AMORES Y DESAMORES EN LOS CUENTOS
DE ADOLFO CÁCERES ROMERO
La reciente
publicación de Cinco noches de boda, bajo el sello Editorial Kipus y
Escritores Unidos, es un buen ejemplo de que la literatura boliviana ofrece
emoción y belleza, con escritores de la talla de Adolfo Cáceres Romero, quien,
a tiempo de moverse con soltura en un territorio sensual y explosivo, donde
convergen las descargas eróticas y el fulgor de las pasiones, nos acerca a
temas narrados con verisimilitud, recreando a personajes que se cruzan en las
rutas de la realidad y la ficción, con un estilo sencillo pero elegante, propio
de un autor capaz de elevar a potencia literaria una situación cotidiana, sin
más recursos que el verbo y la imaginación.
Los cuentos de
Cáceres Romero, que en el fondo cuestionan la doble moral en torno a la
sexualidad y los cánones de un sistema patriarcal, nos revelan la variedad de
relaciones que se dan en una cultura compleja y contradictoria. Recrea con
conocimiento de causa las historias en las cuales el matrimonio dura sólo hasta
la misma noche de bodas o se declara el divorcio seis meses después de una luna
de miel apenas disfrutada. Se tratan de parejas que, por motivos de
infidelidad, conveniencia, presión social o incompatibilidad, están destinadas
a romperse como vasijas de barro antes de que terminen de sonar los valses de
Strauss.
No es casual que
los protagonistas de Noche de bodas 1
tengan un matrimonio fugaz, al descubrirse que la novia no llegó virgen
al lecho nupcial. En tales circunstancias es probable que el sueño de envejecer
junto a un solo hombre puede trocarse en una pesadilla en países donde existen
familias conservadoras que, debido a los tabúes sexuales y los atavismos
culturales, aconsejan a la novia conservar su virginidad hasta la noche de
bodas.
El libro es un
abanico de matrimonios por conveniencia y por los qué dirán en el entorno
social; bodas en las cuales los padrinos e invitados se miran extrañados cuando
no oyen un sí rotundo en los labios de la novia o el novio, sino dubitativo,
como cuando se pronuncia una queja luego de tener un cuchillo clavado en el
pecho. En el cuento Noche de bodas 3 asistimos a un enlace pactado por los
padres y familiares de la pareja, según rigen las tradiciones en el mundo musulmán,
ya que la hija del comerciante árabe es desposada con un hombre que llega desde
Palestina. El matrimonio, en este caso, no sólo se da por conveniencia, sino
también por afinidad social, cultural y racial. Y, lo que es más grave, tanto
el hombre como la mujer deben pedir perdón a Alá por sus impulsos sexuales y su
deseo de conocer el amor a través de un orgasmo compulsivo y placentero, como
si se tratara de un pecado fatal.
Los motivos del
divorcio son varios, como varias son las desilusiones en la vida conyugal; a
veces por el simple hecho de que la obesidad de la mujer no permite la
satisfacción sexual del hombre o porque al marido le falta ingenio erótico para
complacer la lujuria de su esposa. A estos casos se suman los matrimonios
imposibles por falta de compatibilidad de caracteres o porque la mujer perdió,
tras largos años de consorte, los bríos y la bellaza de la juventud, como en el
cuento Bodas de plata.
El autor está
consciente de que en algunos matrimonios se esconde la infelicidad detrás de
los mantos de la apariencia, hasta que no demora en ser descubierta como en
Noche de bodas 2, pues allí donde no reina un amor verdadero, los besos no
saben a nada y la relación, aparte de convertirse en una situación
insostenible, acaba por ser una farsa ante propios y extraños. Queda claro que
en estas bodas no tienen sentido los sermones del cura ni suena como debe la
marcha nupcial en el órgano de la iglesia.
El cuento La
última noche de boda nos transmite el mensaje de que la mujer viuda puede vivir
abrazada a los recuerdos. Incluso el vestido de novia usado durante la
ceremonia llega a ser tan importante como el amor que los novios se prometieron
ante el altar. Un vestido de novia tiene la fuerza de evocar los recuerdos de
quien la usó y lució durante esos instantes en que la felicidad parecía eterna
como en los cuentos de hadas, donde los amores se redimen y la muerte está
asociada a la infelicidad. No cabe duda que la memoria es un instrumento que
permite conservar los recuerdos del pasado. De ahí que el simple hecho de ver
una imagen impresa en el periódico, como sucede con la protagonista de El
compromiso, puede ser suficiente motivo para recordar tiempos idos y un
episodio importante en la vida, sobre todo, si la imagen está asociada a un compromiso
que se hizo público y sirvió de preámbulo al acto matrimonial.
Cáceres Romero,
con la experiencia de vida que lo amerita, nos enseña que no siempre se cumple
el dicho de que el amor lo puede todo, cuando es verdadero. No al menos en
una cultura donde una mujer puede ser despreciada cuando pierde la virginidad
antes de la boda o pierde a la criatura que crece en su vientre; en una
colectividad que cree en la falacia de que una solterona es una mujer
incompleta y un solterón la vergüenza de la familia; en un una sociedad donde
las empleadas domésticas son las cenicientas de la casa, las que realizan todas
las tareas que rechazan las damiselas, atenidas a la absurda idea de que el
cumplimiento de los deberes domésticos les corresponde a las sirvientas y no a
las señoritas.
Cinco noches de
boda, además de ilustrarnos que el desamor es una fuerza capaz de convertir al
hombre en una bestia, está lleno de dramas provocados por el crimen pasional,
el adulterio, los celos enfermizos, la violencia de género, el odio, la
venganza y la sinrazón, como cuando el personaje de El ADN de Dinora cree que
su mujer lo traicionó con otro hombre, y que la hija que tiene es ilegítima,
hasta que comete un crimen y se entera tarde, ya demasiado tarde, que la prueba
de ADN no correspondía a su hija, sino a otro persona, y que la información que
recibió se debió a un error involuntario.
En el cuento
Noche de bodas 4 asistimos a la frustración de un amor soñado pero perdido de
antemano, ya que la ausencia del personaje, destinado a cumplir el servicio
militar obligatorio, provoca que la mujer de su vida se entregue a los brazos
de otro hombre. Entonces el protagonista, presa de un torbellino de celos y
navaja en mano, se ve impulsado a cometer un crimen pasional. Lo interesante
del cuento es que es el autor permite que el lector imagine el desenlace
trágico de esta historia de amor.
Al culminar la
lectura de Cinco noches de boda, compuesto por dieciocho cuentos, uno queda
con la ligera sensación de que el tema del amor es tan infinito como infinitas
son las razones del desamor. Los temas se yuxtaponen en un recio manejo del
lenguaje coloquial, mientras las reacciones psicológicas de sus protagonistas
son afines a las de cualquier ser humano. El lector está ante una obra que lo
hará vibrar de emoción y suspenso, con pinceladas que reflejan el mosaico
multicultural de un país donde la geografía contrastante entre el altiplano y
el oriente constituye un magnífico escenario para contextualizar cuentos que
tienen un principio que atrapa de inmediato y un desenlace que es casi siempre
sorpresivo, como en los mejores cuentos de los grandes cultores de este género
literario.
Por lo demás, en
este magnífico libro, que tiene la intención de desvelar los mantos de la hipocresía
y romper con la mojigatería de quienes, amparados en la doble moral, pregonan
las virtudes de una sociedad que vive a caballo entre su pasado y la
modernidad, queda de manifiesto que los tabúes sexuales, los prejuicios
sociales, las ataduras mentales y los atavismos culturales son, de una manera
consciente o inconsciente, verdaderas cuñas en la felicidad de un hombre y una
mujer que funden sus vidas en una noche de bodas.
Adolfo Cáceres
Romero (Oruro, 1937). Narrador e investigador de la literatura boliviana.
Ejerció la docencia universitaria. Obras principales: Galar (premio
nacional de cuento de la Municipalidad de Cochabamba, 1968), La mansión de
los elegidos (1973), Copagira (1975), Las víctimas (1978), Entre
ángeles y golpes (premio nacional de cuento “Franz Tamayo”, 1982), Los
golpes (1983), Poésie Bolivienne du XX-Sicle (1986), La Hora de
los ángeles (1987), Nueva Historia de la Literatura Boliviana,(en
cuatro volúmenes, 1982, 1990, 1995), Poésie quechua en Bolivie (1990), Diccionario
de la Literatura Boliviana (segunda edición, 1997), La saga del esclavo
(2006), Octubre negro (2007) y El
charanguista de Boquerón (2009).