miércoles, 6 de noviembre de 2024

CINCO AÑOS DE LAS MASACRES EN SACABA Y SENKATA

Se cumple un año más de los luctuosos acontecimientos de octubre-noviembre de 2019, cuando la colectividad nacional reaccionó ante un supuesto monumental fraude electoral, cometido por el candidato del partido gobernante, que procuraba perpetuarse en el poder por medios reñidos con los procesos democráticos que legitiman el voto de los ciudadanos que, convocados a las urnas electorales, deciden, en absoluta libertad, la suerte del futuro gobierno y el destino del país.

Rememorar los sucesos en Sacaba y Senkata, que conmocionaron a la ciudadanía en general, implica volver la mirada hacia los antecedentes y las consecuencias de la crisis del Estado Plurinacional de Bolivia que, tras las elecciones presidenciales de 2019, derivó en actos violentos entre el 21 de octubre y el 24 de noviembre. En tales circunstancias, las fuerzas militares y policiales, destinadas a romper los bloqueos de la resistencia organizada, abrieron fuego contra la población civil, causando decenas de caídos y un reguero de heridos, mientras otros eran arrestados, entre golpes e improperios, acusados de promover actos de terrorismo en el país.

Escribir sobre una de las etapas más violentas de la historia contemporánea de Bolivia, es una forma de recuperar los testimonios personales y la memoria colectiva, en afán de realzar la conciencia política de un país que, a pesar de los diversos Golpes de Estado y los baños de sangre, supo sobrevivir de pie y nunca de rodillas, sobreponiéndose a los designios de quienes pretendían volver la rueda de la historia hacia el pasado sombrío, donde pocos tenían mucho y muchos no tenían nada.   

Los crímenes de lesa humanidad, perpetrados por las fuerzas represivas del Gobierno de Transición en Sacaba y Senkata, fueron viralizados por los medios de prensa y las redes sociales, no solo porque los disparos estaban dirigidos contra el pueblo desarmado y vulnerable, sino también porque los principales actores eran los sectores convulsionados que se identificaban con las causas justas y las libertades democráticas en un Estado de Derecho.

A cinco años de los trágicos sucesos en Sacaba y Senkata, en octubre-noviembre 2019, es menester discutir y reflexionar en torno a esos dolorosos procesos sociopolíticos, que ojalá no vuelvan a repetirse ni a enlutar en mantos de sangre y melancolía al pueblo boliviano. No es lógico ni justo que las familias de las víctimas caídas en los enfrentamientos de Sacaba y Senkata, donde los mandos militares y policiales, amparados por el Decreto Supremo 4078, promulgado por el Gobierno de Transición”, cometieron una abominable masacre en pleno siglo XXI; por cuanto los responsables deben ser juzgados con todo el rigor de la ley, para que los funestos hechos no queden en el olvido ni en la impunidad, para que las víctimas y sus familiares encuentren la verdad y la justicia, y para que el mundo entero sepa que la libertad y la soberanía de un pueblo no se matan a golpes de porra ni con el lenguaje de las armas de fuego. 

No hay comentarios :

Publicar un comentario