LA
LITERATURA INFANTIL DE UNA SONETISTA Y COMPOSITORA MUSICAL
Emma
Alina Ballón nació en La Paz, en 1909, y murió en la misma ciudad, en 2002.
Poeta, crítica de arte y profesora de música. Hija del ingeniero David S.
Ballón y de doña Blanca Carmen Viscarra. Terminó el bachillerato en el
Instituto Americano de La Paz. Se tituló de profesora de piano y violín en el
Conservatorio Nacional de Música, pero continuó sus estudios en Buenos Aires
hasta llegar a concertista. Se desempeñó como profesora de violín y piano en
diversos establecimientos educativos del país. Como compositora tiene obras
para piano sobre diversos temas.
En
su faceta de poeta, con una obra de considerable valor literario, obtuvo
premios nacionales e internacionales: Gran
premio medalla de oro, en el concurso Panamericano. Gran primer premio en
el certamen poético del Poema Ilustrado
(1973). Primer Premio de Poesía otorgado por el Centro de Artistas y Escritores
de Jamaica. Medalla de oro en el concurso de poesía convocado por la Asociación
Cristiana Femenina en 1974. Colaboró en publicaciones culturales de Bolivia y
el exterior. Escribió en periódicos como Presencia
y El Diario. Su obra poética está
consignada en diversas antologías.
Emma
Alina Ballón, en el marco de la vida cultural y el feminismo de su época, fue
miembro directivo del Ateneo Femenino, Consejo Nacional de Mujeres de Bolivia,
socia honoraria de la Sociedad de Artistas y Escritores del Perú, miembro
fundador de la Peña de Artistas y Escritores de La Paz, y del Centro Cultural
Boliviano-Egipcio. En 1934 fue integrante del Comité de Acción Feminista y miembro de la Legión Femenina de
Educación Popular América en 1936. Asimismo, junto a Leonor Díaz Romero, fue
directora de Arte y Publicidad de esa organización en La Paz entre 1936 y 1938.
En el Diccionario Biográfico de la Mujer
Boliviana (1965), de Elssa Paredes de Salazar, la personalidad y el
quehacer literario de Emma Alina Ballón se destaca así: Artista de gran sensibilidad (…) Mujer inteligente y feminista por
convicción (…) Su poesía unas veces tiernas y delicadas, llena de énfasis, y
otras revelan sinceridad, parecen las hojas calladas e íntimas de un ‘Diario’
(p. 43).
Emma
Alina Ballón, como quien está acostumbrada a sintetizar ideas y a escuchar la
cadencia de las palabras, se dedicó a cultivar el soneto, esa composición
poética compuesta por catorce versos organizados en dos cuartetos y dos
tercetos, con una estructura que incluye, como en otros géneros literarios, un
principio, nudo y desenlace, y en tratar temas universales como la vida, el
amor, la muerte y otras inherentes a la condición humana. Su libro Espiral de alivio: sonetos y romances es
un buen ejemplo de esta forma de poesía que universalizaron destacados autores
de lengua castellana, como los españoles Lope de Vega, Luis de Góngora,
Francisco de Quevedo, Calderón de la Barca y los hispanoamericanos como Rubén
Darío, Alfonso Reyes y el boliviano Javier del Granado. Por cuanto no es nada
casual que el escritor Porfirio Díaz Machicao, en el proemio al libro de
sonetos y romances, haya expresado: Estoy
en el umbral de un bello libro de Emma Alina Ballón, ‘Espiral de alivio’, un
conjunto magnífico de poemas que yo diría de otro tiempo, de una época mejor
que la actual, acaso con mejores maestros y paradigmas severos y heroicas. Así
es la temática y la producción de esta mujer extraordinaria que canta desde los
Andes una poesía hecha para la denuncia y el interrogante de todas las épocas.
(Blanco Mamani, Elías. Enciclopedia gesta
de autores de la literatura boliviana, Volumen 1. Plural editores, 2005, p.
31).
Aunque
Emma Alina Ballón escribió prosa y poesía para adultos, no dejó de sentir una
necesidad de escribir para los niños, como una forma de contribuir a una
literatura poco reconocida en su época y como una necesidad de rescatar y
liberar a la niña recluida en su mundo subconsciente; un elemento que suele ser
el motor fundamental de los buenos creadores de la literatura infantil, quienes
despiertan al niño o a la niña que duerme en el alma y el corazón de todo ser
humano.
La poesía de Emma Alina Ballón tiene el mérito de estar escrita de manera comprensible, en torno a temas vinculados a las relaciones familiares y a las preocupaciones centrales del diario transitar por la vida. No en vano, como si fuese una añoranza de la infancia de la propia autora, escribió en su poema Romance de la niña Carmiña, publicado en Presencia Literaria, los siguientes versos: Tierna azucena intocada/ seda de lirio en el rostro/ fino y delicado y tierno;/ gracia infantil en las manos/ y de luna en los cabellos./ Por rumbos ya conocidos/ -en el prodigio de un cuento-/ corre la niña Carmiña/ tras un remoto lucero.
La
escritora para niños tiene que aprender a pensar como ellos; tiene que ser
sencilla y sincera en sus versos, aparte de simplificar lo complejo en la
estructura poética de los versos y elevar a un nivel estético el lenguaje
coloquial de los niños, quienes siempre gozan mejor con una poesía que les
ofrece una fonética musical y figuras literarias que encajan en su modo de
percibir su entorno inmediato y que forman parte de su pensamiento mágico,
vinculado a su mundo hecho de fantasía y espacios lúdicos.
Aunque
la poesía es la expresión más genuina del pensamiento artístico mediante el
lenguaje, es necesario que la poeta de los niños se sienta anclada en la
realidad de la infancia, que tiene sus propios procesos intelectuales,
emocionales y lingüísticos, que es diferente a la que experimentan los adultos,
quienes son capaces de comprender incluso las metáforas que requieren de un
razonamiento lógico y abstracto.
Emma
Alina Ballón creó sus obras con la intuición y sensibilidad que tuvo como
profesora, una experiencia que ayuda mucho a la hora de escribir poesías destinadas
a los niños, al margen de que en los versos se reflejen los pensamientos y
sentimientos de la niña que habita en el mismo fuero interno de la autora,
quien, a tiempo de dominar el lenguaje
lírico, usa sus recuerdos de infancia como recursos válidos para escribir obras
cuya finalidad es llegar a un público que no acepta que le metan gato por
liebre.
Ya
se sabe que en la poesía infantil no es necesario embellecer el lenguaje con
superfluos sonsonetes, lo mejor es prescindir del abuso de los adjetivos y
palabras rebuscadas, y concentrarse en los sustantivos de uso coloquial y los
verbos fáciles de conjugar, ya que la poesía, como en el caso de Emma Alina
Ballón, aun careciendo de rima y métrica, debe ser una sinfonía con tonos altos
y bajos, que el niño debe escuchar lleno de gozo, como si fuesen canciones de
cuna, cuyas melodías son harto apreciadas por los oyentes y lectores. Además,
de nada sirve que la poesía infantil sea un amasijo de reglas moralizantes y
mensajes educativos, que se acercan más a los textos didácticos que a la intención
de incentivar el hábito de la lectura, a partir de poemas que juegan con la
palabra escrita y la imaginación de los niños en edad escolar.
Por
otro lado, su propia vocación de mujer dedicada a la composición musical, le
permitió jugar con el sonido de las palabras que, una vez encadenadas en
oraciones gramaticales y coherente sintaxis, conformaban una sinfonía que
permitía a los niños asimilar, memorizar y recordar con bastante facilidad,
sobre todo, si, entre verso y verso, habían palabras que se repetían y
expresiones onomatopéyicas que les resultaban conocidas, como en los versos de su
poema Ronda de los pollitos, donde se
lee: Los pollitos vienen,/ los pollitos
van;/ picoteando aquí,/ picoteando allá./ Hacen travesuras/ sin saber por qué/
estos enanitos/ de color de miel./ La mamá les dice:/ Cló – cló – cló – cló –
cló./ Si no me hacen caso/ ¡los castigo yo!/ Pío, pío, viene,/ pío, pío va;/ un
granito aquí/ un gusano allá.
Si
repasamos la breve mención de sus obras, advertiremos que estaban aún inéditos
sus Ensayos sobre literatura infantil
y su libro Versos para niños. No sé
si fueron publicados cuando ella estaba en vida o si permanecen todavía
inéditos. Los busqué por todas partes y no pude dar con ellos. De todos modos,
encontré algunos de los poemas de sus Versos
para niños en revistas y diarios, como en la antología de verso y prosa para niños de
Beatriz Schulze Arana, Semillero de luces
(1981), donde se registran poemas de Emma Alina Ballón; un material
suficiente para hacerme una idea de la importancia que tiene esta escritora en
el ámbito de la literatura infantil boliviana. Los estudiosos y especialistas
en el tema debían tomarla en cuenta por tratarse de una de las precursoras de
un género literario que no tenía muchas voces representativas en la primera
mitad del siglo XX.
No
está por demás mencionar, a manera de curiosidad, que el mismo año en que nació
Emma Alina Ballón nacieron otros autores que repercutirían en el ámbito
literario del país, como la paceña Yolanda Bedregal Iturri, los chuquisaqueños
Julio Ameller Ramallo y Fernando Ramírez Velarde, el cochabambino Javier del
Granado y el beniano Miguel Domingo Saucedo. Asimismo, ese mismo año se
publicaron algunas obras de gran trascendencia escritural, como la novela Íntimas de la cochabambina Adela
Zamudio.
Por
último, cabe recordar que una de las calles de la Meseta de Achumani, a
petición de la Junta de Vecinos y de acuerdo con la disposición de la Alcaldía
de La Paz, lleva el nombre de Emma Alina Ballón, no sólo porque supo engalanar
el arte de las letras, sino también porque desgranó composiciones de armonía y
amor en el pentagrama musical.
Datos bibliográficos
Poesía: Adolescencia (1928), Vestigios de sombra (1958), Espiral de alivio: sonetos y romances
(1978). Obras inéditas: Versos para
niños, Ensayos sobre folklore, Ensayos sobre literatura infantil, Canciones de
mi tierra. Tiene poesías publicadas en antologías, periódicos y revistas
culturales.
No hay comentarios :
Publicar un comentario