tag:blogger.com,1999:blog-18342400914801006802024-03-18T01:47:37.532-07:00VICTOR MONTOYALA CUEVA DEL TIO DE LA MINAVíctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.comBlogger545125tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-18541363213046905962024-02-05T11:45:00.001-08:002024-02-05T11:45:58.828-08:00Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-49183406227520688652024-02-05T11:45:00.000-08:002024-02-05T11:45:26.247-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguvIVfDkSonWyJ7z3dfYrCXc2KucwBdVmnSAy-DCQokVITBmrWiBNXH4I0Ewc6uqTFNcD6yQAN8Wk9tllpd1ees_ueTOYh-cyTvKAFdcY1p7Kf-8Nt5LGa9xVOXWkkBSv1fjkn5XvtyM0IVyQ-Ap0G0hNlfrwyP_8qx_LymFQWvjLeCp2JsutECrINv4g/s605/El%20alquimista,%20pintura%20de%20H.%20P.%20Lovecraft%20-%20copia111.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="605" data-original-width="605" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguvIVfDkSonWyJ7z3dfYrCXc2KucwBdVmnSAy-DCQokVITBmrWiBNXH4I0Ewc6uqTFNcD6yQAN8Wk9tllpd1ees_ueTOYh-cyTvKAFdcY1p7Kf-8Nt5LGa9xVOXWkkBSv1fjkn5XvtyM0IVyQ-Ap0G0hNlfrwyP_8qx_LymFQWvjLeCp2JsutECrINv4g/s320/El%20alquimista,%20pintura%20de%20H.%20P.%20Lovecraft%20-%20copia111.jpg" width="320" /></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span style="color: #f1c232; font-family: arial; font-size: medium;">EL CONDE ALQUIMISTA Y CAZADOR</span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">Un terrible suceso marcó la
vida del Conde. Cuando apenas tenía nueve años, en una actividad de cacería en
el monte, vio desangrarse a su padre, quien, no acostumbrado a llevar como
compañía a perros de caza, fue mortalmente atacado por una enorme bestia, parecida
a un jabalí, que le clavó los colmillos en el pecho y le arrancó a mordiscos el
corazón.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">Mientras
el padre se desangraba entre estertores de agonía, el niño, luego de espantar a
la bestia arrojándole piedras y emanando lacerantes gritos, se le acercó a paso
ligero, se postró de rodillas y vio como agonizaba su padre, cubriéndose con
las manos el hueco que quedó en su pecho. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">El niño
nada pudo hacer por él, salvo expresarle palabras de dolor y consuelo,
repitiéndole que lo quería mucho y prometiéndole que algún día vengaría su
muerte, atrapando a la bestia y dándole una muerte como jamás se vio en una
faena de cacería.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">Cuando
su padre cerró los ojos por última vez, el niño se mordió los labios y una lluvia
reprimida de lágrimas brotó por sus ojos y llegó a sollozar amargamente ante el
cadáver, sintiendo que todo había acabado ese día, que la vida sin su padre no
tenía ningún sentido, que no querría dormir ni comer. Todo había terminado ese
funesto día, ¡todo!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">No
había duda, la visión del brotamiento de sangre, más la impactante escena de la
muerte de su progenitor, lo persiguió al Conde a lo largo de su vida, como el
mayor trauma originado en su infancia. Además, mientras más transcurría el
tiempo, mayor era el odio que sentía contra las bestias salvajes y mayor su
obsesión por ver brotar la sangre de un cuerpo y de un palpitante corazón.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">Durante
su adolescencia y juventud, con la misma escopeta, calibre 12, y la misma daga de
caza, con hoja de acero y mango de cuero, que solía usar su padre, había dado
muerte a varios animales salvajes. Su obsesión por la sangre no desapareció de
su mente, ni cuando conoció a la mujer que conquistó sus sentimientos en una
fiesta de gala, donde él asistió sentado en una carroza tirada por cuatro
caballos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">Ella
quedó maravillada por la atractiva elegancia y sorprendente belleza del Conde,
vestido a la usanza de los hombres de la aristocracia de otros tiempos. Su
bastón con cabezal marmolado, su sombrero de copa y su capa de tres cuartos,
hacían juego con su negra barba de azulados reflejos, dándole una singular
presencia ante su atenta mirada de mujer acostumbrada al garbo y la gallardía
de los hombres capaces de penetrar en el corazón y el pensamiento de una mujer
de gustos extremos respecto a las características que debía poseer un hombre.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">Esa
misma noche, después de entablar una conversación amena e iniciar una relación
de atracción mutua en la pista de baile, se montaron en la carroza que los estaba
esperando fuera del local y se fueron en dirección a la mansión del Conde,
ubicada en las afueras de un pueblo de reminiscencias medievales. Ella estaba
impresionada por el poder económico que ostentaba su reciente conquista, quien
era siempre bien recibido por la servidumbre, a cualquier hora del día o de la
noche.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">Cuando
contrajeron matrimonio, ella comprendió que una de sus ocupaciones de su esposo
era salir de caza al monte y carnear a los animales untándose con sangre el
cuerpo entero, pero lo que nunca llegó a saber es que este hombre de aspecto
elegante y conducta desmesuradamente reservada, era un extraño <i>místico etílico</i>, que se entregó a la
alquimia en un intento por encontrar el modo de fabricar oro, mediante
experimentos que empezaban en su laboratorio, ubicado en los sótanos de la
mansión, y terminaba en la bodega, donde bebía cinco litros diarios de un añejo
vino de 22 grados. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">No
pocas veces, para alcanzar su objetivo y sin apenas dormir, se rodeó de brujos,
nigromantes, videntes y adoradores del diablo, que no eran otra cosa que un
grupo de embaucadores que le hacían creer que por prácticas de esoterismo y
magia negra, más que por sus experimentos de alquimia, lograría llenar sus
arcas con el preciado metal, que carecía de olor pero que tenía el color
parecido al excremento.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">Al cabo
de cierto tiempo, se dio cuenta que su sueño de fabricar oro no se hacía
realidad; por el contrario, los embaucadores le costaban una fortuna que lo
iban arruinando más y más, hasta que, desengañado y desvariado por su excesivo
consumo de alcohol, despidió a la gran mayoría de quienes se consideraban sus
leales y sabios colaboradores.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">Los
pocos que quedaron a su mando, sobre todo los brujos y adoradores de las
fuerzas malignas, no tardaron en persuadirlo que solo con la ayuda del Diablo
podía conseguir el oro que anhelaba. Él no estaba del todo convencido, pero
optó por seguir sus consejos, con la esperanza de que un buen día el dorado
metal se le apareciera a manos llenas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">Una
noche, mientras dormía en la bodega y luego de haber caído en un tremendo
delirium tremens, escuchó voces de ultratumba y tuvo alucinaciones de que se le
apareció el Diablo ante sus ojos, como un halo de fuego desvaneciéndose con la
misma ilusión fantástica con la que se le apareció en medio de la habitación
bañada por la pálida luz de los candelabros.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">Él no
supo qué hacer. Se mantuvo quieto como una roca y con la respiración contenida.
Después se levantó del camastro, abrió la puerta y salió de la bodega como un
demente, sosteniéndose apenas sobre los pies. Llamó a uno de los adoradores del
Diablo, casi muerto de pánico, y le solicitó que redoblasen los ensalmos y las
conjuras para que no se le volviese a aparecer el maligno, sin antes anunciar
su presencia, pues las inesperadas visitas no eran de su agrado. Su colaborador
le prometió que así lo haría y se retiró de la bodega, que emanaba un
inconfundible aroma a madera de roble y uva moscatel, macerado durante meses o
años en ese lugar de temperatura templada y oscura, donde las antorchas se
encendías solo cuando el Conde se encontraba en su interior, bebiendo hasta
caer rendido sobre el camastro y quedarse dormido hasta el amanecer.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">Todos
los días que el Conde se pasaba bebiendo en la bodega, su mujer se pasaba
metida en la alcoba, pero no sola, sino en compañía de otro cazador, que era el
amigo y compañero de caza de su marido; una relación de infidelidad del que no
se enteró el Conde, quien parecía estar feliz en la bodega, donde se le
aparecía el Diablo, pero no el oro. De modo que, más arruinado que antes,
despidió a todos sus colaboradores y volvió a dedicarse a una de las grandes
pasiones de su vida: la caza.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">Al
Conde le encantaba matar y carnear al animal en el mismo lugar donde había sido
abatido; una acción que le proporcionaba una enorme satisfacción. Es decir, el
simple hecho de ver brotar la sangre a borbotones, le causaba un insondable
placer, entretanto su presa se retorcía en el suelo, los ojos en blanco y las
patas estiradas en el aire.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">Así se
mantuvo por mucho tiempo, hasta el día en que, ni bien el sol declinaba hacia
el ocaso, él mismo sería cazado por otro cazador más veloz y más diestro en
manipular y disparar las armas de fuego.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">Estaba
en medio del monte, un día cualquiera de caza, cuando el Conde escuchó unas
pisadas acercándose hacía él. No sabía quién era porque el tupido follaje de
unos árboles no le permitía distinguir con nitidez a su perseguidor, quien no
tardó en mostrarse de cuerpo entero, con la escopeta en las manos y una extraña
expresión en el rostro.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">Cuando
el Conde lo vio de cerca, le clavó la mirada y, sin entender el porqué de la
persecución, exclamó:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">-¡Tú!
¿Qué haces aquí?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">El
amante de su esposa no dijo nada. Se plantó con las piernas abiertas, le apuntó
con la escopeta de cañón estriado, presionó el gatillo y le disparó contra el
pecho, desplomándolo de espaldas y los brazos en forma de cruz. La bala le
penetró por el pecho y le salió estallándole el pulmón derecho. La sangre saltó
a chorros y su corazón dejó de latir poco después. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">El
amante de su esposa miró por todos lados, para asegurarse que no había testigos
del crimen, se dio la vuelta y se alejó por el mismo sendero por donde había
llegado.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">No se
trataba de cualquier cazador, sino del amante de su esposa, quien, cada vez que
él se marchaba de caza, internándose en el monte de sol a sol, lo engañaba
acostándose con el amante en la misma alcoba y en la misma cama, donde él
dormía como un tronco después de haberse vaciado dos botellas de añejo vino en
la bodega, que era el sitio donde se refugiaba cada vez que le atacaba una
fuerte depresión por el trauma que le causó la muerte de su padre, un hombre
acaudalado, viudo y sin más herederos que el hijo que ahora yacía muerto en
entre los matorrales, lejos de su mansión y de su esposa, como una carroña
arrojada a los animales salvajes, que no tardarían en devorárselo entero, sin
dejar rastros alguno de su existencia.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;">Así es
como el cazador terminó siendo capturado por otro cazador que, además, se casó
con su hermosa esposa y se convirtió en el nuevo heredero de los bienes que
atesoraba en la mansión, donde nadie se preocupó por su ausencia. Y si algún
vecino o forastero preguntaba dónde estaba el Conde, la viuda se encargaba de
responder que el él hizo un pacto con el Diablo y que éste se lo cargó al
infierno, sin dar explicaciones ni dejar huellas de este hombre que se dedicó a
la alquimia y a cazar animales salvajes, sin advertir que un día lo perdería
todo por la traición de una mujer que un día le entregó su amor y que otro día se
lo quitó por el amor de otro cazador. </span></p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-13092464976806556492024-01-18T05:17:00.000-08:002024-01-18T05:17:05.095-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDa_ufF3VTYJidmN7SP9Ou5CGj4MK-jFyABreuW0VYLYIxal6ifocSHJGroT-4z5OK7NwXOYZO7dFTXfQMNgnvmWpPS2ijC9_iziQINfKMFVX8QTap8O0rmDg7ARKPllnBNUoie1Aa5_x88yei2lXqCgMbd_udP6G9vDWXB4nLSLJ7dqw4WQQJvN3HeFU/s553/Trois%20femmes%20et%20trois%20loups%20(tres%20mujeres%20y%20tres%20lobos),%20acuarela%20de%20Eug%C3%A9ne%20Grasset,%201900..jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="553" data-original-width="422" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDa_ufF3VTYJidmN7SP9Ou5CGj4MK-jFyABreuW0VYLYIxal6ifocSHJGroT-4z5OK7NwXOYZO7dFTXfQMNgnvmWpPS2ijC9_iziQINfKMFVX8QTap8O0rmDg7ARKPllnBNUoie1Aa5_x88yei2lXqCgMbd_udP6G9vDWXB4nLSLJ7dqw4WQQJvN3HeFU/s320/Trois%20femmes%20et%20trois%20loups%20(tres%20mujeres%20y%20tres%20lobos),%20acuarela%20de%20Eug%C3%A9ne%20Grasset,%201900..jpg" width="244" /></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #ffd966; font-size: medium;">LAS BRUJAS</span><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Mi abuela contaba que algunas brujas tenían pies palmeados
como los de un pato, cola de pez, pechos descomunales y que eran feas con
ganas, pero que podían cambiar de apariencia por medio de consumir pócimas
mágicas, convirtiéndose en mujeres jóvenes y bellas, con largas cabelleras que
peinaban con peinetas de oro y cuerpos esculturales que lucían lujosas prendas
hechas con telas exclusivas y joyas llenas de piedras preciosas. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Las brujas podían transformarse, después de salir del
encantamiento, en mujeres acaudaladas que poseían grandes riquezas y eran
dueñas de suntuosas mansiones. Sus palabras, que emergían de su boca azotadas
por una lengua larga como el látigo, poseían poderes sobrehumanos y su mente la
capacidad de adivinar el futuro de cualquiera, con solo mirarle a los ojos y
tocarle la palma de la mano. Además, podían comunicarse con los espíritus del
mal y con los difuntos. Preparaban ponzoñosos ungüentos, en base a fórmulas
secretas, para untarse en el cuerpo, desde los cabellos hasta la punta de los
pies, para ser invencibles e invisibles. Bebían brebajes afrodisíacos e
infusiones que tenían efectos especiales como alucinaciones y orgasmos, y que
atraían a los hombres como a las moscas a la miel. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Las brujas eran más activas de noche que de día. Se
parecían a Satanás, que tenían el atributo de disfrazarse de un sinnúmero de
animales domésticos y salvajes. Se desplazaban por los aires montadas a
horcajadas en el palo de una escoba, volaban rápidamente gracias a los poderes
concedidos por el diablo y se transportaban, de un lado a otro, empujadas por
una violenta ráfaga de viento. A veces, se parecían a una criatura mitad humano
mitad carnero, con cuernos en la cabeza, patas de cabra desde las caderas hasta
las pezuñas, orejas puntiagudas, abundante cabellera, nariz chata, cola de
caballo, dentadura con colmillos y ojos de fuego. Caminaban como los humanos,
pero se comportaban como los demonios;
gustaban de las bebidas espirituosas, eran amantes de los hombres jóvenes y
disfrutaban de los placeres físicos y la
promiscuidad sexual. No había luz de la divinidad que las intimide ni
ley humana que las dañe. Ellas eran dueñas absolutas de su cuerpo, como eran
juezas supremas de sus dichos y hechos.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Cuando le preguntaba a mi abuela si realmente existían esas
mujeres, que eran más poderosas que todos los santos juntos, ella, sin
sonrojarse ni sentir una pisca de pudor, me contestaba que sí, que incluso
algunos parroquianos, bajo los efectos del alcohol y el delirio, las veían, en
las noches lóbregas y sin estrellas, bajar desde la punta de los cerros en
carrozas de fuego, tiradas por briosos corceles de seis patas, llevando al
mismísimo diablo, con aspecto de macho cabrío, nada menos que sentado en sus
faldas y mamándoles los senos. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Las brujas que conoció o imaginaba mi abuela no eran de
este mundo, sino de otro que no fue creado por Dios sino por Satanás. Se comían
vivos a los niños recién nacidos y volaban por las noches como <i>thaparankus</i> (mariposas nocturnas de gran
tamaño), buscando posarse en el cuello de un hombre para chuparle la sangre
hasta dejarlo sin fuerzas ni conocimiento. Solo cuando sus víctimas caían
desmayados al suelo, emprendían vuelo en plenilunio y desaparecían bajo el
argentado reflejo de la luna y entre los mortecinos mantos de medianoche. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Si alguna vez le preguntaba cómo podía hacer para conocer a
una de esas brujas, mi abuela se limitaba a mirarme con ternura, como cuando
era niño, y no decía nada. Pero si yo insistía en buscar una respuesta a mi
pregunta, ella volvía a mirarme y, convirtiendo su voz en un extraño siseo, me
contestaba que las brujas estaban en todas partes, pero que solo se dejaban ver
con los hombres y las mujeres que creían en ellas, como cuando uno cree en el
Creador, aunque nunca se lo haya visto en ninguna parte, porque cuando uno
experimenta un trance de profunda fe, puede ver lo que no existe y oír voces en
medio del silencio.<u> </u><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiS_CB2nrIUQLzeO3ETmQojEAXJTnHisfDrmCSzxlTQXS2HCUIdhH9a0b2qQzruRAkD4e_015FyYm0U8LTub6mRWSIvy8PjKTTfUsLw9fw3Pz-NH_kdY6b713Dsi7lDUAIyyWoPjY-DuhiXEmSgQcGWSuvBtmaHv3M16PeBLjR-t3VnHooAVwoYYpzHWhY/s720/Bruja.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="405" data-original-width="720" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiS_CB2nrIUQLzeO3ETmQojEAXJTnHisfDrmCSzxlTQXS2HCUIdhH9a0b2qQzruRAkD4e_015FyYm0U8LTub6mRWSIvy8PjKTTfUsLw9fw3Pz-NH_kdY6b713Dsi7lDUAIyyWoPjY-DuhiXEmSgQcGWSuvBtmaHv3M16PeBLjR-t3VnHooAVwoYYpzHWhY/s320/Bruja.jpg" width="320" /></a></div><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;"><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Yo me quedaba pensativo, pero con la piel erizada de miedo
y el corazón latiéndom</span></span>e con fuerza, como si un sapo se me hubiese metido en el
pecho. Al fin y al cabo, comprendía que las historias de brujas eran como todas
las historias que nacían de la imaginación de los humanos, quienes, si fueron
capaces de crear a seres divinos, cómo no podían ser capaces de crear a seres
demoniacos y malignos, ya que tanto el bien como el mal son como la luz y la
sombra metidas en el corazón y la mente de los simples mortales. </p></span></span><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Las brujas que conoció mi abuela, como ya mencioné, no
existían más que en su imaginación, aunque a decir verdad, ella era una de las
mujeres que bien hubiese querido ser una de ellas, para metamorfosearse en lo
que quisiera y burlarse de los sentimientos de mi abuelo, que no soportaba a
las mujeres que tenían poderes mágicos, sociales, políticos, culturales o
económicos. Lo que mi abuelo prefería, de todo corazón, era tener una mujer
sumisa y doméstica, que le sirviera en la mesa y en la cama sin desobedecer los
mandados ni quejarse de su condición de mujer domada.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Las brujas de las que hablaba mi abuela, con tanto
entusiasmo, formaba parte de su pensamiento secreto, de su deseo de rebelarse
contra el patriarcado y tumbar las costumbres atávicas de las mujeres que
soñaban con ser brujas, al menos, una vez al año y con todos los atributos que
poseían ellas, que salían volando de la ingeniosa fantasía de mi abuela,
mientras mi abuelo le miraba despreciándola, sin muchas palabras, pero
consciente de que las mujeres que se rebelaban contra la palabra divina eran
como las brujas, capaces de meterse en el cuerpo y la mente de cualquiera que
decidía romper con uno de los sagrados mandamientos del Todopoderoso y repetir
el mismo pecado que cometió Eva en el Jardín del Edén.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Alguna vez, le escuché decir a mi abuelo que las mujeres
libertinas, que tenían la capacidad de infiltrarse en la vida urbana y hasta
mezclarse con las ceremonias de la religión católica, eran una lacra social y
una amenaza para las buenas costumbres cristianas, ya que la mujer, desde el
día de su matrimonio, debía prometer sumisión, pero no al demonio sino al
marido. En cambio mi abuela las consideraba mujeres emancipadas,
revolucionarias y víctimas de las persecuciones desatadas por los padres de la
Iglesia. Decía que las brujas fueron las primeras feministas ejecutadas por
sospechas de herejía en la época oscurantista de la Inquisición.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Al final, cuando fallecieron mi abuela y mi abuelo, ella
debido a una enfermedad desconocida y él a causa de su vejez, comprendí que las
brujas de mi abuela eran personajes que simbolizaban su deseo de liberarse de
las ataduras que le impuso una sociedad
que no respetaba los derechos de la mujer. Asimismo, comprendí que los
reproches que salían de la boca de mi abuelo, como dardos envenenados por la
desilusión y el odio, representaban a un sistema machista, donde el hombre
debía someter a la mujer por haber sido creada de una de las costillas del
hombre, no porque esta situación lo hubiese decidido mi abuelo, sino porque así
lo quiso el Altísimo desde el origen de los tiempos.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">En cualquier caso, las brujas imaginadas por mi abuela no
eran tan malas como las describían los inquisidores, sino, simple y llanamente,
mujeres que transgredían las leyes divinas y criticaban las costumbres morales
que las ataban de pies y manos, y las hacían creer que lo que Dios unió, como
en el acto del matrimonio religioso, no lo podía separar nadie, aunque en la
vida real eran más las parejas que vivían en pecado que en santidad, salvo
quienes estaban dispuestos a soportarse hasta el fin de sus días, atados por
los lazos del verdadero amor, sin necesidad de imaginar más brujas en la mente
ni dar espacio a las fuerzas malignas en los laberintos del corazón.</span></span></p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-36350936609329572622023-12-18T16:19:00.000-08:002023-12-20T12:55:33.065-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1meeorUUKzi7zFhVypetFRMKlFZXmyYUHovq1esKEe4bY55W5oHN-eTh5UZWxQBa7JkUsFjmFTSUlvrkZji8tyYJZS4-YcBoPCw0w8fw1WZOJAaLMqg-NbfuBl4MJEj9RDQYX0GAAtlorsPCCRitPI4H_7parnDXH5sc8G6H30qaw8xvi76abw4Cs4t8/s919/Conquista.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="789" data-original-width="919" height="275" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1meeorUUKzi7zFhVypetFRMKlFZXmyYUHovq1esKEe4bY55W5oHN-eTh5UZWxQBa7JkUsFjmFTSUlvrkZji8tyYJZS4-YcBoPCw0w8fw1WZOJAaLMqg-NbfuBl4MJEj9RDQYX0GAAtlorsPCCRitPI4H_7parnDXH5sc8G6H30qaw8xvi76abw4Cs4t8/s320/Conquista.png" width="320" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #f1c232; font-size: medium;">EL
DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA Y LA CONQUISTA </span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #f1c232; font-size: medium;">DEL IMPERIO INCAICO</span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;"><b>I</b><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Cristóbal
Colón concibió la idea de viajar a las tierras del Gran Khan y pidió
financiamiento de los poderosos, del rey de Portugal, de los ricos de Lisboa y
de los reyes católicos de España. El navegante genovés sostenía que podía
alcanzarse <i>Las Indias</i>, surcando las
aguas del Océano Atlántico hacia el
oeste, y que era posible realizar el viaje con posibilidades de éxito. ¿Y para
qué realizar este viaje? Para traer mercancías, en especial especias, oro, seda
y otros productos originarios del extremo Oriente. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–Las
exigencias de este extranjero, de este desconocido, son disparatadas! –dijeron
los reyes y su corte.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Todos le
creían loco. Surcar las aguas perdiéndose en el horizonte era ir rumbo al fin
del mundo, allí donde reinaban las serpientes de fuego y los monstruos marinos
que se tragaban enteros a las naves y sus tripulantes.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Muchos
aseveraron que el propósito del navegante genovés era toda una fantasía, la
imaginación delirante de un demente; pero este hombre taciturno, de cabellos
rubios y ojos como el infinito mar, que no levantaba aspavientos, que no era
amigo de largas frases ni de darse importancia, continuó con la idea obsesiva rondándole
en la cabeza: la tierra es redonda y por eso el Océano Atlántico es el camino
hacia la India, hacia la tierra del Gran Khan, hacia las islas de las especias.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Por fin,
después de múltiples gestiones y arduas transacciones en las cortes de la
monarquía española, todo estaba a punto de concretizarse, un sueño a punto de
realizarse. Finalizado los preparativos y reclutados los tripulantes, los
víveres llenaban las bodegas, las armas y la pólvora estaban listas para la
defensa y el ataque en caso de ser necesario. Los tripulantes, que lo
acompañaban en la expedición, estaban prestos a todo, con la esperanza en el
corazón y el sueño de fortuna en la cabeza.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Un día de
verano de 1492, colón se embarcó en la carabela llamada <i>Santa María</i> y zarpó del Puerto de Palos, internándose en el
misterioso Océano Atlántico, con rumbo hacia el incierto oeste, en busca de la
remota Catay, esa región asiática descrita de manera sorprendente en <i>El libro de las maravillas</i> de Marco
Polo, donde había animales fabulosos, hombres distintos y riquezas sin cuento.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El mar
estaba agitado y el viento hinchaba las velas. Era la primera vez que Colón
ponía la proa rumbo a lo desconocido, dispuesto a surcar las aguas de día y de
noche, hasta atracar en las costas de un continente, donde les aguardaba la
riqueza y la gloria. Solo él sabía que las tierras de la India yacían en
Occidente, en la costa de este mar de tempestades y de peligros, aunque los
tripulantes de las tres naves, tras haber navegado semana tras semana, no
avistaban tierra por ningún lado. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Después de
mucho tiempo de estar entre olas altas y bajas, los hombres, que lo acompañaban
a bordo de las carabelas, estaban ya cansados de navegar sin reposo. Los
tripulantes, a bordo de la <i>Santa María</i>,
asaltados por la desesperación y con miedo en medio del tenebroso mar, pensaron
que tenían a un loco por capitán.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–¡Colón
está loco! –decían unos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–Donde
termina la línea del horizonte no hay nada más; tan sólo el vacío, el fin del
mundo –decían otros.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Los viejos
marineros, que sabían mucho de las tormentas y de los misterios del Océano, que
soñaban con islas fabulosas, con tierras de oro y de milagros, querían creer en
Colón, porque cada vez que le oían hablar, en sus ojos se encendían luces de fe
y en la mente se les reavivaba luminosas ilusiones de divina esperanza.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Pasaron más
de dos meses sin ver tierra, y los más osados, sin paciencia en la mente ni luz
en el corazón, se le amotinaron y le dieron un ultimátum. Si no encontraban
tierra en los próximos días, le darían muerte, cambiarían el curso de las naves
y retornarían a la península. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">La
expedición no resultó fácil para nadie y durante la misma se dieron amagues y
conatos de rebelión, pero Colón logró apaciguar las encendidas emociones,
prometiéndoles que pronto alcanzarían las tierras del Imperio del Gran Khan,
donde estaban las islas de fábula y los tesoros persiguiéndoles hasta en los
sueños.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El jueves
11 de octubre, los tripulantes de la <i>Santa
María</i> vieron un junco verde flotando en las aguas. Los de la carabela <i>Pinta</i> divisaron una caña y un palo, y
tomaron otro palillo labrado parecido al hierro, un pedazo de caña, una
tablilla y otra hierba que crecía en tierra. Los de la carabela <i>Niña</i> vieron también otras señales de
tierra, como un palillo cargado de escaramujos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Cuando el
oleaje se alzaba a la altura de la proa y la noche se desgranaba en luceros,
apareció en la lejanía un esplendor de islas fosfóricas, parecidas a lumbres o
candelillas de cera. Entonces el vigía, Rodrigo de Triana, la voz ronca y
zapateando de alegría, exclamó:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–¡Tierra!
¡Tierra!...<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Pasadas
algunas horas, se mostró la tierra a unas dos leguas marinas. Los tripulantes a
bordo de las carabelas, que zarparon del Puerto de Palos de la Frontera, el 3
de agosto de 1492, se movilizaron de un lado a otro, sin comprender que por esa
vía señalada por Colón se podía llegar a las Indias Orientales. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Al amanecer
del 12 de octubre, apenas comenzó a disiparse la oscuridad, las costas de un
continente, desconocido hasta entonces para los europeos, se extendían ante los
ojos de los hombres ávidos de riquezas. El viento soplaban aromas de árboles y
de flores, y, de pronto, vieron volar, por encima de los mástiles y las velas,
una bandada de pájaros que, luego de descender en picada, se zambulleron en las
aguas color limón. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Cristóbal
Colón, asombrado por las impetuosas voces atropellándose en el aire, se
incorporó a tientas entre el estrépito de las olas, el chasquido de las maderas
y el murmullo de los vientos que soplaban con furor. Se sujetó del timón,
tendió la mirada en dirección al horizonte y divisó, a lo lejos, las islas
esmeraldinas de un continente alzándose entre el cielo y el mar, como un ramo
de flores amaranto en un torbellino de mariposas. Se llevó la mano al pecho,
exhaló suspiros lacónicos y pensó que, después de tantas adversidades y
confrontaciones, se aproximaba a la fabulosa isla de Cipango y no a las costas
de otro territorio donde también abundaba el oro. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTxxwqhpvFEXNL8hQCkzIr5kgYzHWky0l1mSS2EUTAleYE-5tGccMNJvWMvzzQwmQoUpR8_tP-wJiGIL8P-C4HXl9V2Fq2MXEKekEhM8IEWl0T9JSMYfTiUsXLFsemGRtyIzySsId6Y2TRrqKbGQ_DNQPV7HzJXWqp703eGV1c4QW-ul_TEujFpMmDua8/s1200/El%20encuentro%20de%20dos%20mundos.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="832" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTxxwqhpvFEXNL8hQCkzIr5kgYzHWky0l1mSS2EUTAleYE-5tGccMNJvWMvzzQwmQoUpR8_tP-wJiGIL8P-C4HXl9V2Fq2MXEKekEhM8IEWl0T9JSMYfTiUsXLFsemGRtyIzySsId6Y2TRrqKbGQ_DNQPV7HzJXWqp703eGV1c4QW-ul_TEujFpMmDua8/s320/El%20encuentro%20de%20dos%20mundos.jpg" width="222" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Colón
llegaba a un continente no registrado en las cartografías, sin saber que su
travesía por alta mar echaba por la borda la teoría de que la tierra era plana
como un panqueque y que los océanos terminaban en abismos habitados por
monstruos capaces de engullirse a las naves como barquitos de papel.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Mientras el
oleaje rompía con el silencio agazapado en la isla Guanahani, en el
archipiélago de las Bahamas, las tres carabelas, que parecían cáscaras de nuez
mecidas por las aguas, se aproximaron a la costa, rompiendo las brumas que
flotaban en la atmósfera como velos de gasa. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Cristóbal
Colón, poniendo la mano en la empuñadura de la espada, que reflejaba el pecho
ceniciento de las gaviotas revoloteando entre las velas, levantó las manos al
cielo, mientras su desenvainada espada reflejaba el despuntar del alba y el
revoloteo de los alcatraces.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Cuando los
tripulantes anclaron en tierra firme, por primera vez en la historia, el hombre
blanco marcó sus huellas en la arenilla húmeda del continente cobrizo. Los
capitanes de la expedición iban armados de acero y sed de conquista. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Colón,
levantando la mirada al cielo, se dejó caer de rodillas para besar la cruz y
clavar la bandera real de Castilla. Estaban en una isleta de los lucayos, llamada
en lengua originaria <i>Guanahani</i> y que
los conquistadores cambiaron el nombre por el de <i>San Salvador</i>.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–¡En nombre
de los reyes de España, yo, Cristóbal Colón, Almirante de la Mar Océana, tomo
posesión de esta tierra! –exclamó en la lengua de Castilla, con interferencias
de otras que se hablaban en la península ibérica.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Después, el
hierro y el orgullo se rompieron y todos cayeron de rodillas en la tibia arena
de la playa. Se regocijaron y lloraron de emoción. Las lágrimas resbalan por
las curtidas mejillas, perdiéndose en las barbas crecidas de los hombres del
Viejo Mundo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Colón
estaba ya seguro de que había llegado a <i>Las
Indias</i> y no, por equivocación, a las tierras de un continente hasta
entonces desconocido para los peninsulares.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Ese mismo
día, se vieron rodeados de gente desnuda, como su madre los trajo al mundo. Las
mujeres, mozas y de piel bronceada, tenían hermosos cuerpos y hermosos rostros;
sus cabellos, cortados en cerquillos y por encima de las cejas, eran gruesos y
largos como cola de caballo; tenían la cara y el cuerpo pintados y no llevaban
armas ni conocían las espadas, porque cuando las tocaron, impulsados por la
curiosidad, se cortaron las manos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Los
habitantes de las nuevas regiones descubiertas se llamaban a sí mismos <i>caribes</i>, palabra que, deformada por los
españoles, derivó en <i>caníbal</i>. No
obstante, los caribes, en actitud de amistad, les regalaron frutas exóticas,
azagayas, papagayos e hilos de algodón en ovillos y otras cosas desconocidas
para los navegantes de allende los mares.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">En los
próximos días, semanas y meses, las carabelas prosiguieron su travesía,
navegando entre innumerables islas. Durante su paso por éstas, observaron
muchas especies de plantas desconocidas, pero no lograron ver ovejas, ni
cabras, ni caballos, ni cerdos, ni ninguna otra bestia conocida en las naciones
del Mediterráneo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Así es como
Colón, navegante de todas partes, de todos los hombres y de todos los mares,
recorrió otras tierras de las Bahamas, hasta llegar a la isla de Cuba, la perla
de las Antillas, y posteriormente a La Española, actual República Dominicana.
En las orillas de esta última tierra, el 25 de diciembre de 1492, se hundió la
nao capitana, la <i>Santa María</i>. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Sin
embargo, esta pérdida no importó mucho, lo importante era que había llegado a
las Indias de las especias, a las tierras del Gran Khan, navegando por la Mar
Océana con destino oeste; una hazaña que lo convirtió en virrey y gobernador
general de las Indias al servicio de la Corona de Castilla. Esto incluyó la
administración de las colonias en la isla La Española, cuya capital se
estableció en Santo Domingo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">La llegada
de Colón a América permitió el desarrollo del comercio y el envío hacia Europa
de gran cantidad de alimentos que se cultivaban en estas tierras, como el maíz,
la patata, el cacao, el tabaco, el pimiento, el zapallo, la calabaza, el
tomate, el poroto, el aguacate y la vainilla, entre otros, rápidamente adoptados
por los europeos y por el resto del mundo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Más
adelante, el navegante genovés realizó tres expediciones más entre los puertos
de España y los paisajes paradisiacos del Caribe, hasta que un día, casi por
sorpresa, los reyes católicos de España recibieron la denuncia del pesquisidor
Francisco de Bobadilla, quien aseveraba que Colón frecuentemente usaba la
tortura y las mutilaciones de los indígenas para gobernar, pero lo que acabaría
con la paciencia de la Corona fue el informe de Mosén Margarit en las cortes,
donde expuso los desmanes cometidos por Cristóbal Colón, acusado por sus
contemporáneos de brutalidad y genocidio. Todo estaba dicho, los reyes
católicos ordenaron despojarlo de su capa de terciopelo, destituirlo de su
cargo, echarle grilletes a los pies y las manos, expulsarlo de La Española y
volverlo al reino de Castilla.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Durante la
travesía, el capitán de la nave quería liberarlo, pero Colón se negó: había
sido encadenado por orden de los monarcas y solo ellos podían devolverle la
libertad. En efecto, se le libertó a su llegada y le fueron devueltas todas sus
dignidades, pero no sus poderes ni sus ganancias. Lo dejaron vivir en el más
hondo desamparo y al borde de la indigencia, que se lo llevaría a la tumba,
luego de un delirio en el que se vio por última vez entre paisajes
paradisiacos, donde las exóticas frutas y las fabulosas riquezas estaban al
alcance de la mano.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El Almirante
Mayor de la Mar Océana, enfermo y mentalmente exhausto, ignorado por el Rey y
sus compañeros de hazañas, murió en Valladolid el 20 de mayo de 1506,
presumiblemente por complicaciones derivadas de una gota o una artritis
padecida durante años. Lo peor fue que murió sin saber que sus travesías por
alta mar lo llevaron a clavar la espada desnuda y la bandera real en un
continente ubicado al otro lado del Océano Atlántico, en un continente que hoy
no lleva su nombre ni su gloria.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;"><b>II</b><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">No
habían transcurrido siete años desde su muerte. Pero en España, un joven
trujillano llamado Francisco Pizarro, quien en principio era un simple
analfabeto criador de cerdos y después un diestro navegante del Atlántico,
concibió la idea de conquistar el rico Imperio de los </span><span color="initial" style="font-family: arial;">Incas,
después de haber acompañado a Vasco Núñez de Balbo en el descubrimiento del
Océano Pacífico.</span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgliHRi4A6h-hnHe7H0aGZvE-uZYZrfPqDzAqv7CUONyf3LTg0bKvco8F2EZrllrWiVZOQjT0kkYnNuZrTrPoRxatBGIVG_4aNqBHEshxxff9eunQG-f4OGqgTmauN2cmXM940q0BT-6HXq4h3EbPVsnCnJclRzb0cRkwLJTB8dsQnK_kwxB0bYpxL9_0w/s1342/Atahuallpa%20y%20el%20fraile%20Vicente%20Valderde.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1342" data-original-width="885" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgliHRi4A6h-hnHe7H0aGZvE-uZYZrfPqDzAqv7CUONyf3LTg0bKvco8F2EZrllrWiVZOQjT0kkYnNuZrTrPoRxatBGIVG_4aNqBHEshxxff9eunQG-f4OGqgTmauN2cmXM940q0BT-6HXq4h3EbPVsnCnJclRzb0cRkwLJTB8dsQnK_kwxB0bYpxL9_0w/s320/Atahuallpa%20y%20el%20fraile%20Vicente%20Valderde.jpg" width="211" /></a></div><span color="initial" style="font-family: arial;"><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span color="initial">Cuando
Pizarro retornó a Panamá, buscó la cooperación de su amigo Diego de Almagro y
del canónigo Hernando de Luque, para organizar una expedición hacia el Imperio
de los Incas, lugar donde el oro y la plata se reproducían de manera
prodigiosa.</span></p></span><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–Hay
que descubrir, sobre todo, conquistar y colonizar –le dijo–. Descubrir es
cuestión de un golpe de suerte, de un azar, como le ocurrió a Colón. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–Sí
–contestó Almagro–. Conquistar puede ser una labor de años, de largas y duras
empresas, de costosas y encarnizadas luchas. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–Entonces
preparemos la empresa de conquista del Imperio de los Incas. Conquistar y
colonizar debe ser nuestro objetivo central. Esta infatigable labor requerirá
una perfecta organización militar y mucha perseverancia de nuestra parte. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Es
así que en 1528, a condición de repartirse equitativamente las ganancias de la
empresa, sus naves partieron con el viento por la <i>ruta de los Incas</i>, experimentando raros trastornos en la brújula y
el compás. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Un
vendaval los arrinconó en el archipiélago de Las Perlas, lugar desde donde avanzaron
por el río Virú, con más de un centenar de soldados armados con arcabuces,
ballestas, falconetes y cañones. Cruzaron montañas volcánicas e intensas
precipitaciones fluviales, hasta llegar a un puerto que lo denominaron del <i>Hambre</i>, por la escasez de recursos en la
comarca, con sólo 80 sobrevivientes de toda la tripulación, pues unos
perecieron atravesados por un torbellino de flechas, en tanto otros murieron
plagados por las enfermedades del trópico, la mordedura de las víboras y la
picazón de los insectos esparcidos por doquier.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Al
comprobar el fracaso de la empresa, sin tener qué beber ni comer, decidieron
que una parte de los soldados, al mando de Almagro, retornase en busca de
auxilio a Panamá, mientras Pizarro, junto a los hombres febriles y exhaustos,
esperaría el retorno de la tripulación en la isla del Gallo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Una
mañana, cuando el cielo estaba despejado y las aguas de los ríos se golpeaban
en las piedras de la montaña, Pizarro fue deslumbrado por dos embarcaciones que,
con las velas arriadas y las banderas desplegadas, llegaban desde el norte en
su auxilio.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">A
poco de que los soldados descendieron en tropel, quitándose las armaduras y
desparramando cascos y espadas, se zambulleron como peces en el agua, mientras
el emisario del gobernador de Panamá,
con una voz que se confundía con el trino de los pájaros, le dijo:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–Vengo
con órdenes de recoger a los expedicionarios y volverlos a Panamá. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Entonces
Pizarro desenvainó su espada con un relámpago de furia, hizo un surco viboreante
sobre la arena y, señalando hacia el Sur con el filo resplandeciente de su
templado acero, dijo:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–Por
aquí se va al Perú a ser ricos –dijo y, dirigiendo su espada hacia el Norte,
agregó–: Y por allí se va a Panamá a ser pobres.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Por
un instante se hizo silencio. Después envainó su espada y sólo algunos hombres,
ya enfundados en sus pesadas armaduras, cruzaron el surco y subieron a las
lanchas para proseguir su camino rumbo al Sur.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Tras
veinte días de fatigosa navegación desembarcaron en una población indígena,
donde los invasores, de rostros blancos y barbados, fueron recibidos
pacíficamente por unos indios cuyas cabelleras sombrías que se confundían con
las crines de los caballos. Aquí, en esta misma población, los conquistadores
se anoticiaron de que en la capital del Imperio, gobernado por un Inca de
linaje divino, había más oro en la tierra que leña en el monte. Metal precioso
que el monarca usaba para adornar su cuerpo y los templos sagrados, creyendo
que las pepitas de oro eran las lágrimas del Sol y los hilos de plata los
cabellos de la luna.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Un
día, reunidos los tres principales conquistadores, quienes escondían el puñal
de la traición para la espalda del asociado, resolvieron que Pizarro viajase a
España a entrevistarse con el rey Carlos V, quien, a poco de recibirlo en su
castillo, le nombró Capitán General y gobernador de las poblaciones que
conquistase, a Almagro le concedió el título de <i>Adelantado</i> y a Hernando de Luque le designó Obispo, oficio que
nunca llegó a ejercer porque la muerte lo encontró en el camino.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Dos
años más tarde, cuando la pureza del cielo andaluz estaba más diáfana que las
aguas y el sol bañaba las cúpulas de las catedrales, las depresiones del
hermoso Guadalquivir y el laberinto de las calles y plazuelas, Pizarro se
embarcó por última vez rumbo al ocaso, acompañado por sus cuatro hermanos y por
más de un centenar de soldados capaces de partir una mosca con la espada o la
ballesta.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Las
olas espumosas los arreó primero a Panamá y después al puerto de Paita, donde
apenas desembarcaron con rumor de acero,
empujando cañones y tirando caballos, recibieron al mensajero de Huáscar, quien
sostenía una lucha despiadada contra su hermano Atahuallpa.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
chasqui, que corrió como venado desde el Cusco, tenía los pies llagados, los
ojos agobiados, los labios agrietados y la frente perlada por el sudor.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Pizarro
no lo perdió de vista desde cuando apareció como un punto borroso en la
lejanía, desde cuando emergió del otro lado de la montaña, tras la que se
precipitaba el sol.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">A
medida que el chasqui se aproximó hasta el sitio donde estaba el jefe de los
conquistadores, la sangre le burbujeó en las venas y los músculos se le
aflojaron como hebras de lana. Pizarro se limitó a contemplar el oro reluciéndole
en ese cuerpo que parecía hecho de piedra y de sudor.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–Pregúntale
a este indio, quién es y qué quiere –le dijo Almagro a Felipillo, el indígena
que aprendió a traducir la lengua oficial del Imperio a un mal castellano.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
chasqui, sintiéndose aludido por la voz pausada de Almagro, irguió la cabeza
con gran esfuerzo y, escrutándole como por entre medio de telarañas pegadas a
sus párpados, transmitió el mensaje que le encomendó su soberano:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–El
Inca Huáscar, legítimo heredero de Huayna Cápac, necesita vuestra ayuda en la
cruenta batalla que libra contra su hermano Atahuallpa, quien quiere usurpar el
trono por las buenas o por las malas...<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Cuando
el chasqui exhaló el último suspiro de vida y cayó con la cara aplastada contra
el suelo, los conquistadores le despojaron el oro del cuerpo <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Los
conquistadores, enterados de la guerra entre hermanos enemigos, pensaron tomar
parte en la contienda y aprovecharse de los beneficios. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Derrotado
y hecho prisionero Huáscar, Pizarro fue invitado por Atahuallpa a celebrar una
entrevista en Cajamarca, donde asistió convencido de que el Inca disponía de un
ejército de jóvenes y diestros guerreros, y mucho más superior en número. De
modo que, para evitar cualquier percance, ideó un audaz golpe de mano, cuyo
objetivo era capturar al Inca ante la presencia de ambos ejércitos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">En
1532 una expedición española al mando de Francisco Pizarro desembarcó en Tumbes
para dirigirse a Cajamarca y sostener un encuentro con Atahuallpa, el emperador
de los Incas. Pizarro se embarcó desde Panamá en plan de conquista, anoticiado
de que en las tierras del Imperio Incaico encontrarían fabulosos tesoros y un
sistema socioeconómico diferente al ofrecido por las monarquías del Viejo
Mundo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">En
el incario se creía que el soberano descendía del dios Sol. Aunque se
reservaban para él las mujeres más bellas del reino, el sucesor debía ser un
hijo engendrado en su propia hermana, para mantener su linaje divino. El inca
tenía toda una corte a su servicio, sus ropas se confeccionaban con las lanas
más finas, sobre todo de vicuñas o alpacas, Cuando viajaba por los territorios
del Tahuantinsuyo, lo hacía en andas, acarreado por porteadores escogidos. El
sistema estatal era rígido y centralizado. Las tierras pertenecían a la
comunidad o ayllu, y se repartían entre las familias según su condición social
y sus necesidades. Las cosechas quedaban a libre disposición de la familia y
dependían del trabajo invertido en las tareas agrícolas. El trabajo de enfermos
y ancianos era asumido por todos los miembros de la comunidad.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
15 de noviembre, los españoles ocuparon Cajamarca, entonces Pizarro envió una
invitación al Inca para que visite el campamento español. Al día siguiente,
Atahuallpa, rodeado de numeroso séquito, entró en la ciudad y marchó hacia la
plaza que se encontraba vacía<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">A
poco de que el poncho de la noche cayó sobre Cajamarca, los conquistadores,
encubiertos por la oscuridad salpicada por las luciérnagas, escondieron la
caballería y la artillería detrás de los muros que afianzaban el peso
descomunal de la noche.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Al
día siguiente, cuando la alborada se hizo más transparente que un cristal y más
límpido que un diamante, apareció un tumulto de hombres acompañándole al Inca y
entonando canticos de guerra. Pizarro, alarmado por la muchedumbre que avanzaba
hacia la plaza cubierta de grava, se ajustó las correas de su coraza y
desenvainó su espada más temida que la ley.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">En
el verano de 1433, en Cajamarca, la procesión llegó a la plaza. El Inca, de
estatura mediana, de semblante grave e imberbe, era cargado por cuatro jóvenes
guerreros que levantaban las andas por encima de sus hombros descubiertos y
limpios de todo pelo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Las
andas tenían ornamentos de metales preciosos, más un asiento dorado, protegido por un dosel pavoneado con vistosas
plumas de aves tropicales. El Inca lucía un poncho en forma de túnica y un
cetro simbolizando el poder que le concedió su linaje divino, en los pies
calzaba sandalias tejidas por sus mujeres (ñustas) escogidas, en sus muñecas
brazaletes de piedras preciosas, en sus orejas grandes poleas de oro fino y en
la cabeza un diadema de piedras preciosas. Detrás de él, que era abanicado por
dos pajes, avanzaba su séquito y su ejército de guerreros.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Bajo
la caída vertical del sol y ante los ojos atónitos de ambos ejércitos, los dos
jefes se miraron frente a frente, apenas separados por unos metros de
distancia. En los ojos del Inca se encendieron llamaradas de tragedia y en el
pecho del conquistador se escucharon campanazos de victoria.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Los
conquistadores, enfundados en armaduras de hierro y montados a caballo, tomaron
contacto con los indígenas a través del indio llamado Felipillo, quien sirvió
de puente entre dos culturas, entre los conquistadores y los habitantes del
Imperio de los Incas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
fraile dominico Vicente Valverde salió al encuentro de Atahuallpa. Portaba una
Biblia en una mano y un crucifijo en la otra. El encuentro entre el fraile y el
Inca se dio en medio de venias y rituales. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–Hemos
llegado a vuestro Imperio por el designio de nuestro Señor creador del cielo y
de la tierra, y en nombre del rey de España, quien está amparado por el
pontífice Papa de Roma, fiel servidor de Dios –le dijo el capellán Valverde,
inclinando la cabeza con suma reverencia<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">A
lo que contestó Atahuallpa, con voz serena….<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–Ese
Papa tiene que estar loco, para querer arrasar un Imperio y someterlo al dominio
de otro.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Francisco
Pizarro, al ver los gestos y los movimientos de las manos de Atahuallpa,
interpretó que el Inca estaba molesto, no aceptaba someterse a rey alguno, ni
quiso oír hablar de un Señor más poderoso que él, ni obedecer a un Papa, quien
repartía entre los cristianos lo que no era suyo. A ratos, cuando el Inca
levantaba la mirada hacia arriba, creía entender que él prefería como dioses al
Sol y la luna, como quien pone en duda de que el Dios de los cristianos hubiese
creado realmente el mundo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Valverde,
confundido por los gestos y las réplicas del Inca, le alcanzó la Biblia casi
temblando y, tartamudeando, le dijo:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–Nuestro
Señor, Todopoderoso, es mucho más importante que el sol y la luna, el trueno y
la lluvia...<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Seguidamente,
teniendo a Felipillo de intérprete, le exhortó abjure de su idolatría y se
convierta a la fe católica, aceptando ser vasallo del emperador Carlos I y del
Papa, quienes ya habían concedido a los españoles el dominio del Imperio de los
Incas. Le dijo que venía por orden de su jefe a explicarles los misterios de la
verdadera fe cristiana. Le habló de los misterios de la creación del mundo, de
la Trinidad, de la encarnación, de la pasión y muerte de Jesucristo, de su
resurrección y ascensión.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Después
de haber desarrollado esta doctrina, mal interpretada por Felipillo, exhortó a
Atahuallpa a abrazar la religión cristiana, a reconocer la autoridad suprema
del Papa, rendir vasallaje al rey de España y a reconocerlo como a único Señor
legítimo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–No
quiero ser tributario de ningún hombre –dijo Atahualpa–. Yo soy más poderoso
que ningún príncipe de la tierra. El otro puede ser grande, no lo dudo, pues
veo que ha enviado a sus vasallos desde tan lejos; y, por lo mismo, quiero ser
su amigo. Si vuestro Dios fue muerto por los mismos hombres que había creado,
el mío vive y desde allí, desde las alturas, vela sobre sus hijos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Atahuallpa,
con la Biblia en las manos, comprobó que el objeto no brillaba ni sonaba.
Después se lo llevó al oído, esperó un instante y, como no oyó nada, dijo: <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–Esto
que me enseñas aquí no habla ni me dice nada. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Le
clavó la mirada al fraile Valverde y, mientras el sol se hundía a lo lejos,
arrojó el libro al suelo. Luego mascullando palabras ininteligibles y escrutó
los celajes del cielo, como invocando a los dioses del Imperio. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
fraile, con voz trémula por la furia, vociferó: <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–¡Los
Evangelios en tierra; venganza cristianos! ¡Venid, cristianos, el perro se
resiste a nuestro Dios! ¡A ellos que no quieren nuestra amistad ni nuestra
ley!. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
fraile estaba indignado por la herejía del Inca. Levantó la Biblia y se volvió
en dirección a Pizarro, quien impartió órdenes de abrir fuego. Fue entonces
cuando los españoles irrumpieron la plaza con disparos de arcabuces y
falconetes. El estampido de los cañones hizo vibrar la tierra y los relinchos
de las bestias rompieron los gritos en pedazos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
fulgor de acero de las nobles espadas se tiñó de sangre y los rayos mortíferos
de las armas de fuego impactaron en las paredes, y los jinetes, sembrando el
pánico y la muerte, galoparon montados a lomo de caballos guarnecidos con
arreos de guerra. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
Inca Atahuallpa, a los escasos minutos de haberse iniciado la batalla bajo el
estridor de las trompetas y el redoble de los tambores, se abatió junto a sus
andas fundidas por el fuego que incendió la furia de la conquista. El Inca, en
medio de la matanza, que dejaba decenas de muertos y heridos en la plaza, salió
ileso gracias a la oportuna protección que le diera Pizarro. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Atahuallpa,
derrotado y hecho prisionero, fue conducido hacia uno de los recintos de la
población que apestaba a pólvora y carne quemada. Muy pronto los temores de los
españoles quedarían confirmados, ya que Atahuallpa, desde su prisión, había
ordenado la muerte de su hermano Huáscar, quien era el legítimo heredero del
Imperio Inca que gobernó su padre Huayna Cápac.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
prisionero, informado de que la codicia era el motor principal que guiaba a los
conquistadores, ofreció a los españoles un cuarto lleno de oro y otro de plata.
Se paró sobre la punta de sus sandalias y extendió el brazo lo más alto que
pudo. Acto seguido, volteó la mirada y, dirigiéndose a Pizarro, dijo:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–Llenaré
esta habitación de oro y dos de plata, hasta la altura señalada por el dedo de
mi mano, si acaso prometes dejarme en libertad...<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Como
los conquistadores sabían que todo lo que había debajo del sol le pertenecía al
Inca, no vacilaron en aceptar la magnitud de la oferta.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Entonces
Atahuallpa mandó a buscar el tesoro que había en sus palacios y dio órdenes de
matar a su hermano Huáscar, quien llevaba ya varios días comiendo puñados de
tierra.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">A
lo largo de tres meses, la habitación donde permanecía arrestado, fue colmado
con utensilios de oro y plata, que costó el dolor y el sacrifico a varias
generaciones, las que forjaron sobre sus cenizas el rico Imperio de los hijos
del Sol. Pero ni aun así pudo recobrar su libertad ni salvarse de la muerte.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbkQ-42t0kibmg9KwwSPIRfKyfsuhe4TRQBUKIvQrryN6YHjEW5TUp1yIOJlx12dQY8d2RcNA9Ms9mROK_gKySkHpt91qECJU85NDcIPa9S3zY2WZSZR54JQPN73Gukr9N8HubeOjbjoiiTct5b5LuaVkJLr0n3qeBAK6KyvlZDlOHhCLTYYxbi8muixQ/s600/Coquista%202.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="397" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbkQ-42t0kibmg9KwwSPIRfKyfsuhe4TRQBUKIvQrryN6YHjEW5TUp1yIOJlx12dQY8d2RcNA9Ms9mROK_gKySkHpt91qECJU85NDcIPa9S3zY2WZSZR54JQPN73Gukr9N8HubeOjbjoiiTct5b5LuaVkJLr0n3qeBAK6KyvlZDlOHhCLTYYxbi8muixQ/s320/Coquista%202.jpg" width="212" /></a></div><span color="initial" style="font-family: arial;"><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span color="initial">Los
conquistadores, hechizados por tanta fortuna tirada ante sus pies, empezaron
levantando la plata a manos llenas y terminaron matándose por el oro.</span></p></span><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Se
cuenta que al principio de su encierro, Atahuallpa no quiso ver a nadie, se
sentía muy avergonzado y dijo: <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–No
quiero que las almas de mis guerreros caídos contemplen la humillación del
Inca...<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">También
se cuenta que en su largo encierro, Atahuallpa había hecho amistad con algunos
de sus captores, principalmente con el capitán Hernando de Soto, quienes le
enseñaron a jugar ajedrez y a los dados. También le permitieron a sus más
queridas esposas unirse a él, y la visita de sus leales. Muy pronto, Pizarro
comprendió que Atahuallpa, aún privado de su libertad, seguía manteniendo plena
autoridad dentro de su Imperio, seguía siendo para sus súbditos el hijo del
Sol, el divino emperador.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Los
dos socios de la conquista, a poco de tomar posesión de las riquezas,
utilizaron el chantaje contra el Inca: le negaron la libertad y hasta pensaron
en lo peor. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–¿Qué
hacer con el prisionero? –se preguntaron Pizarro y Almagro.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Atahuallpa
fue sacado del recinto donde estaba y fue llevado ante el famoso consejo de
veinticuatro jueces. Los jueces deliberaron a voz baja, entre silencios
entrecortados por voces. y se impuso a Atahuallpa la pena de muerte por trece
votos contra once.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">En
ese instante, Pizarro comprendió que la causa de Atahuallpa estaba perdida.
Dios y el Rey habían hablado. El veredicto anunciado fue la muerte por
estrangulación, seguido de la incineración de su cuerpo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Francisco
Pizarro le transmitió el mensaje al Inca. Le dijo que le juzgaron de ser el
responsable de la muerte de su hermano Huáscar y, finalmente, le condenaron a
morir en la hoguera. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
Inca se agarró la cabeza y exclamó:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–¡No
me hagan burlas! ¿Qué hice yo para merecer la muerte?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Francisco
Pizarro le explicó que, según las actas del juicio, lo condenaban por
parricidio, idolatría, poligamia y conspiración contra los españoles. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
Inca bajó la cabeza y murmuró en silencio.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Pizarro
le puso la mano sobre el hombro y, mirándole a los ojos, le dijo:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–Si
no quieres morir quemado, será mejor convertirte al cristianismo, así podrás
morir estrangulado. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–Así
es –intervino el fraile Valverde–. Acepta ser bautizado y, en vez de ser
quemado, serás estrangulado.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
Inca aceptó la propuesta, se convirtió al cristianismo y besó la cruz, pero
estaba desilusionado por la decisión asumida por sus captores.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">–Yo
les he llenado de un cuarto de oro y otro de plata, y ustedes no están
cumpliendo su palabra –le dijo a Pizarro. Le miró con los ojos inundados en
lágrimas y agregó–: ¿Qué hemos hecho, yo y todos los míos para merecer este
destino? <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Pizarro
muy afectado, se alejó del Inca, incapaz de entender el llamado de piedad de
aquel que antes era venerado como el rey de reyes. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Dos
horas más tarde, el Inca fue llevado con cadenas en los pies y las manos a la
plaza de Cajamarca, en la que nueve meses antes apareció vestido de oro y
plata. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Los
súbditos del Inca, al ver esto, gritaron desesperados, pero él les ignoró. Levantó
los ojos hacia la franja rocosa de su Imperio por última vez, cuando ya detrás
de aquélla el sol acababa de desaparecer.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Caminó
hacia el patíbulo, en mitad de la plaza, donde se levantó una alta pira para
quemar al condenado. Allí mismo instalaron las maderas de la pena por garrote.
Los verdugos le acercaron al poste, Atahuallpa miró fijamente a Pizarro,
mientras los verdugos jalaban la cuerda; de los ojos abiertos de Atahuallpa
caían gotas de lágrimas como si rechazase la muerte. Se sentó en una burda
silla de madera y el torniquete de hierro le partió la nuca. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Era
el 29 de agosto de 1533. Muchos quechuas gritaban de desesperación y muchos se
ahorcaron, otros se lanzaron desde las rocas al precipicio. Las mujeres se
ahorcaron con sus propios cabellos. En el cuarto del muerto los favoritos del
Rey llamaron por su nombre y buscaron entre las cuatro esquinas y gritando y
gritando se quitaron la vida. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Cuando
los súbditos se enteraron de que el hijo del Sol fue ejecutado por sus enemigos,
quienes tenían palabras falsas en la lengua y corazones despiadados debajo de
sus armaduras, todo el Imperio se cubrió de luto. Con la ejecución del Inca, el
vasto Imperio del Tahuantinsuyo cayó a merced de los conquistadores. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Las
concubinas del Inca se arrojaron de las peñas y se ahorcaron con sus propias manos
no sólo porque sabían que el manejo de
la brújula, las armas de fuego, el papel, la cruz y espada, implicaba el
dominio de unos pueblos sobre otros, sino también porque estaban en el deber de
acompañar al Inca incluso en el más allá.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Mientras
las últimas escaramuzas eran ahogadas por la sangre, el huérfano de
Extremadura, que bebió leche de puerca para sobrevivir, hizo su triunfal
ingreso en el Cusco, taconeando en el empedrado de la fortaleza incásica.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">En
el cielo volaba una bandada de nubes, en el monte se oía el siseo de las
víboras y en los árboles el trino de los pájaros, semejante al grito de los
niños. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Y
justo cuando los truenos celebraran el triunfo de nuevo emperador, llegó por las
aguas del Pacífico Pedro de Alvarado, con la intención de disputarle la
conquista del Perú a Francisco Pizarro, quien, con la mente dominada por el
resplandor del oro y bebiendo la chicha de maíz que las indias fermentaron en el
cielo de la boca, colmó la ambición del gobernador de Guatemala, entregándole
lingotes de oro y tejos de plata.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Dos
años después de consumada la conquista del Imperio Incaico, algunos aventureros
al mando de Pizarro se marcharon a fundar la bella ciudad de los reyes (Lima),
al lado del río Rímac, y Almagro se lanzó a conquistar la tierra de los araucanos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">A
medida que transcurrió el tiempo entre la sangre y el fuego, la rivalidad de
los capitanes de la conquista desembocó en una cruenta batalla, en la que los
almagristas, poco después de retornar de las <i>tierras estériles de Chile</i>, se apoderaron del Cusco y tomaron como
a rehenes a Gonzalo y Fernando Pizarro.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
primero logró huir de los grilletes de la muerte, y el segundo, a poco de ser
liberado por un mal arbitraje, abatió a sus enemigos en la batalla de <i>Las Salinas</i>, y al tuerto de Almagro, a
poco de haberlo hecho arrastrar las cadenas chirriantes de la discordia, lo
ejecutó sin contemplaciones bajo el brillo plateado de la luna. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Los
aires de venganza no tardaron en florecer en el espíritu de las huestes de
Almagro, quienes en julio de 1541, convencidos de que Francisco Pizarro no era
ya capaz de blandir la espada ni montar a caballo, le atravesaron el corazón
con un sable cuyo lomo resplandecía como el sol.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
porquerizo Francisco Pizarro se convirtió en el más grande de los conquistadores
de todos los tiempos. Con una fuerza de 183 hombres capturó el Imperio Incaico,
que abarcaba 350.000 millas cuadradas y contaba con unos 12 millones de
habitantes. Pero conquistó más de lo que podía gobernar. A la edad de 66 años fue
asesinado en un complot cuyos conspiradores no habían recibido de él las bicocas
políticas ambicionadas. En el palacio no se oyó más que una leve exhalación,
poco antes de que su cuerpo se desplomara sobre el charco de sangre que crecía
a su alrededor.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: right;"><span style="font-family: arial;">Estocolmo,
invierno de 1984.</span></p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-18561350607633825002023-12-10T18:57:00.000-08:002023-12-11T03:40:32.870-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhacLOE6Yxi99TVhFG-DK19_7OttI3lSAwsvk12bVta49B7YJ46cni_snx9boENplSRbPNvUXoPTXx1lfuxWR1HO407Sqesn92k_rJIg8Iy0BtECNtxgFG1PqxMjUG7aaH58BT6X2vhfueA7iWWWfcVpXowIn5lOPksFQqyo93-bx4BME7AIYrwGbwDKh8/s1013/Tapa%20de%20La%20se%C3%B1ora%20de%20la%20conquista.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1013" data-original-width="674" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhacLOE6Yxi99TVhFG-DK19_7OttI3lSAwsvk12bVta49B7YJ46cni_snx9boENplSRbPNvUXoPTXx1lfuxWR1HO407Sqesn92k_rJIg8Iy0BtECNtxgFG1PqxMjUG7aaH58BT6X2vhfueA7iWWWfcVpXowIn5lOPksFQqyo93-bx4BME7AIYrwGbwDKh8/s320/Tapa%20de%20La%20se%C3%B1ora%20de%20la%20conquista.jpg" width="213" /></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span><span style="font-family: arial;"><span style="color: #ffd966; font-size: medium;">LA SEÑORA DE LA CONQUISTA </span><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span><span style="color: white; font-family: arial;">Leer el libro <i>Historia
verdadera de la conquista de la Nueva España</i>, de Bernal Díaz del Castillo,
cronista de la época y compañero de expedición de Hernán Cortés, me motivó a
escribir <i>La señora de la conquista</i>,
En el voluminoso libro de Díaz del Castillo, que cayó en mis manos por
casualidad, encontré referencias de una esclava indígena que, tras haber sido
entregada por los caciques mayas, en calidad de obsequio, a los conquistadores
que arribaron a las costas del golfo de México, se convirtió en amante,
consejera e intérprete del conquistador. Ella fue una suerte de llave que,
gracias a su conocimiento de los idiomas náhuatl, maya y castellano, le
permitió a Cortés abrir las puertas del Imperio Azteca. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;"><span lang="ES-BO">A Malinche se
la conoce también como </span><span lang="ES-BO">Malinalli, </span><span lang="ES-BO">Malintzin o doña Marina. Es la figura
emblemática de una epopeya en la que pasó a ser un instrumento más poderoso que
la pólvora y el caballo. Malinche fue testigo de los acontecimientos
importantes de la conquista, ya que sirvió de intérprete del prisionero
Moctezuma II en el palacio de Axayácatl; peleó al lado de los conquistadores en
la famosa batalla de la <i>Noche Triste</i>,
en la que los guerreros aztecas, al mando de Cuitláhuac, expulsaron a los
conquistadores de Tenochtitlán; presenció la captura y el tormento de
Cuauhtémoc, antes de que éste fuese colgado en un lejano bosque de las Hibueras
y antes de que el Imperio Azteca fuese finalmente sometido a sangre y fuego. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="color: white; font-family: arial;">Desde
entonces, Hernán Cortés, capitán general de la armada, y Malinche se paseaban
por templos, plazas y calzadas, contemplando el nacimiento de una nueva urbe en
medio de la desolación y la muerte. Sobre la ciudad destruida se edificaba otra
ciudad distinta, sobre las ruinas de los antiguos templos se construían otros
templos y sobre las antiguas creencias se imponía un proceso de evangelización
para extirpar las idolatrías.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span><span style="color: white; font-family: arial;">Los amantes, que a lo largo de la conquista lucharon
codo a codo, en las buenas y en las malas, bajo el sol y bajo la lluvia, se
fundieron como el anverso y reverso de una misma moneda, dispuestos a iniciar
el traumático mestizaje en las tierras de la Nueva España, que emergió del
violento encuentro entre vencedores y vencidos.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span><span style="color: white; font-family: arial;">El proyecto de la novela, que nació de la inquietud de
conocer los entretelones de un hecho histórico grandioso y fascinante, como fue
la conquista del Imperio Azteca, me llevó a revisar algunos documentos de la
época, escritos por los cronistas que acompañaron a Cortés en su campaña
militar, que se inició en 1519 y culminó en 1521, hasta que por fin, mientras
leía los relatos parecidos a los que se leen en <i>Amadís de Gaula</i>, de Rodríguez de Montalvo, o <i>Tirante el Blanco</i>, de Joanot Martorell, me vi atrapado en una
maraña de datos que constituyeron la base de esta novela histórica.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span><span style="color: white; font-family: arial;">Lo interesante de esta epopeya, escrita casi siempre por
hombres, era que Malinche, en su condición de esclava y mujer indígena, no fue
rescatada en su verdadera dimensión histórica debido al prejuicio patriarcal de
entonces; lo peor es que, en la visión de muchos mexicanos, ella pasó a
simbolizar a la mujer que se entregó a los conquistadores, traicionando a sus
hermanos de raza y cultura. Lo que yo quise hacer con la novela fue
reivindicarla en su condición de mujer y situarla en un proceso histórico que,
a pesar de la destrucción y la violencia encarnizada, inició el mestizaje, el
sincretismo religioso y el nacimiento de nuevas culturas en las tierras ocupadas.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span><span style="color: white; font-family: arial;">La conquista fue un hecho trascendental para la Corona
española y las tropas de Hernán Cortés, quien, montado en brioso caballo y
acompañado de otros tres jinetes que formaban la vanguardia, ingresó al corazón
del Imperio Azteca, seguido por cuatrocientos españoles de a pie, resguardados
por doce de a caballo, la artillería, otro escuadrón de jinetes, los bagajes y
más de seis mil indígenas que se aliaron con los conquistadores para derrotar
al emperador Moctezuma, a quien lo consideraban su enemigo principal.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span><span style="color: white; font-family: arial;">La conquista implicó un genocidio de gigantescas
proporciones y la destrucción de una de las civilizaciones precolombinas más
significativas de lo que sería el continente americano. Los supervivientes del
asedio, en medio de las masacres y el saqueo despiadado de sus riquezas,
abandonaron la ciudad de las pirámides, dejando atrás un reguero de muertos y
heridos por las armas de artillería y caballería de quienes serían los nuevos amos
en las tierras del llamado <i>Nuevo Mundo</i>.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span style="color: white;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: white; font-family: arial;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVksseAYBExYJ053ItbzFCH01ot88cP4MYPKcFe-GRbLIuv9VuPJIirzArXmZdc87Op6CHoMab0IPhiTXeZ2t5S5jRErHmzY6UUR4Wv8iTSoJCPFoLs1bJy7u8QIjpml9HVq7djYZsTN5bcpFXyMCkDxqKuYYd1H3rvVXvowT5nnM6bytJo_bhoOkXXjQ/s961/Malinche%20y%20Cort%C3%A9s%20en%20nTenochtitlan,.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="592" data-original-width="961" height="197" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVksseAYBExYJ053ItbzFCH01ot88cP4MYPKcFe-GRbLIuv9VuPJIirzArXmZdc87Op6CHoMab0IPhiTXeZ2t5S5jRErHmzY6UUR4Wv8iTSoJCPFoLs1bJy7u8QIjpml9HVq7djYZsTN5bcpFXyMCkDxqKuYYd1H3rvVXvowT5nnM6bytJo_bhoOkXXjQ/s320/Malinche%20y%20Cort%C3%A9s%20en%20nTenochtitlan,.jpg" width="320" /></a></span></div><span style="font-family: arial;"><span color="initial"><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span color="initial" style="color: white;">En cada capítulo de la novela, estructurada sin más
recursos que el arte de la palabra escrita y los datos cronológicos que
proporciona la historia, se reconstruye la vida de una esclava indígena
convertida en señora durante la épica empresa de conquista de la esplendorosa
civilización azteca. Sin embargo, aunque en la novela se manejan hechos y
personajes de la vida real, tiene un tratamiento literario donde se amalgaman
la realidad y la ficción.</span></p></span></span><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span><span style="color: white; font-family: arial;">Por otro lado, la elaboración de <i>La señora de la conquista</i> me enseñó que para escribir una novela
histórica había que ser un meticuloso observador de las relaciones sociales y
un auténtico relator de los sentimientos humanos que, en mi modesta opinión,
son dos de los factores inherentes en una buena creación literaria, sobre todo,
cuando está anclada en un proceso histórico tan complicado como fue la
conquista de la civilización azteca, donde se experimentó el predominio de una
cultura sobre otra y el sometimiento de los vencidos a los valores
ético-morales de los vencedores.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="color: white; font-family: arial;"><i><span>La señora de la conquista</span></i><span>, al ser una
historia que explaya la relación sentimental entre Malinche y Hernán Cortés, me
permitió explotar una temática que no siempre se refleja en las novelas
históricas. En este libro, en cambio, el amor es concreto en lugar de
platónico. Así que las escenas amorosas y eróticas aparecen descritas con una
sensualidad que está presente en varios episodios. Considero que la relación
entre un hombre y una mujer, que representan a diferentes culturas, no solo es
compleja, contradictoria y difícil, sino que aporta elementos que enriquecen
una narrativa de amor, que surge en medio del desencuentro cultural, los
fragores de la guerra, las matanzas, los saqueos y la zozobra que no duerme ni
deja de acechar a cada instante.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span><span style="color: white; font-family: arial;">Aunque Malinche fue la concubina de Hernán Cortés entre 1519 y 1525, el
capitán general de la armada, que tuvo en ella su hijo mestizo Martín, la casó
con el hidalgo español Juan Jaramillo, quien, a pesar de que ella era india,
madre soltera y ex concubina de dos españoles, la aceptó como a su legítima
esposa y tuvieron una hija a la que llamaron María. Se especula que con este
enlace matrimonial, Hernán Cortés cumplió la promesa de libertad que le había
prometido a ella al inicio de la conquista, aparte de que le pagaba por sus
servicios otorgándole las encomiendas de Huilotlán y Tetiquipac –que por
herencia le correspondían– y le proporcionó una excelente posición social. No
obstante, la vida de concubinato y marital de Malinche, aunque se quedó en una
casa que Cortés le construyó en Coyoacán, muy cerca de Tenochtitlán, no tuvo un
final feliz. Fue separada de su primer hijo y, poco después de dar a luz a su
hija María, que tuvo con Juan Jaramillo, murió en la ciudad de las pirámides en
1529, víctima de la epidemia de viruela que en ese año asoló a la reciente
creada Nueva España.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing">
</p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span><span style="color: white; font-family: arial;">Escribir la novela <i>La
señora de la conquista</i>, desde el punto de vista literario y personal, ha
significado constatar que un escritor de nacionalidad boliviana no es ajeno a
los acontecimientos que atañen a la historia de México y que es capaz de
abordar una temática que tuvo su epicentro en la época en que los conquistadores
ibéricos andaban tras la búsqueda de nuevas tierras, que poseían las riquezas
que las monarquías europeas necesitaban para su propia sobrevivencia, sus
guerras de expansión territorial y el afán de establecer su dominio político,
social, económico, religioso y cultural en todas sus colonias, donde se
cometieron crímenes de lesa humanidad y se impuso, a nombre de Dios, el Rey y
el Papa, un régimen virreinal que blandía la cruz y la espada como efectivas armas
de colonización. </span></span></p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-13601997575593692492023-12-02T12:54:00.000-08:002023-12-03T11:56:19.423-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGsN21hB4P8ihsSdTSGL9iubMGHkwPo8WtO2wy010xuNllVKqBQ8KbX6U-KSboUD-zkzCUhUo0iC-XPbjHnDoaUBA3AwbrGXeLplq1S3-qrMJkkvfnqhSEkWR0B3aicT8cZ9fN-vqkrc9EkB2vxppIffRR2VBsCCU6hqzt9UYxUS2LDRvJnX8nyxDGvTY/s681/978841876542lllllllllllll,%C3%B1%C3%B1%C3%B1%C3%B1%C3%B1%C3%B1%C3%B1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="681" data-original-width="632" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGsN21hB4P8ihsSdTSGL9iubMGHkwPo8WtO2wy010xuNllVKqBQ8KbX6U-KSboUD-zkzCUhUo0iC-XPbjHnDoaUBA3AwbrGXeLplq1S3-qrMJkkvfnqhSEkWR0B3aicT8cZ9fN-vqkrc9EkB2vxppIffRR2VBsCCU6hqzt9UYxUS2LDRvJnX8nyxDGvTY/s320/978841876542lllllllllllll,%C3%B1%C3%B1%C3%B1%C3%B1%C3%B1%C3%B1%C3%B1.jpg" width="297" /></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #f1c232; font-size: medium;">MICROS</span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing"><b><span lang="SV-FI"><span style="font-family: arial;">Cuestión
de diablos<o:p></o:p></span></span></b></p><p class="MsoNoSpacing"><span style="font-family: arial;"><span lang="SV-FI">Un Diablo cayó al agua.</span></span></p><p class="MsoNoSpacing"><span color="initial" style="font-family: arial;">Otro Diablo lo sacó,</span></p><p class="MsoNoSpacing"><span lang="SV-FI"><span style="font-family: arial;">mientras un tercero se preguntaba:<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing"><span lang="SV-FI"><span style="font-family: arial;">¿Cómo diablos se cayó?</span></span></p><p class="MsoNoSpacing"><span lang="SV-FI"><span style="font-family: arial;"><br /></span></span></p><p class="MsoNoSpacing"><b><span><span style="font-family: arial;">En
el desierto<o:p></o:p></span></span></b></p><p class="MsoNoSpacing"><span style="font-family: arial;"><span>La mujer cayó de la cabalgadura mientras dormía. </span><span>El caballo relinchó ante
la presencia de una serpiente, provocó </span><span>la estrepitosa caída de su jinete. Ella,
cuando despertó, </span><span>no sabía cuándo ni cómo pasó, pero estaba sola y
abandonada entre las salvajes dumas del desierto. </span><span><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing"><span><o:p><span style="font-family: arial;"> </span></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing"><b><span><span style="font-family: arial;">El hombre de la botella<o:p></o:p></span></span></b></p><p class="MsoNoSpacing"><span style="font-family: arial;"><span>S</span>umergido en su enésima borrachera,<span> sabía que lo más importante, después de
haberse zambullido en los toneles de aguardiente, era volver a trepar por sus
empinadas paredes, alcanzar el borde, salir con vida y cargado de una sabiduría
que solo se aprende tras tocar fondo, donde hay un cofre de riquezas que un día
perdió el Diablo.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing"><span lang="SV-FI"><o:p><span style="font-family: arial;"> </span></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing"><b><span lang="SV-FI"><span style="font-family: arial;">Monstruos<o:p></o:p></span></span></b></p><p class="MsoNoSpacing"><span style="font-family: arial;"><span>Si el
sueño de la razón produce monstruos, entonces el monstruo de la razón produce
más monstruos. </span><b><span lang="SV-FI"><o:p></o:p></span></b></span></p><p class="MsoNoSpacing"><b><span style="font-family: arial;"> </span></b></p><p class="MsoNoSpacing"><b><span style="font-family: arial;">El locoto<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNoSpacing"><span style="font-family: arial;">–El locoto colorado es sabroso –dijo mi suegra.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing"><span style="font-family: arial;">–Sí, señora –corroboré su gustito–. Es sabroso porque
pica dos veces.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing"><span style="font-family: arial;">Mi suegra, poniéndose colorada como el loco, se sonrió
picarona y añadió:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing"><span style="font-family: arial;">–Sí, pues, pica al comer y pica al…</span></p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-30971994976022152102023-11-25T04:22:00.000-08:002023-11-25T05:52:07.278-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihTaduLcdITrAclrOFiHS0_1_7lCVpCuZj49CUNwjcdb6Dlew0bO-nD-MOOoHcmu1ReM7DjEmcS-uhUB3xrnqrqFrUWnC5cDCuoreOlbFDZyMy0mKAOOOuhasR-0KfHZfLYI9OG7pDhOX4aW0P5fZmI0pn5atCtLjn7EOEGVnDjLjJteO-JxetdbBge-I/s988/Ilustraci%C3%B3n%20del%20libro%20La%20Bella%20y%20la%20Bestia.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="532" data-original-width="988" height="172" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihTaduLcdITrAclrOFiHS0_1_7lCVpCuZj49CUNwjcdb6Dlew0bO-nD-MOOoHcmu1ReM7DjEmcS-uhUB3xrnqrqFrUWnC5cDCuoreOlbFDZyMy0mKAOOOuhasR-0KfHZfLYI9OG7pDhOX4aW0P5fZmI0pn5atCtLjn7EOEGVnDjLjJteO-JxetdbBge-I/s320/Ilustraci%C3%B3n%20del%20libro%20La%20Bella%20y%20la%20Bestia.jpg" width="320" /></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #f1c232; font-size: medium;">LA BELLA Y LA
BESTIA, UNA HISTORIA DE MAGIA Y ESPERANZA</span><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Muchísimos
cuentos de hadas hablan de un príncipe convertido en monstruo o animal salvaje,
debido a los hechizos de una malvada bruja; ésta es la condición con la que
sobrevive, casi siempre escabulléndose en ámbitos penumbrosos, el monstruo que
simboliza la animalidad integrada en la condición humana, hasta que es redimido
por el beso y el amor de una doncella. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><i><span lang="ES-BO">La Bella y la Bestia</span></i><span lang="ES-BO">, probablemente, en sus diversas versiones, sea el
cuento de la tradición oral que, entre grandes y chicos, ha tenido más éxito en
todas las culturas y épocas, desde que la escritora Marie Leprince de Beaumont
(1711-1780), que abrevió y modificó las antiguas versiones bajo los simples
arquetipos del cuento de hadas, publicó <i>El
almacén de los niños</i> (1757), en el
que se incluyó su versión de <i>La Bella y
la Bestia</i>, y que el cineasta francés Jean Cocteau lo llevó a la pantalla en
1946, con un éxito que popularizó la imagen de una bestia, con aspecto de león,
quien, tras haber sido víctima de un hechizo, vivía escondido en su castillo,
hasta que la presencia de una bella mujer transformaría su infortunio en
felicidad.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span color="windowtext" style="mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: normal; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="font-family: arial;"><b>El poder del amor como argumento</b><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><i>La
Bella y la Bestia</i> es un cuento fantástico cuya acción transcurre en un
mundo imaginario, donde la magia es eficaz y el amor es capaz de vencer los
obstáculos. Todo comienza con la historia de un viejo mercader,
viudo y con tres hijas. Dos mayores, presuntuosas y vanidosas, y una menor,
humilde y bondadosa, a quien por su belleza llaman Bella, <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El mercader, tras realizar un viaje, se dirige desde el
puerto rumbo a su casa, pero se pierde en el bosque, hasta que se refugia en<span lang="ES-BO"> un castillo encantado, habitado por una
misteriosa Bestia, quien, al encontrarlo en el jardín, le ofrece descanso y
alimento</span>,y lo retiene en el castillo como su prisionero. El
mercader le pide que lo libere. El monstruo promete hacerlo, pero a condición
de que le conceda en matrimonio a una de sus hijas. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span color="windowtext"><span style="font-family: arial;">Cuando
el mercader retorna a su hogar, les cuenta a sus hijas lo que le había pasado
en el bosque y el castillo. Las hijas mayores no quieren saber nada de las
pretensiones del monstruo, a diferencia de la hija menor, la Bella, que se
ofrece cumplir la promesa de su padre, yéndose a vivir en los ricos aposentos
de la Bestia, quien la visita cada noche, suplicándole que se case con él, pero
ella le rechaza una y otra vez, hasta que cierto día, ve en su espejo mágico
que su anciano padre está muy enfermo. Entonces le ruega a la Bestia que
permita verlo por última vez. La Bestia accede a su pedido, con la condición de
que regrese al castillo antes de ocho días. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span color="windowtext"><span style="font-family: arial;">La
Bella no vuelve a tiempo y encuentra a la Bestia agonizando en el jardín,
debido a la tristeza que le causó su ausencia. Ella se arrodilla ante la
Bestia, quien exhala sus últimos alientos de vida, y, entre lágrimas y
súplicas, le pide que no se muera, porque lo ama y quiere ser su esposa. La
Bestia, al escuchar estas mágicas palabras, sana y se transforma en un apuesto
príncipe. Acto seguido, él le revela que, por medio del encantamiento de una
malvada bruja, había sido convertido en una horrible bestia para que ninguna
mujer deseara casarse con él; y que la única manera de romper con la maldición
era que alguien se enamorara de él, pero sin antes conocer el porqué del
encantamiento.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span color="windowtext"><span style="font-family: arial;">La
Bella y el príncipe se casan y viven felices en el castillo, junto a su padre,
mientras las dos hermanas mayores son transformadas en estatuas de piedra, pero
sin perder la consciencia, para que sean testigos de la felicidad de la Bella y
el príncipe, quien dejó de ser Bestia por la magia y el poder del amor. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;"><b>Entre la realidad y la ficción</b><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Si este tipo
de historias fuesen ciertas y se replicaran en la vida real, sería una
maravilla, como una maravilla son los cuentos que abordan temas donde se
amalgaman la realidad y la fantasía, procurando que los elementos fantásticos y
mágicos parezcan también realidades comunes y cotidianas. <o:p></o:p></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizTs-o-fEbNwqJGhjvG3z7qRGvmkUzDL_5uGfp0jYr6icc6VkD1fp95fOaRXBp0ZYOt2VB97rOszoxrFefIyVmWkmKiNgxykbrJkLcI3jEswRxUveLySkh5CdDEzwP3-8-c1vbtEA4U0Ln7DeIi2QZ1x2EjIkvvSmoMLaj8xG62kdDGMCjI5i9j4l6BJU/s957/Una%20escena%20de%20la%20pel%C3%ADcula%20de%20Jean%20Cocteau,%201946.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="632" data-original-width="957" height="211" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizTs-o-fEbNwqJGhjvG3z7qRGvmkUzDL_5uGfp0jYr6icc6VkD1fp95fOaRXBp0ZYOt2VB97rOszoxrFefIyVmWkmKiNgxykbrJkLcI3jEswRxUveLySkh5CdDEzwP3-8-c1vbtEA4U0Ln7DeIi2QZ1x2EjIkvvSmoMLaj8xG62kdDGMCjI5i9j4l6BJU/s320/Una%20escena%20de%20la%20pel%C3%ADcula%20de%20Jean%20Cocteau,%201946.jpg" width="320" /></a></div><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span color="initial" style="font-family: arial;">Sin embargo,
lo cierto es que los cuentos como<span style="color: white;"> </span></span><i style="font-family: arial;"><span style="color: white;">La
Bella y la Bestia</span></i><span color="initial" style="font-family: arial;"><span style="color: white;">,</span> que están estructurados sobre la base de la desbordante
imaginación de los autores, son narraciones que juegan con la fantasía del
lector y que no tienen la función de impartir lecciones de senso-moral ni ser
textos didácticos para enseñar a discriminar lo que es bello y lo que es feo,
pero tampoco son temas donde la fantasía debe diferenciarse de la realidad. Por
cuanto la </span><i style="font-family: arial;"><span style="color: white;">La Bella y la Bestia</span></i><span color="initial" style="font-family: arial;"> es un
cuento de la tradición oral, donde la ficción puede superar a la realidad, al
menos, si se necesita de estos cuentos para superar la inseguridad y falta de
autoestima.</span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Con todo,
este cuento clásico continúa conquistando los corazones de grandes y chicos,
que sueñan con esta mágica historia de amor y fantasía, que a los lectores les
permite abrigar la ilusión y la esperanza de que la belleza de una persona no
está en su físico, sino en su personalidad, ya que lo más importante no es la
belleza superficial, sino el bondadoso corazón que posee un individuo, como si
tuviese un bello príncipe atrapado en su interior.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><i><span lang="ES-BO">La Bella y la Bestia</span></i><span lang="ES-BO">, al margen de la fantasía y la magia que encierra
en su estructura literaria, es una idealización de un romance en el que se
justifica que el hombre puede parecerse a la Bestia mientras tenga sentimientos
nobles. O un mero enunciado lírico para quienes creen que el hombre <i>mientras más feo, más bello</i>. Está claro
que este dicho se dice por decir, sobre todo, si nos enfrentamos a los actuales
cánones de belleza masculina que, así no se reconozca públicamente, es tan
importante como la belleza femenina. Es cuestión de ingresar a las redes
sociales para advertir que los artistas, cantantes y deportistas que más
cotizan son aquellos cuyas figuras son más atractivas por su aspecto físico que
por su competencia intelectual, más por lo que lucen por fuera que por lo que
atesoran por dentro.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;"><b>Fealdad y belleza</b><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><i><span lang="ES-BO">La Bella y la Bestia</span></i><span lang="ES-BO"> es la perfecta metáfora de una relación amorosa
donde la belleza de la mujer se sobrepone a la del hombre, que, aun siendo
chato, gordo y feo, es apreciado por otras cualidades más internas que
externas, o, simplemente, porque posee poderes sociales, políticos y
económicos, ya que un hombre acaudalado no es lo mismo que un pobretón, como un
hombre con renombre familiar no es lo mismo que el hijo del vecino.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Cuando una
madre obliga a su hija, joven y hermosa, a contraer nupcias con un hombre
viejo, chato y feo, aunque acaudalado, es como obligarle a tragarse un sapo
vivo, condenarla a vivir en una relación que no es de su agrado y que de por sí
le provoca aversión. Esto no quiere decir que el sapo, al menos según las
magníficas versiones de los cuentos de hadas, pueda convertirse en un bello
príncipe si se le da un beso.<o:p></o:p></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUBv1A5q9ZZ4tbyQZQva7O4RhyphenhyphenpWLVzk9sRuqKrb1ZDoWTOXp2RSSBtemvkIEzR8RyjFW9Jm1pt2E6PFaqOG2VKx6HjfkQw8ZvHMK8qlBkQYacBM1Q5zmUYOcjDU0IDcrYTKjOcU6DtG476q8IYRL4XIp8-Io1TLooLtKafQf5jWiOt8O41lGzeheTEKM/s900/frog-prince-with-crown-his-head_777271-7390.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="900" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUBv1A5q9ZZ4tbyQZQva7O4RhyphenhyphenpWLVzk9sRuqKrb1ZDoWTOXp2RSSBtemvkIEzR8RyjFW9Jm1pt2E6PFaqOG2VKx6HjfkQw8ZvHMK8qlBkQYacBM1Q5zmUYOcjDU0IDcrYTKjOcU6DtG476q8IYRL4XIp8-Io1TLooLtKafQf5jWiOt8O41lGzeheTEKM/s320/frog-prince-with-crown-his-head_777271-7390.jpg" width="320" /></a></div><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span color="initial" style="font-family: arial;">El cuento
también se ha interpretado como una crítica a los matrimonios por conveniencia.
La unión de una mujer, especialmente joven y bella, con un hombre acaudalado y
mucho mayor que ella. El cuento enseña que si las mujeres buscan el auténtico
amor en el interior de sus ancianos maridos, pueden encontrar al príncipe que
se esconde tras la apariencia de bestias. O que ellas mismas consigan esa
transformación por medio de su amor. La diferencia de edades y condiciones
sociales, en este caso, no tienen ninguna importancia si el amor es más grande
que las apariencias físicas.</span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Una niña
puede creer que el sapo puede convertirse en príncipe, porque intelectualmente
se encuentras en la etapa del <i>pensamiento
mágico</i>, a diferencias de una adolescente, que no cree que un sapo pueda
trocarse en príncipe, porque su pensamiento corresponde a la etapa del <i>razonamiento lógico</i> y porque sabe que es
imposible que el sapo sea un príncipe encantado y que un hombre de horrible
aspecto pueda trocarse en bello después de un beso. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Las
adolescentes están convencidas de que los cuentos donde las bestias, los sapos
y las serpientes pueden trocarse en bellos príncipes son solo cuentos, que
están lejos de la realidad y que, en el sentido terapéutico como lo afirmaba el
psicoanalista Bruno Bettelheim, son algo así como una cura o un consuelo para
quienes viven aquejados por su fealdad. Por cuanto <i>La Bella y la Bestia</i>, al
margen de ser una bella historia, no deja de ser una fantasía difícil de
aplicar en la realidad, en esa realidad donde no es difícil diferenciar entre
lo que es bello y lo que es feo.</span><o:p></o:p></span></p><p>
</p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-35971905474431327792023-11-13T10:06:00.000-08:002023-11-25T05:55:25.538-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbVERz1TDg8ZHuWsBo27UhCYRZxRRPovEs7A_oYnD0fLjtqOTo8f5w7_TWk2uNh51Dr8Hdel-Xsm1otWe_pK5ILuwHQ4LURZ7TpR2hK7lqljRkqPKApOOtah5Hdri3YT9BUYZLV6DJyfpktW3YiBDHM-MmeuV6Un727ncdjehlCjDR_XytJoDdZzDW5mE/s1101/Do%C3%B1a%20Marujita.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="624" data-original-width="1101" height="181" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbVERz1TDg8ZHuWsBo27UhCYRZxRRPovEs7A_oYnD0fLjtqOTo8f5w7_TWk2uNh51Dr8Hdel-Xsm1otWe_pK5ILuwHQ4LURZ7TpR2hK7lqljRkqPKApOOtah5Hdri3YT9BUYZLV6DJyfpktW3YiBDHM-MmeuV6Un727ncdjehlCjDR_XytJoDdZzDW5mE/s320/Do%C3%B1a%20Marujita.jpg" width="320" /></span></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #f1c232; font-size: medium;">LA
CHICHARRONERÍA DE DOÑA MARUJITA</span><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Un fin de
semana en Llallagua, cuando se tienen ganas de comer un buen chicharrón, lechón
o fricasé, es cuestión de viajar por la carretera asfaltada, llamada diagonal <i>Jaime Mendoza</i>, inaugurada oficialmente
en diciembre de 2018, hasta llegar, luego de atravesar una serranía árida,
pedregosa y polvorienta, a las afueras de Uncía, capital de la provincia Rafael
Bustillo del departamento de Potosí y ciudad que sobrevive gracias a la
agricultura, ganadería y explotación minera.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">A orillas de
esta ciudad de población bilingüe, donde sus habitantes hablan con desparpajo
el quechua y el español, se encuentra la <i>Chicharronería
Marujita, donde comer… ¡Es un placer!</i>, que atiende los domingos y feriados,
a partir de las 11:00 de la mañana.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Se camina
unos metros en dirección a la Plaza 6 de Agosto, y allí mismo, a media cuadra y
a mano derecha, está la casa con fachada de color naranja, ubicada en la Calle
Sucre 29, reconocible por el nombre viñeteado en la pared frontal, donde se
lee: <i>Restaurante Marujita</i>. No hay
cómo perderse, el local está a la vista de los peatones, que pasan y repasan
por este local que existe desde la pasada centuria.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZ4UUwjp-rvZ-RZijJOr9nvVVlzmM06mWVSF8TlGvlF85fBphl6zWr6OXOnRBA5AbFyBhy7-8bOAHVKvT81I6jrEyKTWqFB68KamtlIE2phoMUtdni6-cyFT1jYWKwEgeDcQ7NSjuEZT6RxBZL-eFoYuwYXQFoANxIBWDJCrjn1opB5VmXCVUbrc_H_8o/s922/Chicharr%C3%B3n%20y%20fricas%C3%A9.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="692" data-original-width="922" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZ4UUwjp-rvZ-RZijJOr9nvVVlzmM06mWVSF8TlGvlF85fBphl6zWr6OXOnRBA5AbFyBhy7-8bOAHVKvT81I6jrEyKTWqFB68KamtlIE2phoMUtdni6-cyFT1jYWKwEgeDcQ7NSjuEZT6RxBZL-eFoYuwYXQFoANxIBWDJCrjn1opB5VmXCVUbrc_H_8o/s320/Chicharr%C3%B3n%20y%20fricas%C3%A9.jpg" width="320" /></a></div><span color="initial" style="font-family: arial;"><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span color="initial">Se atraviesa
el dintel de un portón de madera y, de pronto, uno aparece en un patio lleno de
mesas, sillas y toldos improvisados, de lona y plástico, de todos los colores y
tamaños, para resguardarse del sol, la lluvia y los vientos que arrecían desde
los cerros. No parecen elementos decorativos para resaltar la imagen de la
vivienda, sino cubiertas necesarias para protegerse de las inclemencias de la
intemperie.</span></p></span><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">El ambiente
desprende un olor a carne frita y tiene un aspecto de casa antigua, de esas
casas donde parece haberse detenido el aire y el tiempo de otros tiempos. El piso está cubierto por
losas y una alfombra de césped sintético. Allí, entre muros que se levantaron
con adobes hechos de barro, mezclado con arenilla y paja brava, habita y reina
doña Marujita, quien, como toda fiel devota del patrono San Miguel Arcángel,
cuya festividad se celebrada a fines de septiembre, atiende, ataviada con un
impecable mandil con bolsillos y una pañoleta en la cabeza, con amabilidad y
expresión amigable a cada uno de los comensales que cruzan el dintel del portón
que da a la calle.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirXbsoImi1sYtuCEBJZy6daNSo236vkLsXYSmH9RGtlypqh1GJrywAFuxqSsRX6c5MHVsKX9VvXBpY5W_k74webNHGeaBWUPulyPrHYiXkMfZD4q7n6P3w-Cs2bNDsABrsZ4J-pUAWof9hZw_Z7zw-1tt03Fgw0BQTEuiCl7meffb8lyoWQFkxX1wwSNY/s1248/La%20cocina%20y%20el%20bat%C3%A1n%20para%20moler%20la%20llajwa.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="624" data-original-width="1248" height="160" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirXbsoImi1sYtuCEBJZy6daNSo236vkLsXYSmH9RGtlypqh1GJrywAFuxqSsRX6c5MHVsKX9VvXBpY5W_k74webNHGeaBWUPulyPrHYiXkMfZD4q7n6P3w-Cs2bNDsABrsZ4J-pUAWof9hZw_Z7zw-1tt03Fgw0BQTEuiCl7meffb8lyoWQFkxX1wwSNY/s320/La%20cocina%20y%20el%20bat%C3%A1n%20para%20moler%20la%20llajwa.jpg" width="320" /></a></div><span color="initial" style="font-family: arial;"><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span color="initial">Al fondo del
patio está la pequeña cocina, cuyo techo de calamina, oxidado y ligeramente
hundido, soporta el peso de piedras de diversos tamaños. Ahora bien, si las
piedras están colocadas encima del techo, al margen de ser una suerte de
ornamento de la vivienda, es para sujetar las calaminas que, en tiempos en que
sopla el viento sin contemplaciones, pueden ser desclavadas de las vigas y
volar por los aires como hojas de papel.</span></p></span><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Doña Marujita
sabe que la buena atención al comensal es la clave para ganarse la simpatía y
el aprecio de todos quienes volverán una y otra vez, bajo la lluvia o bajo el
sol, a servirse los platillos de fricase, lechón y chicarrón, especialidades de
la casa, donde se respira libertad y ganas de tragarse todo lo que contiene el
platillo.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Doña Marujita
prepara el chicharrón a la vista de los consumidores, a modo de lucir sus
conocimientos en materia gastronómica. A veces, mientras está ocupada en sus
quehaceres, se le desborda el caldo de la paila y cae sobre el fuego y las
brasas, provocando una humareda que pronto es amainada con experiencia y
destreza acumuladas durante años, como quien aprendió a domar el fuego,
avivando las brasas que brincotean como pequeños diablillos entre la pared
circular de la <i>k`oncha</i> (fogón de
barro). <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrMvhsKdvP0nRFiiU57Nk3xqgaDp48-OVyL7yXIpwRhXOWN4C-FWfv12sc3l-o-FTJUanl90VS8gpan2ux94q-OBHgrllDgs-kY7PcyqlnZ7n3rMHnnz6E-FsF5G7HnM52Wzod9G4cV-482I8KXvJAzMuRfPpZN125cNzdAG7eB_PuzFem1MCdTj1fejw/s864/K%C2%B4onchas%20y%20pailas%20de%20cobre.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="486" data-original-width="864" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrMvhsKdvP0nRFiiU57Nk3xqgaDp48-OVyL7yXIpwRhXOWN4C-FWfv12sc3l-o-FTJUanl90VS8gpan2ux94q-OBHgrllDgs-kY7PcyqlnZ7n3rMHnnz6E-FsF5G7HnM52Wzod9G4cV-482I8KXvJAzMuRfPpZN125cNzdAG7eB_PuzFem1MCdTj1fejw/s320/K%C2%B4onchas%20y%20pailas%20de%20cobre.jpg" width="320" /></a></div><span color="initial" style="font-family: arial;"><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span color="initial">El chicharrón
se cocina en la grasa derretida del mismo cerdo, en una enorme paila de cobre
que, a su vez, está puesta sobre un fogón hecho de barro, preparado en fuego a
leña, y el emplatado se remata con un chorro de frituritas de la piel del
cerdo. El platillo es acompañado con mote blanco, papas con cáscara, chuño y,
como es natural, no pude faltar su exquisita </span><i><span style="color: white;">llajwa</span></i><span color="initial"> (salsa picante elaborada con tomates, locotos, sal y<span style="color: white;"> </span></span><i><span style="color: white;">killkiña</span></i><span color="initial">).</span></p></span><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Un aparato de
sonido, ubicado en la plataforma de tablas, es controlado por uno de sus hijos,
quien, al mejor estilo de un <i>discojoke</i>,
pone música variada y de sobremesa –con preferencia los boleros mejicanos, los
vals peruanos y los clásicos del folklore boliviano, como los Karkas, Savia
Andina y el Dúo Sentimiento, entre otros–, para acompañar a los comensales que,
con los dedos convertidos en cubiertos y la mirada puesta en los platos de
comida, se zampan los caldos, las carnes, los motes, las papas y los chuños,
con una avidez que parece haber sido acumulada por mucho tiempo.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">A un costado
del patio, donde están las pailas puestas sobre el ojo de las <i>k´onchas</i>, tiznadas por el hollín y el
humo, las carnes están cocinándose entre burbujas de grasa, hervido por las
brasas y el fuego a leña, un detalle que le da una característica especial a
las comidas preparadas por las divinas manos de doña Marujita, quien mira con
un ojo las pailas de cobre y con el otro a los comensales, quienes se sirven la
comida con todos los sentidos, casi sin hablar ni respirar. Ellos comen con las
manos, como dispuestos a chuparse los dedos después de cada bocado, sin ser
necesariamente gourmets de gusto refinado y exigente paladar. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipqEzp6UBIMEv6nsJrHMnE9AFJhFeFoizC95X6M7MrH0CdWKjrMhpkhNddr3JZwxoqGK3SUBIT4TQdv8-3UDbLc8Ngz5ppzCgj8iqc8GMqHFhrJR_jP04ENGeqI_Lis6dgnlzz4MYV9PXhyphenhyphenQUCyXvSYdG2aEhdnveORvHhdDpMU71Rmw9rbmMKPwa9YdU/s764/Do%C3%B1a%20Marujita%20en%20plena%20acci%C3%B3n.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="764" data-original-width="561" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipqEzp6UBIMEv6nsJrHMnE9AFJhFeFoizC95X6M7MrH0CdWKjrMhpkhNddr3JZwxoqGK3SUBIT4TQdv8-3UDbLc8Ngz5ppzCgj8iqc8GMqHFhrJR_jP04ENGeqI_Lis6dgnlzz4MYV9PXhyphenhyphenQUCyXvSYdG2aEhdnveORvHhdDpMU71Rmw9rbmMKPwa9YdU/s320/Do%C3%B1a%20Marujita%20en%20plena%20acci%C3%B3n.jpg" width="235" /></a></div><span color="initial" style="font-family: arial;"><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span color="initial">Doña
Marujita, a pesar del peso de sus años y los achaques que se le manifiestan de
tanto en tanto, se mueve como una ardilla, de un lado a otro y sin tregua, como
si estuviese acostumbrada a trabajar desde siempre, sin quejarse ni tomarse una
pausa, como si su trabajo fuese el mejor premio que ganó en la vida, no solo
porque este trabajo le ha permitido mantener a su familia, sino también porque
le da una profunda satisfacción el simple hecho de dejar conformes a sus
comensales, quienes le expresan su respeto, admiración y su infinito
agradecimiento por haber convertido su tiempo de almuerzo en un momento
inolvidable y en una fiesta para el paladar.</span></p></span><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Doña Marujita
cocina con pasión y sabiduría, convencida de que los hombres, las mujeres y los
niños, se llevarán a casa el estómago lleno y el corazón contento. Pues, como
ya se sabe, el placer de comer no solo entra por los ojos, sino también por el
olor, el color y el sabor de una comida emplatada con el cariño de quien sabe
que no es lo mismo comer por comer que deleitarse con cada bocado que
explosiona en la boca. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Su cocina,
donde se ingresa por una puerta angosta y una grada de piedra, no luce una hornalla
industrial ni un mesón de respetables dimensiones, sino unas mesitas, un
estante con utensilios, cubiertos, vasos, platos, boles de plástico y otros,
que le dan la apariencia de ser una cocina familiar, donde uno se siente como en
su propia casa, donde faltan los típicos muebles de un restaurante, pero donde
sobra el calor de hogar y el aire de bienvenida que se respira por doquier.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Doña Marujita
es una gastrónoma de sepa y se dedica al arte culinario por herencia familiar.
Ella aprendió a cocinar al lado de su madre y al lado del fogón, mirando como
la carne de cerdo cambia de textura a medida que se fríe en la grasa del animal
más sucio, pero el más delicioso de la cocina popular. Doña Marujita es una de
las cocineras más prestigiosas de Uncía, conoce las técnicas de preparación del
chicharrón y el fricasé, la calidad de los ingredientes con solo olerlos y
palparlos, y, lo que es más importante, conoce los componentes culturales de
esta magia culinaria que es una virtud reservada solo para las mujeres que
convierten en delicias todo lo que tocan.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Si uno mira
en derredor, constata que los comensales se zampan el contenido del plato con
la avidez de los parroquianos que, después de una noche de copas, buscan
servirse una buena porción de chicharrón o fricasé, intentando reparar la
resaca que produce retorcijones en la panza y zumbidos en la cabeza.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">El fricasé de
cerdo es un platillo típico del altiplano boliviano, aunque tenga su origen en
la cocina francesa y su nombre sea <i>fricasseé</i>.
Es un caldo picante que incluye trozos de carne, nudos, cuero y costillas de
cerdo. Este platillo se aliña con un aderezo de cebollas blancas finamente
picadas, comino molido, pimienta negra, dientes de ajo, finamente picados,
orégano desmenuzado y ají panca picante, lo que le confiere un color rojizo.
Después de una cocción de dos horas y media en la paila, al punto en que las
carnes están casi desprendiéndose de los huesos, el fricasé está listo para ser
servido en un plato hondo, preferentemente de barro cocido, con chuños negros y
un puñado de mote de maíz blanco, esparcido en el caldo humeante y aromático,
y, como es de rigor, se acompaña con <i>llajwa</i>,
que se muele en el batán de piedra que está en el patio, cerca de la puerta de
la cocina.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu_pJXBPCaxuRcmlmLi9YD41glOO5KZS1xyaHXAFLPnyTtDxMMGE6Ws3aWA_VslRfyR6CDubr-aN9TiizEoF3P6vfwJGEWi1gx60hJsC9OFPxRfJIHlwW-pd5UhesQXot_kN0Hb_uOLErs7QZ-4Hxi1XBQFWfNASemDFr-Aoy7JzsR4ZAxo70f-ZfdJqY/s867/La%20mascota%20Beba.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="621" data-original-width="867" height="229" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu_pJXBPCaxuRcmlmLi9YD41glOO5KZS1xyaHXAFLPnyTtDxMMGE6Ws3aWA_VslRfyR6CDubr-aN9TiizEoF3P6vfwJGEWi1gx60hJsC9OFPxRfJIHlwW-pd5UhesQXot_kN0Hb_uOLErs7QZ-4Hxi1XBQFWfNASemDFr-Aoy7JzsR4ZAxo70f-ZfdJqY/s320/La%20mascota%20Beba.jpg" width="320" /></a></div><span color="initial" style="font-family: arial;"><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span color="initial">De pronto
aparece, como salido de la nada, una perrita de nombre Beba y de raza shar pei
(piel de arena), que merodea alrededor de las mesas y se asoma a los
comensales, luciendo las arrugas en su frente y su hocico grueso, a la espera
de que alguien le tire un trozo de carne, pero tiene que ser carne como su
labio carnoso, porque, como catador de los sabrosísimos platillos que prepara
su dueña. Eso sí, como todo gourmet de gusto delicado y exquisito paladar, no
come ni roe huesos, menos los huesos que le arrojan con desprecio. Esta perrita
longeva, que inspira amor y ternura, no solo es un animal de compañía sino
también la celosa guardiana del restaurante, donde se pasea a paso lento,
exhibiendo su pelo leonino, sus ojos oscuros, sus orejas caídas y su parada de
medio metro, como si ella fuera la misma ama y señora de este restaurante donde
se sirven platillos con sabor y estilo nortepotosinos, y que, en mérito a sus
años de servicio, forma ya parte del patrimonio gastronómico y cultural de
Uncía. Ojalá que este patrimonio no se muera nunca y que la afamada dama, de
menuda estatura y sonrisa afable, sea reconocida por parte de las autoridades
ediles con los mayores honores, por tratarse de un punto más de atracción
turística, donde los visitantes de todo el país, urgidos por saciar el hambre y
relajarse del cansancio, son acogidos con el corazón y las puertas abiertas de
este restaurante tradicional, que desde un principio invita a retornar hacia el
sabroso olor de sus pailas y el acariciante calor del fuego a leña que emanan
las ennegrecidas </span><i style="color: initial;">k´onchas</i><span color="initial">.</span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrYXvJiL-Qf40TtK9V1pThaKv-klKn48TQOyzBxdBc9FfI4AhHAZhgxDVkfpPtH8jgaPOfHpk-0CB22W2_U0euA94JFqcbYWSjjP8CAhL5-wi63_teNhkgChqt0W1gQtYb7z39uDrxm9rZlnHih0K1wKtshwJwiEA44R12cid4KR9rUK4T5MuBUF-BvUk/s1621/Victor%20y%20Marujita.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1621" data-original-width="809" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrYXvJiL-Qf40TtK9V1pThaKv-klKn48TQOyzBxdBc9FfI4AhHAZhgxDVkfpPtH8jgaPOfHpk-0CB22W2_U0euA94JFqcbYWSjjP8CAhL5-wi63_teNhkgChqt0W1gQtYb7z39uDrxm9rZlnHih0K1wKtshwJwiEA44R12cid4KR9rUK4T5MuBUF-BvUk/s320/Victor%20y%20Marujita.jpg" width="160" /></a></div><p></p></span><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Al término de
una buena comilona, doña Marujita se acerca a las mesas, llenas de platos,
gaseosas y botellas de cerveza, para invitar, como un cariño de la casa, una
jarrita de vino oporto a manera de <i>asentativo
para bajar y digerir mejor el chanchito</i>. Las comidas y el vinito son
delicias que deben probarse alguna vez en este restaurante uncieño, que parece
la casa del jabonero, donde el que no cae…</span></span></p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-60147224412814722222023-11-09T20:17:00.002-08:002023-11-09T20:23:40.834-08:00<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOzspbBTjXm499q-qIoH0cQX8yC-Og4462hrf4iAqeNT7v1hqIb-f3RkBJXQTHpkXijOcorEoMY2ku2vb2DBt_OM5u_AcwGLbf68JZTBRXaCYsmoZfp7vKtWahro0gmkFRpWrpHtqv4IJ428bG9b66QA-TlfwHt4FGgaGPEZ8so6e8M36QyUX2cz3CKOQ/s1233/TAPA%20%20(FINAL).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1233" data-original-width="797" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOzspbBTjXm499q-qIoH0cQX8yC-Og4462hrf4iAqeNT7v1hqIb-f3RkBJXQTHpkXijOcorEoMY2ku2vb2DBt_OM5u_AcwGLbf68JZTBRXaCYsmoZfp7vKtWahro0gmkFRpWrpHtqv4IJ428bG9b66QA-TlfwHt4FGgaGPEZ8so6e8M36QyUX2cz3CKOQ/s320/TAPA%20%20(FINAL).jpg" width="207" /></a></div><span style="font-family: arial;"><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span style="color: #ffd966; font-size: medium;">HISTÓRICAS MUJERES DEL NORTE DE POTOSÍ</span></p></span><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">En los pasados días, y con motivo de celebrar un
aniversario más de la gesta libertaria de la ciudad de Potosí, que se
concretizó el 10 de noviembre de 1810, salió a luz el folleto <i>Nortepotosinas en la historia de la mujer
boliviana</i>, elaborado por el escritor Víctor Montoya y la bibliotecaria
Lourdes Peñaranda Morante, actual responsable del Archivo Histórico Minero de
Catavi, Regional de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL).<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">El folleto, publicado bajo el sello de Ediciones <i>La Cueva del Tío</i>, es un compendio que
registra a las mujeres que, con autoridad moral y esfuerzo tesonero,
descollaron en distintos ámbitos a nivel local, nacional e internacional, como
dignas representantes de las mujeres nacidas en las provincias de la zona norte
del departamento de Potosí.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">En el preámbulo se afirma: <i>La historia de Bolivia está llena de eventos heroicos donde las mujeres
fueron las grandes protagonistas, y las nortepotosinas, en el siglo XIX, XX y
XXI, han hecho su parte, desde las trincheras del hogar, la vida política,
sindical, económica, cultural, deportiva y la investigación científica, sin más
propósito que legitimar sus derechos en una sociedad patriarcal, que durante
siglos la negó por su condición biológica y su lugar en las esferas
sociopolíticas del país (…) Por fortuna, en la actualidad es evidente la
presencia de las mujeres en todos los estamentos del Estado, con iniciativas
que defienden los derechos de la mujer y velan por los intereses de una nación
con equidad de género, justicia social, exenta de racismo y toda forma de
discriminación. Las mujeres nortepotosinas brillan con su presencia en la
historia de la mujer boliviana. Ahí tenemos el caso de María Amelia Chopitea
Villa, la primer doctora boliviana; las escritoras Martha Mendoza Loza, Tula
Mendoza Loza, Paz Nery Nava Bohórquez, Jael Oropeza de Pérez; las compositoras
de música folklórica como Luzmila Carpio Sangüesa, Cornelia Veramendi Mamani y
Nardy Barrón; las investigadoras como Amalia Dávila de Gallardo, Carola Campos
Lora; las deportistas Paulina Medrano, Judith Quiñones, Judith Terceros y
muchas otras que, debido a razones obvias, aún no se han dado a conocer en la
vida pública, pero que, debido a su talento y su aporte significativo en el
campo de las ciencias, la tecnología, el deporte, la política y la cultura, un
buen día ocuparán, con legítimo derecho, el lugar que les corresponde en la
historia nacional (…) Esperemos que estos apuntes de nombres y datos, reunidos
en el presente folleto, además de echar más luces sobre una realidad no siempre
visibilizada por la historia oficial, sirva para ir rescatando a las mujeres
nortepotosinas que supieron contribuir al desarrollo del país con la fuerza de
su inteligencia, su honda sensibilidad, su asombrosa creatividad, su
inclaudicable lucha y su gran valor humanista</i>.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">El folleto <i>Nortepotosinas
en la historia de la mujer boliviana</i> (noviembre, 2023), es el inicio de un
trabajo de largo aliento, que requiere sistematizar los datos sobre la vida y obra
de quienes, acaso sin pensarlo ni proponérselo, se convirtieron en
personalidades paradigmáticas, constituyéndose en ejemplos para las jóvenes del
presente y el futuro, y en mujeres que, contraviniendo los códigos retrógrados
y conservadores, se atrevieron a tumbar los muros del sistema patriarcal y
romper con las ataduras del machismo, que no siempre supo reconocer las virtudes
de la mujer ni aceptar su ineludible presencia en los diversos contextos de la
vida nacional.</span><o:p></o:p></span></p></div><p><br /> </p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-41478342116421347692023-10-20T17:30:00.007-07:002023-11-09T18:27:55.806-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRdBYquLOSQfgjWyEc1muj0DXcG9eveRwH7tJzC7haqWMNIKcDMFOHrVocnn3Gb0C8VYH91N5QfpSO_zDk21IY7c0WOfC9N0vbiYdTF4ddFQtOe4mB3h5N8HkNyjxtCglkESDD3mnE65H8HhpfGfMZkmewadSTISUMaJqBCv0TMx-2rgthq2fcDrmMkOw/s920/V%C3%ADctor%20Montoya%20y%20Roberto%20Rosario%20Vidal.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="754" data-original-width="920" height="262" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRdBYquLOSQfgjWyEc1muj0DXcG9eveRwH7tJzC7haqWMNIKcDMFOHrVocnn3Gb0C8VYH91N5QfpSO_zDk21IY7c0WOfC9N0vbiYdTF4ddFQtOe4mB3h5N8HkNyjxtCglkESDD3mnE65H8HhpfGfMZkmewadSTISUMaJqBCv0TMx-2rgthq2fcDrmMkOw/s320/V%C3%ADctor%20Montoya%20y%20Roberto%20Rosario%20Vidal.jpg" width="320" /></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #ffd966; font-size: medium;">EN
LA CASA DE UN ESCRITOR PERUANO</span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
escritor peruano Roberto Rosario Vidal, contra toda opinión y pronóstico, construyó
una hermosa casa al pie de un escarpado cerro, en un terreno que nadie
apreciaba en el pasado y que él pagó un precio que, por entonces, no le sacó un
ojo de la cara, sino una magnífica idea, como eso de construir una residencia
donde cupieran todas las aventuras de su imaginación.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><i>Mi casa se hizo a golpes de
paciencia y dedicación</i>, me dijo, mientras el conductor venezolano nos miraba, de tanto en
tanto, a través del espejo retrovisor. Roberto se reacomodó en el asiento del
auto, señaló con el dedo hacia un cerro y, sonriéndose de sus propias
ocurrencias, añadió que ahí estaba su casa, el laboratorio de sus creaciones
literarias y el refugio donde se recluía para leer y escribir todo cuanto caía
en sus manos y en su mente.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Entretanto
el auto recorría, entre semáforos y trancaderas, por una amplia avenida cuyo
nombre no recuerdo, él me refería algunas experiencias de su vida como funcionario
público <span color="windowtext">del
Ministerio de Educación en Desarrollo Comunal; lo que le permitió peregrinar
por las provincias y distritos de los departamentos de Lima, Ica y Ayacucho,
capacitando a los profesionales del magisterio, pero, eso sí, </span>sin dejar de mencionarme los
episodios más cómicos y escabrosos que recreó en algunas de las páginas de sus
libros que, sin ser enteramente autobiográficos, son testimonios vividos en primera
persona y vivencias experimentadas en carne propia.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">La casa está ubicada en las afueras de Lima,
allí donde ahora creció una urbanización cosmopolita, con todos los servicios
básicos, edificios modernos, escuelas y hasta una universidad; lo suficiente
como para intuir que esta barriada periférica será, en poco tiempo más, otra de
las zonas residenciales de la capital peruana.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Cuando
nos apeamos del auto y nos despedimos del conductor, quien dejó su Venezuela
natal para instalarse en Lima con ganas de triunfar a puro pulso, entramos en
la casa y cruzamos el living. Roberto se me adelantó un poco y me condujo hacia
un patio lleno de árboles y plantas. Miré en derredor, una y otra vez,
imaginándome que la construcción no pudo haber sido nada fácil debido a la
especial topografía del cerro, que él aplanó con pico, pala y carretilla, para
luego construir su nidito familiar casi a su imagen y semejanza, con el
asesoramiento de su esposa y el visto bueno de sus hijos. Levantó las
habitaciones con amplias ventanas, arborizó el patio y sembró plantas
variopintas. En la ladera del cerro, construyó una cascada artificial, con
aguas que parecen brotar de las rocas, precipitándose hacia una pequeña fuente
que él se ingenió como si formara parte de uno de sus cuentos o novelas de
ambiente minero. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmr19OqW8MbLpyb2lJdB0cLldvIfX5083K-BKoxHr7Hh9lSG86Ck8OzvdPjZtX4sHtE_X0GkR_1SMXQWIaG9KR1Is8SbkaAEJ19usSgAdNOOOvivN-lWq1u1yh5Gu_AiZhjjyR47Vs4khpJhzXa-y_QAJhGf_21atvsiDyQM-OguCsL5tXZjMpbU34bz8/s1210/Montoya%20en%20la%20Mina%20Bonita.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1210" data-original-width="908" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmr19OqW8MbLpyb2lJdB0cLldvIfX5083K-BKoxHr7Hh9lSG86Ck8OzvdPjZtX4sHtE_X0GkR_1SMXQWIaG9KR1Is8SbkaAEJ19usSgAdNOOOvivN-lWq1u1yh5Gu_AiZhjjyR47Vs4khpJhzXa-y_QAJhGf_21atvsiDyQM-OguCsL5tXZjMpbU34bz8/s320/Montoya%20en%20la%20Mina%20Bonita.jpg" width="240" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><span color="initial" style="font-family: arial;"><div style="text-align: justify;"><span color="initial" style="font-family: arial;">Sin
embargo, lo que más llamó mi atención fue la perforación que hizo entre las
rocas del cerro, con la ilusión de convertirla en una suerte de socavón
natural, como quien ha trabajado toda una vida en las cuencas mineras del Perú
y que, una vez jubilado tras los años idos y la misión cumplida, no se resigna
a perder la costumbre de internarse en una bocamina. </span><span color="windowtext" style="font-family: arial;">No en vano, entre 1989 y 2009, </span><span color="initial" lang="ES-BO" style="font-family: arial;">trabajó como consultor en gestión de
recursos humanos, iniciando su largo periplo por </span><span color="windowtext" style="font-family: arial;">diversas empresas mineras: Minas San Vicente
(Chanchamayo), Quiruvilca, San Simón, Sayapuyo y Cascaminas (La Libertad),
Chungar (Cerro de Pasco), Casapalca y San Juan (Lima), Catalina Huanca
(Ayacucho). Producto de esta experiencia son los cuentos y las novelas </span><span color="initial" lang="ES-BO" style="font-family: arial;">en las</span><span color="windowtext" style="font-family: arial;"> que describe la cruda realidad social y económica de
los mineros y sus familias.</span></div></span><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">La
mina personal de Roberto Rosario Vidal, como todas las minas del mundo, tiene características
y nombre propios. Se llama Mina <i>Bonita</i>,
Nivel 435, y está ornamentada con cerámicas incaicas, lámparas, guardatojos y
una serie de herramientas que recuerdan al laboreo minero de la época colonial
y republicana. Todas las piezas dan la sensación de haber sido recolectadas como
reliquias de alto valor histórico y sentimental.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">A
la pregunta: <i>¿Por qué esta obsesión de
abrir una mina en tu propia casa?</i> La respuesta es única y concluyente: <i>Porque quería tener, aunque sea de manera
simbólica, una mina en el patio de mi casa. Además, el cerro me permitió darme
este gustito y realizar mi sueño</i>. Entendí, asimismo, que no tuvo que
trabajar mucho en su construcción, debido a que el socavón se abrió casi solo
en la falda del cerro, cerca de las habitaciones que parecen empotradas en la roca
viva y dura.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">No
salía de mi asombro al constatar que esta casa, arrimada al pie del cerro y con
una mina de <i>yapa</i>, era única por su
enorme biblioteca, flanqueada por cuadros, cerámicas, pinturas originales,
diplomas, pergaminos y medallas, que este escritor acumuló desde su juventud, desde
que decidió dedicar su alma e imaginación a los niños y adolescentes peruanos.
Las medallas, que lucen dentro de una vitrina contigua al escritorio, le
concedieron en diferentes eventos literarios tanto dentro como fuera de su
país. Para él son como los trofeos que exhiben los deportistas, convencido de
que su esfuerzo no fue en vano y que valió la pena desde todo punto de vista. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEink2rWwnOp61E92oRg4kNp4va7InT-4NfMsI2TFqS3sT5knujfFnOU61zKZhFrp2i5RTh6EeeDfd9gnx4qeG0Q-qrmpoGLgf2acYtpzGeot-kuudB_Q9ylmma65eq9ZD_dmBof_lDQNrBgi7BQzaQ_rl4A5_QmRpInwDGwwqmUOWMjPyguje3Ev6Dlrz0/s960/El%20Muki,%20parte%20de%20la%20mitolog%C3%ADa%20minera%20peruana.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="540" data-original-width="960" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEink2rWwnOp61E92oRg4kNp4va7InT-4NfMsI2TFqS3sT5knujfFnOU61zKZhFrp2i5RTh6EeeDfd9gnx4qeG0Q-qrmpoGLgf2acYtpzGeot-kuudB_Q9ylmma65eq9ZD_dmBof_lDQNrBgi7BQzaQ_rl4A5_QmRpInwDGwwqmUOWMjPyguje3Ev6Dlrz0/s320/El%20Muki,%20parte%20de%20la%20mitolog%C3%ADa%20minera%20peruana.jpg" width="320" /></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Otro
detalle. En la entrada a la Mina <i>Bonita</i>,
Nivel 435, está la estatuilla del Muki, con aspecto de gnomo o duendecillo orejón,
pero no se siente la presencia del Chinchilico, ese ser demoniaco que también merodea
a los trabajadores en los socavones del Perú, quizás porque todavía no hay un
artista que lo tallara en roca mineralizada o lo esculpiera en greda. Sin
embargo, nuestro anfitrión sabe que, más temprano que tarde, el Chinchilico
ocupará, con impactante omnipresencia y legítimo
derecho, el lugar que le corresponde en esta casa de singular arquitectura. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAQs7GL1iNbCLiYS7FeUUDGMyyRXPt_A9pSD3-qLftZmcmvGl275o_aALOAJvAsWaBHcvPv9sxATogS3KsFBaWFSy9ZpAA7IKhTd1IbkxtqXhBlNKG7qgRDE1aBj389i_44kNhS1XViSSUYl3bwKF8hV6hCBLAkgz_uZ6twmfC0FkpYnuvnR3B-9vyUvY/s1008/Roberto%20Rosario%20y%20%20V%C3%ADctor%20Montoya%20en%20ka%20Mina%20Bonita.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1008" data-original-width="756" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAQs7GL1iNbCLiYS7FeUUDGMyyRXPt_A9pSD3-qLftZmcmvGl275o_aALOAJvAsWaBHcvPv9sxATogS3KsFBaWFSy9ZpAA7IKhTd1IbkxtqXhBlNKG7qgRDE1aBj389i_44kNhS1XViSSUYl3bwKF8hV6hCBLAkgz_uZ6twmfC0FkpYnuvnR3B-9vyUvY/s320/Roberto%20Rosario%20y%20%20V%C3%ADctor%20Montoya%20en%20ka%20Mina%20Bonita.jpg" width="240" /></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">La
Mina <i>Bonita</i>, Nivel 435, de Roberto
Rosario Vidal (Lima, 1948), es una más de sus fantasías hecha realidad, o, al
menos, un escenario que permite situarse en una bocamina abierta como el
bostezo del Muki, personaje fantástico de la mitología minera peruana, dueño de
las riquezas minerales y ser tutelar de los trabajadores, a quienes, a veces,
les juega bromas pesadas y les causa espanto escondiéndose entre los pliegues
de las rocas y cubriéndose con el oscuro manto de las galerías.</span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Este
escritor del cuento <i><span lang="ES-BO">Lámpara de minero</span></i><span lang="ES-BO"> (2007),</span><span lang="ES-BO"> </span><span lang="ES-BO">las </span>novelas <i><span lang="ES-BO">Volcán
de viento </span></i><span lang="ES-BO">(2008) y <i>Pique Esperanza. Volcán de fuego</i> (2018),</span><span lang="ES-BO"> </span>es,
sin duda alguna, uno de los firmes representantes de la literatura minera
peruana, tanto así que, en 2021, no dudé en elaborar a cuatro manos la
antología <i>La narrativa minera
peruano-boliviano</i>, con los textos de una serie de autores de ambos países,
con la plena seguridad de que este compendio sería la confirmación de una gran amistad
y un trabajo mancomunado que iría reafirmándose con el paso del tiempo<span color="windowtext">.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: arial;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtA7aSVuwOADYWPG8eHRxK2Pv8SJ4oepZihfPCvidnB0KuiX6p-TnMDXg1u5hA04d9zNxhu37VPxVAzhYlxILCooTD8j0aKRUUlpY3pgyN4_kV86IEGHj9K6fPejN9OBrIZwBqzoQhgWx9pf53mKGXbiU0-RlLuyUnoX83lM7p5SxuRE42jzKlF0CLILA/s1141/Tapa%20de%20la%20antolog%C3%ADa%20La%20narrativa%20minera%20peruano-boliviana.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1141" data-original-width="750" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtA7aSVuwOADYWPG8eHRxK2Pv8SJ4oepZihfPCvidnB0KuiX6p-TnMDXg1u5hA04d9zNxhu37VPxVAzhYlxILCooTD8j0aKRUUlpY3pgyN4_kV86IEGHj9K6fPejN9OBrIZwBqzoQhgWx9pf53mKGXbiU0-RlLuyUnoX83lM7p5SxuRE42jzKlF0CLILA/s320/Tapa%20de%20la%20antolog%C3%ADa%20La%20narrativa%20minera%20peruano-boliviana.jpg" width="210" /></a></span></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El escritor peruano, peruanísimo, es un excelente
anfitrión y un sincero amigo de los verdaderos amigos. No escatima esfuerzos en
enseñar los sitios más emblemáticos de su ciudad natal ni en deshacerse en
atenciones. Cualquiera que esté en compañía de este ser de palabras andantes e
infinitas anécdotas, como quien está en compañía de un buen libro, tendrá siempre
la sensación de que los minutos compartidos son de gran provecho y que de ellos
no quedará más que un grato recuerdo, iluminándose con luz propia en la mente y
el corazón. </span> <o:p></o:p></p><p>
</p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-29112430774778337172023-10-10T13:04:00.002-07:002023-11-09T19:59:04.612-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxUkNTFvny2JQggFJqCovbOJ4vzwjv-ZaWnqLdqXvMHVX88D80Oc-FXiicwl9zosyQNY-AiVMF4PgvLJjOQiigc38QGT5JHIz83MOPuw24bde5BGiOGRxWnC9mL4eUnNnojYirhGnfhgErYQ3F_LqkYOBRM3YZosenqfMAeAAS_aa2cYzlGiRAbTDoVGg/s780/blog%20-%20copia%20-%20copia.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="526" data-original-width="780" height="216" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxUkNTFvny2JQggFJqCovbOJ4vzwjv-ZaWnqLdqXvMHVX88D80Oc-FXiicwl9zosyQNY-AiVMF4PgvLJjOQiigc38QGT5JHIz83MOPuw24bde5BGiOGRxWnC9mL4eUnNnojYirhGnfhgErYQ3F_LqkYOBRM3YZosenqfMAeAAS_aa2cYzlGiRAbTDoVGg/s320/blog%20-%20copia%20-%20copia.jpg" width="320" /></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #ffd966; font-size: medium;">AUTOR
BOLIVIANO RECONOCIDO EN PERÚ</span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">En
el marco del 42 Encuentro Nacional e Internacional de Literatura Infantil y
Juvenil en Perú, auspiciado por la APLIJ y la Universidad Nacional Daniel
Alcides Carrión de Cerro de Pasco, el escritor Víctor Montoya fue reconocido
por la Universidad, con una Resolución Vicerrectoral Académica y una Medalla de
Honor otorgada por la comisión organizadora del Encuentro, en homenaje al
escritor pasqueño Armando Casquero Alcántara, nacido en 1923 y fallecido en
1968. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
escritor boliviano, a tiempo de recibir la medalla, agradeció a los docentes y
estudiantes del Programa de Estudios de Comunicación y Literatura de la Universidad, con sede en la ciudad de
Oxapampa, y a los directivos de la Asociación Peruana de Literatura Infantil y
Juvenil, que vienen promoviendo anualmente la producción y difusión de una de
las literaturas que, en las últimas décadas, se ha establecido como una de la
más importantes en el ámbito de las letras universales. </span> <o:p></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvIw_d7Uz-h_y9Z2GDehIuzhsq0bk0OIamhRhVjtUlGxOStps0O0CmYmvMY9Bllf26i_88Wi2nx4cMhQiM8caXXf3i8_D4hDG7wJKySjkT4DfHY06ozHBbJggqWk2XEL3qVRtLVvRjJLEkI5nlwGw556h3is17MfbWLtgzw58D4hoyBeHhHXVdz0o7mjo/s923/blog%202.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="691" data-original-width="923" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvIw_d7Uz-h_y9Z2GDehIuzhsq0bk0OIamhRhVjtUlGxOStps0O0CmYmvMY9Bllf26i_88Wi2nx4cMhQiM8caXXf3i8_D4hDG7wJKySjkT4DfHY06ozHBbJggqWk2XEL3qVRtLVvRjJLEkI5nlwGw556h3is17MfbWLtgzw58D4hoyBeHhHXVdz0o7mjo/s320/blog%202.jpg" width="320" /></a></div>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-54536508710946788112023-09-19T19:16:00.003-07:002023-09-19T19:22:00.553-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDQuuJUKviaYx4pqEBxs1iTvHl6-MmcMJQt3P4-3j85L6r3RUOQuGjv_dSzZEVZakJX4x8DwFlznSRX_DhubzEVvbe72Cp42nGbiY05WdbBVTzR_uWlPb2Glha0Zq9rxrMtkgAo1WSTTfzFGqR6mmmigo1CONE3nfXGJLBWFxL_m8ONR0tecgDAEqkljg/s858/DSCN1601%20-%20copia.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="672" data-original-width="858" height="251" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDQuuJUKviaYx4pqEBxs1iTvHl6-MmcMJQt3P4-3j85L6r3RUOQuGjv_dSzZEVZakJX4x8DwFlznSRX_DhubzEVvbe72Cp42nGbiY05WdbBVTzR_uWlPb2Glha0Zq9rxrMtkgAo1WSTTfzFGqR6mmmigo1CONE3nfXGJLBWFxL_m8ONR0tecgDAEqkljg/s320/DSCN1601%20-%20copia.JPG" width="320" /></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #f1c232; font-size: medium;">VÍCTOR MONTOYA INVITADO A ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ESCRITORES EN PERÚ</span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
narrador boliviano participará en el XLII Encuentro Nacional e Internacional de
Literatura Infantil y Juvenil - APLIJ, en homenaje al escritor cerreño Armando
Casquero Alcántara, a realizarse en la ciudad de Oxapampa-Perú, entre el 28 y
30 de septiembre de 2023. El Encuentro está organizado por la Universidad
Nacional Armando Alcides Carrión de Cerro de Pasco, en el marco de su Programa
de Estudios de Comunicación y Literatura.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Víctor
Montoya dará una conferencia sobre el <i>libro
de texto y la literatura infantil y juvenil fantástica</i>. Al término del Encuentro,
está también invitado a dictar conferencias en torno a la literatura minera
para docentes y estudiantes de la Escuela de Formación Profesional de Educación
Secundaria y la Facultad de Ciencias de la Educación y Literatura de la
Universidad Nacional Armando Alcides Carrión, donde permanecerá hasta el 2
octubre, conforme a la invitación cursada por el Director Armando Carhuachín,
el docente David Elí Salazar y el escritor Roberto Rosario Vidal.</span></p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-22805764934573875502023-08-30T20:22:00.003-07:002023-08-30T20:34:39.219-07:00<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6yEdY-BQ63T9Pb57enaZNrLhbSpjzFH346f5CnmwyjvR-drMR_PFzmIPwRjUdczC02Tw-mz0-5vnmHCF2hfKyvv6-BWYC0xHzELlfXFfTg856EdR3zOy6AmqltXR-3pD8vozhp3SqfA95Iqpw68xMWVngk0jHJ8nNYkzmmp3Kuxs1v7bVr7pHBK109Q8/s939/BLOG.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="716" data-original-width="939" height="244" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6yEdY-BQ63T9Pb57enaZNrLhbSpjzFH346f5CnmwyjvR-drMR_PFzmIPwRjUdczC02Tw-mz0-5vnmHCF2hfKyvv6-BWYC0xHzELlfXFfTg856EdR3zOy6AmqltXR-3pD8vozhp3SqfA95Iqpw68xMWVngk0jHJ8nNYkzmmp3Kuxs1v7bVr7pHBK109Q8/s320/BLOG.jpg" width="320" /></a></div><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span lang="ES-BO" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #ffd966; font-size: medium;">ESTATUA DE
FILEMÓN ESCÓBAR EN CATAVI</span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: arial;">La mañana del
27 de agosto de 2023, en la Plaza 6 de Agosto de la población de Catavi,
perteneciente al municipio de Llallagua de la provincia Rafael Bustillo del
departamento de Potosí, se descubrió la estatua de Filemón Escóbar, histórico
líder sindical y dirigente político de renombre nacional. La estatua fue
realizada por Wilson Zambrana, galardonado pintor y escultor orureño. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: arial;">El acto
programado por la Sub alcaldía, con el principal objetivo de rescatar una parte
de la memoria histórica del proletariado de la Empresa Minera Catavi, contó con
la participación de las autoridades ediles y las fuerzas vivas de esta
población memorable y revolucionaria. Asimismo, estuvieron presentes los
familiares de Filemón Escóbar, su viuda, sus hijos y nietos, pero también
algunas personalidades del ámbito político, sindical y cultural, quienes
hicieron usó de la palabra para destacar la vida y obra de uno de los
dirigentes sindicales que nunca temió en generar encendidas polémicas con sus
pensamientos, discursos y acciones políticas en los contextos donde se sentía
convocado por su conciencia de clase y su función de protagonista de las luchas
sociales. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: arial;">Por otro
lado, los miembros del Movimiento Cultural Pictórico Miguel Alandia Pantoja,
invitados al acto de descubrimiento de la estatua de Filemón Escóbar,
expusieron, en la Plaza 6 de Agosto, reproducciones de las pinturas del
muralista llallagueño, quien fuera camarada y amigo personal del dirigente
minero. La exposición llamó la atención de los presentes por la calidad
estética de las obras plásticas y el mensaje revolucionario que Alandia Pantoja
plasmó en sus murales y pinturas realizadas a caballete.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: arial;">Filemón
Escóbar nació en la ciudad de Uncía en 1934 y falleció en la ciudad de
Cochabamba en 2017. En su prolongada y ardua actividad política, en defensa de
los derechos laborales y sindicales, destacó desde su juventud en el Sindicato
de Siglo XX. Ejerció como dirigente de la Federación Sindical de Trabajadores
Mineros de Bolivia (FSTMB) y la Central Obrera Boliviana (COB).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: arial;">En 1986,
mientras era secretario general del sindicato Mixto de Trabajadores de Catavi,
redactó la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tesis de Catavi</i>, cuyo
argumento central fue oponerse al Decreto 21060 y la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">relocalización</i>, y crear un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">plan
de emergencia,</i>para la rehabilitación de COMIBOL y la diversificación de la
producción. El documento fue aprobado primero por el sindicato de Catavi y
posteriormente, como documento oficial de los trabajadores bolivianos, en el
XXI Congreso Nacional Minero, realizado en la ciudad de Oruro, entre el 12 y 19
de mayo de 1986. Poco después, con los argumentos de esta misma tesis se
realizó la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Marcha por la Vida</i> durante
el gobierno neoliberal de Víctor Paz Estenssoro.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: arial;">Filemón
Escóbar, en su dilatada actividad política y sindical, ocupó un escaño en la
Cámara de Diputados entre 1989 y 1993. En el periodo legislativo 2002-2003,
ocupó la vicepresidencia del Senado, cuando ocupaba la secretaría general del
Movimiento Al Socialismo (MAS), partido que fundó junto a la Confederación de
Trabajadores del Trópico Cochabambino y del que se apartó por diferencias
políticas e ideológicas. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: arial;">Entre sus
obras destacan: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Testimonio de un
militante obrero</i> (1984); <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La tesis de
Catavi</i> (1986); <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La mina vista desde el
guardatojo</i> (1986); <i style="mso-bidi-font-style: normal;">De la revolución
al Pachakuti: El aprendizaje del respeto recíproco entre blancos e indios</i>
(2008); <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Evangelio es la encarnación de
los derechos humanos</i> (2011<i style="mso-bidi-font-style: normal;">); Semblanzas</i>
(2014). Escribió tanto como leyó, motivado por la necesidad de transmitir, de
su puño y letra, sus experiencias vividas y sufridas, y sin más esperanzas que
dejar un testimonio aleccionador para los luchadores sociales del presente y el
futuro.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: arial;">La estatua de
Filemón Escóbar está donde debe estar, cerca de los predios del sindicato de
trabajadores de Catavi, donde se estructuró la empresa estañífera más
importante de Bolivia y el mundo, desde que Simón I. Patiño adquirió, en1924,
las propiedades del consorcio chileno que extraía nuestro recurso natural en la
montaña de Llallagua; en las pampas de este mismo distrito se ejecutó la
masacre minera en diciembre de 1942 y se firmó el Decreto de la Nacionalización
de las Minas el 31 de octubre de 1952.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: arial;">Aunque la empresa
Minera Catavi quedó desmantelada después de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">relocalización</i>, en la actualidad puede constatarse que ha
experimentado una reestructuración inminente, con la refacción de sus edificios
emblemáticos, como el Teatro, la Casa Gerencia<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(actual Archivo Histórico Minero) y los baños termales, entre otros. A
todo esto se han añadido las nuevas viviendas familiares y la construcción de
los flamantes edificios de la Universidad Nacional <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Siglo XX</i>, que tendrá varias de sus carreras extendidas en este
distrito, donde hasta fines de este año contará también con la carrera de
Formación Político Sindical (FPS), cuyo edificio será el mejor símbolo de esta
universidad que nació como un proyecto revolucionario de los trabajadores,
quienes, desde principios de las décadas de los años 70, pugnaron por tener una
Casa Superior de Estudios para los hijos de los mineros y campesinos, con
estructura orgánica y compromiso social.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: arial;">La estatua de
Filemón Escóbar, sin lugar a dudas, se convertirá en un punto más de atracción
turística para los visitantes tanto nacionales como extranjeros, interesados en
conocer el pasado histórico del combativo sindicato de trabajadores de Catavi,
que desde su nacimiento fue el hermano mellizo del sindicato de Siglo XX, donde
Filemón Escóbar se formó políticamente e hizo sus primeras armas junto a otros
líderes y caudillos del movimiento obrero boliviano.</span></span></p><p></p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-38173947141642819952023-08-30T20:05:00.008-07:002023-08-30T20:38:37.362-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj968aM0mpT_YdcgR4Nk51ud2mki1y4rHOa6saj9q5rTsEsUu3vB5zAypx6LppqWdQvdOfxJopHzWwTK6um1kS3IQxU8OjJsBCQm1Cuo1ks8GGWIdjxDxLPatGl2vnrNFCeMo4VQwI1LrQBkZuMTmsbL9gz5GUOw8yAqkS3iRdyIQFsineFRFWFLdrlgUc/s1014/Tapa_de_la_segunda_edici%C3%B3n_del_libro%5B1%5D.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1014" data-original-width="684" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj968aM0mpT_YdcgR4Nk51ud2mki1y4rHOa6saj9q5rTsEsUu3vB5zAypx6LppqWdQvdOfxJopHzWwTK6um1kS3IQxU8OjJsBCQm1Cuo1ks8GGWIdjxDxLPatGl2vnrNFCeMo4VQwI1LrQBkZuMTmsbL9gz5GUOw8yAqkS3iRdyIQFsineFRFWFLdrlgUc/s320/Tapa_de_la_segunda_edici%C3%B3n_del_libro%5B1%5D.jpg" width="216" /></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #ffd966; font-size: medium;">NUEVA EDICIÓN
DE <i>CONVERSACIONES CON EL TÍO DE POTOSÍ</i></span><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Ya se publicó
la segunda edición de <i>Conversaciones con
el Tío de Potosí</i>, del escritor Víctor Montoya, bajo el sello del Grupo
Editorial Kipus, que se puso a la venta en la Feria Internacional del Libro en
La Paz, el pasado mes de agosto de 2023. Se trata de una edición corregida y
aumentada, conforme a las expectativas del autor y la línea editorial de Kipus,
que no dudó en apostar, una vez más, por este libro demandado por los lectores
de todo el país, debido a que estos relatos, en los cuales el autor entabla
polémicas discusiones con el <i>Tío </i>de
la mina, se abordan temas tanto profanos como sagrados, en los que no están
exentos los tratados filosóficos, la sabiduría popular, los postulados
religiosos y una fuerte dosis de humor que genera encendidas sátiras
sociocultural del presente y el pasado.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES-BO">El autor nos
propone una lectura atenta de los diálogos, manejándose con recursos
escriturales que deslumbran por su sencillez y precisión idiomática; una
impronta que suele definir a los escritores que se esmeran en transformar el
lenguaje coloquial, como por arte de magia, en una pirotecnia verbal revestida
de calidad ética y estética tanto en su forma como en su contenido; una
verdadera obra de creación literaria en la que se ensamblan, atados por el hilo
argumental de los relatos, </span><span lang="ES-BO">los elementos propios del realismo social
y la fantasía del imaginario popular.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES-BO"><a href="https://www.google.com/search?sca_esv=560219957&rlz=1C1CHZN_enBO1069BO1070&cs=0&sxsrf=AB5stBizeKgMnsppPKP5Z5jOkNXguW6BaA:1693008350435&q=c%C3%B3mo+se+pronuncia+estilo&stick=H4sIAAAAAAAAAOMIfcRowS3w8sc9YSn9SWtOXmPU5OINKMrPK81LzkwsyczPExLiYglJLcoV4pLi4GJLLS7JzMm3YlFiSi3mWcQqmXx4c26-QnGqQgFMjwJECQCmY5TJWQAAAA&sa=X&ved=2ahUKEwizwc3Kg_mAAxVcu5UCHfnjCSIQ3eEDegQIARAI"></a>Esta obra literaria es un buen ejemplo de que la mitología
minera tiene sus genuinos protagonistas y que la cosmovisión andina puede ser
escrita y descrita a partir de las aventuras y desventuras de ese ser demoniaco
creado por la imaginación de los mineros, conocido popularmente con el nombre
de <i>Tío</i>, quien reina en las entrañas
de la tierra, mimetizándose en oscuridad de las galerías, donde estableció su
soberanía entre las vetas de mineral incrustadas como anguilas en las rocas de
la Pachamama. </span><u><span style="color: blue;"><o:p></o:p></span></u></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">En las
páginas del libro se cuenta que los mitayos de la colonia, que penetraron en
los socavones para trabajar en condiciones de esclavitud, lo encontraron
solitario y silencioso en los recovecos de la mina. En principio lo
confundieron con el diablo de las creencias bíblicas, con sus facultades de
maldad, fealdad y generadora de vicios y maleficios; pero después, al advertir
que tenía actitudes más de bondad que de maldad, lo reconocieron como al <i>Supay</i> (Diablo), deidad ancestral del <i>ukhupacha</i> (mundo subterráneo),
reencarnado en el <i>Tío</i>, protector de
las riquezas minerales y los mineros, quienes, asumiendo una actitud de respeto
y sumisa veneración, lo incorporaron con honda fe en su mundo familiar, rindiéndole
pleitesía y bautizándole con el nombre de <i>Tío</i>,
dios y diablo de la cosmovisión andina y la mitología minera. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Sea verdad o
sea mentira, lo cierto es que los 38 relatos reunidos en <i>Conversaciones con el Tío de Potosí</i>, proyectándose en una dimensión
de realidad y fantasía, penetran en la conciencia y sensibilidad del lector,
interesado en conocer el mundo mágico de
las minas y los mineros, quienes, lejos de las tragedias descritas en la
literatura del llamado <i>realismo social</i>,
son individuos que tienen creencias y tradiciones arraigadas en las
supersticiones propias de las culturas ancestrales, que aprendieron a
sobrevivir a la catequización y extirpación de idolatrías. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">En el primer
relato, titulado <i>El Tío del Sumaj Orq´o</i>,
el autor nos presenta al personaje principal de la obra. Seguidamente, ambos se
encierran en un cuarto apenas iluminado por una mortecina luz, para
intercambiar opiniones sobre diversos temas que son de carácter pagano,
religioso y científico, como si de veras los diálogos estuviesen estructurados
sobre la base de argumentos válidos, ya sea para los creyentes como para los
angosticos. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-BO"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span lang="ES-BO"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIMbBa49QkQgheLTkqjRSCbnEaQgXSQeiuKEvjwNRSuMlPBfn_EW86i3qvyIjBvXnX3Tu05dZmfSjg6oZFpZzZ-9ZW0cLagdSTbcXUoAKEC8VNIWaKO41ZCrM2KmgzHtsaeHnms2oioAiSZdIaxGjoxJaXfan8wha4RocfajQ1Po83f8qSvZtNd_kPRy8/s888/El%20T%C3%ADo%20y%20V%C3%ADctor%20Montoya.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="715" data-original-width="888" height="258" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIMbBa49QkQgheLTkqjRSCbnEaQgXSQeiuKEvjwNRSuMlPBfn_EW86i3qvyIjBvXnX3Tu05dZmfSjg6oZFpZzZ-9ZW0cLagdSTbcXUoAKEC8VNIWaKO41ZCrM2KmgzHtsaeHnms2oioAiSZdIaxGjoxJaXfan8wha4RocfajQ1Po83f8qSvZtNd_kPRy8/s320/El%20T%C3%ADo%20y%20V%C3%ADctor%20Montoya.jpg" width="320" /></a></span></div><span lang="ES-BO"><span color="initial" style="font-family: arial;"><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span color="initial">Los diálogos
y las disputas entre el autor y el </span><i><span style="color: white;">Tío</span></i><span color="initial">
son principales pilares que sostienen la estructura básica del libro, donde se
lo retrata al personaje central, con sus luces y sus sombras, como si fuese un
interlocutor de carne y hueso, y no un personaje mitológico creado por la
fuerza y el candor de la invención popular, con varios atributos que recuerdan
al príncipe de las tinieblas o al mismísimo Lucifer del infierno.</span></p></span></span><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><i><span lang="ES-BO">Conversaciones con el Tío de Potosí</span></i><span lang="ES-BO"> es un libro que, a lo largo de sus 328
páginas, ofrece conocimientos, entretenimiento y, lo más importante, un paseo
literario por los laberintos de un personaje, mitad dios y mitad demonio, que
puede moverse por doquier, con la misma destreza y sutileza de quien posee una
personalidad omnipotente y poderes mágicos, capaces de envilecer a cualquiera
que se deje llevar hacia el interior de la mina, hacia un tétrico submundo,
donde los topos humanos explotan las rocas para hacerse de las riquezas
minerales que le pertenecen a la Pachamamma, al <i>Tío </i>y la <i>Chinasupay</i>, al
menos, según las tradiciones de quienes están acostumbrados a rendirles culto a
los elementos mágicos y míticos, reales y ficticios, vivos y muertos de la
cosmovisión andina.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><i><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;">Conversaciones con el Tío de Potosí</span></span></i><span lang="ES-BO"><span style="font-family: arial;"> es una de las obras centrales en la
literatura minera escrita por el autor, que ya antes nos había sorprendido con
libros como <i>Cuentos de la mina, El
laberinto del pecado</i> y <i>Crónicas
mineras</i>; toda una temática que no deja de fascinar a los lectores tanto
dentro como fuera del país. En opinión de la crítica literaria, la narrativa de
Víctor Montoya es una suerte de versión moderna de los cuentos y novelas de
ámbito minero, una nueva forma de abordar, desde la perspectiva del <i>Tío</i>, el realismo mágico y mítico de los
mineros bolivianos. </span><o:p></o:p></span></p><p>
</p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-36203983192839769092023-07-26T05:55:00.001-07:002023-08-30T20:36:56.966-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoGTMdt5zJM7DuO5ITPa5Qb_dz6jVAgGFGCumt6joDzs3q5pviU4yBoj3ozeiqUQrnrS9szualnK3GAMxVurDiUaMGSb9VKVxavVJjrf9BHEL4VHXVbuPiQUj8k2G4vzawuj8-GuSxm9JHX-rF0IRzE3fGrHhkoEW6k1fkEesjKhrfPTmDZH8XY5Dn42A/s880/PORTADA%20.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="880" data-original-width="581" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoGTMdt5zJM7DuO5ITPa5Qb_dz6jVAgGFGCumt6joDzs3q5pviU4yBoj3ozeiqUQrnrS9szualnK3GAMxVurDiUaMGSb9VKVxavVJjrf9BHEL4VHXVbuPiQUj8k2G4vzawuj8-GuSxm9JHX-rF0IRzE3fGrHhkoEW6k1fkEesjKhrfPTmDZH8XY5Dn42A/s320/PORTADA%20.jpg" width="211" /></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #ffd966; font-size: medium;">FILEMÓN ESCÓBAR EN LA MEMORIA</span><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">El folleto <i>La importancia
de llamarse Filippo</i>, parte integrante de una serie que está siendo
publicada por <i>Ediciones La Cueva del Tío</i>,
recoge el testimonio personal del autor, quien conoció al líder e ideólogo
minero, Filemón Escóbar, desde su más tierna infancia, desde cuando vivía en las
poblaciones de Llallagua y Siglo XX; escenarios donde la clase obrera
experimentó triunfos y derrotas en sus históricos enfrentamientos contra las
tropas armadas de los gobiernos de la oligarquía minero-feudal y las dictaduras
militares.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">Filemón Escóbar, más conocido como <i>Filippo</i> en el entorno familiar y
cotidiano, fue un destacado dirigente sindical e ideólogo boliviano, cuyas
concepciones políticas causaban polémicas y eran motivos de controversias, una
constante que marcó su vida pública y lo puso siempre en el ojo del huracán.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">Era dueño de una inteligencia natural y de un bagaje
cultural que lo convirtió en un verdadero <i>intelectual
obrero</i>, capaz de batirse, de igual a igual, con los pensadores más
prominentes del ámbito cultural y político boliviano. En su ardua lucha en defensa de los derechos
laborales y sindicales de los obreros, destacó desde su juventud en el
sindicato de trabajadores de Siglo XX. Ejerció como dirigente de la Federación
Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) y de la Central Obrera
Boliviana (COB). <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">En 1986, mientras era secretario general del sindicato
Mixto de Trabajadores de Catavi, redactó la <i>Tesis
de Catavi</i>, cuyo argumento central era oponerse al Decreto 21060 y la <i>relocalización</i>, y crear un Plan de
Emergencia para la rehabilitación de COMIBOL y la diversificación de la
producción. El documento fue aprobado primero por el sindicato de Catavi y
posteriormente, como documento oficial de los trabajadores bolivianos, en el
XXI Congreso Nacional Minero, realizado en la ciudad de Oruro, entre el 12 y 19
de mayo de 1986. Poco después, con los argumentos de esta tesis se realizó la <i>Marcha por la Vida</i> durante el gobierno
proimperialista y neoliberal de Víctor Paz Estenssoro.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">En su dilatada actividad política y sindical, elogiada
por unos y criticada por otros, ocupó un escaño en la Cámara de Diputados entre
1989 y 1993. Asimismo, en el periodo legislativo 2002-2003, ocupó la
vicepresidencia del Senado, cuando ocupaba la secretaría general del Movimiento
Al Socialismo (MAS), partido que fundó junto a las federaciones de cocaleros
del Chapare y del que fue expulsado por diferencias políticas e ideológicas. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">Escribió varios libros, desde <i>Testimonio de un militante obrero</i> (1984) hasta <i>Semblanzas</i> (2014), motivado por la necesidad de transmitir, con su
puño y letra, sus experiencias vividas y sufridas, y sin más esperanzas que
dejar un testimonio aleccionador para los luchadores sociales del presente y el
futuro. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">El 21 de agosto de 2023, en homenaje a su legado
político y sindical, y en coordinación con la subalcaldía de Catavi, se le
erigirá un monumento cerca de los predios del sindicato de trabajadores de este
distrito, donde se estructuró la empresa minera más importante del mundo, desde
que Simón I. Patiño adquirió, en 1924, las propiedades del consorcio chileno
que explotaba estaño en la montaña de Llallagua; en las pampas de este mismo
distrito se ejecutó la masacre de 1942 y se firmó el Decreto de la
Nacionalización de las Minas el 31 de octubre de 1952.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">El folleto <i>La
importancia de llamarse Filippo</i> está ilustrado con fotografías de Filemón
Escóbar, captadas en distintas etapas de su vida política y sindical, pero
también de su vida pública y familiar. El texto, que es una suerte de crónica
periodística, fue escrito después de su deceso, acaecido en la ciudad de
Cochabamba, a causa de un cáncer de pulmón, el 6 de junio de 2017.</span></span></p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-4635560266184843392023-07-19T19:50:00.006-07:002023-07-19T19:54:32.344-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLiCIikPcUQ1tOq9TZVBoytmHNGJy6PCFrMF2Moej1zf4Ll2S8yb9o4TMd0yO9pxjA76py_WE_sAJRyoL5M-9Zu4NjtdynkgVwxyobs2gwlB9DBoSoxggClzP3nMRvKAz66cerwos3WvFICQJZvn0_T60HA41kPsMQab2fVJ0dpZTH-5jd2P7OIb4AvoY/s816/escritor.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="816" height="235" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLiCIikPcUQ1tOq9TZVBoytmHNGJy6PCFrMF2Moej1zf4Ll2S8yb9o4TMd0yO9pxjA76py_WE_sAJRyoL5M-9Zu4NjtdynkgVwxyobs2gwlB9DBoSoxggClzP3nMRvKAz66cerwos3WvFICQJZvn0_T60HA41kPsMQab2fVJ0dpZTH-5jd2P7OIb4AvoY/s320/escritor.jpg" width="320" /></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #ffd966; font-size: medium;">LA ESCRITURA COMO TABLA DE SALVACIÓN</span><o:p></o:p></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">En el ciclo primario, en una escuelita que lleva el
nombre del escritor Jaime Mendoza, fui un alumno regular y tenía serias
dificultades en el aprendizaje de la lectura y escritura, debido más a
problemas emocionales que neurológicos. No obstante, aunque no leía los libros
de texto con el mismo interés y entusiasmo que advertía en el resto de mis
compañeros, tenía una preferencia por leer las tiras cómicas de los diarios,
las revistas de series, las historietas de Walt Disney o los cómics, que
estimulaban mi interés por la lectura durante mi infancia y pubertad; más
todavía, entre mis actividades extraescolares, me dedicaba a fletar revista los
fines de semana en las puertas de los cines, donde los niños y adolescentes
pagaban unas monedas por ver o leer las revista expuestas en una suerte de bastidor
artesanal, que yo mismo construí con listones, bolsas de plástico y ligas que
mi madre usaba para sujetar la cintura de los calzones. Mi oficio de revistero
se prolongó hasta el día en que un ventarrón se llevó mis revistas por los
aires, deshojándolos delante de mis ojos, como si hubiesen caído en el ojo de
un huracán.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">Cuando ingresé al ciclo medio, motivado por mi actividad
política, empecé a leer a los clásicos del marxismo que, aun siendo de difícil
comprensión para un novato en materia de sociología, economía y filosofía, me
interesaban más que los libros de textos que se aplicaban en la enseñanza de
las asignaturas de lenguaje y literatura. Ya entonces, a los 16 años de edad,
me sentí picado por el deseo de crear un periódico escolar, donde los alumnos
pudiesen manifestar, sin la mediación de los profesores, sus pensamientos y
sentimientos.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">Ese pequeño periódico, que se financiaba con la venta de
los escasos ejemplares, llegó hasta el tercer número y luego desapareció por
las mismas razones por las que dejan de circular las publicaciones que tienen
buenas intenciones pero que no cuentan con recursos sostenibles. De modo que,
frustrado en ese noble proyecto, pensé que el oficio de la literatura no era
rentable ni una profesión con la que se podía vivir holgadamente, pero aun así,
no perdí el interés por seguir manifestándome por medio de la palabra escrita
ni dejé que la llama literaria que ardía en mi corazón se apagara como una vela.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES">Publicar mis octavillas en el periódico estudiantil </span><i><span lang="ES">1º</span></i><i><span lang="ES"> de Mayo</span></i><span lang="ES"> fue una experiencia maravillosa, que me permitió
descubrir, acaso sin quererlo ni saberlo, que en mi fuero interno, en lo más
profundo de mi ser, anidaba un escritor que, con el andar del tiempo, se
manifestó en una celda solitaria y maloliente de la cárcel, donde me encerraron
a los 18 años de edad, debido a mi compromiso social y mis actividades
políticas contra la dictadura militar de los años 70.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">En la cárcel, que fue mi gran escuela, aprendí de otros
presos políticos que la libertad de expresión era uno de los principios
elementales de los derechos humanos y uno de los instrumentos más útiles para
la convivencia ciudadana. Allí mismo, recluido en un rincón de la celda,
comprendí que no era saludable ambicionar las riquezas ni la vida sofisticada
de la gente pudiente. Desde luego que, en mi caso, no fue un aprendizaje
difícil, ya que desde mi infancia estaba acostumbrado a morder dos veces el pan
duro antes de cada bocado y a limpiarme el trasero con una piedra a falta de
papel higiénico. Por lo tanto, estaba contento de tener lo poco que tenía. No
necesitaba trabajar como una bestia para acumular dinero, ni mandarse la parte
ante nadie, ni derrochar fortuna alguna en trivialidades, ni mofándose de los
menos afortunados, riéndome a costa de los excluidos del banquete de los
ricos. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">Por otro lado, durante el periodo que pasé en la prisión,
leí libros de literatura boliviana y latinoamericana, que otros presos me los
prestaban y arrojaban por la mirilla de la celda, donde empecé a escribir mi
primer libro de testimonio, con el mismo bolígrafo y en el mismo cuadernillo
que me entregaron los torturadores para que delatara a mis compañeros de lucha,
apuntando sus nombres y el lugar donde se escondían de la persecución
desencadenada por la dictadura. Ese primer libro, que escribí burlando la
vigilancia de los carceleros, se publicó en el exilio en 1979, con el título de
<i>Huelga y represión</i>.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">De modo que en mi adolescencia, por demás incomprendida y
turbulenta, me aferré a la escritura como un náufrago se aferra a una tabla de
salvación, consciente de que por medio de la creación literaria llegaría a ser
un hombre libre, ya que la palabra escrita no conoce cárceles que la encierren
ni balas que la maten. Así es como en mi adolescencia, hecha de luchas y
represiones, de amores y desamores, de pesadillas y esperanzas, decidí
dedicarme, casi por una necesidad existencial, al oficio de hilvanar palabras y
a contar historias con absoluta libertad, porque sabía que en mi castillo
construido con el material y la fuerza de la imaginación, podían convivir en
armonía los personajes reales y ficticios que nacían de mi interior como
criaturas del alma.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">Por eso mismo, siempre pensé que las y los adolescentes,
que deseaban escribir sus pensamientos y sentimientos, debían enfrentarse sin
temor al papel en blanco o a la pantalla digital; primero, porque uno aprende a
escribir escribiendo y, segundo, porque a través de la escritura, en la que uno
adquiere sapiencia y experiencia poquito a poco, se aprende a convivir con los
ángeles y demonios que, muchas veces, no nos dejan vivir ni dormir en paz.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">Ejercer el arte de la escritura, si bien no nos
proporciona una vida llena de bienes materiales ni reconocimientos, al menos
nos permite ser libres mientras tengamos a mano un tema candente que, más que
ser un material explosivo, parece un mechero a punto de encenderse con el fuego
de la palabra. Es probable que no se gane en reputación con los pensamientos
adversos a los intereses de los poderes de dominación, pero estoy seguro que se
gana en experiencia, que es un bien que se aprende cada día de los errores
inherentes a la condición humana. La literatura, en este contexto y sin dejar
de causar placer estético entre los lectores que se acercan al arte de la
palabra escrita, ha sido un ejercicio que permitió liberarme de mis propias
ataduras, evitar los tropezones y denunciar las injusticias sociales.</span></span></p></div>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-15917850260549098922023-07-19T17:15:00.000-07:002023-07-19T17:15:13.620-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjT65JrnxQj8xh2b3aIJypz_a5V9r4UeW71TpCswQwBZOu_oc5fnf3eaJtgv0xAbb_Qp6ofDQAWNqACImhwt72BTiPITzHI0BCRQg9mudtJfLSk_L5TqOZJX95rblZ1j_WHPflXw6_PVbO7eky04-zlu_RjaRlI8cApdhfPNEVdeMJErkPumo6Zo9buGAQ/s875/TAPA%20DE%20FOLLETO.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="875" data-original-width="605" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjT65JrnxQj8xh2b3aIJypz_a5V9r4UeW71TpCswQwBZOu_oc5fnf3eaJtgv0xAbb_Qp6ofDQAWNqACImhwt72BTiPITzHI0BCRQg9mudtJfLSk_L5TqOZJX95rblZ1j_WHPflXw6_PVbO7eky04-zlu_RjaRlI8cApdhfPNEVdeMJErkPumo6Zo9buGAQ/s320/TAPA%20DE%20FOLLETO.jpg" width="221" /></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #ffd966; font-size: medium;">BREVE SEMBLANZA DE EDGAR <i>HURACÁN</i> RAMÍREZ</span><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">Edgar <i>Huracán</i>
Ramírez, sin lugar a dudas, fue uno de los dirigentes más emblemáticos del
movimiento obrero boliviano, el último de una generación de líderes que marcó
historia en los anales del sindicalismo revolucionario, donde Edgar <i>Huracán</i> Ramírez descolló con luces
propias, como si hubiese nacido con suficiente vocación para defender los
intereses de los trabajadores, que eran los principales sujetos de su vida y
sus ideales. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">El folleto refleja apenas un apéndice de su larga
trayectoria, contemplada desde la perspectiva del autor, quien tuvo la fortuna
de haberlo conocido en persona y haber compartido con él algunas testeras,
donde se abordaron temas políticos, literarios y culturales, desde la perspectiva
de los explotados, marginados y <i>ninguneados</i>.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">Este valeroso dirigente minero, de firme personalidad
y convincente discurso, fue un estudioso de la realidad nacional, un
concienzudo analista político y un auténtico archivista, que se ganó el aprecio
de quienes tuvieron el privilegio de haberlo conocido en la cotidiana praxis.
Algunos incluso lo consideraban el <i>héroe
de la archivística boliviana</i>, con reconocimientos tanto nacionales como
internacionales. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">Edgar <i>Huracán</i>
Ramírez se constituyó en un inevitable referente en la política y el
sindicalismo nacionales, debido a que sus aportes bibliográficos, basados en
sus experiencias vividas en carne propia, se trocaron en útiles instrumentos en
manos de los trabajadores empeñados en forjar un país más justo, libre y
democrático. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">La vida y obra de Edgar <i>Huracán</i> Ramírez son dignos ejemplos para ser imitados por los
nuevos y jóvenes dirigentes de los sindicatos, de la Central Obrera Boliviana y
de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, no solo porque él
confiaba en la fuerza combativa de la juventud, sino también porque sabía que
el destino del país estaba en sus manos.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">El presente folleto, publicado en <i>Edición La Cueva del Tío</i>, es la más recientes propuesta del
escritor Víctor Montoya, quien, con más o menos aciertos, intenta contribuir en
el apasionante rescate de la memoria histórica de los trabajadores del subsuelo
boliviano. </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt;"> <o:p></o:p></span></p><p>
</p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-15219525140596133262023-07-17T18:28:00.004-07:002023-07-17T18:40:30.154-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCLDP6T7HAValh7HkjSmOG_ZvoTckOAQnrylqbMgKj0ERGtWu0hAeCAkBT0pfBFWg-aI-04cU_e-hO4dZBHyLLYsuVfDYMSRbyQEBaFq_lsInXpuBW3P_IQwlguTHzJsJsw6WEmpJAqO-rxgMG_ADJ_ixcfbuC55nN-_gCCb7VW0VwWpKl_8qjIpTCHZk/s895/Gualberto%20Vega%20-BLOG.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="855" data-original-width="895" height="306" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCLDP6T7HAValh7HkjSmOG_ZvoTckOAQnrylqbMgKj0ERGtWu0hAeCAkBT0pfBFWg-aI-04cU_e-hO4dZBHyLLYsuVfDYMSRbyQEBaFq_lsInXpuBW3P_IQwlguTHzJsJsw6WEmpJAqO-rxgMG_ADJ_ixcfbuC55nN-_gCCb7VW0VwWpKl_8qjIpTCHZk/s320/Gualberto%20Vega%20-BLOG.jpg" width="320" /></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #ffd966; font-size: medium;">HOMENAJE EN HONOR A GUALBERTO VEGA YAPURA</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES-TRAD">Este pasado 17 de julio, en la sede del Sindicato
Mixto de Trabajadores de Catavi, en un sencillo, pero emotivo acto, se homenajeó
al dirigente sindical y mártir obrero Gualberto Vega Yapura, quien fue
asesinado hace 43 años en el edificio de la Central Obrera Boliviana (COB) y la
Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), donde se
realizaba la reunión del Consejo Nacional de Defensa de la Democracia (CONADE),
la mañana del 17 de julio de 1980, fecha luctuosa en que el pueblo boliviano se
vistió de luto y los golpista, tras pedir la renuncia de la presidenta </span><span lang="ES-TRAD">constitucional Lydia </span><span lang="ES-TRAD">Gueiler,
se encaramaron en el poder por la fuerza de las armas y el respaldo del Alto
Mando Militar Boliviano. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">Todo sucedió cuando decenas de oficiales y
paramilitares, entre los que había mercenarios argentinos al servicio de la <i>Operación Cóndor</i>, que asoló a los países
del Cono Sur de América Latina, llegaron en ambulancias de la Caja Nacional de
Seguridad Social a la histórica sede de los trabajadores bolivianos y
asaltaron, a gritos y armas de fuego en mano, el edificio de la COB ubicado en
El Prado de la ciudad de La Paz, dispuestos a desencabezar al movimiento obrero
y popular. Fue en esas circunstancias que los paramilitares, conocidos como los
<i>novios de la muerte</i>, dispararon ráfagas
contra la humanidad del líder político Marcelo Quiroga Santa Cruz, el diputado
Carlos Flores y el dirigente cataveño Gualberto Vega Yapura, a la sazón
representante del Sindicato de Catavi y secretario de organización de la
Federación de Mineros. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">Los directos responsables de este horrendo crimen
fueron los golpistas militares Luis García Meza y Luis Arce Gómez, quienes,
obedeciendo órdenes de la CIA y los carteles de narcotraficantes asesorados por
el <i>Carnicero de Lyon</i> Klaus Barbie,
estaban dispuestos a imponer su política antinacional y proimperialista a
sangre y fuego. Durante este régimen de facto se prohibieron las libertades
democráticas y se desencadenó una sañuda persecución contra los dirigentes
políticos y sindicales. Se cometieron crímenes de lesa humanidad y se demolió
el edificio de la Federación de Mineros, con ello los murales de Miguel Alandia
Pantoja, en un vano intento por destruir el rico legado de las luchas políticas
y sindicales de los trabajadores del subsuelo boliviano.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">Si en 43 años no se realizó un justo homenaje en honor
a Gualberto Vega Yapura, en la tierra que lo vio nacer, fue porque Catavi, como
todas las minas nacionalizadas, sufrió los embates del nefasto D.S. 21060, que
provocó el cierre de las empresas de la COMIBOL y la desocupación de miles de
trabajadores que fueron echados de sus fuentes de trabajo y expulsados de sus
viviendas con el epíteto de <i>relocalizados</i>.
Sin embargo, ahora que la población de Catavi está en un proceso de repoblarse
gracias al ritmo de la construcción de nuevas viviendas y la expansión de la
Universidad Nacional <i>Siglo XX</i>, que
está construyendo nuevos establecimientos para algunas de sus carreras,
incluidas las de Formación Política Sindical, es indispensable desempolvar la
memoria de los trabajadores de la Empresa Minera Catavi y rescatar la gloriosa
historia de esta población que, durante la pasada centuria, fue el centro motor
de la economía nacional y el escenario donde floreció el sindicalismo
revolucionario.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">Asimismo, es digno reconocer el valioso esfuerzo de las
dirigentes del ex <i>Comité de Amas de Casa Mineras
de Catavi</i> y del Archivo Regional de Catavi, dependiente del Archivo Histórico
de la Minería Nacional de la COMIBOL, que tuvieron la encomiable iniciativa de
preparar el acto de homenaje en honor al mártir obrero Gualberto Vega Yapura, quien
fue disparado a mansalva, a los escasos 35 años de edad, por un mercenario al
mando de los militares que asaltaron el poder, arrebatándoles a los bolivianos
la democracia y el derecho al fuero sindical.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">A pesar de los años transcurridos y la forzosa <i>relocalización </i>de 1986, los cataveños
han decidido recordar a quienes ofrendaron su vida por defender la causa de los
proletarios y de los más pobres de este pobre país, donde la lucha
revolucionaria estuvo encarnada en personas honestas y modestas como fue Gualberto
Vega Yapura, cuya conducta personal estuvo determinada por la impronta de sus
convicciones ideológicas y religiosas.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="ES-TRAD">En el ámbito de las palabras de circunstancia vertidas
por los panelistas –el exdirigente de la FSTMB y exministro de Estado, Guillermo
Dalence, la expresidenta del Comité de Amas de Casa, compañera Elena Pacheco,
la responsable del Archivo Histórico Minero, Lourdes Peñaranda Morante, el exdirigente
sindical y exalcalde de Llallagua, Tomás Quirós, y el exdirigente del sindicato
de Catavi, Octavio Carvajal</span><span lang="ES-TRAD">–</span><span lang="ES-TRAD">, se
trazó una semblanza de Gualberto Vega Yapura, destacando su límpida trayectoria
política, en defensa de la democracia, los derechos de los trabajadores y la
lucha antiimperialista del pueblo boliviano. También se hizo hincapié en su
actividad sindical, cultural, deportiva y poética de este insobornable luchador
social, cuya contribución al pensamiento revolucionario y la democracia
nacional, es un buen ejemplo para las nuevas generaciones de Catavi y el país
entero.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing"></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span>El acto contó con la presencia de una joven estudiante
de la Unidad Educativa </span><i>Ayacucho</i><span>,
quien, con voz firme y actitud altiva, declamó el poema </span><i>Padre nuestro del minero</i><span>, que Gualberto Vega Yapura escribió con
probada sensibilidad humana, consumada vocación lírica y alta conciencia de
clase en 1976, durante su cautiverio en la prisión de Chonchocoro,</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span><span style="font-family: arial;"><br /></span></span></div><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;"><div style="text-align: justify;"><span>De acuerdo a los testimonios de quienes lo conocieron en vida, se sabe que este
mártir de la liberación nacional se inició en la actividad política como
militantes del Partido Revolucionario de Izquierda Nacionalista (PRIN). Desde
su adolescencia dedicó su vida a las actividades deportivas y culturas en
provecho de la niñez y juventud cataveña. Fue varias veces dirigente del Sindicato
Mixto de Trabajadores de Catavi y director de Radio </span><i>21 de diciembre</i><span>. En 1976, tras la ocupación militar a los centros
mineros, fue detenido, torturado y encarcelado. En el XVIII Congreso Nacional
Minero, realizado en la población de Telamayu, entre el 31 de marzo y el 6 de
abril de 1980, fue electo, en su condición de obrero de la Empresa Minera
Catavi, como secretario de organización de la Federación Sindical de
Trabajadores Mineros de Bolivia, una función que supo cumplir con altura moral
y ética, hasta el día en que fue victimado por los chacales de una dictadura
militar que dejó un reguero de muertos y heridos a lo largo y ancho del
territorio nacional.</span></div><o:p></o:p></span></span><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">En consecuencia, es imperiosa la necesidad de mantener
vivo su pensamiento entre los niños, jóvenes y adultos de la población de
Catavi, donde Gualberto Vega Yapura tuvo su cuna de nacimiento y fue el
escenario de sus actividades culturales y deportivas, pero también el escenario
de sus luchas por una Bolivia más justa y libre de dictaduras civiles y
militares; más todavía, es preciso que uno de los salones del Sindicato Mixto
de Trabajadores de Catavi lleve su nombre, a modo de enaltecer su lucha a favor
de los más desposeídos y explotados, pero también a modo de perpetuar su
combativa trayectoria en el sindicalismo revolucionario y para que el pueblo
boliviano lo tenga siempre en la memoria.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">En síntesis, poniendo la lógica de la razón sobre las
mezquindades y voces discordantes, es justo que a Gualberto Vega Yapura se lo
declare MÁRTIR DE LA DEMOCRACIA Y LA LIBERACIÓN NACIONAL.</span></span></p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-79460654198277183422023-05-07T18:35:00.000-07:002023-05-07T18:35:55.512-07:00<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiwjfpXtAhwo1z2tSQqDB5OKGmrGwjG3ZeiWL0WxsbNV-kI-4VLYKHUC4QauJSkcLvz0LUTE18Y0xazMJ4N5hLkPjCkWpQ5WOFtzMeYGRr_5GUKeecJXQ2HzcKHaLYO9G22coKQ6EMYAX9E-BmtTe79c4rv-WS_w3-V0sX5C3Z23catLEExe1bUqGQ/s945/El%20autor%20de%20la%20nota%20delante%20de%20la%20escultura%20Elogio%20del%20Horizonte,%20esculturas%20de%20Educardo%20Chillidas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="709" data-original-width="945" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiwjfpXtAhwo1z2tSQqDB5OKGmrGwjG3ZeiWL0WxsbNV-kI-4VLYKHUC4QauJSkcLvz0LUTE18Y0xazMJ4N5hLkPjCkWpQ5WOFtzMeYGRr_5GUKeecJXQ2HzcKHaLYO9G22coKQ6EMYAX9E-BmtTe79c4rv-WS_w3-V0sX5C3Z23catLEExe1bUqGQ/s320/El%20autor%20de%20la%20nota%20delante%20de%20la%20escultura%20Elogio%20del%20Horizonte,%20esculturas%20de%20Educardo%20Chillidas.jpg" width="320" /></a></div></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #ffe599; font-size: medium;">EL
VÁTER DE KING KONG</span><o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Estando
de visita en la ciudad de Gijón, la costa del Principado de Asturias, no perdí
la ocasión de ir a conocer, en compañía de mi amigo Baristo Lorenzo, la
escultura de Eduardo Chillida, cuya majestuosa obra de hormigón, de diez metros
de alto y quinientas toneladas de peso, está emplazada en el Cerro de Santa
Catalina, cerca del barrio marinero de Cimadevilla.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Así
fue como una tarde de julio de 2005, de cielo despejado y brisas cálidas,
subimos por los senderos trazados en el césped hasta llegar a lo alto del Cerro
de Santa Catalina, para contemplar la escultura <i>Elogio del Horizonte</i>, del artista Eduardo Chillida, que se levanta
en un montículo de cara al mar, como un cuerpo con los brazos abiertos que
abarca el horizonte, y que los lugareños conocen también como <i>El Váter de King Kong</i>, debido a que su
estructura tiene un parecido al inodoro de un retrete, donde podría posarse sin
dificultades el gigantesco trasero de ese animal monstruoso y sentimental, que
llegó primero a la literatura y después al celuloide del séptimo arte. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Contemplarla
en toda su dimensión escultórica, ya sea a la distancia o de cerca, da la
sensación de que uno se encuentra en medio de un entorno surrealista, donde el <i>Elogio del Horizonte, </i>integrado en el
paisaje, se yergue como un monumento marmóreo entre la intensidad azul del
Cantábrico y el inmenso azul del cielo, ocupando un considerable espacio en una
verdosa colina que evoca los versos del poeta Pedro Garfias, quien, en uno de
sus poemas, dice:<i> Asturias, verde de
montes y negra de minerales</i>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Mientras
mi amigo Baristo Lorenzo, director de la editorial <i>Ediciones del Norte</i>, se ocupaba de captar imágenes costeras con su
poderosa cámara fotográfica, yo no me cansaba de escuchar el rumor del mar
cantábrico, cuyas mansas olas se golpeaban contra los acantilados y cuyas
azulinas aguas se perdían en el lejano horizonte, en cuya línea horizontal se
mecían algunas naves como balsas de totora.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
artista Eduardo Chillida, exjugador de fútbol y autor de magníficas obras tanto
en hormigón como en hierro y acero, no sé en qué estaba pensando a la hora de
crear esta majestuosa escultura, pero tengo la sospecha de que él no imaginó
que su obra denominada <i>Elogio del
Horizonte</i>, sería más conocida como <i>El
Váter de King Kong</i>; todo un elogio para una temible y peluda bestia de las
ficticias selvas de Isla Calavera, que tenía el corazón del tamaño del cuerpo y
la capacidad de enamorarse de la belleza de una mujer del tamaño de su mano;
una relación imposible que podía advertirse desde un principio, como en las
clásicas historia de amor donde el enamoramiento entre la Bella y la Bestia
podía tener un desenlace feliz o fatal, como ocurre con King Kong en la
película clásica de 1933, que inmortalizó a su director Merian C. Cooper,
expiloto de guerra y creador de uno de los personajes más emblemáticos del cine
de ficción y monstruos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">La
escultura de considerables dimensiones es un abrazo entre la tierra y el mar, donde
predomina el juego de volúmenes y formas abstractas, junto a las líneas horizontales,
verticales y curvas; una sinfonía de hormigón que forma parte de la naturaleza
y la historia artística de Gijón desde que se inauguró el 9 de junio de 1990,
ante la presencia de artistas, vecinos y autoridades locales.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Esta
escultura del vasco Eduardo Chillida, que llama la atención tanto de los
nativos como de los turistas extranjeros, es una de esas obras de arte que debe
visitarse alguna vez en la vida, para así saberse que uno estuvo en la ciudad
marítima más poblada de Asturias, pues quien no haya subido al Cerro Santa
Catalina ni haya visto <i>El Váter de King
Kong</i>, no puede ufanarse de haber estado en Gijón, la tierra de los
astilleros, las garúas pasajeras, las cuencas de carbón, la buena sidra y las
históricas luchas de los mineros acostumbrados a los <i>vahos del diablo</i>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><b><span style="font-family: arial;">Breves datos del
artista <o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Eduardo
Chillida Juantegui (San Sebastián, 1924 –
2002). Fue uno de los más importantes escultores españoles del siglo XX. Hijo
de un militar y una ama de casa aficionada al canto. Estudió arquitectura en
Madrid, aunque nunca culminó sus estudios, dedicándose a cultivar el arte del
dibujo y la escultura desde 1947. En su adolescencia y juventud adquirió una
buena reputación como portero de fútbol, llegando incluso a ser titular de la
Real Sociedad, hasta que sufrió una infortunada lesión, que lo obligó a
alejarse del deporte que más amó en su vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Tiempo
después, buscando un ambiente creativo más propicio al que se vivía en la
España franquista, se trasladó a París. Allí entabló amistad con el pintor
Pablo Palazuelo y conoció de primera mano la obra de artistas como Pablo
Picasso, Julio González y Constantin Brancusi. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Sin
embargo, agotado y frustrado, abandonó la capital francesa para volver a su
tierra natal en 1951. Se instaló en el País Vasco, donde comenzó a trabajar en
la fragua de Manuel Illarramendi, quien le enseñó los seculares secretos del
arte de la forja de los metales, así aprendió a realizar esculturas en hierro,
con deslumbrante capacidad creativa y manual. Forjó piezas como <i>Elogio del aire, Música callada, Rumor de
límites</i> y <i>El peine del viento</i>.
Esta última fue trabajada, en sus distintas versiones, durante más de quince
años y es una de las obras más conocidas del artista.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">En
su búsqueda de nuevos materiales y soportes para crear más obras, a la luz de
los grandes escultores de la Grecia clásica y el Renacimiento, realizó
esculturas en madera y acero, uno de los materiales en los que trabajaba más a
gusto, permitiéndole concretizar varias de sus relevantes esculturas de los
años ochenta y noventa. Expuso en galerías y museos de diversas ciudades de
Europa y Estados Unidos.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><br /></div><p><br /></p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-79963324829297015302023-04-21T13:52:00.001-07:002023-04-21T14:08:03.819-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpYhLuQVKiM-tcPqwyeSRaItzvuKUEnkMR142wF8-BYaKf0tkOD94k5UBfzxGvGIWqvFsHqEWINeXmUk1K2vi56U4H_W-J93fy64Ch7JZtvrxp0sacorJ063Lb46bAYCEwF99nADB2Je1gf5u8xFcXyCLQOcnKxmN8xN_flI4xU5HvU3pOVYuKqJXt/s945/Mendoza.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="945" data-original-width="627" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpYhLuQVKiM-tcPqwyeSRaItzvuKUEnkMR142wF8-BYaKf0tkOD94k5UBfzxGvGIWqvFsHqEWINeXmUk1K2vi56U4H_W-J93fy64Ch7JZtvrxp0sacorJ063Lb46bAYCEwF99nADB2Je1gf5u8xFcXyCLQOcnKxmN8xN_flI4xU5HvU3pOVYuKqJXt/s320/Mendoza.jpg" width="212" /></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"><span style="background-color: #666666; color: #ffd966; font-size: medium;">UNA CRÓNICA SOBRE EL MULTIFACÉTICO JAIME MENDOZA</span><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">Ya se encuentra en circulación un nuevo folleto del
escritor Víctor Montoya, quien aborda, desde una perspectiva muy personal, las
curiosas facetas del autor chuquisaqueño, que durante varios años vivió en la
población de Uncía, donde trabajó como médico y escribió algunas de las obras
más importantes de su producción literaria.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">Jaime Mendoza Gonzáles (Sucre, 1874 – 1939). Médico,
escritor, docente y político. Ejerció su profesión en los hospitales de Uncía y
Llallagua, al norte del departamento de Potosí, donde conoció de cerca la
dramática realidad de los trabajadores mineros, quienes son los protagonistas
de su primera novela, <b><i>En las tierras del Potosí</i></b> (1911),
cuyas páginas reflejan los antagonismos sociales y las paupérrimas condiciones
de vida de los indígenas y mestizos proletarizados.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span lang="SV-FI">El </span><span lang="ES">folleto</span></span><span lang="SV-FI"><span style="font-family: arial;">, intitulado <b><i>La
casa de Jaime Mendoza en Uncía</i></b>, lleva el sello de <i>Ediciones la Cueva del Tío</i>, que desde el 2022 viene publicando
textos relacionados con el rescate de la memoria histórica de los centros
mineros del norte de Potosí. Los responsables de la selección de materiales,
tanto en verso como en prosa, han manifestado que tienen planificado seguir editando
las crónicas y los ensayos del escritor Víctor Montoya, conocido cultor de
cuentos y novelas de ambiente minero.</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></p><p>
</p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-35482017107576819482023-04-14T05:05:00.004-07:002023-04-14T20:32:26.189-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDQliYtUVffvIYBvFD6AfPseICgcDEbkAitV_mk5vZJMINZ69iGgrRQqr-K8gJygOqMeiPVFsDzCfMMdPjjEe_uTahddlkwEE0sR6xXLQufhw1QK5j5QeDw_HmuDAs1U7AQxKXrpcv1cevm2HGxvzjbkZXu5RI5mE_gGmN1gadGHgFvmnp6uBfgIHV/s917/1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="708" data-original-width="917" height="247" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDQliYtUVffvIYBvFD6AfPseICgcDEbkAitV_mk5vZJMINZ69iGgrRQqr-K8gJygOqMeiPVFsDzCfMMdPjjEe_uTahddlkwEE0sR6xXLQufhw1QK5j5QeDw_HmuDAs1U7AQxKXrpcv1cevm2HGxvzjbkZXu5RI5mE_gGmN1gadGHgFvmnp6uBfgIHV/s320/1.jpg" width="320" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #ffd966; font-size: medium;">LA
TEMÁTICA MINERA EN LA OBRA LITERARIA DE VÍCTOR MONTOYA</span><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: arial;">El
connotado escritor boliviano, celebrando el Día del Libro y del Derecho de
Autor, dictará una magistral conferencia sobre los orígenes y proyecciones de
su creación literaria vinculada a la realidad mágica y mítica del mundo minero.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;"><span style="font-family: arial;">La
conferencia se realizará el jueves 20 de abril de 2023, a Hrs: 15:00, en el
auditorio de la Carrera de Odontología de la Universidad Nacional <i>Siglo XX</i>, ubicada a un costado de la
Plaza del Minero del distrito de Siglo XX.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTzzE2BWtJFyVjT_RT9WDi0IbTxBMAhfTm6iEugLSoWPMsQuyrVFHJ8lqANK-LKa0nzkBnsOnZfxmkxBQmfvys771XhOizCAltH_vsM6JaN1UfR5QWOtMlCZCLhA_Y7GwTojCdx97ZA_jSFowIfzdGQiSwv1n0dAnpqIaOY0tRbKtRClol8T3uNCeq/s917/2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="707" data-original-width="917" height="247" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTzzE2BWtJFyVjT_RT9WDi0IbTxBMAhfTm6iEugLSoWPMsQuyrVFHJ8lqANK-LKa0nzkBnsOnZfxmkxBQmfvys771XhOizCAltH_vsM6JaN1UfR5QWOtMlCZCLhA_Y7GwTojCdx97ZA_jSFowIfzdGQiSwv1n0dAnpqIaOY0tRbKtRClol8T3uNCeq/s320/2.jpg" width="320" /></a></div><span style="font-family: arial;"><div style="text-align: justify;">El
evento cuenta con los auspicios del Archivo Histórico Minero de la
Comibol/regional Catavi, la Universidad Nacional <i>Siglo XX</i>, el Gobierno Autónomo Municipal de Llallagua y la
Asociación de Profesores de Lenguaje y Literatura, entre otros. </div></span>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-44233153019426685212023-04-13T13:21:00.000-07:002023-04-13T13:21:43.051-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjt5DQVWquUSvc8twmAhP8oOYcrkurj7QYUiJa4jRa0G0ysrqvgYPgrF7yrVK1xTzTLH6ygSBpHF7dRBGtZu9x281OJt1dgNUm-vASjnI0G9Xt5L-w_ViU5j4A9afsgWGjowV88ECvJlhoESeun0eqtO8AP2Oqu02FNqLKHgUxL4czhM_yzflzMPSbL/s984/cirilo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="984" data-original-width="620" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjt5DQVWquUSvc8twmAhP8oOYcrkurj7QYUiJa4jRa0G0ysrqvgYPgrF7yrVK1xTzTLH6ygSBpHF7dRBGtZu9x281OJt1dgNUm-vASjnI0G9Xt5L-w_ViU5j4A9afsgWGjowV88ECvJlhoESeun0eqtO8AP2Oqu02FNqLKHgUxL4czhM_yzflzMPSbL/s320/cirilo.jpg" width="202" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span lang="ES" style="background-color: #666666;"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #ffd966; font-size: medium;">SEMBLANZA SOLICITADA DE UN DIRIGENTE MINERO</span><o:p></o:p></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="background-color: #666666;"><span style="font-family: arial;">Acaba de publicarse, bajo el sello de <i>Ediciones La Cueva del Tío</i>, el folleto <b><i>Cirilo
Jiménez Álvarez, sindicalista revolucionario</i></b>, cuyo autor es el escritor
Víctor Montoya, quien conoció en persona a este luchador social que formaba
parte de la vida política, educativa y cultural de la ciudad minera de
Llallagua. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: #666666; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;"><span style="font-family: arial;">Cirilo Jiménez
Álvarez nació en Tacaraní, comunidad campesina en el Norte de Potosí, el 14 de
julio de 1930. En su niñez y adolescencia se dedicó a la agricultura, hasta
que, una vez retornado del cuartel, se hizo minero a los 20 años de edad. Fue
dirigente sindical en los distritos de Catavi y Siglo XX, miembro de la
Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) y la Central
Obrera Boliviana (COB). <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="background-color: #666666;"><span style="font-family: arial;">Este sindicalista
revolucionario creyó en el poder del deporte y los libros, pero su principal
opción fue la educación. <span lang="ES" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">Promovió
la creación de la Universidad Nacional <i>Siglo
XX</i> y se constituyó en su primer vicerrector y rector obrero. </span>Durante las dictaduras militares, sufrió la
persecución política y el confinamiento. Murió en Cochabamba, como consecuencia
de un paro cardiaco, el </span><span lang="ES" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;"><span style="font-family: arial;">5 de
noviembre de 2018. </span></span></span></p></div>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-2221822595889878342023-02-16T10:06:00.002-08:002023-02-16T10:06:41.840-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpjVoDVfi7oWEDJf0Pk9yML0TBEYmCOaqKigsqXQlvOAsYkbyIkMcdhzXDjMyV4tOw_YEk_hkruDHiEVNeJG2q14Ui3gEO826n-8E3I_3xh7uLDYAXKOjf_E6kcHEe6bmS5RswH2XHX8fnLC8_GnfX9lg_cNYu8_Mb1RKaeg0Apz544Wf6e0eTROmZ/s842/Segunda%20Edici%C3%B3n_2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="842" data-original-width="575" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpjVoDVfi7oWEDJf0Pk9yML0TBEYmCOaqKigsqXQlvOAsYkbyIkMcdhzXDjMyV4tOw_YEk_hkruDHiEVNeJG2q14Ui3gEO826n-8E3I_3xh7uLDYAXKOjf_E6kcHEe6bmS5RswH2XHX8fnLC8_GnfX9lg_cNYu8_Mb1RKaeg0Apz544Wf6e0eTROmZ/s320/Segunda%20Edici%C3%B3n_2.jpg" width="219" /></a></div><p></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #ffd966; font-size: medium;">LAS REVELACIONES DEL TÍO EN <i>CUENTOS DE LA MINA</i></span><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">Acaba de publicarse la segunda edición de <i>Cuentos de la mina</i> (Ed. Kipus, 2018),
del escritor Víctor Montoya, con treinta y cinco cuentos de variada extensión y
algunas fotografías que muestran la imagen del Tío de la mina, cuya estatuilla
fue modelada por los propios trabajadores en los parajes donde acuden a <i>pijchar</i> o acullicar.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">En <i>Cuentos de la
mina</i>, escritos desde la visión del realismo fantástico, se recrean los
mitos y leyendas que giran en torno al Tío; un ser mitológico de carácter
ambiguo, mitad dios y mitad demonio, que simboliza el sincretismo religioso
desde la época de la colonia.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">Víctor Montoya hace gala de las creencias y
supersticiones que reinan en la cosmovisión andina, donde sobreviven los ritos,
usos y costumbres de las culturas originarias. En los cuentos se retrata la
vida cotidiana de los mineros; sus luchas, tragedias y esperanzas, pero también
sus tradiciones vinculadas al realismo fantástico y las consejas
pagano-religiosas, donde el Tío de la mina está considerado como el guardián de
las riquezas minerales y el amo de los trabajadores del subsuelo.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">Su amante, la <i>Chinasupay</i>
(diablesa), posee un fuerte atractivo erótico en el imaginario popular, aparece
y desaparece misteriosamente en los sueños y las pesadillas de los mineros,
quienes la temen tanto como al mismísimo Tío. Algunos incluso creen que la <i>Chinasupay</i> es la encarnación del Tío
que, a modo de poner a prueba su poder de atracción sexual, se transforma en
una mujer capaz de envilecer a los mineros solitarios y desprevenidos.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">El Tío es el protagonista principal en <i>Cuentos de la mina</i>. El autor, desde un
principio, intenta responder la siguiente pregunta: <i>¿Por qué el diablo se llamó Tío?</i> La explicación, narrada de una
manera sorprendente y lúcida, la encontramos a lo largo del libro, donde se
afirma que el Tío, en su estado demoníaco, hace suya a una chola de buen
parecer, en quien engendra a un hijo que nace con el aspecto de iguana.
Entonces el poder eclesiástico, al constatar que la criatura no es la hechura
de Dios sino del diablo, condena a la madre y al hijo a perder la vida en una
hoguera. Es por eso que el diablo, según se relata en el libro, actúa en
venganza propia y causa estragos entre los pobladores, hasta que los mineros le
suplican perdón por el asesinato de su legítimo heredero. El diablo recapacita,
hace reaparecer los minerales en las galerías y decide llamarse Tío, a quien
los mineros, como en una suerte de pacto, deben rendirle pleitesía ofrendándole
sangre de llama blanca, hojas de coca, cigarrillos y aguardiente.<o:p></o:p></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcUWW2EzKjbEqtGdaviygjlK4t2x1VyE8IaWRY_eOBP0vCI7Y8BAb35hybYPp4CrM6dm-vSozpANZeMXkJfG5Zo8icVXVD6Uw9sbJCUieUTQZxA9L6L9JvAiDiwCOUDlORQ1OZaAvhiqp8RkzRGpdB8GFr-mmBiLFrv2t2desfDqGb9pGV_XLje2E1/s960/1a.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="678" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcUWW2EzKjbEqtGdaviygjlK4t2x1VyE8IaWRY_eOBP0vCI7Y8BAb35hybYPp4CrM6dm-vSozpANZeMXkJfG5Zo8icVXVD6Uw9sbJCUieUTQZxA9L6L9JvAiDiwCOUDlORQ1OZaAvhiqp8RkzRGpdB8GFr-mmBiLFrv2t2desfDqGb9pGV_XLje2E1/s320/1a.jpg" width="226" /></a></div><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">La segunda edición, aumentado y corregida, obedece al
gran interés de los lectores por interiorizarse en el fascinante mundo de las
minas, que es el hábitat natural de ese personaje sobrenatural venerado por los
mineros, quienes trabajan en las oscuras galerías, sin otra ilusión que ganarse
el pan del día y salir con vida de las tenebrosas entrañas de la
Pachamama.</span><span style="font-family: arial;"> </span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">El libro, desde que se publicó por vez primera en
Suecia (Ed. Luciérnaga, 2000), despertó un inusitado interés entre los lectores
nacionales y extranjeros. Se ha traducido a varios idiomas y ha sido
ampliamente comentado por la crítica literaria. En la contratapa de la segunda
edición de <i>Cuentos de la mina</i>, a
cargo del Grupo Editorial Kipus, se incluyen algunos comentarios destacando la
temática del libro y la capacidad narrativa del autor.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">En palabras del historiador y escritor argentino
Fernando Soto Roland, <i>el maravilloso
libro de Víctor Montoya, ‘Cuentos de la mina’, aclara desde la literatura todo
aquello que los historiadores no podemos captar con la sencillez e inmediatez
que es tan propia de los escritores de raza. Y Montoya ha probado sobradamente
que lo es. En su obra, sin teorías venidas de otros oficios, el autor recrea
con naturalidad el imaginario del minero boliviano a través de una serie de
cuentos en donde quedan plasmadas las desdichas y esperanzas de ese colectivo
humano utilizando como marco de encuadre a uno de los personajes más
emblemáticos del sincretismo americano: ‘El Tío de la Mina’, dueño sobrenatural
y soberano absoluto de la oscuridad y sus riquezas</i>.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">El escritor uruguayo Leonardo Rossiello, al cabo de
leer el libro en su primera versión, no dudó en aseverar que <i>leer ‘Cuentos de la mina’ significa
sumergirse en el mundo sincrético de las creencias mineras de Bolivia. Los
textos, como si fueran galerías de una mina, se van adentrando en las
diferentes actualizaciones del sincretismo cultural que supone la figura y
leyenda del ‘Tío’, así como su significación para los mineros</i>.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">No es menos interesante la opinión del poeta e
investigador orureño Alberto Guerra Gutiérrez, quien, como todo conocedor del
folklore nacional, los mitos y las leyendas mineras, afirmó en su comentario: <i>Este libro es el fiel reflejo del
pensamiento, los sentimientos, usos y costumbres que caracterizan a las
poblaciones mineras bolivianas y su entorno físico andino, ya que los hechos en
él relatados, se desarrollan en los centros mineros de Siglo XX, Potosí y
Oruro, en cuanto a las manifestaciones mitológicas y legendarias que dan origen
a acontecimientos culturales de extraordinaria magnitud, como el Carnaval de
Oruro y los ritos litúrgicos propios de una religión ecléctica que rige en
América desde el desenlace de la dominación española</i>.<o:p></o:p></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMq8Hd4rV7ATj01yEtBiXCbK4bAqFbuszBcCSREmwCShsCq5eiW6fTBWw_qwAWjcxg5_VACU_YvriTNCKFSk0DaPRc7djx4bvyZeApUKZaVisX3vFM7UGlmhyNdASbMEWHtI2y7OGotnW8lLqW7v-EK4OxpSrN7qxXYFlbniyYZg_OaLUBIRkclna1/s960/2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="639" data-original-width="960" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMq8Hd4rV7ATj01yEtBiXCbK4bAqFbuszBcCSREmwCShsCq5eiW6fTBWw_qwAWjcxg5_VACU_YvriTNCKFSk0DaPRc7djx4bvyZeApUKZaVisX3vFM7UGlmhyNdASbMEWHtI2y7OGotnW8lLqW7v-EK4OxpSrN7qxXYFlbniyYZg_OaLUBIRkclna1/s320/2.jpg" width="320" /></a></div><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Para el escritor Alfonso Gumucio Dagron, que entró en
contacto con el mundo minero como fotógrafo y documentalista, no cabe duda que
Víctor Montoya </span><i style="font-family: arial;">rescata prolijamente las
tradiciones y leyendas de la mina y se convierte en un cronista del mundo
fantástico que emerge del socavón. Sus relatos son metáforas sobre la
existencia fantasmal que se atribuye a los mineros más empobrecidos, muertos en
vida por la silicosis y la ausencia de horizonte. Sin haber tenido la vivencia
de penetrar en la mina es difícil describir con tanta propiedad esa sensación
de ahogo, de oscuridad absoluta y de humedad sexual que se respira en los
socavones</i><span style="font-family: arial;">.</span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">Los comentarios citados líneas arriba, con
apreciaciones analizadas desde distintos ángulos, coinciden en señalar que el
libro, que aborda una temática propia de la nación boliviana, es un valioso
aporte a la literatura de ambiente minero que, desde la publicación de <i>En las tierras del Potosí</i> (1911), de
Jaime Mendoza, conforma una vertiente importante en el contexto de las letras nacionales.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">La literatura minera, con autores como Víctor Montoya,
no solo ha ganado un espacio preponderante a lo largo del siglo XX, sino que se
ha consolidado entre los lectores nacionales y extranjeros, quienes buscan una
literatura que surja desde las mismas entrañas de la tierra, contándonos las
tragedias y esperanzas de los mineros, pero también revelándonos el mundo
mágico y mítico de la cosmovisión andina, donde el Tío de la mina, personaje
ambiguo entre lo sagrado y lo profano, es venerado como el protector de las
familias mineras y como el amo indiscutible de las riquezas minerales.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">Víctor Montoya, con su libro <i>Cuentos de la mina</i>, se sitúa entre los autores de la segunda mitad
del siglo XX, que transitaron de la literatura del <i>realismo social</i>, en la que se proyectaron las luchas de
reivindicación socioeconómica de los trabajadores, hacia la literatura del <i>realismo fantástico</i>, que se ocupa de
recuperar los mitos, leyendas y relatos que, casi en su integridad, giraban en
torno a la figura del Tío de la mina.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: arial;">Con <i>Cuentos de
la mina</i> queda confirmado que el mundo minero sigue siendo una fuente
inagotable de inspiración para los autores nacionales y una de las canteras que
mejor se presta para construir una genuina obra literaria, que apasione a los
lectores interesados en conocer las tragedias y maravillas atrapadas entre las
altas montañas de los Andes, donde las galerías de una mina cuentan sus propias
historias forjadas de realidad y fantasía. </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"> <o:p></o:p></span></p><p>
</p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-26645811465896286662023-02-07T11:43:00.000-08:002023-02-07T11:43:47.695-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibfi8kjhxfBFzyen7ejAJkl_xWNLm50IpHSB1v-g97YQ7zgiOYOWH86E1GUYGAk782nFLwgrf6pa60LMI4-p8zZNl_1eg0iT3MsoDFKrGh4788Ffoo67U-HHXWPjf73uDjNIvaWW1BCo9yhuoCaFS7ybJXKG_T8xTnAeVVQkc21wLQ2H6dzhEu35cc/s679/Bandido.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="679" data-original-width="449" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibfi8kjhxfBFzyen7ejAJkl_xWNLm50IpHSB1v-g97YQ7zgiOYOWH86E1GUYGAk782nFLwgrf6pa60LMI4-p8zZNl_1eg0iT3MsoDFKrGh4788Ffoo67U-HHXWPjf73uDjNIvaWW1BCo9yhuoCaFS7ybJXKG_T8xTnAeVVQkc21wLQ2H6dzhEu35cc/s320/Bandido.jpg" width="212" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;"><span style="color: #ffd966; font-size: medium;">VIDA Y MUERTE DE BANDIDO</span><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">Acaba de publicarse el folleto <b><i>El celoso guardián del Archivo
Histórico Minero de Catavi</i></b>, cuyo autor es el escritor Víctor Montoya.
La crónica, basada en la vida y muerte de un can de raza mestiza, es un
testimonio que confirma que el perro no solo es el mejor amigo del hombre, sino
también un compañero capaz de cumplir con una función laboral como cualquier
individuo que tiene derechos y responsabilidades, siempre y cuando se lo trate
con paciencia y cariño, con muchísimo cariño, que es el sentimiento del corazón
que mejor suelen captar los perros en su relación con los humanos.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: arial;">Este
hermoso y obediente perrito se llamaba Bandido. Fue abandonado por sus primeros
dueños y, durante mucho tiempo, deambuló aprendiendo a sobrevivir junto a una
manada de canes callejeros, hasta que un buen día fue adoptado de nuevo y
convertido en el celoso guardián del Archivo Histórico Minero de Catavi.<o:p></o:p></span></span></p><p style="text-align: justify;">
<span style="font-family: arial;">El contenido del folleto, además de ser un sentido y oportuno
homenaje al mejor amigo del hombre, es una breve historia que merece ser compartida
entre los animalistas y entre quienes tienen un sincero amor por estos
maravillosos seres que nos alegran la vida y nos llenan de lealtad todos los
días. </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><br /></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> </span></p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1834240091480100680.post-58806843115135127212023-02-05T19:14:00.000-08:002023-02-05T19:14:25.650-08:00<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-KCWC0vj40coCOaTyQSjRBg849uZhNpgJlHO4kKcSkVwMighiLfmNAcxAFlLQZWhdy50QZViUijIHGlMn1fFaCRp6FLFDKT2YarYITduJqTfFPXyCZt1xOwHNWRGTJaNgHTWFCuBqQ70jJP5nKIpBTcTa_LSsN1okyqw8io0_cFdvvntdlWQ90Rf1/s830/El%20autor%20de%20la%20nota%20con%20el%20escritor%20Paco%20Ignacio%20Taibo%20II,%20Gij%C3%B3n,%20Espa%C3%B1a,%20julio,%202005..jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="824" data-original-width="830" height="318" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-KCWC0vj40coCOaTyQSjRBg849uZhNpgJlHO4kKcSkVwMighiLfmNAcxAFlLQZWhdy50QZViUijIHGlMn1fFaCRp6FLFDKT2YarYITduJqTfFPXyCZt1xOwHNWRGTJaNgHTWFCuBqQ70jJP5nKIpBTcTa_LSsN1okyqw8io0_cFdvvntdlWQ90Rf1/s320/El%20autor%20de%20la%20nota%20con%20el%20escritor%20Paco%20Ignacio%20Taibo%20II,%20Gij%C3%B3n,%20Espa%C3%B1a,%20julio,%202005..jpg" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: arial; text-align: justify;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: arial; text-align: justify;"><span style="color: #ffe599; font-size: medium;">COMER
FABADA CON PACO IGNACIO TAIBO II</span></span></div>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">A
mediados de julio de 2005, viajé a la ciudad asturiana de Gijón, invitado a la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Semana Negra</i>, que anualmente reúne a
escritores de novelas policíacas. En realidad, yo estaba en el festival para
presentar mi libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuentos de la mina</i>,
que acababa de ser publicada en Asturias por la <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">Editora del Norte</span></i><span lang="ES">.</span> Se entiende que no estaba como autor de novelas
policíacas, sino de una literatura más negra que las novelas negras. Así que,
antes y después de cumplir con mis actividades programadas en las minas de
carbón de <span lang="ES">Cangas del Narcea</span> y <span lang="ES">Cuenca del Nalón</span>, los escritores nos reuníamos para
almorzar y cenar en el restaurante de un hotel céntrico de la ciudad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Uno
de esos días, sin pensarlo ni proponérmelo, me encontré con el escritor y
activista sindical Francisco Ignacio Taibo Mahojo, más conocido como Paco
Ignacio Taibo II, quien era el responsable del evento cultural de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Semana Negra</i>. No lo conocía más que por
referencia y algunos artículos que leí sobre su vida y su obra en la prensa. Me
llamaba la atención más por haber escrito la biografía del comandante
guerrillero más famoso de América Latina -<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ernesto
Guevara, también conocido como el Che</i>, basada en una extensa y rigurosa
bibliografía-, que por sus novelas policíacas, las mismas que tuvieron una
amplia difusión en más de una veintena de países. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">De
Paco Ignacio Taibo II no sabía nada más hasta entonces, salvo que fue merecedor
de premios internacionales y que publicó su primer libro a los 22 años de edad,
que estudió sociología y literatura en la Universidad Nacional Autónoma de
México, que fundó y dirigió varias publicaciones de carácter sociocultural y
que, como parte de su larga trayectoria como periodista y gestor cultural,
fundó <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Para Leer en Libertad AC</i>,
proyecto de fomento a la lectura y de divulgación de la historia de México.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Nos
saludamos en el hall del hotel y, a la hora del almuerzo, compartimos la misma
mesa en el restaurante que daba a la calle. Me llamó la atención su aspecto de
hombre desprolijo, vestido con un bluyín ajado y una playera ajustada a su
abombado vientre.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Nos
miramos a los ojos y, sin mayores preámbulos, hablamos sobre la realidad
política de México, sobre su visita a Bolivia, su recorrido por Valle Grande y
Ñancahuzú, para ubicarse mejor en el contexto topográfico de la zona geográfica
donde se desarrolló la guerrilla del Che. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El
día estaba soleado y hacía un calor como para vaciarse varios vasos de cerveza
fría. En el restaurante exterior del mismo hotel, donde estuvimos hospedados
los escritores provenientes de diferentes países, los comensales empezaron a
leer el menú y a ordenar su plato preferido. Yo pedí lo mismo que ordenó Taibo:
una fabada, el platillo bandera y tradicional de la cocina asturiana y, por antonomasia,
de la gastronomía española. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Al
cabo de un tiempo, mientras contemplaba de sesgo la gordura de Paco Ignacio
Taibo II, me sirvieron la fabada en un hondo plato de barro, tenía aroma a
laurel y el caldo lucía un color anaranjado debido al azafrán. En la cazuela,
todavía humeante, podía distinguirse judías blancas, chorizos, morcillas, lacón
y tocino. Me llevé la primera cucharada a la boca y sentí una textura mantecosa
en el paladar, junto al sabor de la cebolla, el ajo y el perejil. Este platillo
rico en calorías y grasa, cuya porción fue excesiva para mí, me produjo, al
cabo de la ingesta, unos reflujos gastroesofágicos, cuyo malestar tuve que
aliviar con una copa de aguardiente o, como dirían los comensales bolivianos,
con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">un traguito para bajar el chanchito</i>.
Sin embargo, a pesar de los ligeros malestares, me sentí satisfecho de haber
probado por primera vez en mi vida la fabada, un potaje divino capaz de
despertar hasta a los muertos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5Q062dwpzFNh-qfVlJUBg_UiGok22yc6DHE97x6L0ycqd1sbCjANVmeTMEuGLnSYTPvdStSahF4c2LTOofVxN637LB4YsRgVQ11gk9g2XzhHfuodUOSV0j76rEni0WCkmJnBKCofobBJgOwUaAkqp4oNskz7H0GvbpBMI5ACPT6nskuKidOzGpyBZ/s867/Fabada%20tradicional%20asturiana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="607" data-original-width="867" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5Q062dwpzFNh-qfVlJUBg_UiGok22yc6DHE97x6L0ycqd1sbCjANVmeTMEuGLnSYTPvdStSahF4c2LTOofVxN637LB4YsRgVQ11gk9g2XzhHfuodUOSV0j76rEni0WCkmJnBKCofobBJgOwUaAkqp4oNskz7H0GvbpBMI5ACPT6nskuKidOzGpyBZ/s320/Fabada%20tradicional%20asturiana.jpg" width="320" /></a></div><p></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Cuando
Paco Ignacio Taibo II terminó de engullir la fabada, como un gourmet
acostumbrado a degustar los platillos de su preferencia, encendió un cigarrillo
y, como si se tratara de un apetecido postre, se tragó el humo que luego lo
lanzó por entre sus mostachos teñidos por la nicotina. No tomó mucho tiempo
para advertir que estaba delante de un hombre que, por experiencia y sabiduría,
sabía paladear las comidas y bebidas que ayudan a sobrellevar los sinsabores de
la vida. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Ese
mismo día, de aires cálidos y cielo despejado, me refirió algo sobre la
biografía de Pancho Villa, lista para ser publicada a nivel internacional, y
sobre un proyecto que tenía en marcha sobre la revolución mexicana, incluida la
biografía de Emiliano Zapata. Ahí nomás, estando imbuidos en una charla en
torno a un tema apasionante por su magnitud, mitos y leyendas, se presentó su
anciano padre, quien estaba en su tierra natal para visitar a los familiares y
los viejos amigos, y no para participar en la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Semana Negra</i>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Así
que, en esa misma ocasión y en el mismo restaurante del hotel, tuve la oportunidad
de tratar con don Ignacio Taibo I, quien, además de haber vivido de cerca la
Guerra Civil Española, escribió un libro sobre la gastronomía asturiana,
intitulada <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Breviario de la Fabada</i>. Ya
entonces se lo veía algo deteriorado de salud, hasta que, dos años después, me
enteré que falleció víctima de neumonía. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Su
hijo, el escritor asturimexicano, Paco Ignacio Taibo II, se mostró con su lado
más humano y me dejó la impresión de que se trataba de un tipo bonachón,
amable, simpático y hasta jovial, porque tuvimos instantes en los que bromeamos
y nos reímos como dos viejos amigos, quienes tienen las mismas travesuras y los
mismos ideales de libertad y justicia.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Aquel
mediodía que compartimos en el restaurante, donde intercambiamos impresiones
sobre los fantasmas de la política y la literatura, se quedó fijada entre mis
recuerdos, como un haz de luz que se mete en la memoria y no se apaga. Por lo
demás, mientras hablábamos amenamente, él fumaba y no dejaba de fumar, hasta
que llegó el instante en que, convocados por las actividades que debíamos
cumplir por la tarde y la noche, nos despedimos con un abrazo y un fuerte
apretón de manos, pero con la promesa de volvernos a reencontrar en algún punto
de este mundo cada vez más injusto y contaminado.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Víctor Montoyahttp://www.blogger.com/profile/07630798749591554384noreply@blogger.com1