CONVERSACIONES CON EL TÍO DE POTOSÍ
El libro de Víctor Montoya fue publicado recientemente por el Grupo Editorial
Kipus de Cochabamba. Según informó el autor, se trata de la segunda edición de esta
obra literaria, ya que la primera salió a luz bajo los auspicios del Gobierno
Autónomo Municipal de Potosí en 2013.
El protagonista principal de los relatos es el Tío de la mina, un ser ambivalente entre lo profano y lo sagrado, que habita
desde los tiempos de la colonia en los tenebrosos socavones del Cerro Rico de
Potosí. Es una de las deidades
mitológicas más emblemáticas de la
cosmovisión andina y un personaje fantástico del mundo minero, donde los mitos
y las leyendas se ensamblan de manera extraordinaria con las creencias y tradición
de las culturas ancestrales.
En Conversaciones con
el Tío de Potosí se destila una irreverencia inusual y un sentido del humor cargado de una fuerte
dosis de transgresiones éticas y morales, sin que por ello los pensamientos dejen de ser embellecidos por la
imaginación y enardecidos por el alma de quien, sin más recursos que la
honestidad y el rescate de la memoria colectiva, intenta encandilar la mente
incluso de los escépticos acostumbrados a cuestionar la cuasi verosimilitud de
las obras construidas sobre los andamios de la realidad y la fantasía.
El Tío de la mina, sentado frente a su interlocutor y
dispuesto a deleitar con la versatilidad del verbo, no deja de sorprender con
su sabiduría en cada una de las conversaciones en las que fluyen las ideas con
una enorme carga emocional, mientras la magia de la palabra permite que el Tío, quien
reúne todos los atributos de un personaje literario, aparezca retratado desde una perspectiva humana, como si de veras
fuera un individuo de carne y hueso.
En la treintena de relatos que componen el libro, donde los diálogos están hilvanados con un
lenguaje coloquial, cruzamientos narrativos, contrapuntos e intertextualidades, el lector podrá
familiarizase con las creencias y hábitos de los mineros, en los cuales destacan
el carnaval pagano-religioso, la ch’alla como ritual de ofrenda y
agradecimiento a la Pachamama, la divinidad que entrega los frutos de su
vientre a sus hijos terrenales, y las ceremonias de adoración al Tío por parte
de quienes, sentados alrededor de su
trono, a la usanza de los mitayos de antaño, le rinden pleitesía ofrendándole
hojas de coca, cigarrillos y aguardiente.
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