HOMENAJE EN HONOR A GUALBERTO VEGA YAPURA
Este pasado 17 de julio, en la sede del Sindicato
Mixto de Trabajadores de Catavi, en un sencillo, pero emotivo acto, se homenajeó
al dirigente sindical y mártir obrero Gualberto Vega Yapura, quien fue
asesinado hace 43 años en el edificio de la Central Obrera Boliviana (COB) y la
Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), donde se
realizaba la reunión del Consejo Nacional de Defensa de la Democracia (CONADE),
la mañana del 17 de julio de 1980, fecha luctuosa en que el pueblo boliviano se
vistió de luto y los golpista, tras pedir la renuncia de la presidenta constitucional Lydia Gueiler,
se encaramaron en el poder por la fuerza de las armas y el respaldo del Alto
Mando Militar Boliviano.
Todo sucedió cuando decenas de oficiales y
paramilitares, entre los que había mercenarios argentinos al servicio de la Operación Cóndor, que asoló a los países
del Cono Sur de América Latina, llegaron en ambulancias de la Caja Nacional de
Seguridad Social a la histórica sede de los trabajadores bolivianos y
asaltaron, a gritos y armas de fuego en mano, el edificio de la COB ubicado en
El Prado de la ciudad de La Paz, dispuestos a desencabezar al movimiento obrero
y popular. Fue en esas circunstancias que los paramilitares, conocidos como los
novios de la muerte, dispararon ráfagas
contra la humanidad del líder político Marcelo Quiroga Santa Cruz, el diputado
Carlos Flores y el dirigente cataveño Gualberto Vega Yapura, a la sazón
representante del Sindicato de Catavi y secretario de organización de la
Federación de Mineros.
Los directos responsables de este horrendo crimen
fueron los golpistas militares Luis García Meza y Luis Arce Gómez, quienes,
obedeciendo órdenes de la CIA y los carteles de narcotraficantes asesorados por
el Carnicero de Lyon Klaus Barbie,
estaban dispuestos a imponer su política antinacional y proimperialista a
sangre y fuego. Durante este régimen de facto se prohibieron las libertades
democráticas y se desencadenó una sañuda persecución contra los dirigentes
políticos y sindicales. Se cometieron crímenes de lesa humanidad y se demolió
el edificio de la Federación de Mineros, con ello los murales de Miguel Alandia
Pantoja, en un vano intento por destruir el rico legado de las luchas políticas
y sindicales de los trabajadores del subsuelo boliviano.
Si en 43 años no se realizó un justo homenaje en honor
a Gualberto Vega Yapura, en la tierra que lo vio nacer, fue porque Catavi, como
todas las minas nacionalizadas, sufrió los embates del nefasto D.S. 21060, que
provocó el cierre de las empresas de la COMIBOL y la desocupación de miles de
trabajadores que fueron echados de sus fuentes de trabajo y expulsados de sus
viviendas con el epíteto de relocalizados.
Sin embargo, ahora que la población de Catavi está en un proceso de repoblarse
gracias al ritmo de la construcción de nuevas viviendas y la expansión de la
Universidad Nacional Siglo XX, que
está construyendo nuevos establecimientos para algunas de sus carreras,
incluidas las de Formación Política Sindical, es indispensable desempolvar la
memoria de los trabajadores de la Empresa Minera Catavi y rescatar la gloriosa
historia de esta población que, durante la pasada centuria, fue el centro motor
de la economía nacional y el escenario donde floreció el sindicalismo
revolucionario.
Asimismo, es digno reconocer el valioso esfuerzo de las
dirigentes del ex Comité de Amas de Casa Mineras
de Catavi y del Archivo Regional de Catavi, dependiente del Archivo Histórico
de la Minería Nacional de la COMIBOL, que tuvieron la encomiable iniciativa de
preparar el acto de homenaje en honor al mártir obrero Gualberto Vega Yapura, quien
fue disparado a mansalva, a los escasos 35 años de edad, por un mercenario al
mando de los militares que asaltaron el poder, arrebatándoles a los bolivianos
la democracia y el derecho al fuero sindical.
A pesar de los años transcurridos y la forzosa relocalización de 1986, los cataveños
han decidido recordar a quienes ofrendaron su vida por defender la causa de los
proletarios y de los más pobres de este pobre país, donde la lucha
revolucionaria estuvo encarnada en personas honestas y modestas como fue Gualberto
Vega Yapura, cuya conducta personal estuvo determinada por la impronta de sus
convicciones ideológicas y religiosas.
En el ámbito de las palabras de circunstancia vertidas
por los panelistas –el exdirigente de la FSTMB y exministro de Estado, Guillermo
Dalence, la expresidenta del Comité de Amas de Casa, compañera Elena Pacheco,
la responsable del Archivo Histórico Minero, Lourdes Peñaranda Morante, el exdirigente
sindical y exalcalde de Llallagua, Tomás Quirós, y el exdirigente del sindicato
de Catavi, Octavio Carvajal–, se
trazó una semblanza de Gualberto Vega Yapura, destacando su límpida trayectoria
política, en defensa de la democracia, los derechos de los trabajadores y la
lucha antiimperialista del pueblo boliviano. También se hizo hincapié en su
actividad sindical, cultural, deportiva y poética de este insobornable luchador
social, cuya contribución al pensamiento revolucionario y la democracia
nacional, es un buen ejemplo para las nuevas generaciones de Catavi y el país
entero.
En consecuencia, es imperiosa la necesidad de mantener
vivo su pensamiento entre los niños, jóvenes y adultos de la población de
Catavi, donde Gualberto Vega Yapura tuvo su cuna de nacimiento y fue el
escenario de sus actividades culturales y deportivas, pero también el escenario
de sus luchas por una Bolivia más justa y libre de dictaduras civiles y
militares; más todavía, es preciso que uno de los salones del Sindicato Mixto
de Trabajadores de Catavi lleve su nombre, a modo de enaltecer su lucha a favor
de los más desposeídos y explotados, pero también a modo de perpetuar su
combativa trayectoria en el sindicalismo revolucionario y para que el pueblo
boliviano lo tenga siempre en la memoria.
En síntesis, poniendo la lógica de la razón sobre las mezquindades y voces discordantes, es justo que a Gualberto Vega Yapura se lo declare MÁRTIR DE LA DEMOCRACIA Y LA LIBERACIÓN NACIONAL.
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