jueves, 24 de octubre de 2013


ALBOR PUBLICA MUÑECOS, HECES Y REFLEJOS

Esta breve antología de poemas y relatos es una muestra de lo mucho que tienen por ofrecer los/las jóvenes de la ciudad de El Alto. En Muñecos, Heces y Reflejos, que es un libro transparente, como la radiografía del alma, se refleja la preocupación de un grupo de talleristas que, en su inquietud por describir la realidad urbana contemplada desde las cuatro esquinas, juegan con las palabras, ideas e imágenes poéticas que, con mayores o menores aciertos, logran atrapar los aspectos más peculiares de una ciudad atravesada por los idiomas y las costumbres de diversas culturas.

En la introducción del libro, que lleva la firma del escritor Víctor Montoya, se dice que este pequeño libro, elaborado de manera artesanal, es el fruto de un Taller de Literatura, donde participaron una veintena de jóvenes interesados por cultivar el arte de la palabra escrita. El Taller contó con los auspicios del Centro de Arte y Cultura ALBOR; una organización juvenil que cumple con un cronograma de actividades concernientes a la literatura, la declamación y el arte escénico.

A manera de introducción

Un Taller de Literatura, como el que se llevó a cabo en la sede de ALBOR, puede constituirse en un nuevo semillero de poetas y narradores alteños, al menos si se lo considera no sólo una instancia donde aflora el fulgor de la fantasía y la palabra, sino también un instrumento destinado a cumplir una función social al servicio de los ideales más nobles de una comunidad, que empuja las ruedas de la historia en un proceso de cambio en el que se requiere de la participación activa de los intelectuales y artesanos del verso y la imaginación.

La intención de cualquier escritor novel es siempre la de escribir cada vez mejor, ya sea en prosa o en verso, debido a que la palabra escrita es una de las formas de comunicación más apreciable para expresar emociones, sentimientos, ideas filosóficas e inquietudes sociales, que forman parte de la interrelación habida entre el individuo y la sociedad.

El poeta, como el narrador, es el artífice del lenguaje figurado capaz de transformar la realidad racional en un mundo en el que se funden la pasión y la imaginación en un mosaico que expresa, de un modo consciente o inconsciente, las cuestiones que ocupan la mente y el corazón de los seres enamorados de la vida, la libertad y la justicia.

La finalidad de este Taller, desde sus inicios, fue fomentar el apoyo a los poetas y narradores jóvenes de El Alto, deseosos de aprender a versificar y expresar sus ideas de una manera más coherente, sentida y elegante, usando siempre los parámetros de la literatura modernista, que no conoce fronteras que la atrapen ni esquemas premeditados y doctorales. Este Taller les hizo tomar conciencia de que las situaciones y los pensamientos que inspiran las sensaciones arrobadoras o misteriosas, ensoñación, melancolía, alegría o ideas de belleza y perfección, es la vida misma, la realidad cotidiana y las aspiraciones de un futuro placentero para todos.

En este Talle de Literatura, donde se dieron cita jóvenes con mayor o menor experiencia en el oficio de tejer ideas y palabras, se plantearon tres temas principales en torno a los cuales debían girar los poemas y relatos breves. Cada uno de ellos ligado a elementos que, con el devenir del tiempo, acabaron siendo tópicos que identifican a una ciudad en pugna por alcanzar la modernidad, a pesar de los problemas que lo acechan en plazas y avenidas, en las noches y en los días, como son los muñecos colgados en los postes de las esquinas y los perros andariegos que nos recuerdan que ellos también son habitantes de una ciudad cosmopolita, cuya demografía se disparó en los últimos decenios.

En los poemas y relatos de esta entrega, modesta pero significativa, se explayan también otros temas intimistas, con la intención de que las proyecciones y los reflejos de uno mismo encuentren el eco de su propia voz. El poeta habla en primera persona, como si, en primer lugar, sus versos estuviesen dirigidos hacia sí mismo, con la fuerza de un existencialismo devorador que desemboca en lo más hondo de su ser, para luego virar en otras direcciones, en procura de llegar a la sensibilidad de los lectores que, acaso sin darse cuenta, internalizan lo expresado por el poeta.

Al término de este Taller de Literatura, se comprobó que la poesía, como el relato breve, es el género literario que mejor expresa, de un modo estético, los sentimientos y pensamientos de una persona que, en atribución a los deseos de su fuero interno, juega con las ideas y palabras en un intento por manifestarse de una manera bella y concisa, como si en cada uno de los cultores de la palabra escrita se escondiese un mago que convierte la realidad circundante en una serie de metáforas y frases con propiedades de síntesis y asociación, que se posan en el alma como mariposas que buscan un asidero en las flores de un jardín hecho de ritmo, pasión y armonía.

Para quien escribe estas líneas fue un hondo placer trabajar con estos jóvenes alteños que, hermanados por las ansias de concederle una identidad literaria a la ciudad, cumplieron con interés todos los parámetros trazados por el Taller, cuyo resultado final ahora tienen ustedes en sus manos, como un testimonio más de lo mucho que se está haciendo en El Alto en materia de literatura. 

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