VÍCTOR
MONTOYA EN EL PORTAL EDUCABOLIVIA
Los
datos bio-bibliográficos del escritor paceño están registrados en la sección de Efemérides y Biografías del portal Educabolivia (www.educabolivia.bo); un espacio del
Ministerio de Educación del Estado Plurinacional destinado a la información y
formación de docentes, estudiantes y comunidad en general.
El
portal Educabolivia, además de compartir y socializar con la comunidad educativa los sucesos trascendentales
ocurridos en la historia en una fecha determinada, tanto a nivel nacional como
internacional, incluye de manera breve la biografía de personajes notables en el
ámbito cultural, político y literario. En este contexto es lógico dar a
conocer la trayectoria de uno de los destacados escritores bolivianos,
comprometido con la realidad social y los procesos de cambio.
Vida
y obra del autor
En
el portal se recogen datos generales de Víctor Montoya: “Escritor, periodista cultural y pedagogo
nacido en La Paz el 21 de junio de 1958. Vivió desde 1960 en las poblaciones
mineras de Siglo XX y Llallagua, al norte de Potosí. Fue testigo de la masacre
de San Juan protagonizado por el gobierno de Barrientos en 1967.
Durante
la dictadura militar de Banzer, fue una de las víctimas de la denominada Operación Cóndor. Estuvo preso en el Panóptico de San Pedro y en la cárcel de
mayor seguridad de Viacha-Chonchocoro. En cautiverio escribió su libro de
testimonio Huelga y represión.
En 1977,
luego de una campaña de Amnistía Internacional, que reclamó por su libertad y
lo adoptó como a uno de sus presos de conciencia, fue sacado de la prisión
por un piquete de agentes del Ministerio del Interior y conducido rumbo al
aeropuerto de El Alto, desde donde llegó exiliado a Suecia, como la mayoría de
los refugiados latinoamericanos que fueron expulsados de sus países tras el
advenimiento de las dictaduras militares.
En
Estocolmo, donde fijó su residencia, trabajó en una biblioteca municipal
coordinando proyectos culturales, impartió lecciones de idioma quechua y
dirigió Talleres de Literatura. Cursó estudios de pedagogía en el Instituto
Superior de Profesores de Estocolmo y ejerció la docencia durante varios años.
Respecto a
su actividad literaria, participó en el Primer Encuentro Hispanoamericano de
Jóvenes Creadores, Madrid, 1985. Dictó conferencias sobre literatura
boliviana en China, España, Alemania, Suecia, Francia, México, Venezuela, Perú,
Estados Unidos y otros países. Su obra, que mereció premios y becas literarias,
está traducida a varios idiomas y tiene cuentos en antologías internacionales.
Está considerado por la crítica especializada como uno de los principales
impulsores de la moderna literatura boliviana.
Obtuvo el
primer Premio Nacional de Cuento, UTO, 1984; el Premio de Cuento Breve del
Semanario Liberación, Suecia, 1988; el primer premio de Cuento de Escritores de
la Escania, Suecia, 1993; fue ganador del Concurso Internacional Sexto Continente
del Relato Erótico, convocado por Radio Exterior de España (2010). Escribe en
publicaciones de América Latina, Europa y Estados Unidos.
En su
extensa obra, que abarca el género de la novela, el cuento, el ensayo y la
crónica periodística, destacan: Huelga y
represión (1979), Días y noches de
angustia (1982), Cuentos violentos
(1991), El laberinto del pecado
(1993), El eco de la conciencia
(1994), Antología del cuento
latinoamericano en Suecia (1995), Palabra
encendida (1996), El niño en el cuento
boliviano (1999), Cuentos de la mina
(2000), Entre tumbas y pesadillas
(2002), Fugas y socavones (2002), Literatura infantil: Lenguaje y fantasía
(2003), Poesía boliviana en Suecia
(2005). Retratos (2006) y Cuentos en el exilio (2008)”.
Fecha
importante en la cosmovisión andina
Los
datos bio-biográficos de Víctor Montoya están consignados en las efemérides
correspondientes al 21 de junio, día de su nacimiento y fecha en la que se
celebra el Nuevo Año Andino Amazónico, junto con el solsticio de invierno. En
la región andina, según la cosmovisión de las culturas originarias y la lectura
del tiempo-espacio, se celebra también el Willkakuti o retorno del sol e inicio
del nuevo ciclo agrícola, en el que se festeja la fusión de la tierra y la
energía cósmica que da paso a la procreación de la vida, que permite que se
renueve la naturaleza y la convivencia equilibrada entre los individuos.
Este
acontecimiento es motivo de rituales de siembra y de ofrendas a los dioses
ancestrales en varias regiones del país, como una suerte de agradecimiento a la
Pachamama (Madre Tierra) y al Inti Tata (Padre Sol). Asimismo, el 21 de junio
es feriado nacional desde la promulgación del Decreto Supremo 173 en las ruinas
del Tiwanaku, centro ceremonial y cuna de la civilización precolombina nacida diez
siglos antes de Cristo y desaparecida poco antes de la llegada de los incas.
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