ALBOR PUBLICA MUÑECOS, HECES Y REFLEJOS
Esta breve antología de poemas y relatos es una
muestra de lo mucho que tienen por ofrecer los/las jóvenes de la ciudad de El
Alto. En Muñecos, Heces y Reflejos, que es un libro transparente, como la radiografía
del alma, se refleja la preocupación de un grupo de talleristas que, en su
inquietud por describir la realidad urbana contemplada desde las cuatro
esquinas, juegan con las palabras, ideas e imágenes poéticas que, con mayores o
menores aciertos, logran atrapar los aspectos más peculiares de una ciudad
atravesada por los idiomas y las costumbres de diversas culturas.
En la introducción del libro, que lleva la firma del
escritor Víctor Montoya, se dice que este pequeño libro, elaborado de manera
artesanal, es el fruto de un Taller de Literatura, donde participaron una
veintena de jóvenes interesados por cultivar el arte de la palabra escrita. El
Taller contó con los auspicios del Centro de Arte y Cultura ALBOR; una
organización juvenil que cumple con un cronograma de actividades concernientes
a la literatura, la declamación y el arte escénico.
A manera de
introducción
Un
Taller de Literatura, como el que se llevó a cabo en la sede de ALBOR, puede
constituirse en un nuevo semillero de poetas y narradores alteños, al menos si se
lo considera no sólo una instancia donde aflora el fulgor de la fantasía y la
palabra, sino también un instrumento destinado a cumplir una función social al
servicio de los ideales más nobles de una comunidad, que empuja las ruedas de
la historia en un proceso de cambio en el que se requiere de la participación
activa de los intelectuales y artesanos del verso y la imaginación.
La
intención de cualquier escritor novel es siempre la de escribir cada vez mejor,
ya sea en prosa o en verso, debido a que la palabra escrita es una de las
formas de comunicación más apreciable para expresar emociones, sentimientos,
ideas filosóficas e inquietudes sociales, que forman parte de la interrelación
habida entre el individuo y la sociedad.
El
poeta, como el narrador, es el artífice del lenguaje figurado capaz de
transformar la realidad racional en un mundo en el que se funden la pasión y la
imaginación en un mosaico que expresa, de un modo consciente o inconsciente,
las cuestiones que ocupan la mente y el corazón de los seres enamorados de la
vida, la libertad y la justicia.
La
finalidad de este Taller, desde sus inicios, fue fomentar el apoyo a los poetas
y narradores jóvenes de El Alto, deseosos de aprender a versificar y expresar
sus ideas de una manera más coherente, sentida y elegante, usando siempre los
parámetros de la literatura modernista, que no conoce fronteras que la atrapen
ni esquemas premeditados y doctorales. Este Taller les hizo tomar conciencia de
que las situaciones y los pensamientos que inspiran las sensaciones arrobadoras
o misteriosas, ensoñación, melancolía, alegría o ideas de belleza y perfección,
es la vida misma, la realidad cotidiana y las aspiraciones de un futuro
placentero para todos.
En
este Talle de Literatura,
donde se dieron cita jóvenes con mayor o menor experiencia en el oficio de
tejer ideas y palabras, se plantearon tres temas principales en torno a los
cuales debían girar los poemas y relatos breves. Cada uno de ellos ligado a
elementos que, con el devenir del tiempo, acabaron siendo tópicos que
identifican a una ciudad en pugna por alcanzar la modernidad, a pesar de los
problemas que lo acechan en plazas y avenidas, en las noches y en los días,
como son los muñecos colgados en los postes de las esquinas y los perros
andariegos que nos recuerdan que ellos también son habitantes de una ciudad
cosmopolita, cuya demografía se disparó en los últimos decenios.
En
los poemas y relatos de esta entrega, modesta pero significativa, se explayan
también otros temas intimistas, con la intención de que las proyecciones y los
reflejos de uno mismo encuentren el eco de su propia voz. El poeta habla en
primera persona, como si, en primer lugar, sus versos estuviesen dirigidos
hacia sí mismo, con la fuerza de un existencialismo devorador que desemboca en
lo más hondo de su ser, para luego virar en otras direcciones, en procura de
llegar a la sensibilidad de los lectores que, acaso sin darse cuenta,
internalizan lo expresado por el poeta.
Al
término de este Taller de Literatura, se comprobó que la poesía, como el relato
breve, es el género literario que mejor expresa, de un modo estético, los
sentimientos y pensamientos de una persona que, en atribución a los deseos de
su fuero interno, juega con las ideas y palabras en un intento por manifestarse
de una manera bella y concisa, como si en cada uno de los cultores de la
palabra escrita se escondiese un mago que convierte la realidad circundante en
una serie de metáforas y frases con propiedades de síntesis y asociación, que
se posan en el alma como mariposas que buscan un asidero en las flores de un
jardín hecho de ritmo, pasión y armonía.
Para
quien escribe estas líneas fue un hondo placer trabajar con estos jóvenes
alteños que, hermanados por las ansias de concederle una identidad literaria a
la ciudad, cumplieron con interés todos los parámetros trazados por el Taller,
cuyo resultado final ahora tienen ustedes en sus manos, como un testimonio más
de lo mucho que se está haciendo en El Alto en materia de literatura.
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