos de espanto y aparecidos, que fueron rescatados de manera
literaria por los escritores de todos los tiempos, para evitar que sucumban en
los polvos del olvido, forman parte del patrimonio cultural de un pueblo, con
la impronta que caracteriza a cada uno de los autores que recrean –y recrearon–
la tradición oral, que está en el
origen de todas las grandes culturas, respetando la esencia impuesta por
los valores ético-morales de una determinada época en el desarrollo de la
colectividad.
Los
Cuentos
del más allá, que se publicaron como cuenta gotas en el suplemento sabatino
del diario Extra, tuvieron una
excelente acogida entre los fanáticos del género de terror, incluidos los
estudiantes de secundaria de varios establecimientos educativos, que adoptaron
como material de lectura entra en sus clases de lenguaje y literatura.
No
está por demás decir que la publicación del libro, hecho de magia, fantasía y
supersticiones, me ha colmado de enormes satisfacciones y, a la vez, me planteó
un reto que puso a prueba mi vocación de narrador y mi capacidad de crear y
recrear cuentos paranormales, con las mismas técnicas y los mismos recursos
escriturales que requieren otros géneros para el tratamiento de otros temas
ajenos a la literatura de terror y ciencia ficción.
Los
Cuentos
del más allá, además de tocar la sensibilidad emocional de los
lectores, transmiten una sensación de miedo, horror y suspenso como parte del desarrollo de la trama,
con un lenguaje elíptico y una fuerza imaginativa que inducen hacia un universo
de espanto y aparecidos, donde se complementan lo real y lo ficticio, como una
forma de despejar las dudas concernientes a los fenómenos físicos de la
naturaleza, los instintos de la condición humana, los misterios de la muerte y,
consiguientemente, la existencia de otras formas de vida en el más allá.
Este
espeluznante volumen de cuentos intentan convencer a los lectores de que es
posible lo imposible, a través de cincuenta historias protagonizadas por
criaturas fabulosas y seres que, después de muertos, retornan al reino de los
vivos en forma de fantasmas, espíritus o almas en pena, produciendo sonidos, desprendiendo
aromas y desplazando objetos en el mismo lugar donde habitaron o enfrentaron
una violenta muerte, que los condenó a vagar sin poder encontrar la paz eterna
en la tumba.
Los
cuentos son una propuesta literaria en la que no faltan los argumentos
imaginativos y, por supuesto, ficticios, con un gran despliegue del lenguaje simbólico
y la descripción de ambientes tétricos que, de por sí mismos, conceden un dejo
de suspenso a las narraciones de hechos paranormales que son clasificados como sucesos insólitos y del más allá, debido
a que las mismas historias están contextualizadas en sitios desolados o sombríos,
como catacumbas, cementerios, galerías mineras o casas abandonadas, ámbitos que
provocan un sensación de temor a lo desconocido o sobrenatural que ha
acompañado a la humanidad desde tiempos remotos, como una condición genética
que nos heredaron los animales prehistóricos.
Es
evidente que el género de terror, que forma parte de la literatura fantástica y
gótica, tiene la propiedad de causar susto o miedo en el lector, a partir de
elementos que juegan con la fantasía, los sentimientos más fuertes y primitivos
del ser humano. El autor, durante el proceso de creación de su obra, imagina
personajes y ambientes que permitan desarrollar una historia que, revestida de
realismo y verosimilitud, penetre en la fantasía del lector como si de veras
estuviese envuelto en una atmósfera de misterio, permitiéndole experimentar
sensaciones emocionales vinculadas a una secuencia de hechos que le causan
zozobra y espanto, aunque la historia narrada no sea más que una invención
ficticia capaz de confundirse con la realidad cotidiana de una sociedad.
En
estos cuentos, escritos sobre la base de factores sobrenaturales, ambientes
inquietante y personajes repulsivos que provocan sensaciones de miedo en el
lector, se retratan a las almas condenadas, a los fantasmas sin nombre ni
rostro, a los asesinos en serie, a los monstruos infernales y a los animales
creados por el imaginario popular, con descripciones estremecedoras y escenas
espeluznantes, donde andan sueltos los reaparecidos, brujas, vampiros, hombres
lobos, mutantes y una serie de personajes con atributos ajenos a los que poseen
los simples mortales.
La
literatura de terror, muchas veces denominada literatura gótica, se caracteriza
por ser un género relacionado con el miedo, como si se quisiera explorar el
lado oscuro de la naturaleza humana, a partir de acontecimientos que contienen
elementos psicológicos o psicoanalíticos, comunes al género humano,
indistintamente de la época, condición social y tradición cultural a la que
pertenece el lector. Los cuentos de espanto y aparecidos no distinguen
fronteras ni nacionalidades, debido a que son narraciones que llegan, con la
misma fuerza, a los lectores que gustan y disfrutan leyendo cuentos que
estimulan la imaginación y despiertan los instintos de horror ante los
fenómenos que no tienen asidero en el pensamiento lógico y racional. Sin
embargo, pese a las críticas por su inverosimilitud y sus escenas de sangre,
son leídos con la misma avidez tanto en Oriente como en Occidente, tanto en
África como en América.
En
los últimos años se ha incrementado la edición de libros de terror destinados a
los adultos, niños y jóvenes, razón por la que es necesario aproximarnos a
algunas de las características de esta temática, que cada vez tiene más autores
y autoras que abordan la temática del terror desde distintos puntos de vista.
Los libros de terror, por su propia naturaleza, están basados en elementos fantásticos y, casi siempre, en fenómenos sobrenaturales y extraordinarios, con la intención de horrorizar al lector, tocándole las partes más sensibles de su ser, con historias que parecen emergidas de ultratumba o llegadas del más allá, del otro lado de la vida, donde se producen hechos escabrosos y sobrenaturales, cuyos sucesos aceleran la adrenalina y ponen la piel de gallina.
domingo, 10 de diciembre de 2023
LA SEÑORA DE LA CONQUISTA
Leer el libro Historia
verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo,
cronista de la época y compañero de expedición de Hernán Cortés, me motivó a
escribir La señora de la conquista,
En el voluminoso libro de Díaz del Castillo, que cayó en mis manos por
casualidad, encontré referencias de una esclava indígena que, tras haber sido
entregada por los caciques mayas, en calidad de obsequio, a los conquistadores
que arribaron a las costas del golfo de México, se convirtió en amante,
consejera e intérprete del conquistador. Ella fue una suerte de llave que,
gracias a su conocimiento de los idiomas náhuatl, maya y castellano, le
permitió a Cortés abrir las puertas del Imperio Azteca.
A Malinche se
la conoce también como Malinalli, Malintzin o doña Marina. Es la figura
emblemática de una epopeya en la que pasó a ser un instrumento más poderoso que
la pólvora y el caballo. Malinche fue testigo de los acontecimientos
importantes de la conquista, ya que sirvió de intérprete del prisionero
Moctezuma II en el palacio de Axayácatl; peleó al lado de los conquistadores en
la famosa batalla de la Noche Triste,
en la que los guerreros aztecas, al mando de Cuitláhuac, expulsaron a los
conquistadores de Tenochtitlán; presenció la captura y el tormento de
Cuauhtémoc, antes de que éste fuese colgado en un lejano bosque de las Hibueras
y antes de que el Imperio Azteca fuese finalmente sometido a sangre y fuego.
Desde
entonces, Hernán Cortés, capitán general de la armada, y Malinche se paseaban
por templos, plazas y calzadas, contemplando el nacimiento de una nueva urbe en
medio de la desolación y la muerte. Sobre la ciudad destruida se edificaba otra
ciudad distinta, sobre las ruinas de los antiguos templos se construían otros
templos y sobre las antiguas creencias se imponía un proceso de evangelización
para extirpar las idolatrías.
Los amantes, que a lo largo de la conquista lucharon
codo a codo, en las buenas y en las malas, bajo el sol y bajo la lluvia, se
fundieron como el anverso y reverso de una misma moneda, dispuestos a iniciar
el traumático mestizaje en las tierras de la Nueva España, que emergió del
violento encuentro entre vencedores y vencidos.
El proyecto de la novela, que nació de la inquietud de
conocer los entretelones de un hecho histórico grandioso y fascinante, como fue
la conquista del Imperio Azteca, me llevó a revisar algunos documentos de la
época, escritos por los cronistas que acompañaron a Cortés en su campaña
militar, que se inició en 1519 y culminó en 1521, hasta que por fin, mientras
leía los relatos parecidos a los que se leen en Amadís de Gaula, de Rodríguez de Montalvo, o Tirante el Blanco, de Joanot Martorell, me vi atrapado en una
maraña de datos que constituyeron la base de esta novela histórica.
Lo interesante de esta epopeya, escrita casi siempre por
hombres, era que Malinche, en su condición de esclava y mujer indígena, no fue
rescatada en su verdadera dimensión histórica debido al prejuicio patriarcal de
entonces; lo peor es que, en la visión de muchos mexicanos, ella pasó a
simbolizar a la mujer que se entregó a los conquistadores, traicionando a sus
hermanos de raza y cultura. Lo que yo quise hacer con la novela fue
reivindicarla en su condición de mujer y situarla en un proceso histórico que,
a pesar de la destrucción y la violencia encarnizada, inició el mestizaje, el
sincretismo religioso y el nacimiento de nuevas culturas en las tierras ocupadas.
La conquista fue un hecho trascendental para la Corona
española y las tropas de Hernán Cortés, quien, montado en brioso caballo y
acompañado de otros tres jinetes que formaban la vanguardia, ingresó al corazón
del Imperio Azteca, seguido por cuatrocientos españoles de a pie, resguardados
por doce de a caballo, la artillería, otro escuadrón de jinetes, los bagajes y
más de seis mil indígenas que se aliaron con los conquistadores para derrotar
al emperador Moctezuma, a quien lo consideraban su enemigo principal.
La conquista implicó un genocidio de gigantescas
proporciones y la destrucción de una de las civilizaciones precolombinas más
significativas de lo que sería el continente americano. Los supervivientes del
asedio, en medio de las masacres y el saqueo despiadado de sus riquezas,
abandonaron la ciudad de las pirámides, dejando atrás un reguero de muertos y
heridos por las armas de artillería y caballería de quienes serían los nuevos amos
en las tierras del llamado Nuevo Mundo.
En cada capítulo de la novela, estructurada sin más recursos que el arte de la palabra escrita y los datos cronológicos que proporciona la historia, se reconstruye la vida de una esclava indígena convertida en señora durante la épica empresa de conquista de la esplendorosa civilización azteca. Sin embargo, aunque en la novela se manejan hechos y personajes de la vida real, tiene un tratamiento literario donde se amalgaman la realidad y la ficción.
Por otro lado, la elaboración de La señora de la conquista me enseñó que para escribir una novela
histórica había que ser un meticuloso observador de las relaciones sociales y
un auténtico relator de los sentimientos humanos que, en mi modesta opinión,
son dos de los factores inherentes en una buena creación literaria, sobre todo,
cuando está anclada en un proceso histórico tan complicado como fue la
conquista de la civilización azteca, donde se experimentó el predominio de una
cultura sobre otra y el sometimiento de los vencidos a los valores
ético-morales de los vencedores.
La señora de la conquista, al ser una
historia que explaya la relación sentimental entre Malinche y Hernán Cortés, me
permitió explotar una temática que no siempre se refleja en las novelas
históricas. En este libro, en cambio, el amor es concreto en lugar de
platónico. Así que las escenas amorosas y eróticas aparecen descritas con una
sensualidad que está presente en varios episodios. Considero que la relación
entre un hombre y una mujer, que representan a diferentes culturas, no solo es
compleja, contradictoria y difícil, sino que aporta elementos que enriquecen
una narrativa de amor, que surge en medio del desencuentro cultural, los
fragores de la guerra, las matanzas, los saqueos y la zozobra que no duerme ni
deja de acechar a cada instante.
Aunque Malinche fue la concubina de Hernán Cortés entre 1519 y 1525, el
capitán general de la armada, que tuvo en ella su hijo mestizo Martín, la casó
con el hidalgo español Juan Jaramillo, quien, a pesar de que ella era india,
madre soltera y ex concubina de dos españoles, la aceptó como a su legítima
esposa y tuvieron una hija a la que llamaron María. Se especula que con este
enlace matrimonial, Hernán Cortés cumplió la promesa de libertad que le había
prometido a ella al inicio de la conquista, aparte de que le pagaba por sus
servicios otorgándole las encomiendas de Huilotlán y Tetiquipac –que por
herencia le correspondían– y le proporcionó una excelente posición social. No
obstante, la vida de concubinato y marital de Malinche, aunque se quedó en una
casa que Cortés le construyó en Coyoacán, muy cerca de Tenochtitlán, no tuvo un
final feliz. Fue separada de su primer hijo y, poco después de dar a luz a su
hija María, que tuvo con Juan Jaramillo, murió en la ciudad de las pirámides en
1529, víctima de la epidemia de viruela que en ese año asoló a la reciente
creada Nueva España.
Escribir la novela La señora de la conquista, desde el punto de vista literario y personal, ha significado constatar que un escritor de nacionalidad boliviana no es ajeno a los acontecimientos que atañen a la historia de México y que es capaz de abordar una temática que tuvo su epicentro en la época en que los conquistadores ibéricos andaban tras la búsqueda de nuevas tierras, que poseían las riquezas que las monarquías europeas necesitaban para su propia sobrevivencia, sus guerras de expansión territorial y el afán de establecer su dominio político, social, económico, religioso y cultural en todas sus colonias, donde se cometieron crímenes de lesa humanidad y se impuso, a nombre de Dios, el Rey y el Papa, un régimen virreinal que blandía la cruz y la espada como efectivas armas de colonización.
jueves, 9 de noviembre de 2023
HISTÓRICAS MUJERES DEL NORTE DE POTOSÍ
En los pasados días, y con motivo de celebrar un
aniversario más de la gesta libertaria de la ciudad de Potosí, que se
concretizó el 10 de noviembre de 1810, salió a luz el folleto Nortepotosinas en la historia de la mujer
boliviana, elaborado por el escritor Víctor Montoya y la bibliotecaria
Lourdes Peñaranda Morante, actual responsable del Archivo Histórico Minero de
Catavi, Regional de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL).
El folleto, publicado bajo el sello de Ediciones La Cueva del Tío, es un compendio que
registra a las mujeres que, con autoridad moral y esfuerzo tesonero,
descollaron en distintos ámbitos a nivel local, nacional e internacional, como
dignas representantes de las mujeres nacidas en las provincias de la zona norte
del departamento de Potosí.
En el preámbulo se afirma: La historia de Bolivia está llena de eventos heroicos donde las mujeres
fueron las grandes protagonistas, y las nortepotosinas, en el siglo XIX, XX y
XXI, han hecho su parte, desde las trincheras del hogar, la vida política,
sindical, económica, cultural, deportiva y la investigación científica, sin más
propósito que legitimar sus derechos en una sociedad patriarcal, que durante
siglos la negó por su condición biológica y su lugar en las esferas
sociopolíticas del país (…) Por fortuna, en la actualidad es evidente la
presencia de las mujeres en todos los estamentos del Estado, con iniciativas
que defienden los derechos de la mujer y velan por los intereses de una nación
con equidad de género, justicia social, exenta de racismo y toda forma de
discriminación. Las mujeres nortepotosinas brillan con su presencia en la
historia de la mujer boliviana. Ahí tenemos el caso de María Amelia Chopitea
Villa, la primer doctora boliviana; las escritoras Martha Mendoza Loza, Tula
Mendoza Loza, Paz Nery Nava Bohórquez, Jael Oropeza de Pérez; las compositoras
de música folklórica como Luzmila Carpio Sangüesa, Cornelia Veramendi Mamani y
Nardy Barrón; las investigadoras como Amalia Dávila de Gallardo, Carola Campos
Lora; las deportistas Paulina Medrano, Judith Quiñones, Judith Terceros y
muchas otras que, debido a razones obvias, aún no se han dado a conocer en la
vida pública, pero que, debido a su talento y su aporte significativo en el
campo de las ciencias, la tecnología, el deporte, la política y la cultura, un
buen día ocuparán, con legítimo derecho, el lugar que les corresponde en la
historia nacional (…) Esperemos que estos apuntes de nombres y datos, reunidos
en el presente folleto, además de echar más luces sobre una realidad no siempre
visibilizada por la historia oficial, sirva para ir rescatando a las mujeres
nortepotosinas que supieron contribuir al desarrollo del país con la fuerza de
su inteligencia, su honda sensibilidad, su asombrosa creatividad, su
inclaudicable lucha y su gran valor humanista.
El folleto Nortepotosinas
en la historia de la mujer boliviana (noviembre, 2023), es el inicio de un
trabajo de largo aliento, que requiere sistematizar los datos sobre la vida y obra
de quienes, acaso sin pensarlo ni proponérselo, se convirtieron en
personalidades paradigmáticas, constituyéndose en ejemplos para las jóvenes del
presente y el futuro, y en mujeres que, contraviniendo los códigos retrógrados
y conservadores, se atrevieron a tumbar los muros del sistema patriarcal y
romper con las ataduras del machismo, que no siempre supo reconocer las virtudes
de la mujer ni aceptar su ineludible presencia en los diversos contextos de la
vida nacional.
martes, 10 de octubre de 2023
AUTOR
BOLIVIANO RECONOCIDO EN PERÚ
En
el marco del 42 Encuentro Nacional e Internacional de Literatura Infantil y
Juvenil en Perú, auspiciado por la APLIJ y la Universidad Nacional Daniel
Alcides Carrión de Cerro de Pasco, el escritor Víctor Montoya fue reconocido
por la Universidad, con una Resolución Vicerrectoral Académica y una Medalla de
Honor otorgada por la comisión organizadora del Encuentro, en homenaje al
escritor pasqueño Armando Casquero Alcántara, nacido en 1923 y fallecido en
1968.
El
escritor boliviano, a tiempo de recibir la medalla, agradeció a los docentes y
estudiantes del Programa de Estudios de Comunicación y Literatura de la Universidad, con sede en la ciudad de
Oxapampa, y a los directivos de la Asociación Peruana de Literatura Infantil y
Juvenil, que vienen promoviendo anualmente la producción y difusión de una de
las literaturas que, en las últimas décadas, se ha establecido como una de la
más importantes en el ámbito de las letras universales.
martes, 19 de septiembre de 2023
VÍCTOR MONTOYA INVITADO A ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ESCRITORES EN PERÚ
El
narrador boliviano participará en el XLII Encuentro Nacional e Internacional de
Literatura Infantil y Juvenil - APLIJ, en homenaje al escritor cerreño Armando
Casquero Alcántara, a realizarse en la ciudad de Oxapampa-Perú, entre el 28 y
30 de septiembre de 2023. El Encuentro está organizado por la Universidad
Nacional Armando Alcides Carrión de Cerro de Pasco, en el marco de su Programa
de Estudios de Comunicación y Literatura.
Víctor Montoya dará una conferencia sobre el libro de texto y la literatura infantil y juvenil fantástica. Al término del Encuentro, está también invitado a dictar conferencias en torno a la literatura minera para docentes y estudiantes de la Escuela de Formación Profesional de Educación Secundaria y la Facultad de Ciencias de la Educación y Literatura de la Universidad Nacional Armando Alcides Carrión, donde permanecerá hasta el 2 octubre, conforme a la invitación cursada por el Director Armando Carhuachín, el docente David Elí Salazar y el escritor Roberto Rosario Vidal.
miércoles, 30 de agosto de 2023
NUEVA EDICIÓN
DE CONVERSACIONES CON EL TÍO DE POTOSÍ
Ya se publicó
la segunda edición de Conversaciones con
el Tío de Potosí, del escritor Víctor Montoya, bajo el sello del Grupo
Editorial Kipus, que se puso a la venta en la Feria Internacional del Libro en
La Paz, el pasado mes de agosto de 2023. Se trata de una edición corregida y
aumentada, conforme a las expectativas del autor y la línea editorial de Kipus,
que no dudó en apostar, una vez más, por este libro demandado por los lectores
de todo el país, debido a que estos relatos, en los cuales el autor entabla
polémicas discusiones con el Tío de
la mina, se abordan temas tanto profanos como sagrados, en los que no están
exentos los tratados filosóficos, la sabiduría popular, los postulados
religiosos y una fuerte dosis de humor que genera encendidas sátiras
sociocultural del presente y el pasado.
El autor nos
propone una lectura atenta de los diálogos, manejándose con recursos
escriturales que deslumbran por su sencillez y precisión idiomática; una
impronta que suele definir a los escritores que se esmeran en transformar el
lenguaje coloquial, como por arte de magia, en una pirotecnia verbal revestida
de calidad ética y estética tanto en su forma como en su contenido; una
verdadera obra de creación literaria en la que se ensamblan, atados por el hilo
argumental de los relatos, los elementos propios del realismo social
y la fantasía del imaginario popular.
Esta obra literaria es un buen ejemplo de que la mitología
minera tiene sus genuinos protagonistas y que la cosmovisión andina puede ser
escrita y descrita a partir de las aventuras y desventuras de ese ser demoniaco
creado por la imaginación de los mineros, conocido popularmente con el nombre
de Tío, quien reina en las entrañas
de la tierra, mimetizándose en oscuridad de las galerías, donde estableció su
soberanía entre las vetas de mineral incrustadas como anguilas en las rocas de
la Pachamama.
En las
páginas del libro se cuenta que los mitayos de la colonia, que penetraron en
los socavones para trabajar en condiciones de esclavitud, lo encontraron
solitario y silencioso en los recovecos de la mina. En principio lo
confundieron con el diablo de las creencias bíblicas, con sus facultades de
maldad, fealdad y generadora de vicios y maleficios; pero después, al advertir
que tenía actitudes más de bondad que de maldad, lo reconocieron como al Supay (Diablo), deidad ancestral del ukhupacha (mundo subterráneo),
reencarnado en el Tío, protector de
las riquezas minerales y los mineros, quienes, asumiendo una actitud de respeto
y sumisa veneración, lo incorporaron con honda fe en su mundo familiar, rindiéndole
pleitesía y bautizándole con el nombre de Tío,
dios y diablo de la cosmovisión andina y la mitología minera.
Sea verdad o
sea mentira, lo cierto es que los 38 relatos reunidos en Conversaciones con el Tío de Potosí, proyectándose en una dimensión
de realidad y fantasía, penetran en la conciencia y sensibilidad del lector,
interesado en conocer el mundo mágico de
las minas y los mineros, quienes, lejos de las tragedias descritas en la
literatura del llamado realismo social,
son individuos que tienen creencias y tradiciones arraigadas en las
supersticiones propias de las culturas ancestrales, que aprendieron a
sobrevivir a la catequización y extirpación de idolatrías.
En el primer
relato, titulado El Tío del Sumaj Orq´o,
el autor nos presenta al personaje principal de la obra. Seguidamente, ambos se
encierran en un cuarto apenas iluminado por una mortecina luz, para
intercambiar opiniones sobre diversos temas que son de carácter pagano,
religioso y científico, como si de veras los diálogos estuviesen estructurados
sobre la base de argumentos válidos, ya sea para los creyentes como para los
angosticos.
Los diálogos y las disputas entre el autor y el Tío son principales pilares que sostienen la estructura básica del libro, donde se lo retrata al personaje central, con sus luces y sus sombras, como si fuese un interlocutor de carne y hueso, y no un personaje mitológico creado por la fuerza y el candor de la invención popular, con varios atributos que recuerdan al príncipe de las tinieblas o al mismísimo Lucifer del infierno.
Conversaciones con el Tío de Potosí es un libro que, a lo largo de sus 328
páginas, ofrece conocimientos, entretenimiento y, lo más importante, un paseo
literario por los laberintos de un personaje, mitad dios y mitad demonio, que
puede moverse por doquier, con la misma destreza y sutileza de quien posee una
personalidad omnipotente y poderes mágicos, capaces de envilecer a cualquiera
que se deje llevar hacia el interior de la mina, hacia un tétrico submundo,
donde los topos humanos explotan las rocas para hacerse de las riquezas
minerales que le pertenecen a la Pachamamma, al Tío y la Chinasupay, al
menos, según las tradiciones de quienes están acostumbrados a rendirles culto a
los elementos mágicos y míticos, reales y ficticios, vivos y muertos de la
cosmovisión andina.
Conversaciones con el Tío de Potosí es una de las obras centrales en la
literatura minera escrita por el autor, que ya antes nos había sorprendido con
libros como Cuentos de la mina, El
laberinto del pecado y Crónicas
mineras; toda una temática que no deja de fascinar a los lectores tanto
dentro como fuera del país. En opinión de la crítica literaria, la narrativa de
Víctor Montoya es una suerte de versión moderna de los cuentos y novelas de
ámbito minero, una nueva forma de abordar, desde la perspectiva del Tío, el realismo mágico y mítico de los
mineros bolivianos.
miércoles, 26 de julio de 2023
FILEMÓN ESCÓBAR EN LA MEMORIA
El folleto La importancia
de llamarse Filippo, parte integrante de una serie que está siendo
publicada por Ediciones La Cueva del Tío,
recoge el testimonio personal del autor, quien conoció al líder e ideólogo
minero, Filemón Escóbar, desde su más tierna infancia, desde cuando vivía en las
poblaciones de Llallagua y Siglo XX; escenarios donde la clase obrera
experimentó triunfos y derrotas en sus históricos enfrentamientos contra las
tropas armadas de los gobiernos de la oligarquía minero-feudal y las dictaduras
militares.
Filemón Escóbar, más conocido como Filippo en el entorno familiar y
cotidiano, fue un destacado dirigente sindical e ideólogo boliviano, cuyas
concepciones políticas causaban polémicas y eran motivos de controversias, una
constante que marcó su vida pública y lo puso siempre en el ojo del huracán.
Era dueño de una inteligencia natural y de un bagaje
cultural que lo convirtió en un verdadero intelectual
obrero, capaz de batirse, de igual a igual, con los pensadores más
prominentes del ámbito cultural y político boliviano. En su ardua lucha en defensa de los derechos
laborales y sindicales de los obreros, destacó desde su juventud en el
sindicato de trabajadores de Siglo XX. Ejerció como dirigente de la Federación
Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) y de la Central Obrera
Boliviana (COB).
En 1986, mientras era secretario general del sindicato
Mixto de Trabajadores de Catavi, redactó la Tesis
de Catavi, cuyo argumento central era oponerse al Decreto 21060 y la relocalización, y crear un Plan de
Emergencia para la rehabilitación de COMIBOL y la diversificación de la
producción. El documento fue aprobado primero por el sindicato de Catavi y
posteriormente, como documento oficial de los trabajadores bolivianos, en el
XXI Congreso Nacional Minero, realizado en la ciudad de Oruro, entre el 12 y 19
de mayo de 1986. Poco después, con los argumentos de esta tesis se realizó la Marcha por la Vida durante el gobierno
proimperialista y neoliberal de Víctor Paz Estenssoro.
En su dilatada actividad política y sindical, elogiada
por unos y criticada por otros, ocupó un escaño en la Cámara de Diputados entre
1989 y 1993. Asimismo, en el periodo legislativo 2002-2003, ocupó la
vicepresidencia del Senado, cuando ocupaba la secretaría general del Movimiento
Al Socialismo (MAS), partido que fundó junto a las federaciones de cocaleros
del Chapare y del que fue expulsado por diferencias políticas e ideológicas.
Escribió varios libros, desde Testimonio de un militante obrero (1984) hasta Semblanzas (2014), motivado por la necesidad de transmitir, con su
puño y letra, sus experiencias vividas y sufridas, y sin más esperanzas que
dejar un testimonio aleccionador para los luchadores sociales del presente y el
futuro.
El 21 de agosto de 2023, en homenaje a su legado
político y sindical, y en coordinación con la subalcaldía de Catavi, se le
erigirá un monumento cerca de los predios del sindicato de trabajadores de este
distrito, donde se estructuró la empresa minera más importante del mundo, desde
que Simón I. Patiño adquirió, en 1924, las propiedades del consorcio chileno
que explotaba estaño en la montaña de Llallagua; en las pampas de este mismo
distrito se ejecutó la masacre de 1942 y se firmó el Decreto de la
Nacionalización de las Minas el 31 de octubre de 1952.
El folleto La importancia de llamarse Filippo está ilustrado con fotografías de Filemón Escóbar, captadas en distintas etapas de su vida política y sindical, pero también de su vida pública y familiar. El texto, que es una suerte de crónica periodística, fue escrito después de su deceso, acaecido en la ciudad de Cochabamba, a causa de un cáncer de pulmón, el 6 de junio de 2017.
miércoles, 19 de julio de 2023
BREVE SEMBLANZA DE EDGAR HURACÁN RAMÍREZ
Edgar Huracán
Ramírez, sin lugar a dudas, fue uno de los dirigentes más emblemáticos del
movimiento obrero boliviano, el último de una generación de líderes que marcó
historia en los anales del sindicalismo revolucionario, donde Edgar Huracán Ramírez descolló con luces
propias, como si hubiese nacido con suficiente vocación para defender los
intereses de los trabajadores, que eran los principales sujetos de su vida y
sus ideales.
El folleto refleja apenas un apéndice de su larga
trayectoria, contemplada desde la perspectiva del autor, quien tuvo la fortuna
de haberlo conocido en persona y haber compartido con él algunas testeras,
donde se abordaron temas políticos, literarios y culturales, desde la perspectiva
de los explotados, marginados y ninguneados.
Este valeroso dirigente minero, de firme personalidad
y convincente discurso, fue un estudioso de la realidad nacional, un
concienzudo analista político y un auténtico archivista, que se ganó el aprecio
de quienes tuvieron el privilegio de haberlo conocido en la cotidiana praxis.
Algunos incluso lo consideraban el héroe
de la archivística boliviana, con reconocimientos tanto nacionales como
internacionales.
Edgar Huracán
Ramírez se constituyó en un inevitable referente en la política y el
sindicalismo nacionales, debido a que sus aportes bibliográficos, basados en
sus experiencias vividas en carne propia, se trocaron en útiles instrumentos en
manos de los trabajadores empeñados en forjar un país más justo, libre y
democrático.
La vida y obra de Edgar Huracán Ramírez son dignos ejemplos para ser imitados por los
nuevos y jóvenes dirigentes de los sindicatos, de la Central Obrera Boliviana y
de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, no solo porque él
confiaba en la fuerza combativa de la juventud, sino también porque sabía que
el destino del país estaba en sus manos.
El presente folleto, publicado en Edición La Cueva del Tío, es la más recientes propuesta del
escritor Víctor Montoya, quien, con más o menos aciertos, intenta contribuir en
el apasionante rescate de la memoria histórica de los trabajadores del subsuelo
boliviano.
viernes, 14 de abril de 2023
LA
TEMÁTICA MINERA EN LA OBRA LITERARIA DE VÍCTOR MONTOYA
El
connotado escritor boliviano, celebrando el Día del Libro y del Derecho de
Autor, dictará una magistral conferencia sobre los orígenes y proyecciones de
su creación literaria vinculada a la realidad mágica y mítica del mundo minero.
La
conferencia se realizará el jueves 20 de abril de 2023, a Hrs: 15:00, en el
auditorio de la Carrera de Odontología de la Universidad Nacional Siglo XX, ubicada a un costado de la
Plaza del Minero del distrito de Siglo XX.
jueves, 16 de febrero de 2023
LAS REVELACIONES DEL TÍO EN CUENTOS DE LA MINA
Acaba de publicarse la segunda edición de Cuentos de la mina (Ed. Kipus, 2018),
del escritor Víctor Montoya, con treinta y cinco cuentos de variada extensión y
algunas fotografías que muestran la imagen del Tío de la mina, cuya estatuilla
fue modelada por los propios trabajadores en los parajes donde acuden a pijchar o acullicar.
En Cuentos de la
mina, escritos desde la visión del realismo fantástico, se recrean los
mitos y leyendas que giran en torno al Tío; un ser mitológico de carácter
ambiguo, mitad dios y mitad demonio, que simboliza el sincretismo religioso
desde la época de la colonia.
Víctor Montoya hace gala de las creencias y
supersticiones que reinan en la cosmovisión andina, donde sobreviven los ritos,
usos y costumbres de las culturas originarias. En los cuentos se retrata la
vida cotidiana de los mineros; sus luchas, tragedias y esperanzas, pero también
sus tradiciones vinculadas al realismo fantástico y las consejas
pagano-religiosas, donde el Tío de la mina está considerado como el guardián de
las riquezas minerales y el amo de los trabajadores del subsuelo.
Su amante, la Chinasupay
(diablesa), posee un fuerte atractivo erótico en el imaginario popular, aparece
y desaparece misteriosamente en los sueños y las pesadillas de los mineros,
quienes la temen tanto como al mismísimo Tío. Algunos incluso creen que la Chinasupay es la encarnación del Tío
que, a modo de poner a prueba su poder de atracción sexual, se transforma en
una mujer capaz de envilecer a los mineros solitarios y desprevenidos.
El Tío es el protagonista principal en Cuentos de la mina. El autor, desde un
principio, intenta responder la siguiente pregunta: ¿Por qué el diablo se llamó Tío? La explicación, narrada de una
manera sorprendente y lúcida, la encontramos a lo largo del libro, donde se
afirma que el Tío, en su estado demoníaco, hace suya a una chola de buen
parecer, en quien engendra a un hijo que nace con el aspecto de iguana.
Entonces el poder eclesiástico, al constatar que la criatura no es la hechura
de Dios sino del diablo, condena a la madre y al hijo a perder la vida en una
hoguera. Es por eso que el diablo, según se relata en el libro, actúa en
venganza propia y causa estragos entre los pobladores, hasta que los mineros le
suplican perdón por el asesinato de su legítimo heredero. El diablo recapacita,
hace reaparecer los minerales en las galerías y decide llamarse Tío, a quien
los mineros, como en una suerte de pacto, deben rendirle pleitesía ofrendándole
sangre de llama blanca, hojas de coca, cigarrillos y aguardiente.
La segunda edición, aumentado y corregida, obedece al gran interés de los lectores por interiorizarse en el fascinante mundo de las minas, que es el hábitat natural de ese personaje sobrenatural venerado por los mineros, quienes trabajan en las oscuras galerías, sin otra ilusión que ganarse el pan del día y salir con vida de las tenebrosas entrañas de la Pachamama.
El libro, desde que se publicó por vez primera en
Suecia (Ed. Luciérnaga, 2000), despertó un inusitado interés entre los lectores
nacionales y extranjeros. Se ha traducido a varios idiomas y ha sido
ampliamente comentado por la crítica literaria. En la contratapa de la segunda
edición de Cuentos de la mina, a
cargo del Grupo Editorial Kipus, se incluyen algunos comentarios destacando la
temática del libro y la capacidad narrativa del autor.
En palabras del historiador y escritor argentino
Fernando Soto Roland, el maravilloso
libro de Víctor Montoya, ‘Cuentos de la mina’, aclara desde la literatura todo
aquello que los historiadores no podemos captar con la sencillez e inmediatez
que es tan propia de los escritores de raza. Y Montoya ha probado sobradamente
que lo es. En su obra, sin teorías venidas de otros oficios, el autor recrea
con naturalidad el imaginario del minero boliviano a través de una serie de
cuentos en donde quedan plasmadas las desdichas y esperanzas de ese colectivo
humano utilizando como marco de encuadre a uno de los personajes más
emblemáticos del sincretismo americano: ‘El Tío de la Mina’, dueño sobrenatural
y soberano absoluto de la oscuridad y sus riquezas.
El escritor uruguayo Leonardo Rossiello, al cabo de
leer el libro en su primera versión, no dudó en aseverar que leer ‘Cuentos de la mina’ significa
sumergirse en el mundo sincrético de las creencias mineras de Bolivia. Los
textos, como si fueran galerías de una mina, se van adentrando en las
diferentes actualizaciones del sincretismo cultural que supone la figura y
leyenda del ‘Tío’, así como su significación para los mineros.
No es menos interesante la opinión del poeta e
investigador orureño Alberto Guerra Gutiérrez, quien, como todo conocedor del
folklore nacional, los mitos y las leyendas mineras, afirmó en su comentario: Este libro es el fiel reflejo del
pensamiento, los sentimientos, usos y costumbres que caracterizan a las
poblaciones mineras bolivianas y su entorno físico andino, ya que los hechos en
él relatados, se desarrollan en los centros mineros de Siglo XX, Potosí y
Oruro, en cuanto a las manifestaciones mitológicas y legendarias que dan origen
a acontecimientos culturales de extraordinaria magnitud, como el Carnaval de
Oruro y los ritos litúrgicos propios de una religión ecléctica que rige en
América desde el desenlace de la dominación española.
Para el escritor Alfonso Gumucio Dagron, que entró en contacto con el mundo minero como fotógrafo y documentalista, no cabe duda que Víctor Montoya rescata prolijamente las tradiciones y leyendas de la mina y se convierte en un cronista del mundo fantástico que emerge del socavón. Sus relatos son metáforas sobre la existencia fantasmal que se atribuye a los mineros más empobrecidos, muertos en vida por la silicosis y la ausencia de horizonte. Sin haber tenido la vivencia de penetrar en la mina es difícil describir con tanta propiedad esa sensación de ahogo, de oscuridad absoluta y de humedad sexual que se respira en los socavones.
Los comentarios citados líneas arriba, con
apreciaciones analizadas desde distintos ángulos, coinciden en señalar que el
libro, que aborda una temática propia de la nación boliviana, es un valioso
aporte a la literatura de ambiente minero que, desde la publicación de En las tierras del Potosí (1911), de
Jaime Mendoza, conforma una vertiente importante en el contexto de las letras nacionales.
La literatura minera, con autores como Víctor Montoya,
no solo ha ganado un espacio preponderante a lo largo del siglo XX, sino que se
ha consolidado entre los lectores nacionales y extranjeros, quienes buscan una
literatura que surja desde las mismas entrañas de la tierra, contándonos las
tragedias y esperanzas de los mineros, pero también revelándonos el mundo
mágico y mítico de la cosmovisión andina, donde el Tío de la mina, personaje
ambiguo entre lo sagrado y lo profano, es venerado como el protector de las
familias mineras y como el amo indiscutible de las riquezas minerales.
Víctor Montoya, con su libro Cuentos de la mina, se sitúa entre los autores de la segunda mitad
del siglo XX, que transitaron de la literatura del realismo social, en la que se proyectaron las luchas de
reivindicación socioeconómica de los trabajadores, hacia la literatura del realismo fantástico, que se ocupa de
recuperar los mitos, leyendas y relatos que, casi en su integridad, giraban en
torno a la figura del Tío de la mina.
Con Cuentos de
la mina queda confirmado que el mundo minero sigue siendo una fuente
inagotable de inspiración para los autores nacionales y una de las canteras que
mejor se presta para construir una genuina obra literaria, que apasione a los
lectores interesados en conocer las tragedias y maravillas atrapadas entre las
altas montañas de los Andes, donde las galerías de una mina cuentan sus propias
historias forjadas de realidad y fantasía.
miércoles, 28 de diciembre de 2022
CATAVI EN LA MEMORIA
El escritor Víctor Montoya, con motivo de
recordar los 80 años de la masacre minera ejecutada en los Campos de María
Barzola, el 21 de diciembre de 1942, publicó el folleto Catavi en la memoria, a
partir de sus recuerdos de infancia y adolescencia, y a la luz de los datos
históricos que incriminan a los directos responsables de ese crimen de lesa
humanidad, quienes actuaron obedeciendo las órdenes de los jerarcas de la
Empresa Patiño Mines y las Fuerzas
Armadas al servicio de la oligarquía minero-feudal.
La población de Catavi, centro
administrativo de la empresa minera de Simón I. Patiño en el pasado siglo y
submunicipio del Gobierno Autónomo Municipal de Llallagua en la actualidad,
tiene su propia historia desde que se introdujo en estas tierras la más
avanzada tecnología para la prospección, explotación e industrialización
minera.
Esta crónica, narrada desde la perspectiva
del autor, es una suerte de reconstrucción del pasado a partir de los recuerdos
aferrados en la memoria, con todas sus luces y sus sombras, pero enfocado
siempre en contemplar los recovecos de una población que, durante la época
conocida como la Era del Estaño, tuvo
sus enormes resonancias económicas, políticas, sociales y culturales a nivel
mundial.
Catavi en la memoria es un texto destinado a los lectores interesados en conocer algo más
sobre el legado patrimonial de una población tradicionalmente minera, cuyas
grandezas y miserias, lejos de permitir que se pierdan entre los polvos del
olvido, deben ser rescatadas en su verdadera dimensión, con el propósito de
perpetuarlas en los anales de la historia nacional.
domingo, 18 de septiembre de 2022
PRESENTACIÓN
DE LA NARRATIVA MINERA DE PERÚ Y BOLIVIA
El
Archivo Histórico de la Minería Nacional de la Comibol/Regional Catavi y
la Dirección General de Extensión de la Universidad Nacional Siglo XX, en el marco de la Feria
Nacional del Libro del Municipio de Llallagua, a desarrollarse del 20 al 23 de
septiembre, invitan a la
presentación de la antología:
LA NARRATIVA MINERA PERUANO-BOLIVIANA
De los escritores Víctor Montoya y Roberto Rosario V.
El
evento se realizará el 21 de septiembre, a Hrs.15:00, en el Salón de Eventos Académicos
de la Universidad Nacional Siglo XX,
ubicado en la Plaza 6 de Agosto de la ciudad de Llallagua.
La
presentación y los comentarios estarán a cargo de:
Lourdes
Peñaranda Morante, responsable del Archivo Histórico Minero de Catavi.
Félix
Tórrez Miranda, director de Radio Pio XII
de Siglo XX.
Víctor
Montoya, coautor de la antología.
Los
organizadores agradecen de antemano por su gentil asistencia.
miércoles, 13 de julio de 2022
NUEVO RECONOCIMIENTO PARA EL ESCRITOR
VÍCTOR MONTOYA
El pasado lunes 17 de julio, en el
marco del XXVI aniversario de fundación de la sub alcaldía del distrito de
Siglo XX, fue reconocida la labor literaria de Víctor Montoya, cuya obra está
dedicada al rescate de la historia, mitos, relatos y leyendas de esta población
minera, conocida en la pasada centuria como “el laboratorio de la revolución
boliviana”.
El acto de reconocimiento se llevó a
cabo en una sesión de honor y ante la presencia de los dirigentes de la
Federación de Juntas Vecinales (FEJUVE), autoridades ediles, representantes de
la Universidad Nacional “Siglo XX”, el Archivo Histórico Minero de Catavi y
diversas instituciones culturales y políticas de la ciudad de Llallagua.
Adalid Jorge Aguilar, alcalde del
Gobierno Autónomo Municipal, hizo la entrega del reconocimiento en medio de un
voto de aplausos y palabras que destacaron el significativo aporte del escritor
al conocimiento de los valores históricos, políticos y culturales de una de las
principales poblaciones mineras del norte de Potosí.
Víctor Montoya, autor de más de una
veintena de libros, se sintió honrado por el reconocimiento y agradeció a la
sub alcaldía por haberlo convocado a la sesión de honor en su XXVI aniversario
de fundación.
sábado, 18 de junio de 2022
PRESENTACIÓN DE LIBRO Y CONVERSATORIO EN TORNO A LA MASACRE MINERA DE SAN JUAN
La masacre minera de San Juan, acaecida en la madrugada del 24 de junio de 1967, fue perpetrada por la dictadura militar de René Barrientos Ortuño, quien, sometido a los intereses de la CIA y el gobierno norteamericano, ordenó intervenir militarmente las poblaciones mineras del norte de Potosí, con la finalidad de evitar la realización del ampliado nacional minero en el distrito de Siglo XX, que debía iniciarse una vez concluida la tradicional fiesta de la noche de San Juan.
El gobierno pro-imperialista tenía la información de que los mineros de Catavi, Siglo XX y Huanuni tenían vínculos con la guerrilla que estalló en las montañas de Ñancahuazú, al sudeste del país, y que el ampliado nacional minero tenía el propósito no solo de elaborar un pliego de peticiones socioeconómicas, sino también asumir medidas de apoyo moral y material a la gesta armada del comandante Ernesto Che Guevara.
Las tropas del ejército tomaron por sorpresa las calles y dispararon a mansalva contra las familias mineras, que en principio confundieron los disparos de las armas de fuego con los cohetillos y cachorros de dinamita que, como parte de la festividad, se usaban en la noche de San Juan. En aproximadamente tres horas, y cuando las menguantes fogatas se consumían en cenizas, la masacre estaba consumada, con un reguero de muertos y heridos en la población civil de Llallagua y los campamentos mineros de Siglo XX.
El escritor Víctor Montoya, que fue uno de los testigos de esa trágica noche que empezó siendo una fiesta y terminó siendo una masacre, compiló poemas y textos que abordan ese tema que se escribió con sangre en la historia del movimiento obrero boliviano. El libro, titulado La masacre de San Juan en verso y presa, será presentado en la ciudad de El Alto, auspiciado por el Grupo Cultural ALBOR, el jueves 23, a Hrs. 18:00, en el Centro Albor (Zona Villa Tejada Rectangular, Av. Cívica No. 517, Plaza Obelisco) y en la ciudad de La Paz, auspiciado por la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, el viernes 24, a Hrs. 10:00 a.m., en la Sala 2 del Centro de la Revolución Cultural (ex Estación Central).