LA PRENSA ESCRITA EN LA ESCUELA
Ahora
que Goyi y su grupo de amigos, después de un largo descanso, vuelven a
reiniciar su labor educativa a través del periódico Cambio, con ocho páginas
a todo color y con una variedad de temas de interés general, es necesario
reflexionar sobre la importancia de la prensa escrita dentro del sistema
escolar.
Para
nadie es desconocido que el suplemento estudiantil Goyi, desde que apareció
en formato de historieta en el desaparecido matutino Presencia, el 23 de
abril de 1967, y más tarde como suplemento en los periódicos Hoy y La
Prensa, haya tenido siempre la intensión de convertirse no sólo en un material
elaborado con desmedido amor por la niñez y la cultura, sino también el interés
por transitar por los senderos de la educación boliviana.
Este
suplemento, fundado y dirigido por el profesor Jaime Sanjinés Vidal, es una fehaciente
prueba de que los periódicos pueden servir como complementos de los materiales
didácticos que se usan en las aulas, sobre todo, si el personaje infantil, que
protagoniza las historias desplegadas en sus páginas, tiene la misión de
impartir conocimientos a otros niños, quienes lo consideran un profesor que
comparte su infinito saber con entusiasmo y alegría.
La
prensa escrita, aun sin la pretensión de reemplazar al material didáctico aprobado
dentro del sistema escolar, cumple la función de informar y formar a los
ciudadanos en el marco de una pluralidad de criterios y opiniones concernientes
a la vida social, política, económica y cultural; una temática que no es ajena
al plan curricular de la enseñanza en escuelas y colegios, aparte de que
algunas secciones o suplementos de la prensa escrita contribuyen a la
adquisición del hábito de la lectura.
No
es menos importante el hecho de que la prensa escrita esté presente en la vida
cotidiana de las personas, debido a que, a través de ella, se enteran de los hechos
que se suscitan en su entorno y en otras latitudes del mundo. Sin la
información que proporciona la prensa, sería más difícil estar al tanto de las
noticias y los conocimientos que hoy se difunden con una asombrosa rapidez,
gracias a las nuevas tecnologías que irrumpen tanto dentro como fuera del establecimiento
escolar.
Si
Cristóbal Colón desconocía que sus carabelas anclaron en las costas de la isla
Guanahani, donde se inició la conquista del llamado Nuevo Mundo, el día en
que el hombre pisó la luna, millones de personas contemplaron el
acontecimiento. ¿A qué de debió este gigantesco salto en la historia? Simple y
llanamente, al avance tecnológico de los medios de comunicación.
Antes
del desarrollo de la informática, la noticia demoraba semanas y meses en llegar
a su destinatario; en cambio en la actualidad, cualquier suceso trascendental
es conocido inmediatamente por todos, como si el mundo se hubiese achicado
gracias al avance electrónico de la prensa oral, audiovisual y escrita.
Así
como la revolución tecnológica dejó de ser un mito para trocarse en una
realidad consolidada y cotidiana, los medios de comunicación dejaron de ser
también el privilegio de una minoría en función de poder, para transformarse en
un polo aglutinador de personas e ideas diversas, al margen de que una misma
noticia sea interpretada de diversas maneras, dependiendo de las ideas y la escala
de valores que identifican al transmisor.
Tanto
los periodistas, como los lectores, son personas cuyas ideas políticas,
preferencias y criterios están marcados por la realidad concreta de su entorno.
No obstante, la prensa escrita hace posible que los individuos se ubiquen en su
tiempo y tengan conocimiento de los principales hechos que acontecen en el
mundo. Por eso mismo, el periódico debe
ser un elemento indispensable en la escuela y un material puesto al alcance de
profesores y alumnos, sin que por ello se tenga que crear una nueva asignatura
dentro del programa escolar.
Cuando
uno se refiere al papel educativo de la prensa, no pretende decir que se
sustituya el libro de texto por el diario ni el contenido de los programas de
enseñanza con las noticias de actualidad, debido a que un periódico jamás será
una enciclopedia, ni un libro de texto ni un manual escolar: primero, por no
estar elaborado desde una perspectiva didáctica ni de acuerdo al desarrollo
intelectual y emocional del niño; y, segundo, porque su función es
esencialmente de información y opinión.
La
prensa en la escuela sirve para conocer su mecanismo interno; por ejemplo,
cuáles son las fuentes de donde proviene la información, cómo se debe elaborar
la noticia, cuáles son sus componentes ideológicos y al servicio de quiénes se
hacen las propagandas.
La
prensa escrita ayuda a: 1. Entrar en contacto con el entorno más próximo,
conociendo lo que acontece en él. 2. Ampliar este entorno con el conocimiento
de otros medios y otras comunidades. 3. Contrastar noticias y opiniones,
sometiéndolas al debate, con el fin de consolidar un criterio propio, respetar
las opiniones de los demás y aprender a dialogar. 4. Consolidar la libertad de
expresión. 5. Aprender a leer la prensa con sus mecanismos específicos y sus
códigos característicos. 6. Reforzar la comprensión lectora y estimular la
expresión escrita, importantes técnicas instrumentales tanto para la educación
como para la cultura.
El
periodismo y la educación se dan la mano en un objetivo común: enseñar a leer
la prensa, concentrando la atención de los alumnos en las páginas y el
contenido de las mismas, aun sabiendo que unos prestan mayor atención a las
noticias deportivas, mientras otros a las notas culturales o de actualidad. No
faltan quienes hojean el periódico sólo para ver algún anuncio comercial.
Cuando
se lee la prensa no basta con analizar el lenguaje periodístico o enjuiciar el
contenido del texto, sino también considerar su presentación, tipo de letra,
compaginación, codificación gráfica y otros.
La
prensa escrita, contrariamente a lo que muchos se imaginan, está siendo usada
como recurso didáctico en varios países, incluso con espacios propios dentro de
los programas de enseñanza. Los periódicos, además de estar presentes en las
asignaturas de lenguaje, ciencias sociales y ciencias naturales, han sido
también introducidos en las matemáticas, debido al bombardeo cada vez más
frecuente de noticias de carácter numérico, propiamente aritméticas o insertas
en estadísticas.
Con
todo, a pesar del empeño que se hace por usar la prensa como instrumento auxiliar
en la enseñanza, no faltan quienes se oponen a la idea arguyendo que no hay
tiempo que perder en lecturas superfluas habiendo un montón de libros de
texto; cuando en realidad, la prensa escrita no sólo sirve como material
informativo, sino también como objeto de estudio y técnica de trabajo, según la
iniciativa del profesor y el interés de los alumnos.
La
prensa escrita, aun sin ser enteramente objetiva, ni presentar la estructura
didáctica del libro de texto, es un auxiliar indispensable en el proceso
educativo de quienes, como los estudiantes, viven inmersos en una realidad
concreta, donde los acontecimientos sociales y humanos se suceden de manera
vertiginosa.
La
escuela y la prensa están interrelacionadas. Ni la una ni la otra está
desvinculada de la realidad, y ambas contribuyen a la información y formación
del individuo. Sin ir demasiado lejos, los alumnos adquieren gran parte de sus
conocimientos fuera de las aulas y gracias a los medios de comunicación como la
televisión y las redes de Internet.
De
modo que el libro de texto deja de ser el instrumento básico en el proceso de
aprendizaje, cediendo el paso a otras vías metodológicas más activas y vitales;
es más, si se parte del criterio de que el entorno tiene una importancia
pedagógica y didáctica, entonces habría que considerar a la prensa escrita es un
excelente auxiliar en el proceso educativo, en vista de que le ayuda al alumno
a interpretar y utilizar correctamente las informaciones que proporcionan los
medios de comunicación, procurando consolidar su propia opinión sobre la base
del pluralismo ideológico y el respeto a la libertad de expresión.