EL
ARTE DE NARRAR EN POCAS PALABRAS
El
autor, en un intento por reducir a los dinosaurios al tamaño de los insectos,
pone a prueba su capacidad de síntesis, re-creando, con increíble naturalidad,
situaciones diversas por medio de personajes nacidos en el maravilloso universo
de la fantasía, donde estas Microficciones
comienzan en la condensación semántica del lenguaje y culminan en el instante
de la revelación.
El
libro aborda diversos temas que ocupan el tiempo y el pensamiento de todo ser
humano, como son la vida, el amor y la muerte. Está dividido en tres partes: El baúl de los suspiros breves, Microzoología y Uno, dos, tres, cuenta al revés. Desde un principio, el libro hace
referencia al reino animal desde una perspectiva fabulada y humorística, así como
en la última parte, a manera de un ejercicio lúdico, recrea varios cuentos
clásicos re-contándolos al revés y con una fuerte dosis de irreverencia y
erotismo.
El
libro, compuesto por ciento cincuenta y cuatro microcuentos, tiene textos
escritos de manera muy breve, con una gran economía de lenguaje; en algunos
casos, solo con uno o dos párrafos, con dos o tres renglones, que constituye
una de las principales características de este género literario cultivado con
pasión por diversos autores desde tiempos inmemoriales.
Asimismo,
como en toda creación anclada en el mundo real, se añaden a las historias
elementos ficticios, ilusorios, con
el fin de que el lector tenga la sensación de estar ubicado frente a personajes
que recobran vida por medio de la palabra escrita y desfilan a lo largo de las
páginas ilustradas por el reconocido artista plástico Jorge Codas.
El
autor del libro, en una entrevista publicada hace años, dijo que entró en
contacto con el artista paraguayo por medio de su esposa, la francesa Vanessa
Tiogroset, quien editaba una revista digital de artes visuales. Ella editó en
la revista una parte de Microzoología,
con las fabulosas ilustraciones de Jorge Codas, quien, inspirado en los temas
de los microcuentos, realizó un trabajo de gran calidad artística.
Víctor
Montoya afirmó entonces: A mí me
encantaron las ilustraciones hechas a todo color y con una fantasía de
desbordante belleza. Así que, cuando iba a editarse el libro completo en
Bolivia y en soporte papel, le pedí que ilustrara todo el libro. Él accedió
amablemente a mi pedido y llenó las páginas con extraordinarias imágenes, que
no solo sirven de apoyo a los textos, sino que son verdaderas obras de arte que
despiertan la imaginación y el interés estético de los lectores.
Estas
Microficciones, a fuerza de valorar
lo efímero en el arte narrativo, nos ponen en marcha contra el reloj y apuestan
por una literatura futurista, cuyas sorprendentes técnicas responden a las
exigencias de un mundo moderno, donde el
tiempo es plata y la prosa breve es oro. Las micronarraciones de este ameno
libro, prolijamente ilustradas por un artista de talla internacional, son
verdaderas piezas de orfebrería y se parecen a un felino veloz y cimbreante,
constituido más por músculos que por grasa; una concepción que hace hincapié en
el dominio de los complejos recursos inherentes a estas Microficciones, conforme el hilo argumental tenga coherencia, los
protagonistas sean verosímiles y, como en todo cuento bien contado, tenga un
principio que atrape el interés del lector y un desenlace que lo encandile
antes de llegar al punto final.
Víctor Montoya es autor de una serie de obras que transitan por los territorios de la realidad y la ficción, sin más pretensión que estimular la fantasía y el gusto estético de los lectores interesados en desentrañar los meandros de una literatura que aborda temas de carácter universal, con un estilo personal y una técnica innovadora.
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