ANTONIO PAREDES CANDIA,
UN AUTOR CON ALMA DE
NIÑO
Este autor paceño, que por voluntad propia se alteñizó,
nació el 10 de julio de 1924 y falleció el 12 de diciembre de 2004. Escritor,
titiritero y folklorista. Dedicó su vida al estudio de las culturas y tradiciones
de Bolivia. Se cuenta que procedía a una familia de intelectuales; su padre,
Rigoberto Paredes, fue un connotado historiador, y su madre, Doá Haydee Candia
Torrico, una gran lectora de la literatura universal. Estudió en el colegio
Ayacucho de La Paz y en el Sagrado Corazón de Sucre. Abandonó sus estudios
universitarios y se dedicó a recorrer por el territorio patrio, con el afán de
rescatar y recopilar las creencias y tradiciones folklóricas que los pobladores
conservan en la memoria colectiva y la tradición oral.
La gente lo conocía
como librero ambulante, fundador de la Editorial Isla, miembro de la Sociedad
Boliviana de Bibliografía y Folklore, y gestor de varias ferias populares de
libros, teniendo como base su quiosco en el paseo de El Prado. En su juventud,
ganado por el mundo del teatro, se dedicó a adaptar las obras de los autores
clásicos para representarlas en las plazas de los pueblos junto a su compañía
de títeres El K’usillo.
Este fecundo escritor, de colita plateada en la cabeza,
bufanda al cuello y bastón en mano, recibió en vida distinciones del Congreso
Nacional de Bolivia, la Orden de Marcelo Quiroga Santa Cruz, la Medalla al
Mérito Cultural del gobierno boliviano. Asimismo, fue investido Doctor “Honoris
Causa” por la Universidad Privada Franz Tamayo.
Antonio Paredes Candia, que tenía el corazón de niño grande,
jamás dejó de jugar con sus títeres ni de fantasear con el mundo fantástico
-pero a veces cruel- de los niños del campo y las ciudades. A ellos les entregó
su cariño incondicional y lo mejor de su arte, compuesto por mitos, leyendas,
fábulas, cuentos y novelas breves, que son verdaderas joyas literarias a las
que deben tener acceso los niños y los adultos.
Entre sus novelas breves destacan Zambo Salvito,
la dramática historia de un niño afroboliviano, quien se convierte en un
criminal temido y legendario. Luego está la Historia de la bella
Elena y El molino quemado; obras en las cuales los niños son
los protagonistas principales, como en Ellos no tenían zapatos, que retrata
la cruda realidad de los niños trabajadores de El Alto, que bajan a La Paz para
ganarse el pan del día lustrando calzados en la calle.
Algunos de sus libros se usan como textos escolares de fácil
lectura y conocimiento de la realidad social de los bolivianos. Él mismo, en un
diálogo que sostuvo con Ramiro Calasich, explicó cuáles eran sus motivaciones y
cuál era el proceso de su producción bibliográfica: Hay dos formas en las que
trabajo: el trabajo de investigación y el de escribir pequeños novelines. El
trabajo de investigación lo realizo
lentamente, con decir que mi libro ‘La Chola Boliviana’ ha durado más de
veinte años de investigación. Voy reuniendo el material publicado sobre el tema
hasta que es más o menos aceptable; luego analizo y organizo fichaje, si veo
algunas lagunas, dejo para el siguiente año (…) Después empieza mi propia
investigación hasta obtener todo lo que me he propuesto. Mis trabajos son de
primera mano, recogidos in situ, directamente del pueblo. Tengo la suerte de ‘chamuscar’
un poco el aymara y el quechua, así que consigo la información en el propio
idioma (…) Los novelines reflejan los problemas que capto a través de mis
viajes y de mi contacto directo con el pueblo. Los datos se van acumulando, el
tema está en mi cabeza durante mucho tiempo, dando vueltas y vueltas. Llega el
momento en que se atasca en mi garganta y entonces tengo que escribir, sino me
ahogo (…) Todos mis trabajos tienen el mismo sentido: denunciar, mostrar la
realidad en que vive el pueblo boliviano…
Este entrañable autor, aunque era viejo, tenía el alma de
niño por dentro, un niño que jamás dejó de asombrarse ni maravillarse por las
luces y las sombres de la vida. No en vano se dice que Antonio Paredes Candia,
que tenía siempre la mirada puesta sobre la realidad triste de la niñez
desamparada, logró acercarse al mundo de los pequeños lectores con una prosa
sencilla pero altamente significativa. En sus cuentos populares, además de
leerse historias de cholas y cuentos de curas, se recogen temas de espanto y
aparecidos, y otros referentes a los animales como el Atoj Antonio y el Cumpa
Conejo, que son dos de los personajes centrales de las fábulas populares.
No es menos conocida su faceta como mentor de la juventud
boliviana, con cuya actitud rebelde y altiva se identificó toda su vida. No es
casual que en 1990, en el umbral de sus 70 años de edad, le confesó a Lupe
Cajías: Me llevo bien con los jóvenes porque nunca me aferré a lo antiguo,
entiendo los cambios sin perder mis principios. Tampoco me hago el joven porque
eso sería ser un payaso. Viví el candor de la niñez, la locura y los errores de
la juventud. De adulto uno se asienta y en la vejez se vive la serenidad y
cierta sabiduría. Tengo ganas y me duele la muela, tengo más frío que antes
pero aún tengo fuerzas para andar muchos caminos…
Tras su muerte, en homenaje a su gran calidad humana y en
reconocimiento a su indiscutible aporte a la cultura nacional, varias
instituciones educativas llevan su nombre, como el primer Museo de Arte que él
fundó en la ciudad de El Alto, donde dejó su legado intelectual y fue enterrado
en presencia de familiares y amigos.
Apuntes bibliográficos
Antonio Paredes
Candia fue autor
prolífico. Escribió más de 113 libros y dejó varios inéditos. Aquí menciono sólo
algunos: Tradiciones: Literatura folklórica
recogida de la tradición oral boliviana (1950);
Literatura folklórica (1953); El folklore en la ciudad de La Paz: dos fiestas populares, el
carnaval y la navidad (1957); La danza folklórica en
Bolivia (1966); Juegos, juguetes y divertimientos
del folklore de Bolivia (1966);
Brujerías, tradiciones y leyendas (tomo
I, 1969, t. II, 1970, t. III, 1972, t. IV, 1974, t. V, 1979 y t. VI, 1985); Diccionario mitológico de Bolivia.
Dioses - Símbolos - Héroes (1972); Las mejores tradiciones y leyendas
de Bolivia (1973); Tradiciones
de Bolivia (t. I, 1976 y t.
II, 1997); Adivinanzas de
doble sentido (1976); Fiestas populares de Bolivia (t. I y II, 1976); Refranes,
frases y impresiones populares de Bolivia (1976);
El apodo en Bolivia (1977); Adivinanzas bolivianas (1977); Las Alasitas (1982); Leyendas de Bolivia (1986); Isolda (La historia de una perrita) (1996);
Juegos tradicionales de Bolivia (1998); Folklore y tradición referente al
mundo animal (2002); El
castigo. Tradición y folklore (2003);
Diccionario del saber popular (2
v., 2004). Cuento: El queso de Suttu (1955); El banquete celestial (1955); La mina de Flores (1955); El cántaro de manteca (1955); Los botones de oro (1955); El Willaco (1955); El Chullupia (1955); Cuentos populares bolivianos.
De la tradición oral (1973); Cuentos Kjuchis (1978); Cuentos bolivianos para
niños (1984); Cuentos de maravillas para niños (1988); Mis cuentos para niños (2004). Novela: Zambo
Salvito (1982); Aventuras
de dos niños (1986); Ellos no tenían zapatos (1989); Los hijos de la correista (1990); El molino quemado (1993); La bellísima Elena (2003); El muro imilla (2004). Teatro: Selección
de teatro boliviano para niños (1969); Teatro boliviano para niños (1987); Teatro de guiñol (2003). Antología: Antología de tradiciones y leyendas de Bolivia (tomo I y II, 1968 y t. III, 1969);
Poesía popular boliviana (1981).
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