viernes, 27 de noviembre de 2015


LLALLAGUA EN LA OBRA DE VÍCTOR MONTOYA

El Gobierno Autónomo Municipal de Llallagua, a través de la Biblioteca, la Secretaria de Desarrollo Humano y la Unidad de Cultura, auspician la conferencia que dictará el escritor Víctor Montoya en torno a la influencia que tuvo la población de Llallagua en la creación de su obra literaria. El acto se realizará en el Salón Rojo del edificio Municipal, el lunes 9 de noviembre, a Hrs. 14:30.

El autor, cuya infancia y adolescencia trascurrió en las poblaciones mineras del norte de Potosí, indicó que uno de los ejes centrales de su literatura gira alrededor de la temática minera, sus experiencias como dirigente estudiantil y la realidad histórica que le tocó vivir durante los años 60 y 70 del pasado siglo, hasta el año en que fue perseguido por la dictadura militar que, acusándolo de activista subversivo, lo lanzó primero a la prisión y luego al exilio.

Víctor Montoya escribió su primer libro de testimonio, Huelga y represión, en las celdas del Panóptico Nacional de San Pedro de la ciudad de La Paz, en 1977. El resto de su obra, actualmente compuesta por novelas, cuentos, crónicas y ensayos, fue escrita en el exilio y publicada fuera del país desde 1979.      

Llallagua, que constituye el escenario en el que se desenvuelven los personajes de su creación literaria, es una población donde se desarrolló la gran industria minera de Bolivia, bajo la administración del magnate minero Simón I. Patiño y, después del triunfo de la revolución nacionalista de 1952, bajo el control obrero de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL); una fase importante de la explotación minera que culminó en 1985, con el nefasto DS 21060, que provocó el cierre de las minas y la relocalización durante el gobierno de Víctor Paz Estenssoro.

El escritor Víctor Montoya, además de haber incursionado en el campo literario del llamado realismo social, ha recreado los mitos, leyendas y consejas del mundo mágico de los mineros, quienes, desde los albores de la época colonial, empezaron a venerar al Tío de la mina, un personaje mitológico, mitad dios y mitad demonio, que reina en los tenebrosos socavones, como dueño de las riquezas minerales y amo de los mineros.

El Tío de la mina, con todas sus características que simbolizan el mestizaje cultural y el sincretismo religioso entre el paganismo ancestral y la religión católica impuesta por los conquistadores, es el personaje central de sus Cuentos de la mina y Conversaciones con el Tío de Potosí; dos obras literarias que han tenido amplia difusión tanto dentro como fuera del país.

Víctor Montoya manifestó que para él tiene una enorme importancia el hecho de que el Gobierno Autónomo Municipal de Llallagua, junto a la Biblioteca y otras instituciones culturales, se interese por presentar la obra de un escritor que, desde los inicios de su trayectoria literaria, se identificó con los intereses políticos, sociales, económicos y culturales de una población que no sólo fue la columna vertebral de la economía nacional durante más de un siglo, sino también el laboratorio de la revolución boliviana.

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