EL
TSUNAMI DE LAS EDICIONES DIGITALES (*)
En
la Era de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, que ha
revolucionado las formas de relacionarse entre individuos, se ha creado una red
informática mundial al que, como por arte de magia, podemos acceder quienes
disponemos de una computadora en la casa, el trabajo y la escuela. Es cuestión
de encender la computadora, navegar por las redes digitales para buscar la
información requerida, aun sin ser expertos en informática ni teóricos en
ciencias de la comunicación.
El
ciberespacio es una suerte de biblioteca virtual en el que, con un simple clic en un motor de búsquedas, encontramos los libros de cualquier rincón del
mundo, sin perder tiempo, ni ocupar espacio ni gastar un solo centavo, aparte
de que nos permite descargar de Internet el título que nos interesa y disfrutar
de su lectura en la pantalla estemos donde estemos: en la cama, el viaje, , el
aula, la cocina o el parque, puesto que la literatura seguirá siendo buena o
mala, sea en el soporte que sea, se lea en pergamino, papel o computadora
portátil.
Las
redes de Internet son espacios públicos de intercambio de información libre, de
técnicas, cultura y conocimientos, de despliegue de una inteligencia colectiva
en red y de articulación de personas y máquinas vinculadas a través de
múltiples dispositivos en torno a la generación de información libre.
Este
medio de comunicación contribuye también a la transmisión y democratización de
las ideas y opiniones de los individuos. Nadie necesita ser periodista o comunicador
social para emitir una opinión determinada, a favor o en contra, de lo
establecido por un determinado gobierno. Tampoco es necesario ser escritor para
crear una página Web o manejar una bitácora personal, sin temor a sufrir
represalias ni censuras de parte de los sistemas de poder.
Entre
las ventajas derivadas del uso de los lectores electrónicos se pueden citar las
siguientes: 1). Con ellos se puede leer casi cualquier documento en cualquier
lugar. 2). Los lectores más avanzados del mercado ofrecen conexión a Internet,
con lo que pueden conectarse con los principales portales de venta de libros
digitales, así como descargar las ediciones de diversas publicaciones
convencionales. 3). Los lectores pueden bajar de la red cualquier información
de manera rápida y efectiva.
Las
polémicas encendidas entre los que están a favor y en contra de esta forma de
comunicación electrónica son múltiples, como múltiples son las polémicas en
torno al buen y mal uso de los medios de comunicación de masas. Los que argumentan
en contra son, por lo general, personas de la tercera edad, quienes aseveran
que los cibernautas son personas poco sociables e introvertidas. Es decir, el internauta, un neologismo que entró a formar parte del lenguaje coloquial
desde fines del siglo XX, es un usuario habitual de las redes, un navegante
solitario que, sin más instrumentos que una computadora a mano, no pierde la
ocasión para navegar por Internet para relacionarse con el mundo exterior a
través de las redes sociales, que le permite comunicarse con quienes comparten
las mismas ideas y aficiones; una forma frecuente de relacionarse vía correo
electrónico, celular inteligente, Facebook, Twitter o WhatsApp.
La situación
actual de la ciberliteratura
En
la actualidad, en los países más desarrollados, donde cada hogar cuenta con una
o más computadoras y celulares inteligentes, las personas tienen una relación
más frecuente con los medios virtuales que en los países en vías de desarrollo,
como es el caso de Bolivia, donde un gran porcentaje de la población no tiene
todavía acceso a este medio de información y comunicación.
Sin
embargo, se notan los avances, por ejemplo, a través de la distribución
gratuita de las laptops Quipus, que los alumnos usan en las escuelas y
colegios. Ahora se requiere de que estos mismos alumnos, además de contar con
una laptop en el aula, tengan acceso al menos a una computadora en el hogar
para seguir sus estudios a través de los medios virtuales, sobre todo, cuando
se sabe que en un futuro inmediato los estudios para varias profesiones se
podrán seguir vía Skype, que es una red virtual de comunicación, donde tanto el
profesor como los alumnos estarán conectados a
través de Internet.
El
ciberespacio, asimismo, constituye un ámbito adecuado para la creación literaria,
debido a que en él se puede publicar con gran facilidad y libertad. De ahí que
la literatura, como resultado específico del uso de Internet y la edición
digital de libros, se conoce entre los internautas con el nombre genérico de
“ciberliteratura”. Se trata de una innumerable cantidad de libros cuyo diseño
gráfico, tanto en la forma como en el contenido, permite emular la versatilidad
del libro editado en soporte papel y de manera tradicional.
La
poesía digital, sin ir muy lejos, tiene más lectores que el poemario impreso en
papel, ya que las nuevas tecnologías la difunde de manera masiva a través de un
medio digital (página Web, Blog, Facebook, Twitter, Youtube, WhatsApp, etc.),
con las ventajas que antes no tenían los poetas que imprimían pocos libros y
los distribuían sólo entre amigos y su país de origen, debido a los costos de
envío por correo normal y la falta de mecanismos que permitieran su difusión
más allá de las fronteras nacionales; en cambio en la actualidad, con los
instrumentos que brindan las nuevas tecnologías de la informática y las
editoriales digitales, es posible que un poeta pueda difundir su obra en
cualquier país del mundo a través de las redes de Internet.
Este
medio de comunicación se ha convertido en la gran alternativa para la
producción cultural y literaria modernas, habida cuenta de que es un espacio de
producción y escenario de visualización. Muchos son los escritores jóvenes que
cuentan con su propia Weblog, a manera de diario, para difundir sus textos y
actividades. Y no pocos ofrecen una interacción entre autor y lector una vez
que publican sus libros en formato digital. Tampoco es raro que muchos de ellos
participen en la elaboración de un texto o en la modificación, de los mismos,
dependiendo de los objetivos que se tengan en la llamada “escritura
colaborativa”.
Con
todo, y a pesar de las ventajas ofrecidas por las nuevas tecnologías, la
computadora fue señalada como un instrumento que amenazaba la capacidad
creativa del escritor, de quien se creía que pensaba y escribía mejor con un
tintero y una plumilla en la mano. Se dijo también que los libros digitales
serían una amenaza para el libro en soporte papel, que las bibliotecas
desaparecerían y la escritura electrónica generaría problemas ortográficos y
gramaticales, que afectaría a los estudiantes en sus calificaciones
correspondientes a las asignaturas de lenguaje y literatura. No obstante, estas
afirmaciones se fueron disipando con el paso del tiempo y la Era digital
ingresó con paso de parada en nuestra vida familiar, escolar y profesional.
¿La literatura
digital desplazará al libro impreso?
Está
claro que el libro impreso, como objeto manuable, con olor a tinta e incluso
como ornamentación de una biblioteca
personal, no sucumbirá al avance de las nuevas tecnologías, pero tampoco
detendrá la expansión de las ediciones digitales que, cada día y con mayor
ímpetu cada vez, se multiplican como hongos después de las lluvias.
Ahora
mismo se están creando una serie de bibliotecas virtuales en varios países,
especializadas en temas y categorías específicas, que serán usadas en los
futuros trabajos de investigación. Es decir, el usuario ya no tendrá la
necesidad de asistir a una biblioteca pública y sentarse en una mesa para leer
los libros e investigar, pues todo trabajo de investigación que antes se
realizaba entre las cuatro paredes de una biblioteca, ahora se lo realizará
entre las cuatro paredes de un hogar.
Claro
que esto no impedirá la existencia de bibliotecas escolares, donde los niños se
seguirán reuniendo para desarrollar diversas actividades relacionadas a los
procesos de aprendizaje y socialización, porque una biblioteca escolar, con
libros impresos en papel, con ilustraciones a todo color y en materiales
formidables, seguirán siendo no sólo un patrimonio de la cultura nacional y
universal, sino también objetos indispensables en el desarrollo del proceso
educativo y la formación de los hábitos de lectura, con o sin la intervención
de las nuevas tecnologías de información y comunicación.
Los medios
virtuales y la Literatura Infantil y Juvenil
Si
Julio Verne se anticipó a su tiempo, con la invención de los submarinos y las
naves espaciales, nosotros tenemos que adelantarnos, con la mente y la mirada
puestas en el horizonte, para que las nuevas tecnologías no nos sorprendan con
sus fabulosas invenciones.
Los
medios de comunicación han evolucionado desde cuando el hombre era un primate,
y se trasmitían los conocimientos de manera oral y de generación a generación,
hasta una época en la que los niños y jóvenes pueden compartir los
conocimientos a través de un correo electrónico, teléfono móvil o Skype.
Frenar
esta avalancha de la tecnología moderna, será como querer frenar las agujas de
un reloj para que no marquen las horas, minutos y segundos; por suerte, para
unos, y por desgracia, para otros, las publicaciones digitales de obras
clásicas de la Literatura Infantil y Juvenil, que cada vez sustituyen a los
medios impresos de comunicación de masas, avanzan a pasos agigantados, como
Pulgarcito con las botas de siete leguas, y pasa por nuestros ojos a vuelo de
pájaro.
Crece
de manera galopante el número de lectores niños y jóvenes que, sentados en sus
casas o un café Internet, recurren a las ediciones digitales para leer las
joyas de la Literatura Infantil y Juvenil. No pagan por el papel impreso ni
tienen necesidad de comprarlos en los quioscos; este ejercicio, en nuestra
época, sólo sirve para estirar las piernas y hacer un poco de ejercicio, pero
no para tener acceso a las obras literarias o las noticias del día, ya que
éstas, en su versión digital, están a disposición de los lectores desde las
primeras horas de la mañana. Basta con encender la computadora y navegar por la
red para dar con las noticias, incluso antes de que éstas sean difundidas por
radio y televisión.
La escuela ante
los nuevos retos de la informática
Las
nuevas tecnologías llegaron para quedarse y para renovar el sistema educativo
tradicional, donde el profesor y los libros de texto eran los portadores y
transmisores de los conocimientos que los alumnos debían asimilar; en cambio
hoy, el principal portador del conocimiento humano es el disco duro de una
computadora portátil, que los niños usan con una destreza que podía dejar
turulatos al mismísimo Julio Verne y Albert Einstein.
La
aplicación de las nuevas tecnologías en el sistema escolar, asimismo, evitará
los dolores de cabeza de los profesores que, muchas veces, tienen que adivinar
los manuscritos de algunos alumnos que escriben las palabras como garrapatas.
Con la comunicación digital, los alumnos escribirán en letra de imprenta, que
es legible para todos; un hecho que beneficiará a los profesores y alumnos, y
hasta mejorará el nivel de rendimientos en los estudios, al menos esto
demuestra un estudio que se realizó en las escuelas de Finlandia, donde los
alumnos, gracias a las nuevas tecnologías y el uso de la letra de imprenta como
alternativa universal, mejoraron sus calificaciones, puesto que no resulta lo
mismo escribir con caligrafía cursiva que con letra de imprenta; es más, casi
todo lo que se lee en la actualidad está escrito con letra de imprenta: los
diarios, libros, anuncios, e-mails, SMS, etc. Y, en los países
industrializados, los niños desde los primeros años de edad escolar están
habituados a escribir en diferentes dispositivos electrónicos, porque en lugar
de nacer con un pan bajo el brazo, nacen con una computadora portátil bajo el
brazo.
En
países como Finlandia, las lecciones de caligrafía tradicional dejarán paso a
la enseñanza del teclado desde el primer año escolar. Es decir, en lugar de la
caligrafía tradicional o el lenguaje escrito en la hoja de papel con el lápiz,
los alumnos aprenden mecanografía, con el uso de los diez dedos en el teclado,
ya que se considera que las nuevas tecnologías remplazaron la escritura a mano
por el lenguaje electrónico que se escribe en la computadora.
Como
es de suponer, este encendido debate sobre la escritura pone en tela de juicio
si debería o no invertirse, horas y días, en la enseñanza de la buena
caligrafía, tan típica de la enseñanza tradicional, que los profesores también
califican a la hora de poner las notas, todo con el fin de que los alumnos
adquieran una letra bonita, seguida y legible, y no con una desgarbada letra
de doctor que, como es sabido por todos, sólo entienden otros doctores pero no
el paciente.
A
pesar del escepticismo de los profesores más tradicionales, que se sacrificaron
por enseñar a sus alumnos la buena caligrafía, la incursión de las nuevas
tecnologías en el sistema educativo trajo consigo una serie de transformaciones
en los métodos didácticos de enseñanza, aunque no por esto empeoró el proceso
educativo. No en vano Finlandia, que cuenta con una de las estructuras
educativas más avanzada del mundo, tiene un sistema escolar competente y sus
alumnos obtienen los mejores resultados en las evaluaciones de aprendizaje; en
realidad, el rendimiento de los escolares finlandeses son los mejores en el
marco de la Unión Europea, según las últimas encuestas de rendimiento escolar
realizadas por el informe PISA de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE).
Los
niños de hoy, cuando sienten la necesidad de comunicarse con sus semejantes, no
lo hacen a través de cartas escritas con plumilla ni tinta, como lo hacían
nuestros antepasados, sino a través de los SMS-Online de sus celulares y los
correos electrónicos que, de un modo general, están programados con letra de
imprenta; un estilo que se hace cada vez más usual, aparte de que los mensajes
escritos con puño y letra, como eran las cartas membretadas, han sido superados
por los correos electrónicos, que cuentan con una capacidad de transmitir los
mensajes de texto al instante y sin costos adicionales; razón por la que las
empresas de correos tradicionales han quebrado en su negocio, sin otro aliento
que dedicarse sólo a despachar paquetes y encomiendas, que no se pueden enviar
por correo electrónico ni por teléfono móvil.
Investigación,
producción y difusión
La
investigación en el campo de la Literatura Infantil y Juvenil es una asignatura
pendiente en nuestro medio, a diferencia de lo que ocurre en otros países donde
se cuenta con especialistas e instituciones superiores de estudio, en las que
se estudia este tema a nivel de licenciatura y doctorado; un significativo
avance que ha permitido que la literatura infantil pase a ser la princesa de la
literatura universal después de haber sido tratada y maltratada como una
Cenicienta.
Esto
debe convocarnos a la reflexión para que en Bolivia, que casi siempre avanza a
la saga de otros países, se establezca una cátedra de Literatura Infantil y
Juvenil en las universidades y normales, con el fin de propiciar no sólo la
investigación de la Literatura Infantil y Juvenil, en general, sino también
para ahondar en los temas y alcances de nuestra propia literatura, en
particular.
Las
nuevas tecnologías tienen que ser aprovechadas en beneficio de la literatura y
los escritores que, debido a las razones impuestas por la oferta y la demanda
en el mercado librero, no siempre encuentran editoriales dispuestas a financiar
y promocionar la obra de un autor desconocido.
Aun
conociendo estas vicisitudes propias de un mercado harto competitivo y
selectivo, los escritores de Literatura Infantil y Juvenil no cuentan con el
respaldo decisivo de las instituciones del Estado, aunque ésta es una de sus
obligaciones: la de velar por la promoción de la literatura en los centros
educativos, donde la formación estética de los alumnos es una inversión para el
futuro de la nación, no sólo porque ellos garantizarán los sólidos cimientos de
la vida cultural, sino también porque pondrán a salvo la identidad nacional.
Es
imprescindible ponerse en la cresta de la ola digital, porque estamos viviendo
una suerte de tsunami tecnológico que afecta a todo el planeta. Las nuevas
tecnologías de información y comunicación han roto con las fronteras nacionales
y han irrumpido en los hogares. De modo que no queda otro camino que montarnos
sobre la cresta de la ola de expansión tecnológica para no quedarnos anclados
en el pasado.
La
difusión de la Literatura Infantil y Juvenil por medio de las ediciones digitales,
a diferencia de lo que sucede con el libro impreso, ofrece más ventajas que
desventajas, porque se suprimen los costos y es más accesible para los lectores
interesados. Además, los niños de las sociedades modernas, a diferencia de los
niños acostumbrados a la tradición oral, están más familiarizados con los
medios digitales, como las redes sociales y la telefonía de última generación,
a través de las cuales se comunican con sus amigos y en las cuales encuentran
la información requerida por el sistema educativo.
Ya
no necesita estar sentado en un lugar
específico para adquirir los conocimientos y tener acceso a la información,
puesto que los conocimientos están almacenados en el disco duro de una
computadora portátil, que ellos pueden usar estén donde estén; sentado, echado,
parado o, simplemente, mientras se transportan de un lugar a otro.
En
cuanto a la literatura infantil, lo niños encontrarán mayor satisfacción
descargando de la red el libro de su preferencia, que, a su vez, incluye otro
tipo de elementos multimedia, como el sonido, ilustraciones a todo color,
imágenes en movimiento y efectos de audio, que harán mucho más dinámica la
lectura de un cuento o poema.
Eso
sí, con o sin las nuevas tecnologías de información y comunicación, se debe
seguir fomentando la forma tradicional de producción de la Literatura Infantil
y Juvenil, porque el libro impreso siempre tendrá su encanto difícil de ser
remplazado por las ediciones digitales. Pues no es lo mismo darle un beso a una
persona amada en vivo y en directo, que darle un beso a través de una pantalla
táctil o una pantalla de cristal líquido, ¿verdad?
*
El texto forma parte de la conferencia dictada por el autor en el VII Congreso
Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, realizado en Oruro, entre el 9 y 10
de mayo de 2015.