jueves, 28 de marzo de 2024

HOMENAJE AL YARAWIKU WILLY FLORES

En el marco de la Primera Feria Internacional del Libro en El Alto, realizado entre el 7 y 17 de marzo, en la Terminal Metropolitana de la ciudad, se rindió un merecido homenaje al poeta, declamador, actor y dramaturgo alteño Willy Flores.

El acto central, en el que además se presentó su libro Los caminos del yarawiku, contó con la presencia de numeroso público, los declamadores jóvenes y niños del Centro ALBOR Arte y Cultura, más la participación del poeta aymara Clemente Mamani y el escritor Víctor Montoya, quienes destacaron, tanto en español como en aymara, la vida y obra del yarawiku y amauta Willy Flores (Ilabaya, 1979 – El Alto, 2020); un personaje destacado en el ámbito sociocultural de la ciudad más joven de Bolivia, donde aprendió a hablar el español en la escuela primaria, a declamar poemas en su adolescencia, obteniendo, en varios certámenes, los primeros lugares con sus interpretaciones poéticas. Fue fundador y director del Centro ALBOR Arte y Cultura desde 1997 hasta el día de su llorado fallecimiento, que fue provocado por la sañuda persecución política que se desató en su contra, por el simple hecho de haber sido empleado público del Ministerio de Culturas, después de los fatídicos acontecimientos en noviembre de 2019.

Puso en escena varias piezas de teatro, entre ellas, Las venas abierta de América Latina, basada en la afamada obra del escritor uruguayo Eduardo Galeano, y Bolivia Diez, en la que se refleja la historia de Bolivia y, específicamente, de la ciudad de El Alto, donde se recogen escenas que retratan la Guerra del Gas (octubre de 2003), las diversas convulsiones populares contra las dictaduras militares y los gobiernos neoliberales, sin omitir las masacres perpetradas por las fuerza de represión contra los obreros, campesinos y pueblo en general.

En palabras de Víctor Montoya, el poeta, actor y dramaturgo Willy Flores desarrolló un teatro de compromiso político. Estaba convencido de que, al mejor estilo de Bertolt Brecht, el arte servía también como un instrumento de transformación social, una nueva forma de hacer teatro revolucionario en tiempos en que la sociedad necesita de la concurrencia militantes de sus artistas para transformar las estructuras del sistema capitalista.

No cabe duda de que Willy Flores estaba ligado a sus raíces aymaras y al sentir de su pueblo cuando escribía sus poemas y sus piezas de teatro, que eran una suerte de gritos de protesta y denuncia contra las injusticias sociales y las discriminaciones raciales, Nunca cesó en su afán de crear conciencia crítica entre los espectadores y actores. Su contribución teatral y poética ha dejado profundas huellas en la población alteña, sobre todo, entre los jóvenes y niños, a quienes les dedicó lo mejor de su tiempo y su talento, como quien siembra un día semillas en las bellas artes de la poesía y el teatro, con la esperanza de que otro día florezcan con conciencia social y sabiduría.

Al finalizar el acto y durante la clausura de la Primera Feria del Libro en la ciudad de El Alto, el Gobierno Autónomo Municipal y las instituciones auspiciadoras de este importante evento cultural, hicieron entrega de un reconocimiento a Willy Flores, en manos de su viuda María Elena Cárdenas, actual directora del Centro ALBOR Arte y Cultura.