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viernes, 12 de abril de 2024

DOS RECONOCIMIENTOS PARA VÍCTOR MONTOYA EN ORURO

En el marco de la Feria del Libro Oruro Lee, Hacia el Bicentenario, que se realizó en el Salón Luis Ramiro Beltrán de la municipalidad orureña, entre el 8 y 9 de abril del 2024, el escritor boliviano Víctor Montoya fue merecedor de dos reconocimientos.

El primero de parte del Concejo del Gobierno Autónomo Municipal. El reconocimiento dice al pie de la letra: A Víctor Montoya, escritor periodista y pedagogo, por su destacado e importante aporte intelectual y literario a la sociedad. Siendo merecedor de este reconocimiento, hacemos llegar felicitaciones y éxitos. Otorgado en la ciudad de Oruro, a los ocho días del mes de abril del año dos mil veinticuatro.

El segundo fue entregado por la Asamblea Legislativa Departamental. En la resolución se lee: La comisión de educación, derechos humanos y política social de la Asamblea Legislativa Departamental de Oruro, en mérito a sus facultades y atribuciones establecidas por el ley, otorga el presente reconocimiento al escritor Víctor Montoya, por su exitosa y destacada trayectoria en la literatura nacional; aportando favorablemente en la redacción de libros y el fortalecimiento de la lectura de nuestros habitantes, brindando de esta manera un alto nivel de enseñanza a los lectores de nuestro departamento y de todo el territorio boliviano. Asimismo, es menester enaltecer el compromiso de trabajo, esfuerzo y dedicación de quienes son sembradores del saber y cosechadores de conocimientos formando nuevas generaciones a través de sus enseñanzas mediante sus libros elaborados. Oruro, abril, 2024.

Los reconocimiento fueron entregados en la Sala del Concejo Municipal de Oruro y en el Salón Luis Ramiro Beltrán, ante la presencia de autoridades ediles, escritores/as, docentes de educación primaria/secundaria y público en general. 

 

lunes, 1 de abril de 2024

CUENTOS DEL MÁS ALLÁ

En todas las épocas y culturas, al margen de las nuevas tecnologías de comunicación, se han creado y recreado cuentos de espanto y aparecidos, ya que forman parte de nuestra condición humana más primitiva, de nuestros instintos de supervivencia y de nuestro inevitable temor a lo desconocido. Los humanos, perdidos en medio de la naturaleza salvaje, sostenía Federico Engels, han sido capaces de formularse preguntas sobre el porqué de las cosas materiales e inmateriales, aunque no siempre hallaron respuestas racionales y científicas. Así que, desde la más remota antigüedad, se han dedicado a desentrañar los misterios que esconden los fenómenos físicos y paranormales. Es ahí donde entroncan mis Cuentos del más allá, que no son otra cosa que narraciones vinculadas a las creencias ancestrales de nuestras culturas y al sincretismo religioso que se generó en nuestro continente tras la circunnavegación de Cristóbal Colón.

Los bolivianos, desde la niñez, hemos crecido escuchando cuentos de espanto y aparecidos en boca de nuestros padres y abuelos. Son narraciones que no pasan de moda; por el contrario, se reinventan y se actualizan sin cesar. De ahí que los Cuentos del más allá, al menos para los aficionados al género de terror, siguen siendo tan actuales como en el pasado. No es casual que los internautas modernos, que manejan con destreza las diversas aplicaciones del celular, Facebook, Twitter, YouTube, TikTok o WhatsApp, hagan circular por las redes una infinidad de cuentos que los transportan a otras dimensiones, donde es posible disfrutar de las aventuras y desventuras de los personajes fantásticos y extraterrenales creados tanto por los autores como por el poder de la imaginación popular, que no conocen barreras temporales ni espaciales.  

La mayoría de los cuentos de espanto y aparecidos, que fueron rescatados de manera literaria por los escritores de todos los tiempos, para evitar que sucumban en los polvos del olvido, forman parte del patrimonio cultural de un pueblo, con la impronta que caracteriza a cada uno de los autores que recrean –y recrearon– la tradición oral, que está en el origen de todas las grandes culturas, respetando la esencia impuesta por los valores ético-morales de una determinada época en el desarrollo de la colectividad.

Los Cuentos del más allá, que se publicaron como cuenta gotas en el suplemento sabatino del diario Extra, tuvieron una excelente acogida entre los fanáticos del género de terror, incluidos los estudiantes de secundaria de varios establecimientos educativos, que adoptaron como material de lectura entra en sus clases de lenguaje y literatura.

No está por demás decir que la publicación del libro, hecho de magia, fantasía y supersticiones, me ha colmado de enormes satisfacciones y, a la vez, me planteó un reto que puso a prueba mi vocación de narrador y mi capacidad de crear y recrear cuentos paranormales, con las mismas técnicas y los mismos recursos escriturales que requieren otros géneros para el tratamiento de otros temas ajenos a la literatura de terror y ciencia ficción.       

Los Cuentos del más allá, además de tocar la sensibilidad emocional de los lectores, transmiten una sensación de miedo, horror y suspenso como parte del desarrollo de la trama, con un lenguaje elíptico y una fuerza imaginativa que inducen hacia un universo de espanto y aparecidos, donde se complementan lo real y lo ficticio, como una forma de despejar las dudas concernientes a los fenómenos físicos de la naturaleza, los instintos de la condición humana, los misterios de la muerte y, consiguientemente, la existencia de otras formas de vida en el más allá.

Este espeluznante volumen de cuentos intentan convencer a los lectores de que es posible lo imposible, a través de cincuenta historias protagonizadas por criaturas fabulosas y seres que, después de muertos, retornan al reino de los vivos en forma de fantasmas, espíritus o almas en pena, produciendo sonidos, desprendiendo aromas y desplazando objetos en el mismo lugar donde habitaron o enfrentaron una violenta muerte, que los condenó a vagar sin poder encontrar la paz eterna en la tumba.

Los cuentos son una propuesta literaria en la que no faltan los argumentos imaginativos y, por supuesto, ficticios, con un gran despliegue del lenguaje simbólico y la descripción de ambientes tétricos que, de por sí mismos, conceden un dejo de suspenso a las narraciones de hechos paranormales que son clasificados como sucesos insólitos y del más allá, debido a que las mismas historias están contextualizadas en sitios desolados o sombríos, como catacumbas, cementerios, galerías mineras o casas abandonadas, ámbitos que provocan un sensación de temor a lo desconocido o sobrenatural que ha acompañado a la humanidad desde tiempos remotos, como una condición genética que nos heredaron los animales prehistóricos.

Es evidente que el género de terror, que forma parte de la literatura fantástica y gótica, tiene la propiedad de causar susto o miedo en el lector, a partir de elementos que juegan con la fantasía, los sentimientos más fuertes y primitivos del ser humano. El autor, durante el proceso de creación de su obra, imagina personajes y ambientes que permitan desarrollar una historia que, revestida de realismo y verosimilitud, penetre en la fantasía del lector como si de veras estuviese envuelto en una atmósfera de misterio, permitiéndole experimentar sensaciones emocionales vinculadas a una secuencia de hechos que le causan zozobra y espanto, aunque la historia narrada no sea más que una invención ficticia capaz de confundirse con la realidad cotidiana de una sociedad.  

En estos cuentos, escritos sobre la base de factores sobrenaturales, ambientes inquietante y personajes repulsivos que provocan sensaciones de miedo en el lector, se retratan a las almas condenadas, a los fantasmas sin nombre ni rostro, a los asesinos en serie, a los monstruos infernales y a los animales creados por el imaginario popular, con descripciones estremecedoras y escenas espeluznantes, donde andan sueltos los reaparecidos, brujas, vampiros, hombres lobos, mutantes y una serie de personajes con atributos ajenos a los que poseen los simples mortales. 

La literatura de terror, muchas veces denominada literatura gótica, se caracteriza por ser un género relacionado con el miedo, como si se quisiera explorar el lado oscuro de la naturaleza humana, a partir de acontecimientos que contienen elementos psicológicos o psicoanalíticos, comunes al género humano, indistintamente de la época, condición social y tradición cultural a la que pertenece el lector. Los cuentos de espanto y aparecidos no distinguen fronteras ni nacionalidades, debido a que son narraciones que llegan, con la misma fuerza, a los lectores que gustan y disfrutan leyendo cuentos que estimulan la imaginación y despiertan los instintos de horror ante los fenómenos que no tienen asidero en el pensamiento lógico y racional. Sin embargo, pese a las críticas por su inverosimilitud y sus escenas de sangre, son leídos con la misma avidez tanto en Oriente como en Occidente, tanto en África como en América. 

En los últimos años se ha incrementado la edición de libros de terror destinados a los adultos, niños y jóvenes, razón por la que es necesario aproximarnos a algunas de las características de esta temática, que cada vez tiene más autores y autoras que abordan la temática del terror desde distintos puntos de vista.

Los libros de terror, por su propia naturaleza, están basados en elementos fantásticos y, casi siempre, en fenómenos sobrenaturales y extraordinarios, con la intención de horrorizar al lector, tocándole las partes más sensibles de su ser, con historias que parecen emergidas de ultratumba o llegadas del más allá, del otro lado de la vida, donde se producen hechos escabrosos y sobrenaturales, cuyos sucesos aceleran la adrenalina y ponen la piel de gallina. 

domingo, 10 de diciembre de 2023

LA SEÑORA DE LA CONQUISTA

Leer el libro Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo, cronista de la época y compañero de expedición de Hernán Cortés, me motivó a escribir La señora de la conquista, En el voluminoso libro de Díaz del Castillo, que cayó en mis manos por casualidad, encontré referencias de una esclava indígena que, tras haber sido entregada por los caciques mayas, en calidad de obsequio, a los conquistadores que arribaron a las costas del golfo de México, se convirtió en amante, consejera e intérprete del conquistador. Ella fue una suerte de llave que, gracias a su conocimiento de los idiomas náhuatl, maya y castellano, le permitió a Cortés abrir las puertas del Imperio Azteca.

A Malinche se la conoce también como Malinalli, Malintzin o doña Marina. Es la figura emblemática de una epopeya en la que pasó a ser un instrumento más poderoso que la pólvora y el caballo. Malinche fue testigo de los acontecimientos importantes de la conquista, ya que sirvió de intérprete del prisionero Moctezuma II en el palacio de Axayácatl; peleó al lado de los conquistadores en la famosa batalla de la Noche Triste, en la que los guerreros aztecas, al mando de Cuitláhuac, expulsaron a los conquistadores de Tenochtitlán; presenció la captura y el tormento de Cuauhtémoc, antes de que éste fuese colgado en un lejano bosque de las Hibueras y antes de que el Imperio Azteca fuese finalmente sometido a sangre y fuego.

Desde entonces, Hernán Cortés, capitán general de la armada, y Malinche se paseaban por templos, plazas y calzadas, contemplando el nacimiento de una nueva urbe en medio de la desolación y la muerte. Sobre la ciudad destruida se edificaba otra ciudad distinta, sobre las ruinas de los antiguos templos se construían otros templos y sobre las antiguas creencias se imponía un proceso de evangelización para extirpar las idolatrías.

Los amantes, que a lo largo de la conquista lucharon codo a codo, en las buenas y en las malas, bajo el sol y bajo la lluvia, se fundieron como el anverso y reverso de una misma moneda, dispuestos a iniciar el traumático mestizaje en las tierras de la Nueva España, que emergió del violento encuentro entre vencedores y vencidos.

El proyecto de la novela, que nació de la inquietud de conocer los entretelones de un hecho histórico grandioso y fascinante, como fue la conquista del Imperio Azteca, me llevó a revisar algunos documentos de la época, escritos por los cronistas que acompañaron a Cortés en su campaña militar, que se inició en 1519 y culminó en 1521, hasta que por fin, mientras leía los relatos parecidos a los que se leen en Amadís de Gaula, de Rodríguez de Montalvo, o Tirante el Blanco, de Joanot Martorell, me vi atrapado en una maraña de datos que constituyeron la base de esta novela histórica.

Lo interesante de esta epopeya, escrita casi siempre por hombres, era que Malinche, en su condición de esclava y mujer indígena, no fue rescatada en su verdadera dimensión histórica debido al prejuicio patriarcal de entonces; lo peor es que, en la visión de muchos mexicanos, ella pasó a simbolizar a la mujer que se entregó a los conquistadores, traicionando a sus hermanos de raza y cultura. Lo que yo quise hacer con la novela fue reivindicarla en su condición de mujer y situarla en un proceso histórico que, a pesar de la destrucción y la violencia encarnizada, inició el mestizaje, el sincretismo religioso y el nacimiento de nuevas culturas en las tierras ocupadas.

La conquista fue un hecho trascendental para la Corona española y las tropas de Hernán Cortés, quien, montado en brioso caballo y acompañado de otros tres jinetes que formaban la vanguardia, ingresó al corazón del Imperio Azteca, seguido por cuatrocientos españoles de a pie, resguardados por doce de a caballo, la artillería, otro escuadrón de jinetes, los bagajes y más de seis mil indígenas que se aliaron con los conquistadores para derrotar al emperador Moctezuma, a quien lo consideraban su enemigo principal.

La conquista implicó un genocidio de gigantescas proporciones y la destrucción de una de las civilizaciones precolombinas más significativas de lo que sería el continente americano. Los supervivientes del asedio, en medio de las masacres y el saqueo despiadado de sus riquezas, abandonaron la ciudad de las pirámides, dejando atrás un reguero de muertos y heridos por las armas de artillería y caballería de quienes serían los nuevos amos en las tierras del llamado Nuevo Mundo.

En cada capítulo de la novela, estructurada sin más recursos que el arte de la palabra escrita y los datos cronológicos que proporciona la historia, se reconstruye la vida de una esclava indígena convertida en señora durante la épica empresa de conquista de la esplendorosa civilización azteca. Sin embargo, aunque en la novela se manejan hechos y personajes de la vida real, tiene un tratamiento literario donde se amalgaman la realidad y la ficción.

Por otro lado, la elaboración de La señora de la conquista me enseñó que para escribir una novela histórica había que ser un meticuloso observador de las relaciones sociales y un auténtico relator de los sentimientos humanos que, en mi modesta opinión, son dos de los factores inherentes en una buena creación literaria, sobre todo, cuando está anclada en un proceso histórico tan complicado como fue la conquista de la civilización azteca, donde se experimentó el predominio de una cultura sobre otra y el sometimiento de los vencidos a los valores ético-morales de los vencedores.

La señora de la conquista, al ser una historia que explaya la relación sentimental entre Malinche y Hernán Cortés, me permitió explotar una temática que no siempre se refleja en las novelas históricas. En este libro, en cambio, el amor es concreto en lugar de platónico. Así que las escenas amorosas y eróticas aparecen descritas con una sensualidad que está presente en varios episodios. Considero que la relación entre un hombre y una mujer, que representan a diferentes culturas, no solo es compleja, contradictoria y difícil, sino que aporta elementos que enriquecen una narrativa de amor, que surge en medio del desencuentro cultural, los fragores de la guerra, las matanzas, los saqueos y la zozobra que no duerme ni deja de acechar a cada instante.

Aunque Malinche fue la concubina de Hernán Cortés entre 1519 y 1525, el capitán general de la armada, que tuvo en ella su hijo mestizo Martín, la casó con el hidalgo español Juan Jaramillo, quien, a pesar de que ella era india, madre soltera y ex concubina de dos españoles, la aceptó como a su legítima esposa y tuvieron una hija a la que llamaron María. Se especula que con este enlace matrimonial, Hernán Cortés cumplió la promesa de libertad que le había prometido a ella al inicio de la conquista, aparte de que le pagaba por sus servicios otorgándole las encomiendas de Huilotlán y Tetiquipac –que por herencia le correspondían– y le proporcionó una excelente posición social. No obstante, la vida de concubinato y marital de Malinche, aunque se quedó en una casa que Cortés le construyó en Coyoacán, muy cerca de Tenochtitlán, no tuvo un final feliz. Fue separada de su primer hijo y, poco después de dar a luz a su hija María, que tuvo con Juan Jaramillo, murió en la ciudad de las pirámides en 1529, víctima de la epidemia de viruela que en ese año asoló a la reciente creada Nueva España.

Escribir la novela La señora de la conquista, desde el punto de vista literario y personal, ha significado constatar que un escritor de nacionalidad boliviana no es ajeno a los acontecimientos que atañen a la historia de México y que es capaz de abordar una temática que tuvo su epicentro en la época en que los conquistadores ibéricos andaban tras la búsqueda de nuevas tierras, que poseían las riquezas que las monarquías europeas necesitaban para su propia sobrevivencia, sus guerras de expansión territorial y el afán de establecer su dominio político, social, económico, religioso y cultural en todas sus colonias, donde se cometieron crímenes de lesa humanidad y se impuso, a nombre de Dios, el Rey y el Papa, un régimen virreinal que blandía la cruz y la espada como efectivas armas de colonización.  

jueves, 9 de noviembre de 2023

HISTÓRICAS MUJERES DEL NORTE DE POTOSÍ

En los pasados días, y con motivo de celebrar un aniversario más de la gesta libertaria de la ciudad de Potosí, que se concretizó el 10 de noviembre de 1810, salió a luz el folleto Nortepotosinas en la historia de la mujer boliviana, elaborado por el escritor Víctor Montoya y la bibliotecaria Lourdes Peñaranda Morante, actual responsable del Archivo Histórico Minero de Catavi, Regional de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL).

El folleto, publicado bajo el sello de Ediciones La Cueva del Tío, es un compendio que registra a las mujeres que, con autoridad moral y esfuerzo tesonero, descollaron en distintos ámbitos a nivel local, nacional e internacional, como dignas representantes de las mujeres nacidas en las provincias de la zona norte del departamento de Potosí.

En el preámbulo se afirma: La historia de Bolivia está llena de eventos heroicos donde las mujeres fueron las grandes protagonistas, y las nortepotosinas, en el siglo XIX, XX y XXI, han hecho su parte, desde las trincheras del hogar, la vida política, sindical, económica, cultural, deportiva y la investigación científica, sin más propósito que legitimar sus derechos en una sociedad patriarcal, que durante siglos la negó por su condición biológica y su lugar en las esferas sociopolíticas del país (…) Por fortuna, en la actualidad es evidente la presencia de las mujeres en todos los estamentos del Estado, con iniciativas que defienden los derechos de la mujer y velan por los intereses de una nación con equidad de género, justicia social, exenta de racismo y toda forma de discriminación. Las mujeres nortepotosinas brillan con su presencia en la historia de la mujer boliviana. Ahí tenemos el caso de María Amelia Chopitea Villa, la primer doctora boliviana; las escritoras Martha Mendoza Loza, Tula Mendoza Loza, Paz Nery Nava Bohórquez, Jael Oropeza de Pérez; las compositoras de música folklórica como Luzmila Carpio Sangüesa, Cornelia Veramendi Mamani y Nardy Barrón; las investigadoras como Amalia Dávila de Gallardo, Carola Campos Lora; las deportistas Paulina Medrano, Judith Quiñones, Judith Terceros y muchas otras que, debido a razones obvias, aún no se han dado a conocer en la vida pública, pero que, debido a su talento y su aporte significativo en el campo de las ciencias, la tecnología, el deporte, la política y la cultura, un buen día ocuparán, con legítimo derecho, el lugar que les corresponde en la historia nacional (…) Esperemos que estos apuntes de nombres y datos, reunidos en el presente folleto, además de echar más luces sobre una realidad no siempre visibilizada por la historia oficial, sirva para ir rescatando a las mujeres nortepotosinas que supieron contribuir al desarrollo del país con la fuerza de su inteligencia, su honda sensibilidad, su asombrosa creatividad, su inclaudicable lucha y su gran valor humanista.

El folleto Nortepotosinas en la historia de la mujer boliviana (noviembre, 2023), es el inicio de un trabajo de largo aliento, que requiere sistematizar los datos sobre la vida y obra de quienes, acaso sin pensarlo ni proponérselo, se convirtieron en personalidades paradigmáticas, constituyéndose en ejemplos para las jóvenes del presente y el futuro, y en mujeres que, contraviniendo los códigos retrógrados y conservadores, se atrevieron a tumbar los muros del sistema patriarcal y romper con las ataduras del machismo, que no siempre supo reconocer las virtudes de la mujer ni aceptar su ineludible presencia en los diversos contextos de la vida nacional.


 

martes, 10 de octubre de 2023

AUTOR BOLIVIANO RECONOCIDO EN PERÚ

En el marco del 42 Encuentro Nacional e Internacional de Literatura Infantil y Juvenil en Perú, auspiciado por la APLIJ y la Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión de Cerro de Pasco, el escritor Víctor Montoya fue reconocido por la Universidad, con una Resolución Vicerrectoral Académica y una Medalla de Honor otorgada por la comisión organizadora del Encuentro, en homenaje al escritor pasqueño Armando Casquero Alcántara, nacido en 1923 y fallecido en 1968.

El escritor boliviano, a tiempo de recibir la medalla, agradeció a los docentes y estudiantes del Programa de Estudios de Comunicación y Literatura  de la Universidad, con sede en la ciudad de Oxapampa, y a los directivos de la Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil, que vienen promoviendo anualmente la producción y difusión de una de las literaturas que, en las últimas décadas, se ha establecido como una de la más importantes en el ámbito de las letras universales.    

martes, 19 de septiembre de 2023

VÍCTOR MONTOYA INVITADO A ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ESCRITORES EN PERÚ

El narrador boliviano participará en el XLII Encuentro Nacional e Internacional de Literatura Infantil y Juvenil - APLIJ, en homenaje al escritor cerreño Armando Casquero Alcántara, a realizarse en la ciudad de Oxapampa-Perú, entre el 28 y 30 de septiembre de 2023. El Encuentro está organizado por la Universidad Nacional Armando Alcides Carrión de Cerro de Pasco, en el marco de su Programa de Estudios de Comunicación y Literatura.

Víctor Montoya dará una conferencia sobre el libro de texto y la literatura infantil y juvenil fantástica. Al término del Encuentro, está también invitado a dictar conferencias en torno a la literatura minera para docentes y estudiantes de la Escuela de Formación Profesional de Educación Secundaria y la Facultad de Ciencias de la Educación y Literatura de la Universidad Nacional Armando Alcides Carrión, donde permanecerá hasta el 2 octubre, conforme a la invitación cursada por el Director Armando Carhuachín, el docente David Elí Salazar y el escritor Roberto Rosario Vidal.

miércoles, 30 de agosto de 2023

NUEVA EDICIÓN DE CONVERSACIONES CON EL TÍO DE POTOSÍ

Ya se publicó la segunda edición de Conversaciones con el Tío de Potosí, del escritor Víctor Montoya, bajo el sello del Grupo Editorial Kipus, que se puso a la venta en la Feria Internacional del Libro en La Paz, el pasado mes de agosto de 2023. Se trata de una edición corregida y aumentada, conforme a las expectativas del autor y la línea editorial de Kipus, que no dudó en apostar, una vez más, por este libro demandado por los lectores de todo el país, debido a que estos relatos, en los cuales el autor entabla polémicas discusiones con el Tío de la mina, se abordan temas tanto profanos como sagrados, en los que no están exentos los tratados filosóficos, la sabiduría popular, los postulados religiosos y una fuerte dosis de humor que genera encendidas sátiras sociocultural del presente y el pasado.

El autor nos propone una lectura atenta de los diálogos, manejándose con recursos escriturales que deslumbran por su sencillez y precisión idiomática; una impronta que suele definir a los escritores que se esmeran en transformar el lenguaje coloquial, como por arte de magia, en una pirotecnia verbal revestida de calidad ética y estética tanto en su forma como en su contenido; una verdadera obra de creación literaria en la que se ensamblan, atados por el hilo argumental de los relatos, los elementos propios del realismo social y la fantasía del imaginario popular.

Esta obra literaria es un buen ejemplo de que la mitología minera tiene sus genuinos protagonistas y que la cosmovisión andina puede ser escrita y descrita a partir de las aventuras y desventuras de ese ser demoniaco creado por la imaginación de los mineros, conocido popularmente con el nombre de Tío, quien reina en las entrañas de la tierra, mimetizándose en oscuridad de las galerías, donde estableció su soberanía entre las vetas de mineral incrustadas como anguilas en las rocas de la Pachamama.

En las páginas del libro se cuenta que los mitayos de la colonia, que penetraron en los socavones para trabajar en condiciones de esclavitud, lo encontraron solitario y silencioso en los recovecos de la mina. En principio lo confundieron con el diablo de las creencias bíblicas, con sus facultades de maldad, fealdad y generadora de vicios y maleficios; pero después, al advertir que tenía actitudes más de bondad que de maldad, lo reconocieron como al Supay (Diablo), deidad ancestral del ukhupacha (mundo subterráneo), reencarnado en el Tío, protector de las riquezas minerales y los mineros, quienes, asumiendo una actitud de respeto y sumisa veneración, lo incorporaron con honda fe en su mundo familiar, rindiéndole pleitesía y bautizándole con el nombre de Tío, dios y diablo de la cosmovisión andina y la mitología minera.

Sea verdad o sea mentira, lo cierto es que los 38 relatos reunidos en Conversaciones con el Tío de Potosí, proyectándose en una dimensión de realidad y fantasía, penetran en la conciencia y sensibilidad del lector, interesado en conocer  el mundo mágico de las minas y los mineros, quienes, lejos de las tragedias descritas en la literatura del llamado realismo social, son individuos que tienen creencias y tradiciones arraigadas en las supersticiones propias de las culturas ancestrales, que aprendieron a sobrevivir a la catequización y extirpación de idolatrías.   

En el primer relato, titulado El Tío del Sumaj Orq´o, el autor nos presenta al personaje principal de la obra. Seguidamente, ambos se encierran en un cuarto apenas iluminado por una mortecina luz, para intercambiar opiniones sobre diversos temas que son de carácter pagano, religioso y científico, como si de veras los diálogos estuviesen estructurados sobre la base de argumentos válidos, ya sea para los creyentes como para los angosticos.

Los diálogos y las disputas entre el autor y el Tío son principales pilares que sostienen la estructura básica del libro, donde se lo retrata al personaje central, con sus luces y sus sombras, como si fuese un interlocutor de carne y hueso, y no un personaje mitológico creado por la fuerza y el candor de la invención popular, con varios atributos que recuerdan al príncipe de las tinieblas o al mismísimo Lucifer del infierno.

Conversaciones con el Tío de Potosí es un libro que, a lo largo de sus 328 páginas, ofrece conocimientos, entretenimiento y, lo más importante, un paseo literario por los laberintos de un personaje, mitad dios y mitad demonio, que puede moverse por doquier, con la misma destreza y sutileza de quien posee una personalidad omnipotente y poderes mágicos, capaces de envilecer a cualquiera que se deje llevar hacia el interior de la mina, hacia un tétrico submundo, donde los topos humanos explotan las rocas para hacerse de las riquezas minerales que le pertenecen a la Pachamamma, al Tío y la Chinasupay, al menos, según las tradiciones de quienes están acostumbrados a rendirles culto a los elementos mágicos y míticos, reales y ficticios, vivos y muertos de la cosmovisión andina.

Conversaciones con el Tío de Potosí es una de las obras centrales en la literatura minera escrita por el autor, que ya antes nos había sorprendido con libros como Cuentos de la mina, El laberinto del pecado y Crónicas mineras; toda una temática que no deja de fascinar a los lectores tanto dentro como fuera del país. En opinión de la crítica literaria, la narrativa de Víctor Montoya es una suerte de versión moderna de los cuentos y novelas de ámbito minero, una nueva forma de abordar, desde la perspectiva del Tío, el realismo mágico y mítico de los mineros bolivianos.  

 

miércoles, 26 de julio de 2023

FILEMÓN ESCÓBAR EN LA MEMORIA

El folleto La importancia de llamarse Filippo, parte integrante de una serie que está siendo publicada por Ediciones La Cueva del Tío, recoge el testimonio personal del autor, quien conoció al líder e ideólogo minero, Filemón Escóbar, desde su más tierna infancia, desde cuando vivía en las poblaciones de Llallagua y Siglo XX; escenarios donde la clase obrera experimentó triunfos y derrotas en sus históricos enfrentamientos contra las tropas armadas de los gobiernos de la oligarquía minero-feudal y las dictaduras militares.

Filemón Escóbar, más conocido como Filippo en el entorno familiar y cotidiano, fue un destacado dirigente sindical e ideólogo boliviano, cuyas concepciones políticas causaban polémicas y eran motivos de controversias, una constante que marcó su vida pública y lo puso siempre en el ojo del huracán.

Era dueño de una inteligencia natural y de un bagaje cultural que lo convirtió en un verdadero intelectual obrero, capaz de batirse, de igual a igual, con los pensadores más prominentes del ámbito cultural y político boliviano.  En su ardua lucha en defensa de los derechos laborales y sindicales de los obreros, destacó desde su juventud en el sindicato de trabajadores de Siglo XX. Ejerció como dirigente de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) y de la Central Obrera Boliviana (COB).   

En 1986, mientras era secretario general del sindicato Mixto de Trabajadores de Catavi, redactó la Tesis de Catavi, cuyo argumento central era oponerse al Decreto 21060 y la relocalización, y crear un Plan de Emergencia para la rehabilitación de COMIBOL y la diversificación de la producción. El documento fue aprobado primero por el sindicato de Catavi y posteriormente, como documento oficial de los trabajadores bolivianos, en el XXI Congreso Nacional Minero, realizado en la ciudad de Oruro, entre el 12 y 19 de mayo de 1986. Poco después, con los argumentos de esta tesis se realizó la Marcha por la Vida durante el gobierno proimperialista y neoliberal de Víctor Paz Estenssoro.

En su dilatada actividad política y sindical, elogiada por unos y criticada por otros, ocupó un escaño en la Cámara de Diputados entre 1989 y 1993. Asimismo, en el periodo legislativo 2002-2003, ocupó la vicepresidencia del Senado, cuando ocupaba la secretaría general del Movimiento Al Socialismo (MAS), partido que fundó junto a las federaciones de cocaleros del Chapare y del que fue expulsado por diferencias políticas e ideológicas.

Escribió varios libros, desde Testimonio de un militante obrero (1984) hasta Semblanzas (2014), motivado por la necesidad de transmitir, con su puño y letra, sus experiencias vividas y sufridas, y sin más esperanzas que dejar un testimonio aleccionador para los luchadores sociales del presente y el futuro. 

El 21 de agosto de 2023, en homenaje a su legado político y sindical, y en coordinación con la subalcaldía de Catavi, se le erigirá un monumento cerca de los predios del sindicato de trabajadores de este distrito, donde se estructuró la empresa minera más importante del mundo, desde que Simón I. Patiño adquirió, en 1924, las propiedades del consorcio chileno que explotaba estaño en la montaña de Llallagua; en las pampas de este mismo distrito se ejecutó la masacre de 1942 y se firmó el Decreto de la Nacionalización de las Minas el 31 de octubre de 1952.

El folleto La importancia de llamarse Filippo está ilustrado con fotografías de Filemón Escóbar, captadas en distintas etapas de su vida política y sindical, pero también de su vida pública y familiar. El texto, que es una suerte de crónica periodística, fue escrito después de su deceso, acaecido en la ciudad de Cochabamba, a causa de un cáncer de pulmón, el 6 de junio de 2017.

miércoles, 19 de julio de 2023

BREVE SEMBLANZA DE EDGAR HURACÁN RAMÍREZ

Edgar Huracán Ramírez, sin lugar a dudas, fue uno de los dirigentes más emblemáticos del movimiento obrero boliviano, el último de una generación de líderes que marcó historia en los anales del sindicalismo revolucionario, donde Edgar Huracán Ramírez descolló con luces propias, como si hubiese nacido con suficiente vocación para defender los intereses de los trabajadores, que eran los principales sujetos de su vida y sus ideales.

El folleto refleja apenas un apéndice de su larga trayectoria, contemplada desde la perspectiva del autor, quien tuvo la fortuna de haberlo conocido en persona y haber compartido con él algunas testeras, donde se abordaron temas políticos, literarios y culturales, desde la perspectiva de los explotados, marginados y ninguneados.

Este valeroso dirigente minero, de firme personalidad y convincente discurso, fue un estudioso de la realidad nacional, un concienzudo analista político y un auténtico archivista, que se ganó el aprecio de quienes tuvieron el privilegio de haberlo conocido en la cotidiana praxis. Algunos incluso lo consideraban el héroe de la archivística boliviana, con reconocimientos tanto nacionales como internacionales.

Edgar Huracán Ramírez se constituyó en un inevitable referente en la política y el sindicalismo nacionales, debido a que sus aportes bibliográficos, basados en sus experiencias vividas en carne propia, se trocaron en útiles instrumentos en manos de los trabajadores empeñados en forjar un país más justo, libre y democrático. 

La vida y obra de Edgar Huracán Ramírez son dignos ejemplos para ser imitados por los nuevos y jóvenes dirigentes de los sindicatos, de la Central Obrera Boliviana y de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, no solo porque él confiaba en la fuerza combativa de la juventud, sino también porque sabía que el destino del país estaba en sus manos.

El presente folleto, publicado en Edición La Cueva del Tío, es la más recientes propuesta del escritor Víctor Montoya, quien, con más o menos aciertos, intenta contribuir en el apasionante rescate de la memoria histórica de los trabajadores del subsuelo boliviano.  

 

viernes, 14 de abril de 2023

LA TEMÁTICA MINERA EN LA OBRA LITERARIA DE VÍCTOR MONTOYA

El connotado escritor boliviano, celebrando el Día del Libro y del Derecho de Autor, dictará una magistral conferencia sobre los orígenes y proyecciones de su creación literaria vinculada a la realidad mágica y mítica del mundo minero.

La conferencia se realizará el jueves 20 de abril de 2023, a Hrs: 15:00, en el auditorio de la Carrera de Odontología de la Universidad Nacional Siglo XX, ubicada a un costado de la Plaza del Minero del distrito de Siglo XX.

El evento cuenta con los auspicios del Archivo Histórico Minero de la Comibol/regional Catavi, la Universidad Nacional Siglo XX, el Gobierno Autónomo Municipal de Llallagua y la Asociación de Profesores de Lenguaje y Literatura, entre otros.   

jueves, 16 de febrero de 2023

LAS REVELACIONES DEL TÍO EN CUENTOS DE LA MINA

Acaba de publicarse la segunda edición de Cuentos de la mina (Ed. Kipus, 2018), del escritor Víctor Montoya, con treinta y cinco cuentos de variada extensión y algunas fotografías que muestran la imagen del Tío de la mina, cuya estatuilla fue modelada por los propios trabajadores en los parajes donde acuden a pijchar o acullicar.

En Cuentos de la mina, escritos desde la visión del realismo fantástico, se recrean los mitos y leyendas que giran en torno al Tío; un ser mitológico de carácter ambiguo, mitad dios y mitad demonio, que simboliza el sincretismo religioso desde la época de la colonia.

Víctor Montoya hace gala de las creencias y supersticiones que reinan en la cosmovisión andina, donde sobreviven los ritos, usos y costumbres de las culturas originarias. En los cuentos se retrata la vida cotidiana de los mineros; sus luchas, tragedias y esperanzas, pero también sus tradiciones vinculadas al realismo fantástico y las consejas pagano-religiosas, donde el Tío de la mina está considerado como el guardián de las riquezas minerales y el amo de los trabajadores del subsuelo.

Su amante, la Chinasupay (diablesa), posee un fuerte atractivo erótico en el imaginario popular, aparece y desaparece misteriosamente en los sueños y las pesadillas de los mineros, quienes la temen tanto como al mismísimo Tío. Algunos incluso creen que la Chinasupay es la encarnación del Tío que, a modo de poner a prueba su poder de atracción sexual, se transforma en una mujer capaz de envilecer a los mineros solitarios y desprevenidos.

El Tío es el protagonista principal en Cuentos de la mina. El autor, desde un principio, intenta responder la siguiente pregunta: ¿Por qué el diablo se llamó Tío? La explicación, narrada de una manera sorprendente y lúcida, la encontramos a lo largo del libro, donde se afirma que el Tío, en su estado demoníaco, hace suya a una chola de buen parecer, en quien engendra a un hijo que nace con el aspecto de iguana. Entonces el poder eclesiástico, al constatar que la criatura no es la hechura de Dios sino del diablo, condena a la madre y al hijo a perder la vida en una hoguera. Es por eso que el diablo, según se relata en el libro, actúa en venganza propia y causa estragos entre los pobladores, hasta que los mineros le suplican perdón por el asesinato de su legítimo heredero. El diablo recapacita, hace reaparecer los minerales en las galerías y decide llamarse Tío, a quien los mineros, como en una suerte de pacto, deben rendirle pleitesía ofrendándole sangre de llama blanca, hojas de coca, cigarrillos y aguardiente.

La segunda edición, aumentado y corregida, obedece al gran interés de los lectores por interiorizarse en el fascinante mundo de las minas, que es el hábitat natural de ese personaje sobrenatural venerado por los mineros, quienes trabajan en las oscuras galerías, sin otra ilusión que ganarse el pan del día y salir con vida de las tenebrosas entrañas de la Pachamama. 

El libro, desde que se publicó por vez primera en Suecia (Ed. Luciérnaga, 2000), despertó un inusitado interés entre los lectores nacionales y extranjeros. Se ha traducido a varios idiomas y ha sido ampliamente comentado por la crítica literaria. En la contratapa de la segunda edición de Cuentos de la mina, a cargo del Grupo Editorial Kipus, se incluyen algunos comentarios destacando la temática del libro y la capacidad narrativa del autor.

En palabras del historiador y escritor argentino Fernando Soto Roland, el maravilloso libro de Víctor Montoya, ‘Cuentos de la mina’, aclara desde la literatura todo aquello que los historiadores no podemos captar con la sencillez e inmediatez que es tan propia de los escritores de raza. Y Montoya ha probado sobradamente que lo es. En su obra, sin teorías venidas de otros oficios, el autor recrea con naturalidad el imaginario del minero boliviano a través de una serie de cuentos en donde quedan plasmadas las desdichas y esperanzas de ese colectivo humano utilizando como marco de encuadre a uno de los personajes más emblemáticos del sincretismo americano: ‘El Tío de la Mina’, dueño sobrenatural y soberano absoluto de la oscuridad y sus riquezas.

El escritor uruguayo Leonardo Rossiello, al cabo de leer el libro en su primera versión, no dudó en aseverar que leer ‘Cuentos de la mina’ significa sumergirse en el mundo sincrético de las creencias mineras de Bolivia. Los textos, como si fueran galerías de una mina, se van adentrando en las diferentes actualizaciones del sincretismo cultural que supone la figura y leyenda del ‘Tío’, así como su significación para los mineros.

No es menos interesante la opinión del poeta e investigador orureño Alberto Guerra Gutiérrez, quien, como todo conocedor del folklore nacional, los mitos y las leyendas mineras, afirmó en su comentario: Este libro es el fiel reflejo del pensamiento, los sentimientos, usos y costumbres que caracterizan a las poblaciones mineras bolivianas y su entorno físico andino, ya que los hechos en él relatados, se desarrollan en los centros mineros de Siglo XX, Potosí y Oruro, en cuanto a las manifestaciones mitológicas y legendarias que dan origen a acontecimientos culturales de extraordinaria magnitud, como el Carnaval de Oruro y los ritos litúrgicos propios de una religión ecléctica que rige en América desde el desenlace de la dominación española.

Para el escritor Alfonso Gumucio Dagron, que entró en contacto con el mundo minero como fotógrafo y documentalista, no cabe duda que Víctor Montoya rescata prolijamente las tradiciones y leyendas de la mina y se convierte en un cronista del mundo fantástico que emerge del socavón. Sus relatos son metáforas sobre la existencia fantasmal que se atribuye a los mineros más empobrecidos, muertos en vida por la silicosis y la ausencia de horizonte. Sin haber tenido la vivencia de penetrar en la mina es difícil describir con tanta propiedad esa sensación de ahogo, de oscuridad absoluta y de humedad sexual que se respira en los socavones.

Los comentarios citados líneas arriba, con apreciaciones analizadas desde distintos ángulos, coinciden en señalar que el libro, que aborda una temática propia de la nación boliviana, es un valioso aporte a la literatura de ambiente minero que, desde la publicación de En las tierras del Potosí (1911), de Jaime Mendoza, conforma una vertiente importante en el contexto de las letras nacionales.

La literatura minera, con autores como Víctor Montoya, no solo ha ganado un espacio preponderante a lo largo del siglo XX, sino que se ha consolidado entre los lectores nacionales y extranjeros, quienes buscan una literatura que surja desde las mismas entrañas de la tierra, contándonos las tragedias y esperanzas de los mineros, pero también revelándonos el mundo mágico y mítico de la cosmovisión andina, donde el Tío de la mina, personaje ambiguo entre lo sagrado y lo profano, es venerado como el protector de las familias mineras y como el amo indiscutible de las riquezas minerales.

Víctor Montoya, con su libro Cuentos de la mina, se sitúa entre los autores de la segunda mitad del siglo XX, que transitaron de la literatura del realismo social, en la que se proyectaron las luchas de reivindicación socioeconómica de los trabajadores, hacia la literatura del realismo fantástico, que se ocupa de recuperar los mitos, leyendas y relatos que, casi en su integridad, giraban en torno a la figura del Tío de la mina.

Con Cuentos de la mina queda confirmado que el mundo minero sigue siendo una fuente inagotable de inspiración para los autores nacionales y una de las canteras que mejor se presta para construir una genuina obra literaria, que apasione a los lectores interesados en conocer las tragedias y maravillas atrapadas entre las altas montañas de los Andes, donde las galerías de una mina cuentan sus propias historias forjadas de realidad y fantasía.   

 

miércoles, 28 de diciembre de 2022

CATAVI EN LA MEMORIA

El escritor Víctor Montoya, con motivo de recordar los 80 años de la masacre minera ejecutada en los Campos de María Barzola, el 21 de diciembre de 1942, publicó el folleto Catavi en la memoria, a partir de sus recuerdos de infancia y adolescencia, y a la luz de los datos históricos que incriminan a los directos responsables de ese crimen de lesa humanidad, quienes actuaron obedeciendo las órdenes de los jerarcas de la Empresa Patiño Mines y las Fuerzas Armadas al servicio de la oligarquía minero-feudal.

La población de Catavi, centro administrativo de la empresa minera de Simón I. Patiño en el pasado siglo y submunicipio del Gobierno Autónomo Municipal de Llallagua en la actualidad, tiene su propia historia desde que se introdujo en estas tierras la más avanzada tecnología para la prospección, explotación e industrialización minera.

Esta crónica, narrada desde la perspectiva del autor, es una suerte de reconstrucción del pasado a partir de los recuerdos aferrados en la memoria, con todas sus luces y sus sombras, pero enfocado siempre en contemplar los recovecos de una población que, durante la época conocida como la Era del Estaño, tuvo sus enormes resonancias económicas, políticas, sociales y culturales a nivel mundial.

Catavi en la memoria es un texto destinado a los lectores interesados en conocer algo más sobre el legado patrimonial de una población tradicionalmente minera, cuyas grandezas y miserias, lejos de permitir que se pierdan entre los polvos del olvido, deben ser rescatadas en su verdadera dimensión, con el propósito de perpetuarlas en los anales de la historia nacional.

 

domingo, 18 de septiembre de 2022

PRESENTACIÓN DE LA NARRATIVA MINERA DE PERÚ Y BOLIVIA

El Archivo Histórico de la Minería Nacional de la Comibol/Regional Catavi y la Dirección General de Extensión de la Universidad Nacional Siglo XX, en el marco de la Feria Nacional del Libro del Municipio de Llallagua, a desarrollarse del 20 al 23 de septiembre, invitan a la presentación de la antología:

LA NARRATIVA MINERA PERUANO-BOLIVIANA

De los escritores Víctor Montoya y Roberto Rosario V.

El evento se realizará el 21 de septiembre, a Hrs.15:00, en el Salón de Eventos Académicos de la Universidad Nacional Siglo XX, ubicado en la Plaza 6 de Agosto de la ciudad de Llallagua.

La presentación y los comentarios estarán a cargo de:

Lourdes Peñaranda Morante, responsable del Archivo Histórico Minero de Catavi.

Félix Tórrez Miranda, director de Radio Pio XII de Siglo XX.

Víctor Montoya, coautor de la antología.

Los organizadores agradecen de antemano por su gentil asistencia.

 

miércoles, 13 de julio de 2022

NUEVO RECONOCIMIENTO PARA EL ESCRITOR VÍCTOR MONTOYA

El pasado lunes 17 de julio, en el marco del XXVI aniversario de fundación de la sub alcaldía del distrito de Siglo XX, fue reconocida la labor literaria de Víctor Montoya, cuya obra está dedicada al rescate de la historia, mitos, relatos y leyendas de esta población minera, conocida en la pasada centuria como “el laboratorio de la revolución boliviana”.

El acto de reconocimiento se llevó a cabo en una sesión de honor y ante la presencia de los dirigentes de la Federación de Juntas Vecinales (FEJUVE), autoridades ediles, representantes de la Universidad Nacional “Siglo XX”, el Archivo Histórico Minero de Catavi y diversas instituciones culturales y políticas de la ciudad de Llallagua.

Adalid Jorge Aguilar, alcalde del Gobierno Autónomo Municipal, hizo la entrega del reconocimiento en medio de un voto de aplausos y palabras que destacaron el significativo aporte del escritor al conocimiento de los valores históricos, políticos y culturales de una de las principales poblaciones mineras del norte de Potosí.

Víctor Montoya, autor de más de una veintena de libros, se sintió honrado por el reconocimiento y agradeció a la sub alcaldía por haberlo convocado a la sesión de honor en su XXVI aniversario de fundación.



 

sábado, 18 de junio de 2022

PRESENTACIÓN DE LIBRO Y CONVERSATORIO EN TORNO A LA MASACRE MINERA DE SAN JUAN

La masacre minera de San Juan, acaecida en la madrugada del 24 de junio de 1967, fue perpetrada por la dictadura militar de René Barrientos Ortuño, quien, sometido a los intereses de la CIA y el gobierno norteamericano, ordenó intervenir militarmente las poblaciones mineras del norte de Potosí, con la finalidad de evitar la realización del ampliado nacional minero en el distrito de Siglo XX, que debía iniciarse una vez concluida la tradicional fiesta de la noche de San Juan. 

El gobierno pro-imperialista tenía la información de que los mineros de Catavi, Siglo XX y Huanuni tenían vínculos con la guerrilla que estalló en las montañas de Ñancahuazú, al sudeste del país, y que el ampliado nacional minero tenía el propósito no solo de elaborar un pliego de peticiones socioeconómicas, sino también asumir medidas de apoyo moral y material a la gesta armada del comandante Ernesto Che Guevara.

Las tropas del ejército tomaron por sorpresa las calles y dispararon a mansalva contra las familias mineras, que en principio confundieron los disparos de las armas de fuego con los cohetillos y cachorros de dinamita que, como parte de la festividad, se usaban en la noche de San Juan. En aproximadamente tres horas, y cuando las menguantes fogatas se consumían en cenizas, la masacre estaba consumada, con un reguero de muertos y heridos en la población civil de Llallagua y los campamentos mineros de Siglo XX.

El escritor Víctor Montoya, que fue uno de los testigos de esa trágica noche que empezó siendo una fiesta y terminó siendo una masacre, compiló poemas y textos que abordan ese tema que se escribió con sangre en la historia del movimiento obrero boliviano. El libro, titulado La masacre de San Juan en verso y presa, será presentado en la ciudad de El Alto, auspiciado por el Grupo Cultural ALBOR, el jueves 23, a Hrs. 18:00, en el Centro Albor (Zona Villa Tejada Rectangular, Av. Cívica No. 517, Plaza Obelisco) y en la ciudad de La Paz, auspiciado por la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, el viernes 24, a Hrs. 10:00 a.m., en la Sala 2 del Centro de la Revolución Cultural (ex Estación Central).


Al cumplirse 55 años de la masacre minera de San Juan, la memoria histórica de los poetas y escritores bolivianos, comprometidos con la realidad social y el dolor de las víctimas, es un invalorable testimonio que contribuye a echar más luces sobre un crimen de lesa humanidad que, por razones ajenas al clamor popular, aún permanece en la absoluta impunidad.

 

sábado, 5 de marzo de 2022

MONTOYA Y EL CLUB DEL LIBRO GESTA BÁRBARA 1918

Durante la presentación de la antología La narrativa minera peruano-boliviana, en la Sala de Conferencias de la Casa Nacional de Moneda en Potosí, tres miembros del Club del Libro Gesta Bárbara 1918, compuesto por Cledy Ruiz, Blanca Acebey y Cristina Rodrigo, felicitaron al autor del libro, Víctor Montoya, por difundir la literatura minera de Bolivia, que tuvo sus orígenes en la obra del potosino Bartolomé Arzáns de Orsúa y Vela. Además, a nombre de todos los participantes activos en el Club del Libro Gesta Bárbara 1918, le entregaron un ramo de flores, como símbolo del aprecio y reconocimiento a la profusa labor del escritor, quien cuenta con fieles lectores en la ciudad mundialmente conocida como la Villa Imperial de Potosí.

 

martes, 15 de febrero de 2022

PRESENTAN ANTOLOGÍA DE NARRATIVA MINERA EN LA CASA NACIONAL DE MONEDA EN POTOSÍ

El jueves 17 de febrero, a horas 10:30 a.m., se presentará la antología La narrativa minera peruano-boliviana, en la Sala de Conferencias Gesta Bárbara de la Casa Nacional de Moneda.

Los autores de la antología, Víctor Montoya y Roberto Rosario Vidal, aunaron esfuerzos para reunir a los mejores narradores de la literatura minera tanto de Bolivia como del Perú, con el único propósito de ofrecer a los lectores una obra que compendiara las luchas, triunfos y tragedias de la clase obrera, pero también los mitos y las leyendas concernientes al realismo mágico del mundo minero.

Los expositores serán:

Cristóbal Corso Cruz. Escritor, pintor y músico. Presidente de la Sociedad Geográfica y de Historia Potosí.

Blanca Acebey Ramos. Presidenta del Club del Libro “Gesta Bárbara 1918”.

Las palabas de bienvenida estarán a cargo de Benjamín Condori, Director de la Casa Nacional de Moneda.

jueves, 16 de diciembre de 2021

INVITAN A LA PRESENTACIÓN DE LA ANTOLOGÍA NARRATIVA MINERA PERUANO-BOLIVIANA

El evento se realizará el próximo 21 de diciembre, Día del Trabajador Minero Boliviano, en el Auditorio del Archivo Histórico de la Minería Nacional.

La antología, publicada bajo el sello del Grupo Editorial Kipus, está a la venta en sus sucursales distribuidas a nivel nacional, en las Ferias de Libros y librerías oficiales a nivel internacional. Se puede también adquirir por medio de la página oficial: www.editorialkipus.com o escribiendo al E-mail: ventas@editorialkipus.com 

viernes, 12 de noviembre de 2021

HOMENAJE PÓSTUMO AL PINTOR ENRIQUE ARNAL

El Archivo Histórico Minero de Catavi, en el marco de sus actividades dedicadas al rescate de los documentos patrimoniales y las tradiciones culturales del movimiento obrero boliviano, publica periódicamente la Serie de Literatura Minera, cuyos Nros. 20 y 21 constituyen un homenaje póstumo al artista plástico Enrique Arnal Velasco (1932 - 2016), nacido en la población de Catavi, al norte del departamento de Potosí.

El Nro. 20, que reúne una serie de textos en torno a la fabulosa historia del Cóndor Martín, está ilustrado con las magistrales pinturas de Enrique Arnal, quien conoció en su infancia al majestuoso rey de la cordillera de Los Andes.

El Nro. 21 de la Serie de Literatura Minera es una breve presentación biográfica del pintor cataveño, considerado por la crítica especializada como uno de los artistas plásticos más representativos del siglo XX, tanto a nivel nacional como internacional.

Las dos publicaciones, elaboradas por el escritor Víctor Montoya, serán presentadas el viernes 19 de noviembre, a Hrs. 10:00 a.m., en los ambientes del Archivo Histórico Minero de Catavi, Avenida Bolívar, No. 101, Zona Central del Distrito Catavi.

El homenaje póstumo al pintor Enrique Arnal Velasco, según informó la responsable del Archivo, Lourdes Peñaranda Morante, contará con la presencia de la viuda del artista, Nina Tamayo de Arnal, los promotores de cultura y turismo, las autoridades del gobierno autónomo municipal y los profesores de Artes Plásticas de las unidades educativas de Llallagua, Catavi y Siglo XX.

El evento será coauspiciado por la Fundación Enrique Arnal, cuya sede, dirigida por su hijo Matías Arnal, está ubicada en la ciudad de Washington, Estados Unidos.