viernes, 1 de noviembre de 2024

MICROTEXTOS V

Los sapos

En mi colección de sapos, hay dos que se diferencian del resto; el primero, de piel rechoncha y ojos colorados, representa el pecado y la muerte, y, como el demonio del mundo bíblico, puede encarnarse en los humanos; el segundo, de piel lisa y mirada tierna, representa el amor y la buena fortuna, y, como las deidades sagradas del mundo andino, puede conceder deseos solicitados y convertir en realidad los sueños de los humanos.

Biocidio

Estaba cansado de los perros que deambulaban por el parque, donde él iba a sentarse en un banco para tomar un baño de sol, hasta que un día se le ocurrió una criminal idea: agregar clavos a panes y venenos a salchichas, para luego depositarlos en diferentes puntos del parque. Los perros ingerían estos alimentos, se tiraban al suelo entre estertores de agonía y, como es de suponer, sufrían una dolorosa muerte.

La tortura

Le infligían feroces torturas, obligándolo a confesar todo lo que sabía sobre las armas escondidas en una galería de la mina, pero él no decía nada, lo negaba todo a pesar de las evidencias que tenía la policía, debido a las confesiones de un delator, quien prefirió soltar la lengua antes que morir en la cámara de torturas.

Pedagogía de la liberación

Los libros y la alfabetización son instrumentos de liberación, al menos así los concebía el pedagogo Paolo Freire, quien sostenía la teoría de que la emancipación de los oprimidos se daría por medio del aprendizaje de la lectura y la escritura; procesos educativos que no solo debían ser un privilegio de las clases dominantes, dedicadas a decidir sobre los aspectos políticos, sociales, económicos y culturales de la nación oprimida, sino también un derecho de las grandes mayorías que, desde siempre y de manera injusta, estaban excluidas de los poderes de decisión del mal llamado Estado de Derecho.

Antología

En una antología literaria, como en toda selección arbitraria, están presentes autores que no merecen figurar en sus páginas y están ausentes quienes sí merecen ocupar ese lugar por méritos propios. Por lo tanto, como en todo material basado en parámetros relativos y no absolutos, en una antología no son todos los que están ni están todos los que son.

Los críticos

Los denominados críticos literarios, quienes, en lugar de escribir sus propias obras, se dedican a criticar las obras de los demás para hacer de este oficio una forma de vida, como los parásitos que se alimentan de la sangre de otros animales activos. Los hay quienes, creyéndose tener patentado en el uso de la palabra escrita, como si fuesen amos y dueños de la lengua, hacen críticas con las vísceras y no con el cerebro, aun sabiendo que entre brujos no se miran la suerte ni perro come carne de perro.

Relatores de fútbol

Son verdaderos inventores del idioma, donde el vocabulario es una suerte de pirotecnia verbal, y se puede aseverar que la narrativa deportiva no es menos ni peor que la literatura llamada culta; por el contrario, algunos de los relatores de los partidos de fútbol son ingeniosos y manejan un lenguaje dinámico y espontáneo que nada tiene que ver con las rígidas normativas gramaticales establecidas por los académicos. Los relatores son capaces de pintarnos el escenario de un campo deportivo y transmitirnos el partido de fútbol con un lujo de detalles, que nosotros, escuchándolos por radio, somos capaces de imaginarnos las gambetas, los pases y los goles, como si de veras lo estuviésemos presenciando en primera persona y con nuestros propios ojos.

Los andariveles

Siempre que miraba las cabinas del teleférico en la ciudad de La Paz, deslizándose por gruesos cables que se extendían de un extremo a otro, me acordaba de los andariveles metaleros que conocí en mi infancia en las minas de Siglo XX y Catavi; con la diferencia de que los andariveles, que corrían enganchados a cables bien tensados y herrumbrosos, en lugar de transportar pasajeros, llevaban los deshechos de la concentración de mineral hacia los desmontes de granza, conocidos con el nombre genérico de colas, que crecían cerca de los campamentos mineros y parecían cerros sobre los cerros de la cordillera.

Brujo pactado

Soy el único brujo que mantiene pactos con el Diablo. No te dejes sorprender por mis falsos imitadores, que son simples embaucadores. Te prometen todo pero nada cumplen. Para mí no existe nada imposible. Con el amuleto que me lo entregó en exclusiva el maligno de las tinieblas, descubro con quién te engaña tu esposa o marido, tu amante o enamorada. Logro los amarres sexuales para los tres sexos, con el elixir del narciso negro compactado. Pongo de rodillas a tus pies a la pareja que te hace sufrir, con una gota de pócima negra para atraer, conquistar y poseer el cuerpo y el alma de la persona amada. Yo triunfo donde otros han fracasado.

Hacer poco y ganar mucho

En Bolivia se gana mucho, pero mucho dinero, si uno tiene un trabajito como Senador o Diputado de la Asamblea Plurinacional. Basta con trabajar dos o tres días a la semana, para embolsillarse mensualmente más de 20.000 Bs. Desde luego que estos representantes de las organizaciones políticas y sociales, así no tengan la educación idónea para ejercer como Padres de la Patria, y gobernar a los bolivianos y bolivianas como manda la Ley, se dan ínfulas de ser los mandamases en las esferas del poder político. Pero lo que más rabia da es que se atribuyan la misión de ser los representantes de los más pobres y marginados de este pobre país. Para estos bellacos, que velan más por sus propios intereses que por los intereses de las mayorías, es muy fácil hablar, con 20.000 Bs. en los bolsillos, de la pobreza de los pobres. ¡Ay, carajo! ¡Qué bronca dan estos tristes payasos que hacen poco y ganan mucho! Definitivamente, y para que lo sepa todo el mundo, estos vividores y buscapegas no son los Padres de la Patria, sino unos recontraidiotas que gobiernan sin ton ni son.

Cura pederasta

Ella, la ama de llaves del internado de niños huérfanos de la Compañía de Jesús, ubicado no muy lejos de la ciudad, solía contar con gran pasión de las bondades divinas del sacerdote Stefano Corleone. Contaba que el misionero jesuita dedicaba su vida y tiempo a los niños pobres, ladrones, pordioseros, cleferos, tullidos, enfermos... Pero lo que no contaba era que, por las noches, el cura pederasta los invitaba a su cuarto, donde les besaba y desnudaba, toqueteándoles las partes íntimas, hasta que satisfacía sus bajos instintos, recomendándoles que no dijeran nada a nadie, que debía ser un secreto entre ellos, que la relación carnal era normal, que solo debían rezar mucho, que Dios los amaba y él también...